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Carla: con abogados, padre e hijo (1)

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0 % real, salvo los nombres, obviamente.

El tío y su amigo habían aportado los datos básicos que la memoria colectiva del pueblo originario de la mamá de Carla, guardaba. No era mucho pero sí muy concreto. (para entender mejor ver relatos anteriores, “tercera vez con el tío”, y “el tío la coge y la prostituye”.

Joven estudiante iba a pasar un par de semanas en verano con familiares en el pueblo, noviazgo con chica linda, embarazo, y desaparición súbita…” si te he visto no me acuerdo“. La chica mantiene su embarazo, nace una niña y la madre la mantiene como puede, empleada de comercio, ayuda familiar, tareas de limpieza en casas de familia.

Cuando no puede mas, se va del país, deja a su hija Carla de 10 años con los tíos la (la hermana de ella y su marido (a quien ya conocen, ver relatos), rehace una modesta vida en pareja muy lejos, pero nunca pierde contacto con su hija ni con los tíos.

Los tíos siempre mantuvieron como pudieron a Carla y entendieron cuando a los 20 años se vino a Montevideo a tratar de estudiar. Luchando y limpiando casas logró hacerse traductora de dos idiomas, una mejora considerable. Un largo noviazgo y convivencia facilitaron su vida hasta que a los 27 años se terminó. Buscó consuelo, me encontró y el resto lo saben.

El tío trajo los datos y entre polvo y polvo le contó todo a Carla. Ella siempre quiso terminar de conocer su pasado, cosa que su madre, con quien mantiene excelente relación a distancia, nunca quiso revelarle.

Rápidamente, con los datos de que su padre era estudiante, un apellido y casi nada más, un investigador, que existen, en dos días le pasó el informe completo, que al presente, Carla, pudo pagar sin problemas.

Habiendo retomado sus estudios de Derecho, hablando con compañeros, no tenía dudas de su situación, pero deseaba que se lo confirmara un profesional reconocido, para total certeza.

Fue directamente a un estudio jurídico en Ciudad Vieja, como casi todos… Digamos Dres J y J (h) abogados, como luce en la puerta.

Solamente pudo obtener hora para el final del día, a las 16 y 30, algo a la larga favorable. Sabes Sergio? Debe ser lindo estar con padre e hijo, ya me encanta con el del banco y sus hijos… por que no pruebo de invitarlos al apartamento? Me acompañas? “Obvio que sí! Puede estar buenísimo!” .

Llegó Carla puntual, la secretaria ya se iba por ser viernes, le queda mejor irse antes del rush… Carla pagó por adelantado la (cara) consulta. Y pasó a la oficina. Muy tradicional. Calefacción ya apagada por ser última consulta, Carla mantiene su abrigo escrupulosamente cerrado.

Presentaciones de rigor, aunque Carla se guarda un detalle pues solamente tenía consultas genéricas, luego de explicar su situación.

Tengo derecho a compensación económica por el abandono de mi padre?

Podría, si quisiera, recuperar mi apellido? Solamente para saberlo, no me interesa, dijo.

Las respuestas confirmaron lo que ya Carla sabía y le habían confirmado sus compañeros avanzados de estudios.

—No le corresponde compensación, prescribió la obligación.

—Sí, podría recuperar si quisiera su apellido, y su filiación, es un simple juicio solventado por análisis de ADN, que todo juez autorizaría.

Algo mas de información, intrascendente, mas que nada para justificar los honorarios. Y Carla se despide, saludando y con un “debo irme, no traje el coche porque hoy viernes a esta hora es una locura!”.

—Hacia donde va?

—Hacia el Golf digamos, me espera mi pareja, no convivimos pero nos pudimos tomar unos días juntos.

—Si acepta la llevo, paso por allí obligatoriamente hacia casa.

—Sería un gran favor, y entonces lo invitamos a un café.

—Acepto gustoso! J ya estaba apreciando la onda y belleza de Carla.

Corta caminata hasta el parking, viaje excesivamente demorado hasta el apartamento, en el viaje, pese al abrigo largo, Carla se las arregló para cruzar las piernas y mostrar al menos hasta las rodillas sus elegantes botas y medias negras, y el borde de una falda azul oscuro muy seria.

Al llegar, Carla le dice a J que llamará al portero, (sí, ese portero) para que pese al coche desconocido, les habilite la entrada al garaje del edificio, “por seguridad y discreción” —Que detallista! Dijo J… va a ser buena abogada! —Eso espero! Bien cara es la universidad privada. Pero terminaré rápido, espero poder pagarla,

Subieron al apartamento, Carla me presenta a J, me dice que es quien la ha asesorado y le quito el abrigo y se va a preparar el café prometido a J…” espero que no esté apurado, así le cuenta a Sergio por si se me escapó algún detalle”.

Debajo del abrigo había aparecido una versión muy seria de Carla, tailler azul oscuro, camisa blanca no muy escotada, botas y medias negras.

Mientras preparaba el café y se demoraba, nosotros conversamos del tema jurídico.

Y en la cocina, Carla se levantó la falda mas arriba de la cintura, desprendió dos botones de la camisa y justo antes de traer los cafés, me llamó al celu. Yo fingí que era una llamada de trabajo y me disculpé con J, yendo a otro ambiente.

Carla trajo los cafés, retomaron el tema, Carla ampliando información intrascendente… ”dicen que mi papá de joven era terrible, no se le escapaba nadie”.

De pronto, “uyyy, Sergio no vuelve, y con la calefacción tan alta las botas me están matando y el cierre es un poco corto, me ayuda J?”. “Obvio, sí, aunque sea como para compensar el frío de la oficina porque ya habíamos apagado la calefacción”.

Carla bajó el cierre de cada bota y estiró las piernas. J se acercó, se agachó y tiró de las botas sacándolas, se demoró dos o tres segundos mas de lo necesario, y seguramente vio una buena porción de muslos con medias y portaligas.

Volví (estaba atento a la situación) y Carla dijo tomate tu café Sergio, yo me cambio y vuelvo, ahora muero de calor.

Mientras ella se fue y volvió, hablé con J de su estudio jurídico, en sociedad con su joven hijo, de 29 años, también abogado obviamente, de la fama de mujeriego del padre de Carla, y deslicé que “algo de eso heredó de él”.

Volvió Carla totalmente deportiva, zapatillas, calza negra con franjas transparentes en cada pierna, de cintura a tobillo, y camiseta bien ajustada. Tetas y culo un espectáculo, J se notaba interesado.

—Me pareció oír que hablaban y le contabas algo de mi supuesto papá? Por eso J es que Sergio y yo somos amantes, libres y liberales . Otra ronda de café?

—No no, Carla, muchas gracias, ya debo irme, se me hace tarde.

—Que lástima! Podríamos conversar mas del tema. Mañana tiene tiempo libre? El café es bastante bueno y quizás su hijo pudiera aportar algo al tema.

— El café es bueno de verdad, y mañana sábado de tarde en vez de ir al fútbol, le puedo decir a mi hijo de venir por un delicioso café y conversamos mas.

—Te parece bien Sergio? —Excelente, amor.

—Nos vemos mañana a las 15? Los esperamos —Perfecto.

J se paró para irse, visiblemente “nervioso” sobre todo cuando Carla se adelantó a abrirle la puerta, luciendo ostensiblemente el culo . Y lo despidió con un beso en la mejilla, pero apoyándole las tetas en el pecho,

—Viste Sergio? Se fue entusiasmado… —Se fue super excitado me parece, lo preparaste bien. Lo de las botas debe haberle encantado. —Sí, se demoró para mirar! Ja ja.

Al otro día, sábado, 15 minutos antes de lo convenido, ya llegaron Jo (padre) y Ju (hijo), llamémosles así para diferenciarlos.

Debido al adelanto de los visitantes, Carla se hizo esperar un ratito. Vino, aprovechando la calefacción con un vestido corto, floreado, arriba de la rodilla sin ser mini, cerrado al frente con un largo cierre zipper, con una borla y flecos en la presilla de cerrar/abrir y tacos bien altos, complementados con medias negras.

Presentaciones, comienzo de la conversación y ronda de refrescos… básicamente, no podía ser de otra manera, el hijo opinaba igual que el padre… cero posibilidad de reclamo económico y certeza, si a Carla le interesara, de hacer que su padre la reconociera como hija, ADN mediante. — No me interesa para nada…sería una ofensa a mi madre.

Lentamente fuimos derivando al tema de como hace 33 años también se daban embarazos no deseados, como las costumbres se han ido haciendo mas laxas, “hasta en parejas serias” acotó Carla.

—Bueno, es solamente sexo, por lo general, acotó el joven Ju.

—Cierto, acoté yo, es muy común disfrutar del sexo independientemente del amor.

—Lo dice por nosotros acotó Carla, solemos disfrutar mas allá de nuestro amor.

—Ciertamente, acoté…

Sorpresa es poco para describir la reacción de nuestros invitados.

—Eso es cierto? preguntó el padre! —Yo creo que nos invitaron por eso acotó Ju.

—Te parece Ju? Dijo Carla mientras hacía un tremendo cruce de piernas que hizo correrse el vestido hasta donde el portaligas se sujeta a la media en una de las piernas.

—Ves papá? Ayer cuando me comentaste que tenías sospechas de algo te dije que seguramente eran swingers o cuckold o algo así.

—Y parece no haber dudas.

—Alguien lo duda? Dije, mientras acariciaba el muslo de Carla. — Si tienen dudas podemos hacerles una demostración para darles certeza. Y le iba levantando el vestido hasta mostrar los muslos, completos.

—Doctores, dije, (recordemos que en Uruguay a los abogados se los suele llamar doctores)… gustan quedarse o por sus compromisos prefieren irse?

— Yo no tengo compromisos dijo Ju enfáticamente… que vas a hacer vos papá?

—Yo salí al fútbol contigo y sigo contigo!

—Querido no se si querrán que me entregues a ellos o si uno de ellos me desviste, son gente de nivel y vamos a respetar su gusto, acotó Carla.

—Mejor si Sergio nos la entrega, así no hay dudas y nosotros disfrutamos viéndola.

Como tantas veces, lo habíamos planificado, y pensábamos repetir algunas cosas.

Situado detrás de ella, comencé a acariciar su cuerpo, sus caderas primero, subiendo el vestido hasta mostrar el puño de las medias y los enganches del portaligas. Luego lo dejé caer, y fui subiendo las caricias hasta los pechos, mientras le besaba el cuello y se lo lamía.

Carla giró la cabeza y nos empezamos a besar, mostrando el juego de lenguas… uffff dijo Jo.

Comencé de nuevo a sobarle los pechos y a bajar lentamente el cierre frontal del vestido. Notaba que los pezones se endurecían con las caricias. De a poco apareció el corpiño, hecho expresamente… formato tradicional, pero en vez de copa de tela, tres delgados hilos verticales, todo en negro, uno al centro por encima del pezón y uno a cada lado, un poco separados. A esa altura, el pezón levantado ya salía por el costado de su hilo. Aproveché para pellizcar levemente los pezones y pasar dedos ensalivados suavemente por cada areola. Carla gimió y Ju dijo que hermoso!

Seguí bajando un poco el zipper hasta que el vestido podía bajar por sí solo. Lo fui bajando y me detuve cuando SORPRESA! Aparecieron los pelitos… Divino! Dijo el padre, yo te dije que si se daba iba a ser re lindo, no tenía dudas después de como nos despedimos ayer.

Si había sido todo lento, mas lento aún lo hice a partir de allí, bajando milímetro a milímetro hasta que apareció un mínimo triángulo negro, que oficiaba de micro tanga hilo. Ahí dejé caer el vestido, y la pudieron ver de frente en todo su esplendor.

—Mirá lo que nos vamos a comer viejo! Exclamó Ju fuera de sí. —Sí, pero yo soy mayor, me toca primero, dijo Jo poniendo a su hijo en su lugar ja ja.

Carla sacó los pies del vestido caído al piso, avanzó dos pasos y estuvo a medio metro de ellos medio minuto o algo así.

Giró, mostrando el culo solamente con el hilo negro, estuvo diez segundos y caminó hacia mi.

Le bajé la tanga, mini tanga, micro tanga, ultra micro tanga, como la llamemos, y vieron que con o sin hilo el culo seguía siendo hermoso.

Suspiraron…

—Todavía no, les dije, pero si quieren desnudarse, adelante…

Carla se arrodilló en la alfombra y yo detrás de ella comencé a acariciar su concha, con mis dedos que mojaba el la boca de ella. Ellos ya en bóxer mostraban evidentes erecciones.

Paré de masturbarla y vi que el hijo ya desnudo se tocaba, de forma muy particular, pues se acariciaba los huevos.

Me acosté al piso y Carla se sentó sobre mi cara, yo le lamía la concha y ella se masajeaba los senos y gemía, de a ratitos se relamía. La concha re húmeda.

Me salí de abajo de ella, nos paramos ambos, nos acercamos.

La pija de Ju re dura ya, doblada a la izquierda, de las que dan trabajo, la de Jo, el padre, a medio parar, gruesa y se notaba que a full iba a ser cabezona, los huevos, muy colgantes, y ambos con los pelos bastante recortados.

—Creo que Carla está en condiciones de entrega… aceptan? Y en ese momento Carla los tomó de la pija a ambos, lo cual fue como mágico en la de Jo, que se endureció al instante… —Te gusto Jo? —Desde ayer en el estudio y cuando te traje. Pensé seguramente ésta es putita… sin ofender! — Para nada ofendés! Pero Sergio siempre el mismo desprolijo! Sabés que me gusta que me entregues de novia! Como para disfrutar lo que mi mamá nunca pudo!

—Cierto amor, preparate y venís.

Fue a vestirse de nuevo, con la lencería que ya los lectores conocen… aunque omitió las medias para ganar tiempo.

Nosotros, nos miramos, los tres desnudos, pija dura, nos reímos…y para disimular nos sentamos el par de minutos que Carla demoró.

Volvió haciendo sonar los tacos como aviso, había cambiado sus zapatos negros por otros blancos altísimos, mini tanga blanca nacarada, atada a los costados, encima de la cadera, dejando ver la tira de pelitos, prolija, hermosa, un corpiño media copa con pezones al aire y velo de tul a la cabeza.

—Ahora sí voy a disfrutar de haber sido entregada! Los tomó a ambos del brazo y fuimos al dormitorio.

Llegamos y los dejó, se paró frente a ellos, —Y bien, quien es el novio? —Yo!!! Exclamó Jo, haciendo valer sus galones.

Carla se acercó, le refregó su cuerpo aún en lencería…lo besó y en segundos entrelazaban las lenguas, él le quitó el velo. Ahora vos Ju, desnudame para tu padre!

Con la verga como piedra, Ju se acercó y le quitó el corpiño y desató la tanga, que se la quedó en su mano para olerla.

Carla volvió a besar a Jo apasionadamente, con lengua a fondo, pasándole saliva a la boca de él que le acariciaba el culo con gran placer, notorio placer.

De a poco Carla empezó a bajar hasta la pija, se arrodilló y comenzó a lamer los huevos, luego lamió el tronco y apenas le besó la cabeza de la verga un par de veces… no quiero que te vengas muy pronto…

Y de allí, parándose lo llevó a la cama. Lo puso boca arriba y le ofreció la concha a chupar, montándolo como había hecho conmigo.

Una seña mientras Jo le chupaba concha y clítoris y yo le pasé a Carla un forro ya abierto. Ju se seguía tocando, acariciando los huevos, quizás con miedo a acabar súbitamente.

Quiero ponerla dijo Jo… Carla le puso el forro, que entró ajustadísimo por el grosor de la pija, y con la pija en la mano comenzó a metérsela, ahora puesta de espaldas a él.

Carla pensaba, y pensaba bien, que ver como ella subía y bajaba, y que haciendo algún guiño anal, Jo estaría encantado. Y así fue, pero resonó una advertencia… — Avisame cuando estés por acabar! Quiero verte acabar sobre mí. Y empezó un lento subir y bajar, los ojos de Jo no parecían poder captar toda la belleza de ver como la concha super ajustada a la pija subía y bajaba sin pausa, y a veces, el ojetito hacía un guiño juguetón.

Poco tiempo pasó y Jo avisó: falta poco y me acabo!

Lentamente Carla subió hasta que se salió la pija, le dio un instante de respiro a un agitado Jo, le sacó el forro y volvió a meterse la pija hasta el tronco, con un sube baja más rápido.

—Pero… balbuceó Jo… —Pero nada papá te va a ordeñar todo. Dijo Ju

—Ama la leche, les dije.

En instantes Jo apretaba las mandíbulas y su escroto se contraía y aflojaba mientras acababa dentro de Carla. Ella siguió y siguió hasta que la verga de él, blanda, se salió de ella.

—Te la voy a limpiar… y se la chupó mientras yo hacía señas a Ju de que era su turno. Se acercó y aprovechando que Carla estaba casi en cuatro limpiando a lengua la verga de Jo, el joven se dedicó a besarle la espalda y la raya del culo, acariciaba sus nalgas. Cuando Carla terminó de limpiar la pija de Jo, se dio vuelta, como invitando a Ju, y él hizo algo que nunca le habían hecho a Carla…

Se puso perpendicular a Carla, sobre su cara y prácticamente le metió toda la pija en la boca, apoyado en las palmas de las manos y la punta de los pies, comenzó a cogerle la boca, mientras, super excitado yo le chupaba las tetas. Estuvo así un rato y la sacó. — Ufff dijo Carla ese juego es nuevo para mi, y me gustó, aunque casi me asfixio ja ja. En un segundo, Ju estaba sobre ella, la besaba, le salivaba dentro de la boca, le chupaba las tetas… hasta que empezó con la cabeza de la pija a recoger el semen que escurría de la concha y a refregarle la pija en los pelitos, iba y venía iba y venía, los pelitos brillaban ya cubiertos de leche y de flujo, y entonces Ju pasó a los labios de la concha.

El mismo trabajo, ayudado ahora por los jugos cada vez mas abundantes de la conchita de Carla. Entonces, síntoma inequívoco de penetración, después de dejarle los labios casi rojos de frotarlos, se detuvo, ensalivó abundantemente el glande y puso las piernas de ella sobre sus hombros. Apunta y meterla fue todo uno, sin prisa, sin pausa y sin forro se la metió hasta los huevos, realmente hasta que los huevos tocaban el perineo.

Se movía lento y Carla acompañaba, se besaban, ella le mordía los hombros, y dale y dale… al final, él dijo adentro o en la boca? —Adentro! Me encanta! Y allá fue la acabada de Ju, pasando a la consabida limpieza en cuatro, lo cual aproveché para yo también ponérsela, una delicia de encharcada como estaba… me acoplé al ritmo con que ella se la chupaba para limpiarla y en dos o tres minutos también mi licor se mezclaba a los restos de los otros.

Seguimos chupando todo su cuerpo, besándola, nos chupaba… de pronto miro a Ju y ya estaba de verga dura de vuelta. Sabiendo que Carla se había preparado con enemas pre anal, le comencé a chupar el culo, inmediatamente atraje la atención de Ju que miraba atentamente… —Que lindo culo tiene! —Lo querés? Te lo preparo, dije ensalivándolo y tomando de la mesita de noche un sachet de gel .Le unté bien el agujerito, metí un dedo… mas gel… y se lo señalé. —Es tuyo.

Ju le apuntó la cabeza de la verga y comenzó a meterla despacio, la curvatura de la verga dificultaba la entrada, pero, al final, entró. Ayyy me duele pero me encanta decía Carla, pero no me acabes adentro, la quiero en las tetas. Miré a Jo y vi que se masturbaba frenéticamente, pero con la verga gomosa. —Podré? Me dijo. —Ojalá dije yo. Cuando la tuvo dura le pidió el lugar a Ju, que así cumplía con no acabarle adentro . La entrada de la cabeza de la verga de Jo fue monumental, gel, empuje, quejidos, mas gel mas empuje mas quejidos, y de pronto plop! Entró. El ojal, estirado al máximo por el grueso tronco, Carla entre quejidos y gemidos de placer. Ju se masturbaba y al ratito la pija de Jo flaqueó y la sacó. Los dos se masturbaron a full, los tres en realidad, y le dejamos en las tetas lo poco que a cada uno nos quedaba.

—No recuerdo un día como hoy!!! Exclamó Carla, mientras con sus dedos recogía la leche que dejamos en sus tetas y se la tomaba. Eso de que me cogieran la boca!

Esa verga curva adentro… que delicia! ésa cabezona entrando en mi! Ni con mi tío!

—Como!? Te coge un tío? —Sííí y muy bien me coge, en realidad es marido de mi tía, pero como hoy, nada. Y se prendió a besar a los dos en la cama, ya cansados, pero intercambiando salivas, restos de leche y entusiasmo, mucho entusiasmo.

—No te voy a mentir dijo Jo, para nosotros ha sido una experiencia inigualable.

—Estoy seguro que repetiremos dije… —Síí por favor! Dijo Carla. —Tan seguido como podamos dijo Jo, siempre con la voz cantante.

Seguimos con las caricias y los besos, alguna lamida de concha hubo y al final, fuimos duchándonos y vistiéndonos, también prendimos la tv para que al menos supieran el resultado del partido que supuestamente habían ido a ver.

Ya vestidos y distendidos, Carla tomó la palabra: Volverán? —Síí, unánime. Ha sido espectacular… “Yo volvería mañana mismo dijo Jo”… Serías capaz? Preguntó Carla… —Muy capaz! Mi mujer todos los domingos se va a tomar el té con amigas y yo salgo a caminar, visito algún amigo o me voy al estudio a preparar casos difíciles.

—Mmmm que lindo que me tengas tantas ganas. Y vos Ju?

—Yo desesperado quisiera, pero no puedo, me comprometí a un asado en Punta del Este y no puedo fallar… pero lunes o martes te llamo si me das el número.

—Igual! Divino solitos Jo, Sergio, y yo! Y tú cuando quieras. Voy a ser sincera, con la cogida de hoy serán bien recibidos siempre. Y Sergio les pasa su celu, siempre es él el que consigue el apartamento y sabe si ando con ganas de recibir. Aunque casi siempre sí, y con ustedes… una delicia, no sé, nunca me pasó, tenerlos adentro y sentir su leche era como el paraíso para mi.

Se sentó en la falda de Jo, lo besó un ratito, “te esperamos mañana, Dr. “.

Beso de lengua a Ju y se marcharon, eufóricos.

—Viste Sergio? Te aseguré que no fallaba, y no falló!

A continuación, vendrá el relato de la tarde de domingo con Jo, y una gran sorpresa.

(9,20)