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¡Por caliente!

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Con mis 19 años, un cuerpo y rostro como de modelito "calienta hembras" y como aditivo natural una verga como de asno, vivía yo aquél mi encantador poder seductor que era ya famoso en el entorno donde vivía.

Mi madre, una preciosura de jóven mujer que me tuvo a sus 15 años, no parecía sinó una hermana mayor que además, lucía aquella su elegancia exuberante de despampanante mujer por demás sensual, que junto a mi hermana menor, de 18, también hermosa y escultural como ella, formábamos esa familia en la cual la hermosura y poder seductor, paraecía como característica principal en nosotros.

Las dos, vivían mirándome con exagerada manera que delataba una lujuriosidad que no podían siquiera disimular, y que era como la pesadilla que me llevaba a continuamente sensurarlas ante sus risas y mofas exprofesamente burlonas.

-"¡Putas...degeneradas!!!" Solían ser mis dichos hacia ellas cuando sus insinuantes miradas iban mucho más allá de lo aceptable, y las dos irrumpían en carcajadas y muecas de sornástica provocación a mis indignaciones contínuas.

Las insinuaciones iban tornándose cada vez más osadas comenzando a dirigirme chistiditos...morisquetitas ...sacaditas de lengua y mil cosas más, que me hacían poner como al rojo vivo mostrando mi siempre vertical rechazo a sus incestuosas pretenciones cada vez más chocantes.

Una tarde -lo recuerdo bien-, las ví sentadas en un murito del fondo de casa charlando a las dos, y vistiendo ambas unas muy cortas minifaldas, exhibían sus piernotas las cuales -por primera vez en mi vida-...provocaron en mí una foribunda excitación que rápidamente me aterrorizó debiendo salir corriendo para no delatar la instantánea erección que en mi verga se instaló como si el accionar de un eléctrico mecanismo al momento la pusiera empinadamente de punta, inmensa, gruesa, y como una piedra de dura.

"Nooooo...por favor nooooo!" Instantáneamente para mis adentros ahí nomás pensé., y  salí corriendo para mi dormitorio para ocultar lo que súbitamente había comenzado a pasar en mí: ¡Me había calentado viendo a mi hermana y mi madre!!! Ellas, de captar tal cosa, comenzarían a saltar y bailar eufóricas, y ya mi perdición estaría sellada!

Y sentía, allá encerrado y gimiendo en mi dormitorio...que quería volver a ver aquellas piernazas que me habían encendido como a la mecha de una reseca bomba de pólvora repleta.

Volví pues a salir, y cauteloso y escondido, comencé a espiarlas desde un oculto lugar donde ellas no me veían. Allá, seguían las dos charlando...

Sus inmensas piernotas gruesas y hermosas, se mostraban a mis ojos que las miraban mientras yá, en mi genitalidad toda, los más fortísimos timbrazos de una eroticidad alocada, alborotaba mis sentidos y mi erección, era cosa como grotesca y sorprendente.

Las miraba extasiado capturado ya por ellas en esa provocación encantadora de sus sensualidades ahí manifiestas, y las veía alzar sus brazos en esa costumbre de acomodarse sus cabellos reiteradamente, y ante mis ojos aparecían sus axilas que yo miraba mordiéndome los labios y casi dibujando un llanto en mi rostro.

El lugar desde el cual las espiaba yo en silencio absoluto apostado, era una pequeña piecita utilizada como lavadero, donde detrás mío, estaba el cesto donde se depositaba la ropa sucia. Mis ojos ven de repente el cesto...y en él...medias y bombachas de mi hermana y mamá. quedo extasiado en esa contemplación olvidando mi espiar hacia ellas, y comienzo a mirar aquellas medias y bombachas que se habían precisamente quitado...minutos antes! Entonces...no pude resistir mi tentación: Tomándolas en mis manos...comencé a llevarlas hasta mi cara, y... sí: comencé a aspirar todo aquéllo.

Olvidado de todo, con la puerta abierta y extasiado en aquella acción con aquel manojo de bombachas y medias sucias y sudadas de ellas sobre mi cara aspirándolas, ahí qudé sin saber ni notar que mi hermana había silenciosamente llegado desde atrás sorprendiéndome en tal cuestión, y silenciosa y rápida...salíó a contárselo a mamá para en cosa de segundos, ahora las dos estar ya...ahí detrá mío en el más silencioso goce triunfal, contemplándome "con las manos en la masa".

Entonces, cuando las muy cerdas lo estimaron oportuno, sus chistiditos ahí a centímetros mío mirándome, me advirtieron su presencia capturándome en tal comprobación. Quedé...paralizadamente perplejo, mudo, y ya ni sé de qué color. Sus carcajadas, sonaron estridentemente burlonas y sus miradas de felicidad total eran cosa que las mostraba en un paroxismo de grotesco goce.

No hubo delicadeza ninguna: entre las dos me agarraron con determinante resolución, y atrapado de pies y manos me llevaron corriendo hasta la cama de mi hermana. Ahí me desnudaron haciendo uso de una fuerza y rapidéz de acción poco creíble, y en cosa de segundos estaba yo completamente desnudo, tendido sobre la cama de mi hermana, y mis manos y pies, amarrados a los cuatro barrotes.

Chocando sus manos en lo alto como festejando la acción, las dos saltaban a las carcajadas y ahora, bailaban alzando los brazos ahí conmigo desnudo y así amarrado, dirigiéndome las más socarronas y por demás insinuantes morisquetas, y comenzando conmigo ya, aquéllo que iría a ser la cosa más lasciva y lujuriosa en aquella insestuosa relación donde ya las dos, estaban prestas a comenzarla sin más demoras.

Mamá se abalanzó sobre mí desnudo acercando su hermoso rostro al mío pegándolo en una sonrisa con sacada de lengua y guiñada, mientras mi linda hermana deslizaba sus dedos por mis huevos en un cosquilleo atróz, y su naríz se apretaba sobre la punta de mi chorizo así atrapado por una de sus manos mientras yo gemía y suspiraba y mamá reía y me hacía también cosquillas atroces.

¿Qué podía yo ahí entonces decir..? Nada! Sólo suplicaba piedad y ellas más se reían, y aquéllo comenzaba a ser la cosa más gorda y grotesca donde lo incestuoso y caliente, reinaría sin poder yo evitarlo.

Mi hermana ya mamaba mi verga mientras mamá me besaba como desaforada y las dos me hacían cosquillas de todo tipo y mi cuerpo debajo de ellas era un volcán desesperado que estaba ya explotando con toda su lava girando hirviente adento para comenzar a escaparse afuera saltando a mares. Mi hermosa hermana, mamaba y mamaba y la sacaba y la entraba de su boca y ya le sampaba grotescos besazos o le refregaba la punta de su nariz por la punta a mi verga haciéndome sentir un desespero de alocadas cosquillas enloquecedoras haciéndome así corcobear como un potro en plena doma. Mamá, se largaba las carcajadas.

-"¡Vení mamá que le va a saltar la leche, no te pierdas este skow!!!" Exclamó mi hermana justo en el momento exacto cuando estaba por empezar mi orgasmo y mamá saltó girando hacia mi chorizo quedando las dos con su cara ahí riéndose en la espera, y las dos recibieron en sus hermosas caras un cremoso riego blanco y espeso riéndose como buen par de cochinazas las dos ahí refregándose por sus labios narices y cara entera aquél mi empinado y grueso chorizo caliente y duro que en medio de mis más alocados orgasmos acababa como bestia largando a montones aquella leche que las dos disfrutaban como desaforadas.

Sí: apenas algún que otro minuto antes las dos estaban muy tranquilamente sentadas allá en el murito, y ahora...me estaban haciendo ésto! ¡Las cosas del destino!!!

Mi orgasmo como interminable le dió paso a esa calma sosegada que por algún momento sucede luego del mismo, lo que aprovechaban las dos para hablarme burlonamente diciéndome que era yo el más pillo e hipócrita santuloncito que había sido por ellas capturado con las manos en la masa y todo cosas por el estilo sin poder yo argumentarles nada que sirviera para atenuar mi culpa, y las dos más se regodeaban en éso y peor aún me decían y...hacían. Sin detenerse en su lujuriosidad besaban y lamían mi verga endureciéndola de nuevo y largando las carcajadas las dos ya volvían otra vez al ataque en aquella orgía, y yo gemía y suspiraba y aullaba retorsiéndome en la cama de mi hermana ahí atadito y desnudo, y otra vez las dos recomenzaban otra vez aquella cochadera y ahora empezaban las dos a follarme alternadamente haciéndome también lamerles el coño y el culo a cada una mientras ellas se repartían mi cuerpo como botín de guerra haciéndole cualquier cosa entre las dos al mismo tiempo.

-"¡Hasta que no te entregues delatando verdaderamente el placer que sentís, y te entregues a nosotras dos y lo disfrutes con nosotras y reconozcas que ésto te enloquece de placer, pues...no te vamos a soltar y vamos a seguir haciéndote cosas sin soltarte! ¿entendiste?"

Me dijeron. Y seguían haciéndome cosas y cosas y más cosas, y yo , empecinado y terco como los que más, no quería éso demostrarles, y las dos...pues, ¡SEGUÍAN!  Se reían burlonas en el continuo hacerme y hacerme, y una y otra vez me hacían estallar en potentísimos orgasmos que me enloquecían ahí debajo de las dos siempre. Sus carcajadas, coronaban cada estallido mío donde los orgasmos me hacían corcobear en un placer que no quería yo reconocer ante ellas.

-"¡Ustedes me están violando, cochinas puercas..!" les decía yo en un falsísimo tono de un enojo que era imposible de tomarlo como cosa cierta, y las dos se largaban las carcajadas y más me hacían y me besaban por todo el cuerpo y mamá se largaba las risas en mi cara y era la que más "me hacía", tal vez, de las dos...aunque mi hermosísima hermana trataba de no quedarse ni un puntito detrás.

Mi caída total, o sea mi entrega a ellas así reconociendo mi deleite de así haber sido por ellas capturado, era cosa de minutitos nomás.

Mi hermana salió corriendo y a las risas para volver enseguida con aquel manojo de sus medias sucias y bombachas con el que me habían sorprendido, y riéndose, empezó a refregármelo por la cara mientras me decían triunfalmente gozosas:

-"¡Qué..? ¿acaso ésto no era lo que estabas disfrutando, eh???" Reían las dos a las carcajadas,y ahí...pues..no pude ya más!

-"¡Cerdas...putas..cochinas abusadoras!!!" Les grité entre risas y una especie de sollozos mañeros mientras me retorsía riéndome, y ahí las dos se me abalanzaron a las carcajadas comenzando a besarme y besarme y decirme que desde ahora iríamos a ser el triángulo familiar más felíz del planeta, y ya...entre nosotros comenzó esa relación donde lo incestuoso, era la más grotesca cosa que disfrutaríamos sin importarnos convencionalidad ninguna que estuviese por fuera de nuestra relación ni hogar.

Era, el resultado del más absoluto triunfo de aquellas dos mujeres que así lo habían conseguido, al haberme en todo su derecho así a mí capturado...POR CALIENTE!

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