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Soy su gran puta y me comparte

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Esta es una historia que cuenta mi novio Ángel.

Hola les voy a contar una historia mi mujer Karina y como estoy consiguiendo hacer de ella una auténtica esclava sexual.

Mi nombre es Ángel, mi mujer se llama Karina, somos de la Ciudad de México, vivimos en Iztapalapa, en la Colonia Santa Cruz Meyehualco.

Una de mis fantasías era la de ver a Karina coger con otros hombres, pero nunca se lo he comentado ni a ella ni a ninguna de mis parejas anteriores por temor de que pudieran pensar mal de mí o incluso de que se hiciera realidad y que mi pareja me dejara por otro. Sin embargo, desde que estoy con Karina, no sé si será por la estabilidad que ella me da, muchas veces cuando estoy cogiendo con ella y después de un rato grande me apetece venirme, empiezo a pensar que Karina es cogida por otro o por varios hombres y me vengo rápidamente.

Karina tiene 44 años, guapa, atractiva de muy buen cuerpo, mide 1.60, de cara bonita y sus pechos grandes y ricos, pezones cafés ricos para mamarlos, pero tiene una figura muy sensual, que se resalta cuando se pone vestidos de hilo ceñidos al cuerpo. A veces no usa Bra, la forma que tienen sus pechos, de base redondeada, es una delicia ver la forma de estos a través de la silueta de la ropa. Su Vagina es muy sabrosa estrecha y aprieta mi verga. muy rico. Tiene un Culo muy grande estrecho y me encanta cogérmela por su Ano.

Después de varios años de noviazgo, nuestra relación no podía ir mejor, tanto en la vida cotidiana como en la sexual, no nos faltaba de nada (al menos a ella), a mí me seguían resquemando mis fantasías de Karina con otros hombres, así que decidí que ya era hora de que yo disfrutara plenamente de una relación y seguramente a ella también le vendría bien. He de decir también que ya estábamos prometidos, íbamos a casarnos por lo civil en pocos meses, en realidad ni a ella ni a mi nos apetecía.

Era primavera cuando empecé con mi astuto plan, con el buen tiempo empezamos a coger más y por toda la casa, yo de vez en cuando le traía lencería fina, de la que a mí me gusta, para vestirla como una profesional del sexo. Una tarde que estuvimos cogiendo muy a gusto, era viernes, justo después de coger nos duchamos y le propuse a Karina salir a tomar algo y accedió a regañadientes, ella no suele beber alcohol porque no tiene mucha tolerancia. Eran las 7 de la tarde más o menos cuando llegamos a un pub que estaba lleno de gente que habían salido de trabajar y estaban de copas. Karina me dijo de sentarnos en la barra y así lo hicimos, y allí charlando y bebiendo estuvimos los dos hasta casi las 10 de la noche. Karina se bebió tres mojitos, yo cuatro, y estaba bastante borrachita. Durante el tiempo que estuvimos allí no le dije nada para que siguiera haciéndolo, pero me di cuenta que no paraba de mirar a un grupo de hombres de nuestra edad que estaban con sus señoras esposas o novias, y casi todos de muy buen aspecto. Sobre todo, me fije en dos, uno con un jersey celeste y otro con traje chaqueta con una camisa púrpura muy oscura, los dos le metían mano a sus mujeres con bastante descaro en el pub y Karina no paraba de mirarlos.

Decidimos irnos para cenar y Karina me susurró al oído que debido al alcohol tenía muchas ganas de coger otra vez, así que la cogí del brazo como si fuera un trozo de carne y con fuerza la saqué del pub y la metí en coche, por supuesto por el camino no paré de cogerla, incluso de vez en cuando le sobaba las tetas y ella riéndose me quitaba las manos.

Una vez en casa pasamos de la cena y empezamos a meternos mano, nada más empezar le subí la falda y tenía las bragas muy mojadas, estaba claro que en el pub se puso más cachonda de lo que yo pensé en un principio. Paré de meterle mano y le dije que se pusiera el último conjunto de lencería que le había traído, Karina muy obediente se dirigió al dormitorio y se encerró, tardo bastante, pero al final salió. Yo mientras había puesto en el reproductor la discografía que a ella le gusta mucho.

Se había pintado los labios de un rojo muy fuerte, también se había hecho una sutil línea negra en los bordes de los ojos, y con lo blanquita que está llamaba mucho la atención. Las medias que tenía puesta eran de esas que se sujetan solas a la mitad del muslo, blancas y de redecilla, no llevaba tanga, eran unas bragas que están entre medio de ser tanga o bragas, con transparencias, y el sujetador de encaje al igual que las bragas era blanco y con transparencias, estaba deliciosa, para hacerse una paja mirándola.

Los zapatos que llevaba eran negros con un tacón muy fino, y con tres correitas finas que acababan en hebillas, una de las correitas le daba la vuelta al tobillo.

Karina nada más entrar al salón escuchó la música e inmediatamente se puso a bailar de forma muy sensual, no paraba de moverse y tocarse; se tocaba los pechos, bajaba su mano hasta el coño y se hacía una medio masturbación por encima de las bragas, todo ello mirándome con una auténtica cara de golfa, se mordía los labios y sacaba ligeramente su lengua para humedecerse aún más los labios, menudo espectáculo me estaba regalando.

Yo estaba en el sofá sentado con la polla muy dura, se acercó a mí y la empecé a magrear, por el culo, las tetas, de vez en cuando me inclinaba hacia delante y le chupaba el coño por encima de las bragas, cosa que a ella le encantaba. Ya por la m*****ia de tenerla tan dura y grande y el pantalón aún puesto, me lo desabroché y me saqué la polla para empezar a tocármela delante de ella.

Tenía la polla súper dura, apareció una gruesa vena que se retuerce a mitad del tronco. Me levanté del sofá y mientras lo hacía le recorría con mi lengua todo el cuerpo hasta llegar a su boca, entonces la agarré de la cabeza y la obligué a ponerse de rodillas, rápidamente Karina comenzó a limpiar mi polla con su lengua de todo el líquido pre seminal que había, que era bastante. Una vez limpia se la metió en la boca y comenzó a chupar como nunca lo había hecho antes, de repente se paró y me dijo: “Ángel, ¿quieres que me coja una cola para ver cómo te chupo la polla?”, yo le dije que sí, se levantó hacia un mueble que tenemos en el salón cogió una gomilla y de pie sin dejar de mirarme se hizo una cola alta, mientras yo le decía que lo buenísima que estaba y que volviera a chuparme la polla, y eso hizo.

Después de un rato chupándome la polla, la levanté, la senté en el sofá y empecé a comerle el coño, pero sin quitarle las bragas, sólo se las eché hacia un lado. Mientras con mis manos le recorría las piernas, deleitándome del tacto de aquellas medias de redecilla y del frescor de la parte interior de sus muslos que estaban completamente mojados.

Karina me pidió que me la cogiera, y así hice.

Empezamos a follar, yo ya ni escuchaba la música y creo que ella tampoco. Estaba muy húmeda, ella estaba de frente a mí sentada con las piernas abiertas y yo de pie follándomela, mientras lo hacía le comía la boca y le echaba un poco de saliva dentro de su boca y Karina la recogía con su lengua y se la tragaba. Después de un rato así la puse de espaldas, sentada sobre sus rodillas y con las manos en la parte superior del sofá. Con una mano la agarraba de la cola con fuerza y con la otra de la cadera para hacer fuerza y poder embestirla bien por detrás y comencé a decirle:

“Karina, ¿te gusta que te cojan como a una puta, verdad?”

Karina entre gemidos: “mmm, sí, Ángel, fóllame como a una puta… soy tu puta... mmm...”

Ángel: “Karina, te crees que no te he visto mirando a esos dos hombres en el pub, ehh... sé que te han puesto cachonda”.

Karina abrió los ojos y muy seria seguía gimiendo.

Ángel: “Sé que te gustaría que estuvieran aquí y que te cogieran después de mí”.

Karina volvió a cerrar los ojos, pero esta vez tenía una leve sonrisa en su cara. Entonces mientras que me la cogía desde atrás le empecé a meter dos dedos en la boca, pero poco a poco, muy despacio y le dije:

“¿Te gustaría chuparles la polla mientras yo te cojo, verdad?”, Karina entonces comenzó a moverse más fuerte y a chupar con más intensidad mis dedos, que ahora los tenía casi enteros dentro de su pequeña boca.

Ángel: “Sí, sigue así chupándoles la polla, como una buena puta, sexoservidora que eres Karina no pares”, Karina no paraba de gemir, y con los ojos cerrados, estaba claro que pensaba en ellos mientras yo me la follaba.

Ángel: “Karina, ¿te gustaría que te cogiéramos por turnos? ¿Quieres que los llame para que te follemos sin parar uno tras otro?”, Karina empezó casi a gritar de placer, me agarró la mano que tenía dentro de su boca y hacía fuerza para meterse los dedos aún más en la boca.

Ángel: “¿Quieres que nos vengamos todos dentro de tu vagina Karina?”, ella comenzó a gemir con más fuerza aún.

Entonces le dije: “No, mejor me corro yo dentro de tu coño y ellos dentro de tu boca, para que te lo tragues como una puta obediente...”, y de repente redujo la velocidad de sus movimientos para empezar a tener espasmos, se estaba corriendo. Me extrañó porque a Karina no le gusta que me venga dentro de su boca, solo lo he conseguido en contadas ocasiones y no le a agradado.

Yo estaba también a punto de venirme, después de que ella se corriera se dio la vuelta se sentó en el sofá y comenzó a chuparme la polla, no paraba de mirarme a los ojos y chupaba con fuerza, empecé a venirme y Karina se sacó mi semen de la boca para echárselo sobre sus tetas y así acabamos.

Karina me dio un beso y se fue al cuarto de baño a limpiarse. Yo me limpié con unas toallitas húmedas y me fui al dormitorio a esperarla, tardó mucho, más de 15 minutos, pero al final salió.

Karina salió muy seria del cuarto de baño, se tumbó de lado en la cama y se puso a dormir, no me dijo nada.

Karina es muy muy caliente, le encanta recibir relatos eróticos por correo y dar sexoservicio on line, escríbeme a: [email protected]

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