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Leche casera

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Me despertó mi mama diciéndome que se había quedado sin leche y que necesitaba ordeñarme para el desayuno, así que me levante de mala gana y le avise que antes necesitaba pasar por el baño. Me dirigí al baño solo con la pequeña tanga con la cual había dormido y las tetas al aire. Odiaba usar corpiño, primero porque por el tamaño de mis pechos nunca conseguí lindos modelos, segundo porque los modelos que conseguía eran muy incómodos y tercero, por sobre todas las cosas, porque me encanta sentir mis pesadas tetas cuando camino, moviéndose de un lado al otro y revotando. Debo decir que las tetas son lo mejor de mí, son grandes y pesadas, llenas de leche lista para servir y coronadas por unas aureolas grandes y unos pezones haciéndole juego, los cuales me encanta tocar y pellizcar cuando estoy aburrida. Además, yo no soy la única que dice esto, sino también mi mama y mi hermano.

Como les contaba, me levante y me dirigí al baño, me cepille los dientes y me lave la cara frente al espejo mientras aprovechaba para sobar un poco mis tetas y prepararlas para el ordeñe. Hace poco más de un año decidimos irnos a vivir a un pueblo alejado de la ciudad, mi mama decía que el ritmo de la ciudad no nos permitiría disfrutar la vida como debe ser, porque hace que la gente viva acelerada y que todo dura un abrir y cerrar de ojos. Desde entonces vivimos en una casa alejada, mi mama, mi hermano y yo, y hacemos uso de todos los recursos posibles para ser auto suficientes, como son mis tetas o la pija de mi hermano. Al salir del baño me dirigí al cuarto de ordeñe que teníamos especialmente para poder sacarnos leche. Mi mama ya me estaba esperando con la maquina lista, nos saludamos con un beso en la boca y me senté en el sillón al tiempo que mi mama me conecto un succionador automático en cada una de mis tetas y encendió la máquina. A mí me encantaba la sensación que me generaba, sentir como se estiraban mis pezones con cada succión y sentir como la leche salía en grandes cantidades vaciando mis tetas, se sentía muy rico y hacia que me moje mucho. Mi mama llamo a mi hermano pidiéndole que me atraiga agua para ir rellenando mis tetas, él no se hizo esperar y entro al cuarto con tan solo unos boxers y la botella de agua. Me saludo con un beso en la boca y me paso la botella a la vez que le decía a mama que iría a pescar al rio para la cena, a lo cual mi mama le recordó que dentro de una hora tenía que hacerse el pre ordeñe. Entonces se retiró.

Yo me bebí la botella de agua, me quite la tanga antes de mojarla toda y aproveche para masturbarme, cosa que hacia bastante seguido durante las sesiones por la calentura que me generaban. Empecé acariciando mi concha por fuera, recorriendo la toda, haciéndole unos mimos y luego empecé a masturbar mi clítoris con un dedo, despacio, mientras mis jugos iban saliendo por mi agujero. Pasé dos dedos a lo largo de mi conchita para abrirla un poco y juntar jugos para lubricar mi clítoris y seguí tocándolo con movimientos circulares cada vez más fuertes y más rápidos. Mi concha ya estaba empapada y el flujo chorreaba hasta la entrada de mi cola que templaba al sentirse húmeda, mis gemidos se hicieron más evidentes y acabe en un orgasmo increíble que me hizo templar las piernas. Pasada la media hora de haber me conectado a la máquina, mi mama volvió al cuarto de ordeñe y me desconecto las bombas de las tetas, tomo un poco de crema y me la esparció por los pezones con movimientos suaves. Mi mama se la veía contenta por la cantidad de leche ordeñada y me dijo que mis tetas estaban produciendo una buena cantidad de leche y eso la ponía muy contenta. Entonces me pare, levante mi tanga y me fui desnuda al cuarto de baño para ducharme. Una vez terminado, volví a mi habitación y me acosté así desnuda como estaba.

Me desperté al mediodía, me puse una tanga y baje a la cocina a ver a mi mama, ella estaba cocinado una torta con parte de mi leche, mientras que el resto la había congelado para que no se eche a perder y de ser necesario venderla en el pueblo. La volví a saludar con un pico y le di un abrazo por detrás, aproveché que ella también tenía las tetas al aire para sobarlas un poco, sus tetas eran como las mías, grandes y pesadas, pero con unos pezones más grandes después de tantos años de sacarles leche.

Me encantaban sus tetas, les tenía mucho cariño y me recordaban que me habían alimentado durante mucho tiempo hasta que yo misma empecé a producir mi propia leche. Acto seguido me dirigí al sillón de tres cuerpos que tenemos en el living y prendí la tele para hacer zapping un rato. No pase más de cinco canales cuando volvió mi hermano de pescar, traía tres hermosos pescados que dejo en la heladera para la cena y se fue a duchar. Al salir del cuarto de baño lo hizo totalmente desnudo, él es un chico de estatura media, flaco y si bien no tiene muchos músculos se nota que su cuerpo es fibroso, y la mejor parte es su pija que cuelga orgullosa y sin estar erecta se nota que es gorda, pero no excesivamente larga, además la lleva totalmente depilada al igual que nosotras nuestras conchas. Señalando mis tetas desnudas me pregunto si podía tomar algo de leche de ellas, ya que había desayunado poco y tenía mucha hambre.

Yo no me podía negar a su pedido, me encantaba amamantar a mi hermano y más si estaba desnudo. Sin perder tiempo se acostó en el sillón apoyando su cabeza sobre mis piernas, y dado el tamaño de mis tetas sin mucho esfuerzo tomo una con ambas manos y la empezó a apretar delicadamente desde el pecho hasta el pezón, para que baje la leche, paso su lengua por todo el pezón mojando lo bien para luego ponerlo completamente en su boca y empezar a succionar delicadamente como un bebe. A mí me gustaba mucho que me ordeñen y mi hermano no era la excepción, así que no pude más que abrir mis piernas para dejar que mis flujos me empiecen a mojar conforme mi hermano me sacaba leche con su boca. Pero esto no me calentaba solo a mí, sino que a mi hermano también, ya que su pija se puso dura al instante, era hermosa, ni muy larga ni muy corta debería tener una 17cm erecta, pero si era bastante gorda imagino que unos 6 cm y eso me volvía loca y desataba mis fantasías. En eso apareció nuestra mama y al vernos así dijo si podría aprovechar el momento para pre ordeñar a mi hermano. A diferencia mía o de mama, la leche de mi hermano había que pre-ordeñarla, esto era masturbarlo durante un rato sin hacerlo acabar, así su pija iría generando leche para poder obtener mayor cantidad en el ordeñe final. Yo asentí encantada, y le pregunte a mi hermano si tendría problemas, el sacándose mi teta de la boca aun chorreando leche me dijo que no tenía problemas.

Poner pre ordeñar la pija de mi hermano me fascinaba y me excitaba mucho, así que sin perder tiempo tome el lubricante que guardábamos en el cajón de la mesita al lado del sillón y le puse un poco en todo el largo de la pija, puse algo en mi mano y la alargue hasta su pija. La tome suavemente, para poder disfrutar de cada instante, el primer contacto hizo que su pija de un pequeño salto, recorrí todo su tronco hasta llegar a sus huevos, los cuales tome en mi mano y les hice unos mimos para estimularlos para luego volver nuevamente a su tronco. Agarré toda su pija con mi mano, la cual no llegaba a dar la vuelta de lo gorda que era, y con movimientos lentos la empecé a mover de arriba a abajo, disfrutando todo su largo. Me encantaba como se ponía mi hermano cuando lo pre-ordeñaba, su pija se ponía muy dura y se le escapaban suspiros de placer, lo que hacían que yo me moje más y más, al punto que corrí mi tanguita y con mi mano libre me empecé a tocar como lo había hecho a la mañana.

Ambos estuvimos así un rato en que perdí la noción del tiempo, el con mi teta en la boca, succionándome la leche y acariciándola suavemente y yo con una mano en su pija, ordeñándolo en toda su extensión y con la otra mano en mi concha masturbándome. De repente volvió mama a sacarnos de nuestra faena para avisarnos que estaba lista la torta. Mi hermano se sacó el pezón de la boca y dedicándome una mirada picara me agradeció por la leche diciéndome que cada día estaba más rica. Me dio un beso en la boca, y yo tuve que soltar su pija con desilusión, me acomode la tanga y fui a la cocina. Mi mama y mi hermano se sentaron en la mesa y yo fui a buscar unos vasos para la leche al tiempo que preguntaba si alguno quería. Mi mama dijo que ella sí y mi hermano que no, que ya había tomado suficiente del envase. Tome uno de los vasos y con la otra mano empecé a ordeñar una de mis tetas, una vez que estuvo a la mitad se lo di a mi mama y tome el otro vaso y repetí la operación con mi otra teta, que ya se estaban vaciando. Comimos torta y tomamos mi leche mientras charlamos de las tareas que faltaban realizar antes del fin de semana, días en los cuales éramos libres de hacer lo que queramos con nuestras respectivas leches.

Después de terminar su vaso de leche mi mama me dijo que estaba muy contenta con mi producción, que estaba muy rica y que mis tetas estaban muy lindas también. Me puso muy contenta su comentario, me encantaba darles de mi leche a mi mama y hermano. Además, para mi sorpresa, me dijo que como nos había visto trabajar muy bien a mi hermano y a mi juntos, le gustaría enseñarme como ordeñar a mi hermano. Eso me puso tan contenta que no lo pude disimular, ya que como conté anteriormente a diferencia de mi leche, la de mi hermano pasaba por un pre ordeñe, el cual había aprendido a hacer hace un tiempo y consistía en estimular la pija de mi hermano con la mano, despacio, sin hacerlo acabar, en cambio el ordeñe lo hacia mi mama con su boca. Teníamos una mesa especial para esto también, en donde mi hermano se acostaba boca abajo y metía su pija por un agujero, luego mi madre se ubicaba abajo y con ayuda de sus manos y boca lo ordeñaba hasta que expulsara toda su leche en un envase. Este último proceso requería el uso de la boca para lubricar, ya que como consumíamos su leche, también, no podíamos usar lubricantes que la contaminen. Mi mama al ver como mis tetas dejaron escapar un hilo de leche y la pija se mi hermano se puso algo gorda dijo riendo que al parecer a ambos nos gustaba la idea.

Pase el resto de la tarde pensando en cómo sería ordeñar a mi hermano con la boca, sentía excitación y miedo a la vez, quería disfrutarlo y hacerlo bien para que mi hermano disfrutase y mi mama estuviese orgullosa de mi. Así fue que caída la tarde mi mama nos llamó a la sala de ordeñe, yo llegue primero solo con mi tanga como era costumbre al igual que mi mama y luego llego mi hermano en calzoncillo los cuales se sacó ni bien entro en la habitación. Su pija ya estaba tomando tamaño, creo que la idea de ser ordeñada con la boca por las dos mujeres de la casa le gustaba, se acostó en la mesa y dejo salir su pija por el agujero, acto seguido mi mama se metió abajo y me invito a hacer lo mismo. Mi mama me invito a hacer lo mismo que ella y me dijo que si quería podía sacarme la tanga ya que de seguro la mojaría toda. Yo hice lo que me dijo y me metí debajo de la mesa totalmente desnuda como ella. Entonces me empezó a contar como debía ordeñar me iba mostrado prácticamente. Primero tenía que agarrar muy delicadamente sus huevos y empezar a masajearlos lentamente, sin hacer presión porque es una zona muy sensible para él, mientras su pija se iba poniendo dura, luego con la otra mano debía agarrar la pija del glande y echar para atrás la piel, entonces acerco su boca y se introdujo la cabeza del pene de mi hermano, que ya tenía la pija muy dura. Yo me mojaba toda mientras veía a mi mama ordeñar con su boca, lentamente se iba sacando y metiendo la pija, asegurándose que estuviese bien lubricada con saliva y sobre todo evitando rozar la con los dientes. Una vez que me mostró y me dijo todo lo que debía y no debía hacer, se apartó a un lado y dejo la pija de mi hermano a mi merced, totalmente dura y húmeda con su saliva.

Tomé sus huevos con una mano, su tronco con la otra y sin dudarlo un instante me la fui metiendo en la boca, despacio, disfrutando cada centímetro de pija. La sensación era increíble, se sentía muy rica tenerla tan dura en la boca y saborear el semen que iba saliendo a veces. Con cuidado me la metía lo más posible en la boca, hasta que no podía más y me la iba sacando despacio acompañándola con mi mano. Mi mama al notar que estaba haciendo buen trabajo, me dijo que intente ir acelerando el ritmo de a poco, y eso fui asiendo, con la confianza que iba tomando cada vez la ordeñaba más rápido y entonces mi hermano empezó a gemir, signo de que estaba haciendo un buen trabajo. Yo me moje más y mis flujos empezaron a chorrear de adentro mío. No paso mucho tiempo desde que lo empecé a ordeñar con la boca que mi hermano nos avisó que estaba casi listo para eyacular, entonces mi mama me acerco un frasco, yo me saqué la pija de la boca y lo seguí ordeñando a mano hasta que empecé a sentir las contracciones en su pija y de repente empezó a salir leche en altas cantidades, nunca lo había visto eyacular tanta leche, me puso muy contenta pensar que había sido por mí. Una vez que dejo de salir, mi mama me dijo que si quería podía terminar de limpiarlo con la boca, que me lo había ganado por el excelente trabajo que había hecho, entonces tome la pija de mi hermano con cuidado, ahora casi flácida y me la puse en la boca para limpiar todos los restos de leche que le quedasen, estaba riquísima! Mi mama me agradeció con un beso y se llevó el frasco lleno de leche a la cocina.

A mi hermano le tomaría un tiempo recuperarse entonces yo aproveche para sentarme en el sillón y masturbarme con más ganas que nunca ante la atenta mirada de mi hermano. Abrí bien mis piernas y deje mi sexo totalmente expuesto y abierto, para que mi hermano no se perdiera detalle, pase un par de dedos por mi concha para juntar los flujos que estaban chorreando y los lleve directo al clítoris el cual empecé a tocar con fuerza y rápidamente fui adquiriendo velocidad. Mi hermano aprovecho para mirarme bien la entre pierna, me había visto muchas veces masturbarme, pero esta era la primera vez que lo hacía desde el frente, con las piernas bien abiertas y no se perdía detalle. Me empecé a masajear las tetas y apretar mis pezones, lo cual hizo que me salga algo de leche, la cual limpie con mi boca y de paso bebí un poco más directo de mi teta. No paso mucho antes de que estalle en un orgasmo increíble, uno de los mejores que tuve con mis dedos. Cuando mi hermano me escucho acabar me pregunto si el haberlo podido ordeñar le había provocado eso, a lo cual respondí que sí, que hacía tiempo tenía ganas de poder ordeñarlo y que me había encantado la sensación de hacerlo con la boca. Él me dijo que a él también le había gustado mucho, que lo había hecho muy bien y que esperaba que lo pueda hacer más seguido. Yo le respondí con una sonrisa, me pare y me acerque para darle un beso en la boca el cual respondió con mucho gusto. Entonces le dije que a mí también me encantaba que me ordeñe el con su boca, aunque no era lo mismo, me daba mucho gusto darle de beber mi leche y que además era muy bueno masajeando mis tetas. Mi hermano se puso contento por el comentario y me dijo que ya que se acercaba el fin de semana y estábamos libres de hacer lo que quisiéramos con nuestras leches, podríamos juntarnos a jugar juntos, a mí la idea me encanto y le dije que si sin dudarlo.

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