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Así empezamos (1)

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Una vez me dijeron que entre familia todo era más placentero. Hace tiempo atrás, me hubiera escandalizado ante esto, pero hoy puedo decir que no se equivocaban y ciertamente no podía esperar para volver a repetirlo.

En ese momento, por cuestiones de la vida, vivía con mis tíos y mi primo.

Un día, después del almuerzo llegó mi primo con sus amigos para pasar la tarde en casa. Para no aburrirme mientras ellos jugaban al póker llamé a mi mejor amiga y la invite a que pasara la tarde conmigo.

Yo sabía muy bien cómo terminaría ese encuentro, mi amiga y mi primo eran de esas personas que se cogían todo lo que les pasaba enfrente si había oportunidad. En fin, ellos terminaron cogiendo y yo me enteré de todos los detalles, mi amiga no dejaba de hablarme de eso:

-La pija de tu primo es muy grande

-La pija de tu primo es muy gorda

-La pija de tu primo no me entró

-La pija de tu primo me dejo doliendo la mandíbula

Estaba harta de escuchar sobre la pija de mi primo, además a mi que me importaba si no me lo iba a coger, o sea era mi primo.

Un día mientras hablábamos por la aplicación WhatsApp con mi amiga, ella preguntó -¿nunca estuviste con un familiar? -su pregunta me descolocó totalmente, era algo que nunca se me había cruzado por la cabeza y que sobrepasaba mis límites.

En ese entonces era muy descuidada cuando se trataba del celular, lo dejaba en cualquier lado y nunca tenía contraseñas, tanta era mi mala suerte que terminó en manos de mi primo.

Un día él me envió un mensaje diciéndome que había leído y escuchado la conversación que había tenido con mi amiga sobre él. No lo podía creer, quería morirme de la vergüenza, pero estaba sorprendida de que a él no le molestara que yo supiera todo, sino que todo lo contrario, de cierta forma lo disfrutaba. Empezamos a hablar de cómo le gustaba que se la chupen, en resumen me contó que mi amigo lo había desilusionado totalmente -no aguanta nada -dijo él, tenía el gusto por ahogar a la chica y hacer que la pija les llegará hasta la garganta.

Luego comenzó a pedirme fotos, primero sin el pantaloncito del pijama, después sin remera, y por último sin corpiño.

Después de eso me hizo la pregunta que cambiaría todo.

¿Te animas a hacerme un pete?

No sabía qué hacer, si accedía no había vuelta atrás y debería vivir con las consecuencias y siempre estaba la opción de decir que no y que todo quedará ahí. Pero quería arriesgarme y sacarme la curiosidad.

Salí de mi cuarto sin hacer el más mínimo ruido, debía ser lo más silenciosa posible, ya que en la habitación de al lado estaban mis tíos. Entré, cerré la puerta y estaba en la cama esperándome, me acerqué y me puse entre sus piernas. Podía ver cómo debajo de la ropa movía la mano masturbándose. Una vez cerca, se sacó el pantalón y el bóxer y no podía creer lo que veía. Mi amiga no mentía, era larga, unos 18 cm y era muy gruesa.

Mi reto era hacer que todo eso entrara en mi boca, no podía quedar ni un centímetro afuera y costará lo que costará tenía que entrar.

La agarré con una mano y le pasé la lengua mojándola bien, así tuve un par de segundos. Me la metí en la boca y sentí que no me entraba completa, así que la chupé hasta dónde llegaba, al principio dejó que me acostumbrara y fuera al ritmo que yo quisiera, pero después de un rato sentí sus manos en mi cabeza y como hundía los dedos en mi pelo para empujarme con fuerza la cabeza y así llegar al tope.

Al principio no entraba, era muy grande para mi boca, pero tenía que lograr que desapareciera por completo dentro de mi boca. Así que intentamos varias veces hasta que lo logró, su pija había entrado por completo y la sentía en la garganta.

Sentía que me ahogaba y no podía respirar, ni tragar, se sentía como mi boca salivaba y la garganta me molestaba, trataba de salir pero por la fuerza que él hacía con sus manos no podía moverme, pero no me desagradaba.

Mis ojos lagrimeaban y la saliva no dejaba de salir de mi boca, me chorreaba por la pera hasta mojar su mano. Tenía la pija toda babosa y no nos causa ningún asco, al contrario, nos excitaba y quería que siguiera. Así estuvo un rato largo cogiéndome la boca, llegando a la garganta.

Descubrí que escucharlo bufar por el esfuerzo y la excitación, me excitaba a mi y me encantaba chuparle la pija.

Empecé a llegar a mi límite, la garganta me empezaba a doler de tanto esfuerzo, pero no iba a parar hasta que me llenara la garganta y la boca de semen, quería que fuera completo.

Lo dejé que siguiera mientras me tocaba las tetas y apretaba mis pezones por debajo de la ropa. Estaba más que entregada a lo que él quisiera. Me saco la pija de la boca toda babosa y me la paso por la cara, llenándome toda de saliva, me preguntó si ya quería que acabara, le dije que sí, que ya no daba más. Me acabó en lo más profundo de la garganta.

Nunca había hecho un pete con tantas ganas como a él. Mientras acababa podía sentir los espasmos de su pija en mi garganta y como su leche caliente bajaba y se acumulaba un poco en mi boca. Su acabada había sido muy abundante y tenía un sabor dulzón que me encantó.

Le limpié bien la pija, sin rastros de semen y me fui a mi habitación de nuevo, con la garganta cansada y adolorida.

Y esa no iba a ser la única vez que disfrutaría de su pija.

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¡Hola! ¿Como están? Espero que disfruten de este relato. Esta es solo la primer parte.

Los leo, besitos.

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