Nuevos relatos publicados: 0

La prima de mi madre VIII

  • 4
  • 48.355
  • 8,82 (49 Val.)
  • 0

La prima de mi madre VIII

Cuarto día con Blanca

Tercera parte

 

Solo habíamos andado cuatro pasos cuando Blanca me dijo: contento? contento le dije, encantado de la vida no se como agradecértelo, invitame a un refresco me dijo, muy bien allí cerca ay una cafetería que parece estar bien nos sentaremos afuera, que te parece, muy bien James usted espéreme en el coche dijo sonriendo, Señora Condesa recuerde que a sus años no puede ir sola por la calle, nos pusimos a reír los dos mientras yo la acomodaba en una silla, Blanca me lo agradeció con una sonrisa, me senté a su lado poniendo las bolsas en una silla, oye Blanquita porque as comprado dos pares blancos? yo también tengo derecho a comprarme cosas, es broma, es que me gusta tener de recambio si se rompen tengo otros, se iba a poner el dedo en la sien, cuando yo la interrumpí diciendo: materia gris, nos pusimos a reír, pedimos unos refrescos y estuvimos charlando largo tiempo, hasta que ella dijo: vaya se me olvidado comprar una cosa, vamos a comprarla ahora le dije, empieza a ser hora de cerrar los comercios y no me gusta ir con prisas volveremos mañana que te parece, estupendo como sabes ir de compras me encanta.

Llegamos a casa sobre las nueve mientras poníamos las bolsas en la sala de estar Blanca me dijo: porque no nos vamos a poner cómodos y después miraremos las cosas que hemos comprado, de acuerdo le dije. Fui a mi habitación para cambiarme de ropa, me puse un chándal rojo no había traído otro un poquito ajustado no me gusta llevarlo holgado.

Fui a reunirme con Blanca en la sala de estar cual fue mi sorpresa que ella también se puso el chándal rojo, cuando nos vimos nos pusimos a reír. Nos dispusimos a mirar los tacones que me había comprado Blanca, realmente son guapísimos le dije, ponte los zapatos rojos aran conjunto con el chándal me dijo, me los puse oyendo el dulce ruidito de los tacones, que guapo esta mi cariñito me dijo Blanca, de veras estoy guapo le dije, te faltan algunos complementos pero lo dejaremos por otro día me dijo, como usted desee señora, sabes lo que me gusta de los tacones el ruidito y que se ve las cosas desde otra perspectiva le dije, tienes razón a mi también me pasa lo mismo, ve a buscar tus tacones rojos y los dos estaremos conjuntados, no es mala idea ahora mismo voy. No tardo ni un minuto volviendo con los tacones rojos en la mano se los puso, pasamos un buen rato divertido hablando sobre los tacones como nos gustaban que alturas y todas estas cosas.

Nos sentamos en el sofá con los tacones puestos poniéndolos los dos en la mesita riendo y diciendo cuatro tonterías. Te apetece un vaso de leche le pregunte a Blanca? estupendo, fui a la cocina taconeando con mucho gusto haciendo el clásico ruido cuando se anda con tacones, que salero y guapo que esta mi cariñito y que bien anda dijo Blanca, al cabo de unos minutos volví con dos vasos de leche tibia con unas galletas, Señora Marquesa su leche y sus galletitas, gracias James se puede retirar mientras se puso a reír, nos bebimos y comimos toda la leche y las galletas mientras no parábamos de mirarnos los tacones y decirnos lo guapos que estábamos. Terminado de comer hubo unos segundos de silencio. Estos días lo e pasado muy bien contigo eres una chica muy agradable y comprensiva, y porque no decirlo muy guapa, hacia tiempo que no lo pasaba tan bien le dije, yo también lo estoy pasando muy bien eres un chico muy agradable y simpático. 

Tienes hermanos me pregunto, no, soy hijo único, tengo amigos pero los veo poco soy un poco independiente, y tu, le pregunte, como tu soy hija única y también veo muy poco a mis amigos. Vives sola en casa le pregunte, si me gusta, tengo mas independencia y mas libertad, pero debes traer tus amistades a casa le pregunte, a veces, mis padres vienen a verme muy a menudo adoro a mis padres, por supuesto los padres son los padres le conteste.

Parecía que no le gustaba hablar de su vida personal, me contestaba con frases muy cortas y parecía que estaba cambiando la fisonomía de su bello rostro. No insistí mas. Que te parece si nos vamos a dormir y mañana por la mañana sobre las diez nos volvemos a ir de compras me dijo Blanca con la simpatía de siempre y su rostro tan bonito y jovial, como si se hubiese olvidado la conversación de hacia unos segundos, estupendo es una buena idea, cogimos cada uno nuestras cosas, nos fuimos riendo a nuestras respectivas habitaciones con los tacones puestos a ver quien presumía mas, dándonos las buenas noches.

 

Continuara

(8,82)