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Me tiré a mi querida prima

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Hola mi nombre es Jaime, soy un chico universitario de clase media y como dicen mis amigas bien parecido, mido 1.80 cm, soy de contextura fornida y tengo ojos verdes.

Comenzare por orientarlos un poco en lo que es mi familia materna, son en total 10 hermanos incluyendo a mi madre, cada cual en este momento tiene su propia familia, por lo cual tengo gran cantidad de primos y primas pero sobre todo de estas últimas; siempre he sido muy liberado con ellas y con todas me llevo muy bien, hay mucha variedad, las altas, bajas, rubias, morenas, en fin gran variedad para escoger.

El otro actor de este suceso es mi prima Yaneth, ella tiene 21 años, dos menos que yo, es una mujer muy hermosa, es rubia, de 1.65 cm de estatura, con un cuerpo atlético espectacular, tiene unos hermosos pechos que cualquier hombre desearía tener en sus manos; un trasero de ensueño; ella por su parte no desconoce sus atributos puesto que suele vestirse con blusitas ombligueras, profundos escotes y jeans bien ajustados, donde se puede notar lo diminuto de su ropa interior.

El día que traeré a colación, nos encontrábamos en temporada de vacaciones y estábamos un grupo grande de amigos festejando en un bar al que acostumbramos ir a tomarnos un trago cuando en medio del ocio no encontramos más que hacer, ese día todos teníamos el alegre alborotado y decidimos hacer una picadita (eran alrededor de las 5 de la tarde) yo me ofrecí a ir en mi carro a comprar la carne y las demás cosas que nos hacían falta para la picada; fui al mercado y al salir me encontré con Yaneth y la salude muy amablemente y le pregunte como estaba puesto que la notaba un poco apagada, ella me contó que había tenido una discusión muy fuerte con su mejor amiga y que se sentía muy mal por ello, yo normalmente la invite a la picada de mis amigos y ella acepto, le abrí la puerta del carro y ella subió con la mayor normalidad, al subirme yo por el otro lado ella estaba inclinada tratando de sintonizar algo en el radio por lo que note su pronunciado escote, donde se podía ver la redondez de sus pechos, su piel canela y los rubios y delicados vellitos de sus sabrosos senos, sacudí la cabeza, reflexione un segundo el asunto y me dispuse a conducir de regreso al bar.

Al llegar allí mi prima me ayudo con los paquetes y como conocía a pocos de mis amigos, descargue en la trastienda del bar y fui a presentarla a todos, mis amigos estaban alucinando con la belleza de mi primita y ella estaba feliz contorneándose y abriendo aún más el apetito sexual de mis amigos, ella se sentó junto a mi empezamos a charlar de sutilezas de la universidad y de la familia, mi prima bebía frecuentemente de su copa, pero no se me hacía extraño, la conversación empezó a calentarse un poco y empezó a preguntarme por mi vida sexual, le respondí sin ningún problema que la U me tenía muy ocupado y era escaso lo que podía hacer, yo le pregunte algunas cosas sobre su vida íntima pero se negó a responder y ante cada pregunta se reía con la picardía del caso.

Así transcurría la noche, todos y cada uno de mis amigos la invitaban a bailar y ella solo quiso hacerlo ante la insistencia de algunos pocos; eran alrededor de las 9 de la noche cuando mientras mi prima bailaba yo decidí salir a tomar aire fresco, salí a un pequeño balcón que tiene el bar y allí fume un cigarrillo mientras escuchaba los alaridos de mis amigos, de pronto Yaneth vino y me pregunto que por qué no estaba adentro con ellos, yo le conteste que estaba muy acalorado y necesitaba algo de aire, ella miro mi cigarro y camino hacia mi pidiéndome una fumada, pero mientras caminaba tropezó y por poco cae, prontamente me abalance hacia ella tratando de que no se golpeara, al agacharme quede frente a ella, la mire fijamente a los ojos y ella hizo lo mismo, ella trato de acercarse a mis labios pero retrocedió y entonces yo en un impulso incomprensible me acerque presuroso a su boca y nos fundimos en un beso que duro pocos segundos puesto que ella se paró rápidamente, volvimos juntos a la fiesta y mis amigos ya estaban bastante pasados con el licor.

Yaneth me pidió que la llevara a su casa que se sentía muy mareada y que era mejor que se fuera a dormir, así fue se subió de nuevo al coche y conduje a su casa, en el camino no se dijo nada de nada, al llegar a su casa se acercó hacia mí para despedirse como de costumbre, con un beso en la mejilla, pero era tal la ebriedad de ambos que terminamos fundidos en un espectacular beso, sentí, la suavidad de sus hermosos labios rosa, su lengua se entrelazaba con la mía y jugueteaban entre sí, así estuvimos un buen rato, hasta que ella dijo que no quería entrar en el estado en que se encontraba a su casa y yo le dije que bueno; nos fuimos y alquilamos una habitación en un motel de las afueras de la ciudad, tan pronto como ingresamos a la habitación ella se abalanzó sobre mí y empezó a besarme con gran desesperación, rasgo la camisa que llevaba puesta y acaricio mi pecho cual si fuera su osito de peluche, con la ternura y pasión que solo las mujeres pueden combinar, poco a poco fui desatando su blusa mientras jugueteaba con mi lengua en su oído y alternaba en su cuello un festival de besos y pequeños mordiscos, ella estaba a punto de estallar, arqueaba su cuerpo hacia atrás, mientras con sus manos continuaba recorriendo mi cuerpo ahora semidesnudo debido a la agilidad de sus manos y a la excitación que se apoderaba de los dos, por un momento el tiempo se detuvo y pude apreciar sus hermosos pezones erectos, sus vellos erizados por la emoción, sus diminutas tanguitas de color gris oscuro que apenas si cubrían lo necesario, me acerque a ella, la levante en mis brazos y la lleve a la cama; yo quería poseerla, hacerla mía, pero esos no eran los planes de ella, se las ingenia para quedar sobre mí, comenzó lentamente a recorrer mi cuerpo con su lengua, a besarme con ese fuego interno en sus labios, llego a mi zona genital y muy lentamente bajo mi ropa interior, repasando cada centímetro de piel que este descubría, termino su trabajo con mis interiores e inmediatamente se dirigió a mi pene erguido y brillante debido a la lubricación que ya empezaba a fluir, paso la lengua a través de mi escroto introduciendo cada uno de mis testículos en su boca cual si fuera una pequeña engolosinada con su caramelo favorito, yo mientras tanto gemía del placer que me producía aquella demostración de experiencia.

Al terminar con mis testículos se dirigió a mi erecto pene que parecía reventarse de lo firme que se encontraba, empezó lamiendo mis jugos, pasando repetidas veces su lengua por mi glande, cuando ya no quedo más que lamer introdujo hasta la raíz de mi pene en su boca, al estar allí apretó ligeramente sus dientes y sin soltar un milímetro saco parte de mi pene y volví a introducirlo en un delicioso vaivén, pareciese que se hubiera enamorado de mi pene, le dije que yo también quería probarla y ella termino de desnudarse en un coqueto baile de seducción que me puso aún más excitado, se arrodillo sobre mí y me encontré de frente con una hermosa vulva, completamente rasurada, como preparada para ser comida en ese instante con un clítoris rojo intenso, de muy buen tamaño y bañado en sus jugos que se derramaban por sus labios, recogí con mi lengua sus jugos que saboree y trague con gusto, ella estallo en un hermoso orgasmo que termino de llenar mi boca con sus jugos; después de estar retorciéndose y gimiendo por un rato ella se deslizo hasta mi pelvis donde apoyo su hermosa vulva la cual fue penetrada violentamente por mi pene aun en completa erección, salió de su boca un grito entre dolor y placer que me puso aún más caliente, ella empezó a cabalgarme y después de un rato le advertí que me venía y acelero aún más su ritmo, la sentí vibrar al momento en que yo eyaculaba todo mi semen en su vagina, terminamos y nos recostamos un buen rato, al despertarnos nos dimos una ducha juntos donde compartimos caricias con el jabón, nos vestimos y la lleve a su casa, por algunos meses no nos volvimos a ver.

Ahora ella tiene novio, me cuenta que lo quiere mucho pero que jamás olvidara la maravillosa noche que vivimos juntos.

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