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Un punto solitario en el espacio

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- Vas a despegar en cinco minutos. ¿Estás lista?

Nina se mueve con lentitud y esfuerzo, a pesar de las innumerables horas de entrenamiento, el traje espacial es pesado e incómodo.

-Sí, estoy lista. Ya sabes que no hay nadie de quien despedirme.

Técnico desvió la atención de los monitores hacia Nina, y la contempló fijamente.

-Ya hemos hablado sobre ello, y creí que habíamos cicatrizado la herida.

-Lo sé, y estoy bien, de verdad. A veces todavía se me escapan estas cosas, aunque ya no tengan significado…

Un rugido intenso y penetrante hizo temblar el equipo de la Sala de Control.

-¡El oso se impacienta, más vale que entres en su enorme barriga! Está listo para salir al espacio.

-No hay nombre más apropiado para Ursi, ¡esta nave es idéntica a un oso pardo, y tiene el mismo mal genio!

-Nina, cuídate ahí arriba, y aprieta el botón del intercom si necesitas hablar. Voy a estar encadenado a Control durante todo tu viaje, así que al menos trata de entretenerme.

Ante Nina se levanta la enorme masa marrón de Ursi, la nave que la llevará al espacio para completar su misión. Un año de soledad en la negrura del vacío interestelar.

El estómago de Nina se encoge de repente. ¿Cómo va a soportar un año entero de soledad? ¿Y si pierde el juicio sola allí arriba?

Pero ese es precisamente el objetivo de la misión; Un estudio psicológico sobre el comportamiento humano en la soledad del espacio. ¿Crea la soledad en un espacio infinito durante un extenso período de tiempo una excesiva dependencia del sistema de control de la Tierra? ¿Cómo de estrecha es la relación que se establece entre el astronauta y el Técnico de Control?

Nina fue seleccionada porque durante el exhaustivo entrenamiento físico derrotó a todos los demás candidatos. Su conocimiento de la tecnología de la nave es extenso. Y además, carece de lazos familiares y de amigos que la distraigan en la solitud del espacio.

Nina está sola en este mundo.

La cabina de pilotaje de la nave Ursi es amplia, una cueva cálida en las entrañas del gran oso pardo. Nina se acomoda y se ajusta los cinturones de seguridad, lista para el despegue.

La voz del Técnico de Control suena familiar, y tan cercana como si estuviera sentado a su lado, compartiendo con ella el nerviosismo del despegue.

-Nina, aquí Técnico, ¿cómo te sientes? ¿Qué tal esos nervios?

Nina sonríe y piensa que todo va a salir bien, al fin y al cabo no va a estar tan sola.

Han pasado tres meses. Es increíble, tres meses sola en esta chatarra en medio de la infinitud del espacio.

-Técnico, hoy hace tres meses que me mandasteis al último rincón del espacio.

-Nina, creo que no es el último rincón, hay mucho más espacio más allá de tu posición. ¿Qué tal estas hoy? ¿Has comido algo?

-No, no tengo hambre. Pero estoy bien, de verdad.

No, no estoy bien. No puedo comer porque siento un nudo de pena en la garganta. Tampoco puedo dormir, porque las pesadillas me aterrorizan.

Al principio todo fue bien, aprender y acostumbrarse a la rutina del mantenimiento de Ursi me distrajo, pero con el tiempo la soledad se encadeno a mí arrastrando la carga de una angustia tremenda.

-Técnico, ¿qué planes tienes para el fin de semana?

-¡Que graciosa, Nina! sabes muy bien cuáles son mis planes. Hasta que no regreses soy prisionero de la Sala de Control. Soy tu más fiel compañero, muchacha.

-Siento mucho estropear tu vida privada, Técnico, siempre puedes pedir una transferencia si tan horrible te resulta mi compañía…

-¡Eh, Nina, tranquila! No era una queja, sólo estaba bromeando. ¿Por qué no revisamos tus vitales? Pareces un poco nerviosa.

No hace falta, ya sé que mis vitales indican un elevado nivel de nerviosismo. ¡Qué fácil es juzgar desde ahí abajo! Seguro que Técnico puede recibir visitas en Control, incluso su esposa o su novia puede acudir a darle todo su amor…

Han pasado siete meses. Siete eternos meses. El espacio cada vez es más oscuro.

-Técnico, creo que hoy es Navidad.

-Sí, hoy es Navidad. ¿Has decorado la sala de pilotaje de Ursi?

-No, no tengo ganas. ¿Qué vas a hacer en Navidad? ¿Va a ir alguien a celebrarlo contigo?

-No sé, a lo mejor viene algún amigo a compartir un poco de vino.

-¿Amigo o amiga?

¿Por qué no contesta? Últimamente los silencios de Técnico son más frecuentes. Y el otro día me pidió que evitara preguntas demasiado personales.

-Técnico, ¿estás ahí?

-Nina, ya hemos hablado de esto. ¿Por qué quieres saber si mantengo relaciones amorosas?

-Bueno, tú eres mi único amigo, así que pensé que…

-¿Qué es lo que pensaste, Nina?

Es mejor que no se lo diga. Los hombres no aprecian sentirse atrapados. Son ellos los que desean cazar y atrapar a sus hembras. Técnico está pretendiendo que es un hombre difícil y que no le intereso.

Diez meses. No me encuentro bien, me siento muy débil. He estado tomando a escondidas pastillas para dormir y creo que me deprimen.

Me he peleado con Técnico. Por fin me ha confesado que fue visitado por una amiga en Control. No comprendo a los hombres. Es siempre lo mismo. Primero te aman y te respetan, pero enseguida se cansan y te abandonan. Y son infieles por naturaleza.

-Nina, despierta. Tus vitales son un desastre.

-Hola Técnico, y tú, ¿cómo estás? Animado por tu activa vida social, supongo.

-Nina, ¿has estado auto medicándote? Duermes demasiado.

-¿Y qué si duermo demasiado? Así puedo dejarte en libertad para que practiques tus técnicas de Casanova.

-Por favor, Nina, no empieces a decir tonterías. Me preocupa tu salud. Y me preocupa tu actitud. He estado pensando en la conversación que tuvimos antes del viaje.

-No quiero hablar de eso, Técnico, me voy a dormir.

No se por qué le conté mi triste historia a Técnico. Fue un error, ahora sólo siente pena por mí, nada más. Como Alfredo, no entiende mis sentimientos. Como Alfredo, piensa en abandonarme. Alfredo me odiaba tanto que escapó de mí pegándose un tiro, seguro que Técnico encuentra una manera de escaparse también.

Once meses y medio. La misión está a punto de terminar.

-Técnico, cuando vuelva a la Tierra, ¿qué vas a hacer?

-Ya te dije que me han ofrecido un trabajo en otra compañía.

-¿Vas a aceptarlo? ¿Vas a abandonarme?

Silencio. Más silencios. Técnico ya ha emprendido el vuelo. Como Alfredo. Como todos.

Ya no me quedan más pastillas para dormir. No puedo comer. El pecho me duele tanto que no puedo respirar, tanta pena lo carga.

¿Dónde está Técnico? Necesito a Técnico, amo a Técnico.

-Técnico, voy a regresar.

-¡Nina! ¡No puedes hacer eso! ¿Qué ocurre?

-Quiero estar contigo, Técnico, no soporto que me abandones como Alfredo, como todos…

-Nina, cálmate, podemos hablar de esto…

No más hablar. No más mentir. No más soledad.

La nave entró en la atmósfera a una velocidad completamente errónea, y se convirtió enseguida en una gran bola de fuego.

El punto de aterrizaje era el Océano Pacífico. Pero Ursi no se dirigió al mar.

La terrible explosión de la nave estrellándose contra el Centro de Control provocó una cantidad masiva de muertes, y un cráter en el que se hundieron Ursi, la Sala de Control y la ciudad entera.

 

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