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Fieras en la Cruz (incluye versión en película)

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Futuro, año indeterminado. Ciudad autónoma de Villalobitos. Después de la catástrofe, conviven en dudosa armonía, humanos y mutantes de diferentes grados bajo un régimen autoritario, aceptado y apoyado por la inmensa mayoría de una población temerosa de la inseguridad, según algunos, provocada y permitida por la casta dirigente. Bandas de varios clanes campan por sus respetos en amplias zonas de la ciudad.

CIUDAD AUTÓNOMA DE VILLALOBITOS

2 h DE LA MADRUGADA

Son las dos de la mañana. Una mujer camina contorneándose buscando clientes. Es muy tarde pero siempre hay algún necesitado buscando alivio.

— hola. Cuanto quieres por el resto de la noche.

— no me van los bollos, pero por ser tu haré un sacrificio.100 euritos.

— Toma el dinero, vamos. Mi casa está ahí al lado.

Las dos chicas se meten por un callejón lateral.

— vives ahí?

— si. Tengo un loft.

— Oye, te doy 50 € más si me dejas besarte en la boca.

— lo que tú quieras chata. Con lengua, ¿no?

La chica besa a la puta apasionadamente, pero... Sin mediar palabra la cliente se lanza sobre el cuello de la prostituta, que cae fulminada. La carga a hombros y entra por una puerta.

CUATRO HORAS MAS TARDE

A las seis de la mañana la caporal TJ junto a su segunda, la cabo Romerales observan él cadáver descuartizado con indiferencia.

— lo de siempre caporal. Una puta abierta en canal y desguazá. Lo raro es que sea aquí, un barrio tranquilo.

— y pa eso me han despertao? Joder. Pásala a crímenes de mutantes grado 0.

— pero jefa, la Rita se va a cabrear. Aquí tie muchos votos.

— pos carga con el fiambre y llévala al barrio de Chueca. Allí no llamara la atención. Venga Romerales, que cada día tas más abobá.

Distrito X, al final de la Avda. Rodríguez Zapatero, uno de los barrios poco conflictivos. Allí viven sobretodo clases medias uniparentales, teóricamente libres de mutantes de grado superior. Zara es uno de sus habitantes.

Soltera, bien parecida. Vive sola en un miniapartamento del montón. Trabaja 12 horas diarias de lunes a sábado en una oficina del centro. Media hora en metro para ir y otra media para volver. No se le conocen aficiones, novios o amigos. Una persona anónima. Un día...

ES MEDIODÍA DE UN MIÉRCOLES CUALQUIERA

Isa aparece por el despacho de Zara, que está terminando un informe.

— hora de comer.

— ve delante Isa, acabo esto en un momento. La jefa me mata si no se lo doy ahora.

20 minutos más tarde...

— perdona, pero esta tía me lleva por el camino de la amargura. Hola.

— Zara, esta es Cruz, una amiga.

— hola Zara, encantada. Bonito tatoo.

Cruz es una pelirroja atractiva de unos cuarentaitantos. Lleva un elegante vestido negro y gafas oscuras. Ese día Zara lleva una minifalda muy bajera. Cruz no pierde detalle de una extraña característica.

— bueno, tengo que volver al curro Zara. Lo siento. Cruz, ¿te quedas?

— si. Haré compañía a Zara. Es muy triste comer sola.

— Zara, debe ser duro tener cerca a un caramelo como Isa todos los días, ¿eh?

— perdona, ¿qué? No sé a qué te refieres.

— muy bueno eso del tatoo. ¿Disimula que falta algo verdad?

— oye, tengo que volver al trabajo. Adiós

— espera.

Cruz se quita las gafas. Al verla Zara se sienta de nuevo.

— qué quieres.

— hablar, solo eso. Cuando salgas te espero en el Penny.

— el bar de bolleras?

— si. Es discreto y a esas horas no hay nadie.

— está bien. Salgo a las 8.

6 horas después Cruz está sentada en el Penny Malones, un pub muy conocido por ser lugar de reunión de lesbianas, una rareza en una ciudad tan autoritaria. Llega Zara. Cruz está sentada esperándola.

— y bien?

— sabes Zara cuantos de nosotros hay en esta ciudad?

— de nosotros? Qué coño dices.

— lo sabes perfectamente. ¿De veras creías que eras la única?

— no tengo ni idea. ¿Por?

— porque está en juego nuestra supervivencia.

— y a mi qué me importa vuestra supervivencia?

— porque es la tuya. ¿Sabes qué pasaría si descubrieran a uno de los nuestros?

— No estamos en el censo de mutantes. No saben nada de nosotros. Y en una ciudad tan violenta pasamos desapercibidos. A qué preocuparse.

— no conoces los métodos de la caporal TJ y sus guardias. Somos muy sensibles al dolor. ¿Lo sabes verdad? Acabaríamos hablando si en un descuido nos pillaran. 

¿Sabes el destino que nos esperaría? La hoguera en la plaza del Caudillo. Sería el fin de nuestra especie. Al menos en esta mierda de ciudad.

— entonces, ¿qué me propones?

— Quiero que vengas a conocernos.

— para qué?

— somos tus hermanos. Nos protegemos. Te protegeremos. Y celebramos ceremonias de entregas. ¿Cuánto hace que no ves a una adolescente ofrendada? ¿Cuánto que no te comes su útero o su estómago en ese ritual?

¿Recuerdas como la crucifican? ¿La desangran?  la trocean para rehacerla y convertirla en esclava?

— pretendes excitarme?

— es algo que tu sola no pues hacer verdad? Nosotros sí. Tenemos un lugar para hacerlo. El viernes, a media noche. Hay luna llena. Te recogeré aquí.

— está bien. Oye, ¿cuántos años tienes?

— bastantes; nací en Londres. Mis padres huyeron de la inquisición. Vivíamos en Toledo, hasta que llegó Torquemada.

— como conservas esa lozanía?

— maquillaje. Lo único que no puedo disimular son los ojos. Tu tendrás unos 70 o así, ¿no?

— 83. Oye, me voy. No me va este ambiente.

— Zara, una cosa más... ¿Cuánto hace que no follas?

— ni me acuerdo.

— eso se puede arreglar... Ah, y ser presumida no es muy prudente. Yo de ti me olvidaría de mostrar la tripita.

VIERNES 23:55 H

Dos días más tarde Zara pasea por el callejón a la hora convenida. Un coche para a su lado. Es Cruz. Sube y salen de la ciudad. Abandonan la interestatal a unos quince km y se meten por una pista de tierra. Llegan a una gran mansión junto al lago. Entran hasta un vestíbulo amplio. Van recorriendo pasillos hasta llegar a un gran salón. Tres personas las esperan sentadas en una larga mesa, dos hombres y una mujer. Uno de ellos es todavía joven. Los otros dos van sin maquillar lo que les delata como multicentenarios. Otra persona desnuda, de extraño aspecto permanece de pie. Es una mujer, pero parece un zombie. Es una entregada, no hay duda. Una esclava. Cruz se los presenta.

— este es Zeus y esta es Démeter. Aquel apuesto joven es Eros.

— hola

— ella es Zara, el eslabón perdido.

— no entiendo.

— sabíamos que había otro de los nuestros en la ciudad. Llevamos años buscando. Cruz te encontró de pura casualidad.

El que habla es Zeus, un hombre de gran porte y voz grave. Preside la mesa, y es claramente quien manda.

— bueno, pues ya estoy aquí.

— te necesitamos Zara.

— a mí, por qué?

— porque nosotros somos demasiado viejos. Los años de gran escasez nos han deteriorado mucho. El maquillaje ya casi no nos disimula. Yo tuve problemas hace unas semanas. Gracias a Démeter pude salir del apuro.

— tú Cruz? Y... Ah, entiendo. Tu eres Ivana, la jefa del Penny, ¿no?

— efectivamente. Cruz nos ha servido de mucho hasta ahora.

— y pensáis que yo os voy a traer el alimento ligando con tortilleras? Estáis muy equivocados. ¿No tenéis a ese semental?

Intervino Zeus.

— ese semental como tú le llamas es mi bastardo, hijo de una mortal contaminada, pero sin heredero el quizás sea mi sucesor y no tiene por qué hacer nada. Para eso estáis las hembras. ¿Nadie te ha enseñado educación Zara?

— bueno, ya vale. Me voy. Cruz, ¿me llevas a casa?

— no te queremos para que nos traigas alimento. Eso lo hacemos solitos sin problemas. Te necesitamos para algo más importante... hemos de encontrar una virgen, una hembra inmaculada. Yo la preñaré y su fruto perpetuará la especie. Ni Eros ni vosotras podéis hacerlo.

— ja!, encontrar una virgen. ¿Dónde hay vírgenes? No me hagáis reír.

Intervino Démeter-Ivana.

— al Penny vienen muchas adolescentes lesbianas. Para eso estas tú.

— no... Ni hablar. No soporto a las bolleras ni quiero líos. Estoy muy bien sola. Me voy.

— me la quiero follar.

Quien habla así es Eros.

— padre, me das permiso?

— lo tienes

— y una mierda— responde airada Zara.

Ante este desaire, Eros, que ya se había levantado, se planta delante de Zara.

— más vale que lo hagas a buenas.

— fóllate a tu puta madre.

Eros le da una bofetada. Los otros contemplan la escena.

— hijo de puta

A un gesto Cruz, que está tras ella, agarra a Zara por detrás. Eros empieza a golpearla con saña. Pechos, barriga, entrepierna...  Zara se desploma.

— qué hacemos con ella, padre?

— enseñarle educación.

Eros la agarra, la carga al hombro y se la lleva a su habitación donde la folla y sodomiza hasta hartarse. Después llama a la zombi que se la lleva al sótano.

Las 6 de la mañana. Zara cuelga inerme de unos ganchos en una lógobre estancia. Lleva el cuerpo lleno de sangre y señales de tortura. Respira con dificultad. Cruz baja por las escaleras acompañada por la zombi y se planta frente a ella. Todavía le quedan fuerzas para insultarla.

— hija de puta.

— Zara, vete haciendo a la idea. Eres uno de nosotros. No tienes elección. Estarás aquí hasta el lunes. he iras a tu trabajo como si nada hubiera pasado. Tu vida debe seguir con entera normalidad. Recibirás instrucciones a través mía. Soy amiga de Isa y nadie sospechara si nos ven juntas.

— vete a la mierda.

— no queremos torturarte más. No nos obligues...

— vete a tomar por culo puta.

— La próxima vez que me faltes al respeto te voy a meter electrodos por tu coño hasta lo más profundo de tu vientre. Te aseguro que desearas la muerte... Ah, y no se te ocurra escapar. Te encontraríamos. ¿Lo sabes verdad?

Se dirigió a la zombi.

— Un poco más de educación.

Y salió escaleras arriba dejando a la zombi encargarse de Zara, que maldijo el día que conoció a Cruz.

UNA SEMANA MÁS TARDE...

Ha pasado una semana. Al ir a comer Zara se lleva una desagradable sorpresa: encuentra a Cruz, que está con Isa. Apenas se saludan. Isa se va y Zara y Cruz se quedan solas.

— Esta noche ve al Penny. Hay carne fresca.

Zara no tiene elección.

— allí estaré.

MEDIA NOCHE

Es media noche. El Penny está lleno. Entra Zara, con un vestido negro transparente de cintura para arriba. No lleva sujetador Se ha vestido para seducir. Mira a su alrededor. Se acerca a la barra. Una camarera rubia se le acerca.

— Jim Bean sin hielo.

— es la primera vez que vienes?

— la segunda.

Ve al fondo a Ivana- Démeter, que le hace una seña. Su objetivo está en la otra esquina de la barra. Una jovenzuela solitaria con cara de asco. Zara se le acerca.

— muy sola te veo para lo buena que estás. ¿Qué pasa, que nadie te quiere?

— qué va. No dejo de espantarlas, pero son todas unas viejas arrugadas.

— lesbiana o bisexual?

— lesbi. Me dan asco los tíos. Puafff. Oye, ¿y tú?

— hetero, pero tengo fantasías con tías. Pero tienes razón, aquí poca cosa puedes encontrar. Bueno, la camarera está para morderla.

— ah, Susa. Sí que está buena. Pero es de Ivana. Intocable. Oye, ¿cómo te llamas?

— Zara. ¿Y tú?

— yo Eugenie, pero todos me llaman Ugy. ¿Nos sentamos?

Se sientan en el único sitio libre.

— así que tienes fantasías con nenas? ¿Y por qué no las llevas a la realidad?

— no sé... Es que soy muy hetero. No conozco ningún sitio de parejas liberadas. Con un tío y una tía quizás me atrevería.

— una vez una prima mía y su marido me hicieron una encerrona. El trato era que él miraba, pero el cabrón quiso follarme después. Cuando le dije a mi prima que era virgen lo obligó a parar.

— no has perdido el virgo?

— no, ni ganas. Solo pensar que un tío me puede meter algo ahí dentro...  Oye Zara, tú...

— yo qué?

— te gustaría probar conmigo? No estoy como la Susa pero...

— no, si no estás mal, pero...

— oye, tu marido o tu novio no tienen por qué enterarse. Arriba hay un reservado. Una vez estuve con Mo, una chica de alterne del Penny. No es nada cutre. ¿Qué, te animas?

— venga, vale. ¿Qué hay que hacer?

— nada. Espérame aquí.

Ugy se dirige a Ivana que mira disimuladamente a Zara, que asiente. Las chicas suben por las escaleras hasta el altillo en que se encuentra la habitación. Nada más cerrar la puerta la desinhibida Ugy agarra por detrás a Zara y le besuquea el cuello.

– qué bien hueles. Tu coño debe saber a rosas.

Sus manos retuercen los pechos de Zara que tiene que reprimir un grito de dolor. Le toma las manos para que los deje y las pone entre sus muslos. Ugy levanta la corta falda y le palpa el peludo sexo. Zara no lleva bragas.

– qué bueno... Un coñito natural, mmm...

Mete en dedo medio entre los labios buscando el clítoris. Zara tiene que fingir, pero su vagina no sabe hacerlo. Ugy insiste en el sobeo.

– qué le pasa a este coñito que no llora?

Zara se da la vuelta y la besa en la boca. Las lenguas juguetean. Ugy se desprende de su camisa. Zara manosea sus pezones metiendo una mano dentro del sostén mientras que la otra suelta el engarce. Caído el suje Zara se lanza morderle los breves pechos. Ugy jadea.

– sí... sí... Muérdeme fuerte. Hazme sangrar...

Está a punto. Zara la empuja suavemente sobre la cama y se arrodilla. Le separa las piernas, le sube la falda y le arranca con sus dientes el minúsculo tanga. El sexo depilado está manando.

"hijaputa... Esto por mis tetas" piensa, y muerde con fuerza el pelado monte de Venus. Ugy grita, pero no de dolor, aunque sí.

— más... Más fuerte puta...

El sabor de la sangre casi obnubila a Zara. Se va a correr la jodida solo por morderla. No quiere que su cabeza vaya por otro lado gracias a su instinto depredador, así que decide acabar. Sus dientes dejan el hinchado y mullido pubis y aprisionan el clítoris. Al instante Ugy salta en una serie de espasmos al compás de las ondas del orgasmo. Cuando cesa aún jadea, pero se desploma, y cae en un profundo e innatural sueño. La han drogado.

Tres horas después entra Ivana y encuentra a Zara en el baño vistiéndose.

— qué le has dado? Ha caído de golpe.

— nada te importa. Ya hemos cerrado. Abajo no queda nadie. Bájala. Nos vamos.

Zara envuelve con una sábana, carga con facilidad a la adolescente y sigue a Ivana.  Suben a un coche y salen de la ciudad.

10 DE LA MAÑANA

Ugy despierta en una habitación austera. Zara está allí. Está desnuda.

— dónde estoy?

— en un sitio seguro.

— Qué pasa? Porqué me has traído aquí.

— pronto lo sabrás.

Zara da media vuelta y se va. Al rato vuelve acompañada de los otros. Ugy llora.

— qué queréis de mí? Por favor dejadme ir a casa. Os daré dinero, lo que sea, pero dejadme salir.

— padre, podrás dejármela después?

Zeus no hace caso del comentario de Eros.

— parece de caderas anchas. Buena paridora.

Cruz asiente.

— sí, es perfecta.

— lo prepararemos todo para pasado mañana. Dadle aceite de ricino para limpiarla bien.

— no... No... Nooooo

Se van mientras Ugy llora desconsoladamente.

DOS DÍAS DESPUÉS

Pasados dos días todo está dispuesto. En un salón vacío están Zeus, Eros, Démeter, Cruz y la extraña zombi. Más apartada Zara, con ganas de que acabe todo. Zeus, vestido con una bata ordena:

— traed la alfombra ceremonial, y disponedlo todo. Después id a por la virgen. Estará tan débil por la diarrea que no tendrá fuerzas para oponerse.

Varios minutos después está todo preparado. Una mullida alfombra con una extraña estrella de 5 puntas rodeando a un extraño dibujo se extiende ocupando casi todo el suelo. La extraña zombie trae en brazos a Ugy. No ha comido ni bebido agua desde que fue raptada, y las defecaciones continuas han acabado de debilitarla hasta la postración. Es depositada en el lecho. El mismo Zeus la abre de piernas, se quita la bata. Un monstruoso pene en erección está dispuesto a penetrarla. Se tumba sobre ella y la folla ante la atenta mirada de sus hermanos, excepto Zara, que está de espaldas. Ugy apenas gime, pero en su lamentable estado nada puede hacer. Finalmente, Zeus con un estremecimiento se corre. Se levanta y vuelve a ponerse la bata. Zara ve con aprensión la verga fláccida de un tamaño aún mayor que en estado erguido.

— colgadla de los tobillos media hora para que el semen penetre profundamente Después lavadla y dadle de comer. Ha de estar sana para el heredero.

La zombi carga con ella y sale de la sala a cumplir la orden. Zeus esta con Démeter y Cruz. Zara se acerca.

— bueno, he cumplido mi misión. Ya no me necesitáis. ¿Puedo irme ya?

Zeus no contesta. Cruz se percata del panorama. Mueve la cabeza lamentando la actitud de Zara.

— qué pasa. ¿No he hecho bien las cosas? ¿Os he fallado? Ya tenéis lo que necesitáis. Quiero irme.

Cuando Zara todavía no ha terminado, Zeus con la agilidad de una serpiente de un golpe la derriba.

— te lo advertí Zara. Vosotras, llevadla al potro.

Ante el estupor de la semiinconsciente Zara, es arrastrada a la estancia donde fue salvajemente torturada. La desnudan y la amarran a un artefacto. Primero Démeter por un lado y Cruz por el opuesto dan vueltas a las ruedas y Zara es estirada dando terribles alaridos. Suplica, gime, grita... En vano.

Pero eso no es lo peor.

Introducen una sonda por su vagina. Las iniciales manifestaciones de terror de Zara no fueron nada comparados a los que profirió después, cuando Zeus activó la corriente.

TRES MESES DESPUÉS...

Meses después, Zara despierta. Ugy la está observando. Están en la misma habitación, desnudas las dos. La barriga de Ugy muestra ya indicios de embarazo. Zara lleva el cuerpo surcado de cardenales.

— nunca me hablas... Porqué?

Silencio

— estoy aquí por tu culpa, sabes? Podrías hablar conmigo, ¿no?

Silencio

— oye Zara, no te culpo. Sé que tú también lo estás pasando mal. Creo que te viste forzada a hacerlo. Háblame, lo ruego.

— qué quieres?

— solo que me hables. ¿Por qué no podemos ser amigas? Estamos igual de jodidas. Bueno...

La conversación se ve interrumpida por la llegada de la zombi. Abre la puerta. Con su voz gutural reclama a Zara —ven— esta la obedece mansamente y la acompaña. Cruz está sentada en la biblioteca esperándola.

—  qué he hecho esta vez?

— siéntate. No es por Eros. Se ha cansado te ti. ¿Qué vamos a hacer contigo?

Zara agacha la cabeza compungida. Ha hecho todo lo posible por complacerles, se ha amansado hasta lo indecible. Ya no es la rebelde segura de sí misma sino una obediente sierva.

— ya no os hago falta. Aquí lo he perdido todo. Dejadme ir. Me buscaré la vida en otra ciudad.

— eso es imposible, y lo sabes.

— pues haré lo que sea. Seré vuestra esclava como Jana, pero no me torturéis más por favor.

— eso no depende de mí. Quiero que cuides a la madre del heredero. No le hablas ni la escuchas, y eso se acabó. ¿Está claro? Hay que mantenerla en las mejores condiciones posibles, hasta que llegue el momento.

— si Cruz, haré lo que me pides.

— hazlo por tu propio interés. Zeus quiere hacer una ceremonia de entrega contigo cuando El Niño nazca. Dame argumentos para que te perdone.

El solo oír que sería entregada provoca un estremecimiento en Zara. Sabe qué es eso, y pensar que ella podría ser la víctima la sobrecoge. Pero la curiosidad la puede.

— no sabía que nosotros podíamos ofrecernos a la comunidad. Pensaba que sería Ugy la que fuera entregada.

— hay precedentes. Eres demasiado joven para saber todo sobre nosotros. Y Zeus tiene otros planes para Ugy. Tiene que amamantar al heredero. Lo hará hasta que se le sequen los pechos. Entonces y solo entonces será la ofrecida. Ve a al sótano para recibir tu castigo. Ah, y cumple mis órdenes.

Zara y la zombi bajan al sótano para ser azotada una vez más. Después de veinte latigazos con el gato cuelga desmadejada y cubierta de su propia sangre. La zombi la carga y la devuelve, dejándola caer en su manta llena de manchas de sangre seca. Está llorando ante el estupor de Ugy que nunca le ha visto una sola lágrima.

COMISARÍA DE POLICÍA

En otro lugar, la caporal TJ reprende a su segunda, la cabo Romerales.

— la Rita m'a pegao una bronca de cortar. Ya van 4 meses y la puta de su sobrina sigue misin total. Joder Romerales, haced algo coño.

— jefa, esa niña es fiambre, fijo.

— na d'eso. La Zozé m'a jurao por sus muertos que tá viva. Y ya sabes que esa no falla.

Se refiere a Inéz Zozé, la poderosa jefa de la mayoría de las bandas organizadas de la ciudad. Nadie sabe dónde se esconde. Muy poca gente la ha visto, pero mantiene una estrecha colaboración con el poder personificado en la temida responsable de la Policía. Romerales insiste.

— oiga jefa, se ma ocurrió... esa niña de qué pie cojea?

— le gustan las tortillas, como a ti... ¿Y qué?

— pos que igual saben algo en él Malones.

— oí... Es verdá. Romerales, ya vas espabilando. Amos a darnos un voltio.

— con los geos?

— no seas animal... Discreción cabo, discreción.

ESA NOCHE...

La caporal y su mano derecha se personan en el Penny Malones. Es muy pronto y está vacío. Solo Susa, la camarera, que está preparando los vasos.

— desean algo?

— Rubia, ¿has visto por aquí a esta gachí?

Susa ve la foto. La reconoce, claro, pero la norma es no ver y no oír.

— pues no, lo siento. No me suena su cara.

Romerales se aparta un poco y le da una escuchita a TJ.

— jefa, mi sesto sentío me dice que miente.

— ties rasón cabo. Además, tá mu buena. Unas cuantas hostias la pondrán a tono.

— manos arriba. Eres sospechosa de encubrimiento. Hala, a comisaría, venga.

Démeter está contemplando la escena escondida. Ve como se llevan a la pobre Susa sin dejarle siquiera cambiarse el uniforme.

CALABOZOS DE LA COMISARÍA

A Susa le están dando de lo lindo. Sentada en una silla con los pechos desnudos está recibiendo puñetazos con una ... Americana. Su lealtad a Ivana tiene un límite y...

— no, no... No me peguéis más. Si, la he visto. Vino unos días. La última se fue con una desconocida y no volvió más. Lo juro.

Un tremendo golpe en el pecho derecho casi la hace caer.

— mentira. Tú te la llevaste. Confiesa tortillera de mierda.

Otro puñetazo en el otro pecho y cae desmayada.

— Romerales, está ya tá a punto de caramelo. Métela en el potro cuando despierte y cantará como una almeja. Después te la follas si quieres. Voy a hacer una visita.

ESTACIÓN DE METRO AVDA. RODRÍGUEZ ZAPATERO...

Son las doce de la noche. Es el barrio más conflictivo de la ciudad de Villalobitos. Solo se atreven a pisarlo tras el toque de queda muy pocas personas. La extravagante Inéz Zozé se está fumando un porro cuando aparece la caporal.

— ya sabes algo de la sobrina desaparesía?

— ni puta idea, pero tengo una sospechosa. Lo malo es que no tengo el fiambre y sin fiambre no hay caso.

— para qué más llamao entonces?

— pa que me des uno. Bien destripao.

— como era la niña?

— aquí ties una foto. La quiero igualita.

— la tendrás pasao mañana mismo. Búscala en el canal cerca del hotel. Cuídate TJ que te veo desmejorá.

AVDA DEL CANAL DOS DÍAS DESPUÉS...

La caporal TJ, su mano derecha Romerales y un forense del CSI observan el cadáver de una jovenzuela de la que solo quedan los huesos y poco más. El forense dictamina: El ADN coincide. Lo que no dice es con qué, porque en lugar de extraerlo del fiambre lo ha hecho de un mechón de pelos púbicos de la sobrina, que guardaba su tía la Alcaldesa como recuerdo de una tarde memorable.

Y muerto el perro se acabó la rabia.

DOS MESES MAS TARDE

Unos meses más tarde, Zara y Ugy conversan en la celda.

— qué pasará cuando tenga el niño?

Zara miente.

— me has preguntado eso un millón de veces. ¿Yo qué sé?

— tengo tanto miedo. ¿Crees que me matarán?

— Ugy, eres su madre. ¿Por qué habría que hacerlo?

En ese momento aparece la zombi. Llama a Zara y suben. Allí están Zeus, Démeter y Cruz sentados. Habla Zeus.

— Zara, no estas cumpliendo lo que se te ha encomendado. La madre del heredero está muy nerviosa y eso no es bueno para el niño.

— y qué puedo hacer? Como me pedisteis le he dado conversación, la he intentado tranquilizar... No sé qué más queréis.

Contesta Cruz mirándola a los ojos.

— sexo. Necesita sexo.

Zara agacha la cabeza.

— no tengo experiencia con chicas, pero lo intentaré.

— más vale que lo hagas bien porque ya sabes lo que te espera si no la tienes contenta.

Zara acompañada siempre por la esclava zombi va a la celda.

— hoy no te han torturado.

— no, hoy no.

— qué querían.

— que te follara.

— lo harás?

— si tú quieres sí.

Pues venga. Tengo unas ganas...

Y las dos chicas se enzarzan en aquelarre de lenguas arrastradas en cavidades húmedas y protuberancias mojadas por el sudor y la saliva. Ugy reclama dientes que la hagan sangrar y eyacular, pero Zara se contiene. Por fin la embarazada cae presa de un orgasmo.

Después de follar Ugy, muy cariñosa con Zara le pregunta.

— Zara, nunca te lo he preguntado. ¿Por qué no tienes ombligo?

— porque nací sin cordón umbilical. Somos ovíparos.

— hostia, naciste de un huevo? La leche. Oye, ¿y yo pariré también un huevo?

— claro.

— oye, y eso hace más daño?

Zara miente una vez más.

— no. No te enterarás.

— oye, y con todo lo que has follado con Eros por qué no te has quedado embarazada?

— mi madre me hizo no sé qué. No puedo quedarme preñada.

— querrás follar más conmigo?

— todo lo que tú quieras.

UN PAR DE MESES MAS

Ha pasado un tiempo. Ugy está de 7 meses. El sexo parece haberla animado, pero tiene mucho miedo. Ha perdido toda esperanza de ser rescatada. Zara no ha vuelto a ser azotada. Cada día la sacan de la celda porque es alimentada con vísceras crudas de animales y alguna humana, resto del menú habitual de sus "hermanos". Por orden superior lo hace sola para no darle asco a Ugy. Está devorando un hígado ante la mirada de la zombi. Nunca se le ha ocurrido hablarle. Acostumbrada a oírla siempre decir "ven" no tiene ni idea si es capaz de articular otra frase.

— sabes hablar?

Tras unos segundos de vacilación la zombi contesta un lacónico "si"

— cómo te llamas?

La zombi vuelve a vacilar, pero contesta al fin.

— no tengo nombre, pero me llamaban Jana.

— Jana... Bonito nombre. Qué eras antes de...

— no era nada. Soy la esclava de Isis.

— Isis?

— la llamaba Cruz cuando era Jana. Ahora no. Ahora Isis.

— porqué me pegabas con tanta saña?

— Isis lo manda. Yo obedezco.

— y qué más manda Isis de mí?

— que te cuide y no te pegue. Te necesita.

— para qué me necesita?

— para ofrecerte a Zeus.

— qué dices? ¿Cómo lo sabes?

— Zeus se lo dijo a Isis.

— y cuando me ofrecerá.

— Zeus necesita una como yo para cuidar al heredero. Él lo dijo. Pronto.

A Zara le cayó su alma maligna a los pies. Iba a ser crucificada, desangrada, descuartizada, vaciada y vuelta a coser sin perder la consciencia, gracias a un ancestral rito de su especie. Lo ha visto una vez, en su niñez. Entonces lo disfrutó, pero ahora iban a disfrutarlo sus verdugos a su costa. Y no tenía escapatoria.

Volvió a la celda mucho más serena de lo que se podía esperar. Ugy advirtió que algo iba mal.

— qué pasa Zara?

Zara esperó a que desapareciera la zombi para contestar.

— pasa que cuando paras a tu niño voy a ser entregada.

— entregada? ¿Qué es eso?

Es una ofrenda a la comunidad. Me crucificaran.

— no me lo creo. Eres una de ellos.

— yo también creía que no podían hacerlo, pero parece que sí.

— y por qué? ¿Qué has hecho mal para esa cosa tan horrible?

— no querer ser como ellos.

— y por eso te quieren matar? No lo entiendo.

— Cuando cuelgue de la cruz me abrirán con un estilete desde donde se juntan las tetas hasta la vagina. El corte no será profundo. Lo justo para que recojan mi sangre. Unos salmos ancestrales impedirán que muera o que pierda el sentido. Cuando ya no caiga ni una gota de sangre volverán a pasar el estilete profundamente para abrirme el vientre y extraerme las vísceras, las tripas... todo menos huesos y músculos. Se darán un festín a mi costa. Después me descuartizarán y me coserán de nuevo, pero no voy a morir. Seré como la zombi, una esclava sin voluntad. Me necesitan para cuidar del heredero. Tu hijo.

— mi hijo? ¿Y yo? ¿Por qué no puedo cuidarlo yo?

— porqué tú vas a ser entregada después de darle de mamar, y tu sangre y entrañas las harán puré y lo alimentarán cuando tus pechos estén secos.

— no. Eso no es verdad. Mientes. Seré su madre. No te creo.

— tienes razón. No lo harán.

Y dicho eso, Zara como una fiera sobre la garganta de Ugy. En unos minutos acabó con su vida. A dentelladas abrió su abultado vientre, rompió el huevo todavía blando, y extrajo y devoró al heredero. La encontraron horas después sentada sobre un mar de despojos del feto, sangre y vísceras, riendo a carcajadas. Moriría de forma horrorosa de todas formas, pero tomándose su venganza.

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