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Té para tres...

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Hola, me llaman Pacho, trabajo en un bar donde por lo general van mujeres muy bellas, yo no soy muy atractivo por lo que casi no me miran, pero eso no importa, mi trabajo me ha permitido conocer gente muy interesante y por mi forma de ser he llegado a gustar a algunas chicas.

Era miércoles y tenía el día libre, en la mañana el dueño del bar, se llama Juan, llamó a mi casa y me dijo que tenía ganas de charlar, se sentía muy solo y aburrido por lo que me pidió que fuera y le hiciera compañía un rato, yo accedí y una hora después llegué y me senté en la barra mientras él colocaba música al ritmo de dos cervezas bien frías.

Poco tiempo después llego ella, su nombre Liliana, alta, rubia, pecosa, esbelta, senos pequeños pero lindos, buen culito, bellísima. Comenzamos a conversar, Juan me la presenta ya que no la conocía, pide una cerveza y al poco tiempo empieza a besar a Juan de una forma que me excitaba verlos y tocar mi pene de forma disimulada. El bar estaba casi vacío, aunque era temprano por lo que Juan me pide el favor que me quede a cargo del bar mientras sale con Liliana a un motel.

Empecé a colocar música y a atender a los pocos clientes que entraban cuando llegó Alex, un tipo bien plantado, joven, buen amigo y adicto a la cocaína, Se sentó en la barra y pidió una cerveza, empezamos a hablar y le conté lo que había sucedido con Juan y entre risas y carcajadas llegó Liliana totalmente furiosa, al poco tiempo llegó Juan con cara de ternero a medio morir.

Con disimulo le pregunté a Juan que había sucedido y él me respondió: “Pachito, esa mujer está totalmente loca, imagínate que fuimos al motel, le quité la ropa, me la tiré y después de hacerla tener un orgasmo, resultó que dizque era un “ángel”, decía “Yo soy un ángel puro, un ángel de Dios”, en ese momento me di cuenta que las cervezas le habían hecho daño y me la traje para el bar”.

Yo estaba bastante confundido, salí de dentro de la barra y me senté al lado de ella con cierta consternación, no sabía que decirle, apenas le contestaba con monosílabos. En cambio, Alex mantenía una charla constante con ella y parece que lograban llevarse bien.

Poco tiempo después comenzamos a beber aguardiente que es un trago mucho más fuerte, y Liliana comenzó a dar muestras de estar ebria, empezó a tocarme los muslos mientras me decía “me gustan tus ojos…”, Juan sale al baño, Alex va al mezanine a “maquillarse” un poco y yo quedo solo con ella. No logro soportar más su sensualidad y nos besamos, es un beso corto, pero podía sentir su lengua ardiente, en esas Juan llega y nos ve, yo me asusto un poco. pero a él no parece importarle mucho, el bar se va quedando sin clientes hasta que por fin queda totalmente desocupado.

Solo quedábamos los cuatro, Liliana pide a Juan que coloque algo de cine porno gay, pero Juan no tiene así que coloca una porno hetero, igual nos excita a todos, yo ya no podía ocultar mi erección, pero Liliana lo nota y pone su mano en ella, siento que voy a estallar y delante de Juan meto mi mano en su blusa y toco sus senos mientras Alex trata de excitarse, pero no puede porque ha consumido mucha cocaína. Juan tras la barra se masturba, la película se pone más fogosa mientras se muestra en los tres televisores del primer piso, subimos al mezanine y al fondo hay un sofá de cuero donde los cuatro nos acomodamos.

Juan empieza besando a Liliana de forma deliciosa mientras la iba desvistiendo, Alex quien se sentía un poco frustrado por no poder tener una erección comenzó a manosear a Liliana, yo lo detengo y al oído le digo que debe esperar a que esté desnuda por completo, de esa forma si decide arrepentirse ya no podría detenernos.

Totalmente desnudos, Liliana y Juan, se acuestan en la mesa y empieza la faena, Juan la penetra al estilo misionero y yo empiezo a quitarme la ropa, Alex hace lo mismo, pero lo avergüenza su pene caído por lo que se sienta en el sofá y se masturba tratando de obtener una erección. Me acerco a ellos, Juan me dice “Pachito, hágale…”, levanto su cabeza y le meto mi pene por la boca, ella ejerce un poco de resistencia, pero empieza a mamármelo, Juan sigue tirándosela y Liliana gimiendo con ganas. Alex se acerca y chupa los senos de Liliana, sus mejillas estaban a reventar, y su vagina emitía ese sonido tan erótico que hace la fricción y la lubricación hasta que hace venir a Juan dentro de ella.

Mi turno de metérselo, le doy vuelta y lo hago al estilo perrito, Alex se pone delante, aun con su pene flácido, y se lo mete en la boca mientras ella cierra los ojos y mueve su culito cadenciosamente. Juan descansa desnudo en el sofá esperando recuperarse mientras yo sigo a mi ritmo. Empiezo a sentir que me voy a venir, se lo saco, el incorporo de rodillas y hago que me lo mame de nuevo, se lo meto hasta lo más profundo de su garganta hasta que empieza a ponerse roja y sus ojos llorosos, gagea mientras la punta de mi pene golpea su campanilla, trata de sacarlo, pero yo no la dejo hasta que la hago vomitar. Eso me excita de una manera terrible y me vengo dentro obligándola a tragárselo todo mientras tose y se queja.

Alex logra su erección por fin y se lo mete por el culo, Liliana para ese momento ya estaba bastante fatigada y después de la vomitada comienza a recuperar su consciencia, cae en cuenta de lo que está sucediendo y dice “…porqué me hacen esto, yo soy un ángel, un ángel divino”. Alex le contesta “angelito mío… me vengo dentro de tu culo, ahhhhhhhhh…”

Liliana empieza a gritar mientras Juan trata de callarla, yo ataco su vagina y la castigo con mi lengua, Alex cae rendido en el sofá listo a inhalar una línea de cocaína, Juan la penetra por el culo y yo cambio de posición para metérselo por delante, la penetramos mientras ella grita y gime al tiempo, la abrazamos y chupo sus tetas totalmente paradas, su mirada está perdida, Alex aplica cocaína en la cabeza de mi pene y se lo meto, eso pone mi pene tan duro como el mármol y mis sentidos se hiperactivan, lo muevo sin parar mientras me vengo pero no puedo detenerme, vuelvo a venirme dentro de su vagina y mi semen empieza a escurrir entre sus labios, ella gime y reporta un orgasmo, uno increíble, Juan se viene dentro de su culo, dosis de cocaína, hipererección y vuelve al ruedo, al ataque, Liliana siente que su culo se rompe y le sale sangre, empiezo a sentir que se queda sin lubricación, ella se queja del dolor pero no me detengo hasta que nos venimos al tiempo los dos. Un beso, Juan y yo nos apartamos y Liliana queda tirada en la mesa desnuda, exhausta, su vagina comienza a expulsar todo mi semen, dice que no puede mover las piernas, está amaneciendo, todos nos vestimos, la dejamos en un taxi y hasta el sol de hoy no volvimos a saber de ella.

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