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Diálogos desde el Infierno. Don Juan y don Mendo

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Don Mendo.

¡Decidme don Juan Tenorio!

¿Cómo pudiste engañar a Inés

debajo de aquel cimborrio

que se cedió sumisa a sus pies

para sobrevenir aquel jolgorio?

 

Don Juan

Don Mendo, escuche y atienda:

es hacedero traicionar a la mujer,

dos versos, unas rosas de ofrenda,

besuqueo de la noche al amanecer

y todas felices, ninguna se ofenda.

 

Don Mendo

¡Caray! Tenorio, parece palmario,

y versado en asuntos del himeneo.

Yo, amante de pechos y tafanarios

pecador, y siempre atento al "queo";

huésped habitual de arcas y armarios

lo que me cuenta ¡qué no me lo creo!

Pues yo os indico señor conquistador

que a las novicias aunque parezca feo

no les enloquece el ardor ni el furor,

controlan bien por donde sale el meo,

y suelen llevarles al tálamo, el amor.

 

Don Juan

¡Qué va! ¡Qué va!

¡Qué no don Mendo!

¿Hace falta que a la novata describille?

Parecen puritanas, yo así las entiendo,

y lo que le cuento. ¡Qué no le maraville!

Pero si quiere que se "vayan abriendo"

y que otro más vivo "se las cepille",

¡espabile! Que son así. Don Mendo.

 

Don Mendo

¡Coño! Disculpad esta descompostura.

Pero esa actitud me parece horrenda,

un servidor tiene laureles de cara dura,

de devaneos tanto cómo vos entienda...

¡Pero leches! Qué a una novicia pura,

por muchas fantasías de la jodienda

si os portáis así... no tenéis enmienda.

 

Don Juan

¡No lo puedo creer! Pero me dais pena.

Vos, marqués de los Prados de Montiel

que una mujer de nombre Magdalena

os birló las esencias de vuestra miel,

que os llevo preso y confeso a la trena,

¿seguís siendo a su remembranza fiel?

 

Don Mendo

Veo que no sabéis de la misa la mitad,

¡Amé a Magdalena! No lo voy a negar.

¡Por ella a mil chanceros alcancé a retar!

¡A mil claustros mis condenas fui a llorar!

¡Cien caminos sin rumbo llegué a transitar!

¿Ignoráis que su traición logré vengar?

 

Don Juan

¡No, no lo sabía!

 

Don Mendo

Pues aquí,  ¿qué se decía ?

 

Don Juan

Qué Magdalena,

la de Manso de Jarama

a vos "os los ponía";

y que don Pero se la llevó a la cama.

¡Cáspita! con la nena.

¡Pero que furor tenía!

y vos que mala fama.

 

Don Mendo

¡Cierto! Tenorio, ¡cierto!

El de Toro me la pulió,

más al creerme muerto

mi venganza ¡vive Dios!

no permaneció en desierto,

di fallecimiento a los dos.

Pero dejemos mi infortunio

y habladme de doña Inés.

A muchas amé en plenilunio;

moras y fieles puse a mis pies

por teta de novicia daría mi peculio

¡Qué maravilloso debe ser!

 

Don Juan

No os confundáis, Salazar.

Amar a mujer sin catar

es correr un albur al azar;

tan "estrecho" está,

que para con "el agujero" dar

te puedes volver loco de atar.

 

Don Mendo

¡Me dejáis estupefacto!

siempre tuve por indudable

que para hacer ese acto

con moza virgen más saludable;

aunque haya que tener más tacto

"para introducir el sable".

 

Don Juan

Se nota que no tenéis frenillo.

Si el pellejo no despliega

la entrada por ese "canalillo"

de todas formas se niega

y aunque te fumes un pitillo

esperando la despliega...

...¡Qué no hay forma! ¡Quillo!

 

Don Mendo

¿Y qué tal en este averno?

 

Don Juan

Aquí a ninguna mancillo,

no permite Pedro Botero

desenredar "el ovillo".

Quisiera pero no puedo,

"con la mano me la doy brillo".

 

Don Mendo

¡Pues vaya panorama!

¡Pero leches! ¡Que vedo!

A la de Manso de Jarama.

Si en vida me dio miedo...

¡Juro que aquí "me la mama"!

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