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Jueves de Poker -la sagrada familia-

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Jueves de Poker, así le llamábamos a nuestra reunión semanal donde nos podríamos desconectar de nuestra nefasta vida familiar; En honor a la verdad yo solo habló por “Mi Nefasta Vida Familiar”, al resto del grupo les iba sensacional, o al menos eso me parecía. Éramos cuatro entrañables amigos que crecimos juntos y nunca nos separamos de nuestro querido Pueblo -a pesar de que la vida nos llevara por senderos diferentes-. Alfredo era un exitoso agricultor, dueño de un sinfín de ranchos y granjas ganaderas donde a base de tesón forjó su fortuna millonaria actual, no obstante, su humildad lo hizo que nunca abandonara sus raíces; Julián era el típico hombre carismático que cabía en cualquier parte donde se presentara, su habilidad social hizo que incursionara en el ambiente político del municipio siendo sumamente exitoso, al punto que ya había tenido un par de propuestas en el ramo federal, jamás abandonó su hogar; Marcelo era el cerebro de nuestra generación, un prestigiado doctor en oncología cuyo rostro ya había aparecido en varias revistas médicas; Por ultimo estaba Yo, -Feliciano Villarreal- la oveja negra desde la escuela, en la familia y en el pueblo, un auténtico “don nadie” que nunca progresó y ahora a mis 48 años sería muy difícil empezar de nuevo, sin embargo, la amistad y la lealtad nunca se pierden, eso es parte del código genético de uno, fue por esta razón que mis tres grandes y exitosos amigos decidieron hacerme parte de su reunión semanal.

El Bar conocido como “La Bikina” –propiedad de Alfredo- nos albergaba cada jueves para dar rienda suelta a nuestras tendencias ludópatas, allí nos reencontramos en la puerta frontal y entre abrazos y risas fuimos caminando hasta el salón privado, cerramos la puerta y dimos inicio con “la jugada”; Alfredo creía firmemente en el igualitarismo, de esa manera, nunca molestó a sus meseros para que no descuidaran su trabajo y atendieran a la clientela general, El mismo nos atendía a nosotros. –¡voy repartiendo¡- expresó el doctor, -cinco cartas para cada uno- las risas desbordaban el pequeño salón privado mientras que yo simplemente observaba como el trio de amigos apostaba cantidades enormes de dinero a comparación de mis pobres centavos  -no te preocupes Feliciano, la cuestión es divertirse- me comentó Julián, no obstante, había una ligera actitud que no terminaba de agradarme en estos “Jueves de Poker”, esta era el maldito cotilleo y chismerío que se cargaban estos hijos de la chingada, parecía el lavadero de una vecindad de mala muerte – y miren que he tenido la oportunidad de vivir en esos podridos lugares- solo era cuestión de que alguien se descuidara para que el resto lo despedazara con soeces comentarios y aclaraciones fuera de lugar, de esta forma, la primer víctima fue el mismo Alfredo.

 –oye Alfredo, se me acabó la cerveza, trae una ronda para todos por favor –comentó el Doctor Marcelo, enseguida el dueño del recinto abandonó el salón privado para asistir a sus preciados amigos. Segundos después de su ausencia comenzó la inquisición –Pobre Alfredo, nunca se le quito lo ignorante y pendejo, tendrá mucho dinero pero que pena me da cuando vamos a eventos sociales- expresó el medico con una cínica sonrisa –nombre, deja y te cuento, la otra vez estuvimos en una reunión con el ayuntamiento del municipio y saludó al mismísimo Leobardo Alanís- replicaba entre contenidas risas Julián, mientras yo mostraba confusión por la vaga charla – ¡el mismo cabrón que se coge a su esposa¡- respondió inmediatamente el Doctor mientras ambos explotaron en sendas carcajadas, mi rostro no daba crédito a lo que escuchaba <<¡vaya amiguitos¡>> sopese sin expresión alguna. Alfredo volvió con cuatro bebidas alcohólicas y el tema cambió repentinamente. Pasó alrededor de un cuarto de hora cuando Julián se incorporó de su asiento y se disculpó por un momento. –voy a orinar, detengan el juego cabrones, los conozco y sé que en el fondo son unos rateros- risoteó estruendosamente el político mientras encontró la salida del salón privado; Como de rayo surgió la réplica a la desatinada broma  - <<sé que en el fondo son rateros>> lo dice este pinche sinvergüenza, todo mundo sabe que su fortuna la hizo a base de evadir impuestos y robarse los presupuestos que el estado manda al pueblo- expresó Alfredo mientras Marcelo asentía con su cabeza, instantes después replicó –no solo así hizo fortuna.. ¿conoces a Johanna su hija?- el dueño del Bar afirmó rápidamente para después continuar con su relato el Doctor. –pues te comento que la muy putita se ha cogido a todo el ayuntamiento del pueblo y hasta dos o tres diputados del estado- parecía estar presenciando un encuentro de Copa Davis, mi rostro volteaba de un lado a otro tratando de analizar toda la información que me era proporcionada, no obstante, segundos después llegaría Julián “el exitoso Político” y la calma retornó con él.

La Jugada se puso tensa, el dinero empezaba a doler en el orgullo de aquellos tres “exitosos” hombres y fue entonces que decidimos tomarnos un descanso para degustar nuestras bebidas embriagantes en paz. –Alfredo, se acabaron las cervezas, trae una ronda para todos – comentó un tanto altanero el médico, no obstante, el dueño del lugar tenía pensada otra opción.-¡ve tu por ellas cabrón¡.. es exactamente la misma distancia- el doctor refunfuñó de coraje e hizo una mueca disgustada –¡ashh.. está bien, yo voy¡- . A penas cruzó Marcelo la puerta del pequeño salón de reuniones y las carcajadas invadieron el lugar -<<¡ashh.. está bien, yo voy¡>> … pinche homosexual, nunca se le quitó lo Puto – expresó con desdén Alfredo para después escuchar la historia de Julián – ni se le quitará, no es una gripa que el mismo se pueda curar- las carcajadas explotaron en mis oídos al momento que me enteraba de sus más profundos secretos. <<¿El Doctor Marcelo es Puto?, esa no me la sabía>> analice mentalmente; Enseguida Julián se extendería en dicha historia. –así es, me contó mi hija Johanna que una vez se lo encontró en una fiesta besándose con un tipo en frente de todos, sin ningún pudor- El ambiente se estaba impregnando gradualmente en mí y estuve a punto de interrumpir su historia <<¿no sería alguna fiesta donde tu hija se acostó con cuanto hombre pudo?>> sin embargo preferí mesurarme y guardarme esos comentarios. Marcelo volvió con la cuarteta requerida de alcohol.

Observé mi reloj, <<2:15 a.m.>> me incorporé de la silla pero una visión me atacó repentinamente, fue entonces que me detuve, analicé bien mi próximo movimiento, iba a despedirme de mis amigos pero al ver lo que aconteció durante toda la noche decidí cambiar de plan; Aclaré mi garganta al momento que acomode la silla, ya me encontraba de pie, fue entonces que requerí la atención de todos. –Señores, me tengo que ir, la verdad no puedo decir que fue un gusto estar aquí ya que descubrí un lado obscuro de ustedes que no conocía y no me hubiera gustado conocer; Al ser el primero en abandonar esta reunión supongo que me harán trizas tan pronto ponga un pie fuera de esta lujoso cuarto, pero les voy a decir unas cuantas cosas, mi esposa Eloísa me engaña, mi hijo Feliciano Junior es un drogadicto, probablemente le compre prescripciones al doctor aquí presente, mi hija Romina es muy amiga de Johanna la hija de Julián, por lo que ya me imagino lo que pasa en las fiestas que frecuentan, debe de ser una autentica Puta también, y el más pequeño de mis crías, Albertico José, lo más probable es que siga el sendero de Marcelo, y no me refiero que vaya a ser Medico, ¡es Puto, lo sé¡; Es todo lo que tengo que decir, así que ahórrense sus malditos comentarios hirientes e insultantes, no pueden mencionar absolutamente nada de mi familia que yo no sepa, deberían aprender algo que su dinero no les puede dar; Respeto… la familia es sagrada… de mis hijos ni se les ocurra decir nada, ¡ya está todo dicho¡ hasta luego.- Me enfile con dignidad hacía la puerta, pude escuchar mis fuertes pasos en la duela y presentí el silencio que había dejado atrás, sin duda los deje analizando dos o tres situaciones, tomé la perilla y la giré, abrí la puerta pero me detuve, creí escuchar la inminente disculpa, fue entonces que esperé por sus arrepentidas voces, segundos después, alguien rompió el silencio, me pareció que fue Alfredo.

-¿y este Pendejo cree que son de él <<los hijos>>?-

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