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El secreto de mi familia política

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Lo que voy a relatar sucedió hace un par de años, hacia el mes de mayo. Era domingo, y como en alguna otra ocasión había quedado para ir a comer a casa de mi novia ya que venían sus primos y su tío.

Gema, mi novia, vive en una casa de campo con sus padres (Emilio y Juli) y con su hermana menor (Sara) que tiene 21 años, tres menos que nosotros.

Sus primos Jorge y María, son mellizos y tienen 23 años y su padre Ramón, que está divorciado desde hace tiempo, tendrá alrededor de 50, como mis suegros.

El caso es que cuando llegué, el coche de Ramón ya estaba en la puerta y tras aparcar junto al suyo llamé al timbre. La puerta se abrió, pero no salió nadie a recibirme. Pensé que tal vez estarían en el Jardín charlando y que habría sido mi suegra la que me abrió que estaría trabajando en la cocina, pero al entrar, no vi a nadie. La puerta del Jardín estaba cerrada y la cocina estaba vacía. Entonces empecé a oír risas en la parte de arriba, extrañado me dirigí hacia la planta superior y tras examinar las habitaciones vi que tampoco estaban ahí. Las risas y algo que más tarde identifiqué como gemidos provenían de la bohardilla, así que, algo desconcertado seguí subiendo a la última planta, pensando que era raro que estuvieran todos ahí.

Comencé a subir, y cuando alcancé a ver por encima de la escalera, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Jamás podría haberme imaginado una escena semejante, me quede helado.

Allí estaban, como en una orgía sacada de alguna película porno, todos desnudos y ocupados en distintos juegos. Ramón, el tío, estaba follándose a Sara, mi cuñada. La tenía a cuatro patas bombeándola fuertemente, mientras sus pechos que quedaban colgando se movían una y otra vez adelante y atrás. He de decir que me había fijado en mi cuñada en alguna ocasión, pero no imaginaba que tuviera un par de tetas como esas. Ella gemía suavemente mientras el empujaba una y otra vez. Junto a ellos, sentada en el sofá, estaba mi suegra, una madura atractiva, 47 años muy bien llevados, con un cuerpo bien conservado y un par de tetas bien firmes y gordas. Estaba abierta de piernas, con el culo medio fuera, mientras el primo Jorge, de rodillas frente a ella, la estaba comiendo su gran coño que pude observar que estaba completamente depilado.

Pero lo que realmente me dejó helado, fue cuando giré la cabeza y vi como Emilio, mi suegro se follaba como una perra a mi novia y ella a su vez le estaba comiendo el coño a María, su prima. Imaginaos, mi novia follada por su padre y además jugando con otra mujer. Me quedé blanco, no sabía si darme la vuelta y salir de aquella casa corriendo o echarme la mano a la polla que en ese momento estaba como una piedra respondiendo a tan maravillosa visión. Era como una dulce pesadilla. En ese instante vi que todos habían parado, me estaban mirando como si el raro fuera yo, mi novia me miraba fijamente aun con el rabo de mi suegro entre las piernas. Entonces fue Juli, mi suegra quien dijo: —Hola, te estábamos esperando —me quedé aún más desconcertado, tanta naturalidad, me lo dijo como si nada, como si estuvieran tomando un aperitivo en el jardín. Con la voz temblorosa por lo extraño de la situación dije: —Hola, siento haber llegado tan tarde, Gema me dijo que viniera a las dos. Juli sonrió y me invitó a sentarme en el sofá, junto a ella. Me dirigí hacia allí lentamente, mientras todos me miraban, habían parado sus quehaceres para prestarme toda la atención, Gema también se sentó con nosotros y el resto de la familia se acercó al sofá y se acomodaron en el suelo.

—Luis relájate —me dijo mi novia mientras besaba mi mejilla, con sus labios aun mojados de los jugos de su prima —Este es un secretillo que aún no te había contado de mi familia, no sabía cómo hacerlo y he preferido que lo descubrieras de esta manera —me dijo con voz suave. Yo la miré a los ojos fijamente, no sabía que decir, aún estaba helado, me había tendido una trampa de difícil calificación. Mi suegra, se abrazó a mi cuello en un alarde maternal que yo no había visto hasta ahora, y me dijo: —No te asustes, nosotros somos muy liberales y creemos que disfrutar del sexo no es nada raro ni que deba reprimirse, por eso lo hacemos así, en familia, para sentirnos aún más unidos. De nuevo se hizo el silencio, yo seguía alucinando, jamás me hubiera imaginado algo así, mis suegros eran algo raros, algo místicos y tal, pero esto era demasiado, estaba totalmente ido, con la mente bloqueada, fue sin duda un shock brutal.

Mi suegro permanecía callado, estaba sentado junto a mi cuñada, ella le abrazaba y me miraban con gesto expectante.

Para mí era algo totalmente inesperado, llevaba un año y pico con mi novia, conocía a toda su familia y me sentía muy a gusto con ellos, habíamos pasado muy buenos momentos juntos, eso fue lo que me hizo decidirme. –Me gustaría unirme a vosotros —dije, al fin y al cabo, el plan no estaba nada mal, follarme a todas las hembras de la familia que además estaban buenísimas y eran encantadores. Pero caí en la cuenta y añadí: —pero, a mí no me gusta hacerlo con otros hombres —mientras miraba directamente a la cara a mi suegro. El sonrío, y entonces fue cuando por primera vez Emilio abrió la boca —A mí tampoco me gusta hacerlo con otros hombres, ni a Ramón, ni a Jorge, son las niñas las que empezaron con esos juegos y a nosotros no nos importa, las tres primas se quieren mucho y saben pasarlo bien ellas solas, pero nosotros nunca lo hemos hecho porque no es algo que nos agrade. Era increíble, era como una comuna hippy en casa de mi novia, con sus propias reglas ancestrales, joder, estaba totalmente flipado. Fue entonces cuando noté que la mano de mi suegra, iba directamente a mi pantalón, a mi paquete. Mi novia empezó a besarme el cuello y me dijo —Bienvenido Luis, vamos a disfrutar muchísimo —mi suegra había desabrochado ya el pantalón y acariciaba mi polla sobre el calzoncillo. Me besó hasta el fondo de mi garganta y me dijo —Como yo soy la que manda en casa yo seré la primera en follarte —en ese momento ya tenía la polla en su mano y la daba un suave masaje, arriba y abajo, era una experta pajillera y me miraba con cara de puta, la verdad es que yo había soñado alguna vez con ella, pero esto superaba cualquier sueño.

Mientras todos se pusieron al trabajo, Ramón se tumbó en el suelo y Sara sentada cabalgaba su polla como poseída, me volví a fijar de nuevo en como botaban sus tetas, era una imagen espectacular. Jorge se estaba follando a mi novia a cuatro patas, sé que la encantaba esa postura y se la veía feliz. María, que también tenía un buen par de tetas, aún más grandes que las de Sara, le estaba haciendo una mamada a mi suegro, más tarde me enteré que le encanta que se corran en su cara, es una auténtica pervertida, eso sí me lo imaginaba, siempre había pensado que tenía cara de viciosa.

Mi suegra seguía trabajando, ahora con la boca, cuello arriba cuello abajo, empapando mi polla y tragándola hasta el fondo, creo que esa ha sido la mejor mamada de mi vida, mientras se tocaba su gran coño con la mano que le quedaba libre, era una autentica leona, y estaba buenísima, lo de las tetas gordas debe ser genético en ese familia, chupaba y chupaba como si quisiera arrancármela y cuando vio en mi cara que no podría aguantar mucho más, se la saco de la boca y me indicó con su dedo hacia el coño, sin dudarlo me puse de rodillas en el sofá y ella boca arriba bien abierta empujó mi cabeza hacia abajo. Era un olor muy intenso, tenía el coño empapado y un agujero bien dilatado delataba su promiscuidad, empecé a lamer aquel coño húmedo y ella pronto empezó a segregar más y más flujo. Estaba empapada, creo que yo debía estar haciéndolo muy bien ya que ella no paraba de mover su pelvis y gemir, así estuve lamiendo y chupando hasta que ella empezó a gritar como loca, en lo que fue su primer orgasmo conmigo, todos miraron y sonrieron, incluso Ramón se puso a aplaudir. Yo la verdad, seguía alucinando. Entonces Juli se rehízo del momento y me empujó hacia atrás, dejándome tumbado en el sofá, cogió mi polla que estaba perfectamente erguida y de un salto se sentó encima —Que polla cabrón, ahora entiendo por qué te quiere tanto mi hija —Comenzó a cabalgar como endiablada, y sus pechos, igual que los de Sara, se movían arriba y abajo, se movía como una anguila, mi suegro que ya se había corrido en la cara de María estaba mirando atento y sonriente, y mi novia que debía llevar el coño lleno de semen de su primo se acercó para dar un largo beso a su madre a la vez que acariciaba mi pecho con una mano y mis huevos con la otra. Mi suegra estaba ida, jamás me hubiera imaginado algo así, no paraba de gritar lo mismo —Vaya polla Luís, como vamos a disfrutar ahora —y gemía sin parar, yo la verdad estaba a tope y eso también debía influir, así estuvo un buen rato hasta que se corrió de nuevo sacándose mi polla y poniéndose en cuclillas a la altura de mi pecho, me llenó de un líquido caliente que incluso me entró en la boca.

Casi sin poder moverse se sentó en el sofá y me dijo que me pusiera de pie junto a ella, así, cogió mi polla y comenzó a menearla y a chuparla aún más fuerte que la primera vez. Cuando vio que estaba a punto dijo —Ahora vas a correrte en la cara de tu suegra, seguro que te gusta ¿eh Luisito? —y comenzó a pajearme más fuerte y más rápido, esas palabras fueron las que me dieron la puntilla y unos segundos después estaba derramando mi semen sobre su cara y su cabellera rubia. Ella miraba con cara de satisfacción y se relamía de los restos que chorreaban por la comisura de sus labios. María, la prima, se acercó a nosotros y terminó de mamar el poco semen que colgaba de mi polla y a lamer el que estaba esparcido por la cara de su tía. Gema se acercó a mí y me dijo —¿Has disfrutado cari? —Yo estaba exhausto y asentí con la cabeza, ella sonrió y me dijo —Pues esto es solo el principio.

Cuando todos nos habíamos recuperado bajamos a la planta de los dormitorios y nos duchamos por turnos, mi cuñada Sara se empeñó en ducharse conmigo y la pedí que por favor me dejara enjabonar sus tetas con las que después me hizo una gran cubana, esa tarde me la follé a ella también, pero eso es otra historia.

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