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Carla: el padre la coge luego de 19 días y la vende

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100 % real, excepto los nombres obviamente.

—Sergio? Sonó al teléfono la voz del padre de Carla, a quien hemos llamado Jo, pero para mejor identificarlo, lo llamaré José, de aquí en adelante.

—Como estás José?

—Digamos bien, pero desesperado, llevo 18 días sin estar con Carla, en cualquier momento se me derrama “aquello” por las orejas!

—Bueno, sabés que es así, estuvo en Paraguay, volvió y tuvo cosas que hacer, no te desesperes!

—Al menos están libres para almorzar? Me gustaría verla, y charlamos los tres. Del estudio se encarga Ju (Juan), si llego un poquito tarde, y está la secretaria.

—Le digo a ver si puede, solamente a comer, que quede claro.

Así comenzó algo que nos encantó a Carla, al padre y a mi, y creo que al resto también.

Charlábamos y almorzábamos, en su desesperación por verla y tratar de estar con ella, o al menos fijar fecha, nos invita, como supuestos “clientes del estudio”, a una reunión con motivo del aniversario de su actividad como abogado y fundador del estudio, 30 años de abogado.

Era algo simple, un jueves de tarde al cerrar la actividad. A eso de las 18 horas, unos cocktails en un salón de un conocido hotel a la entrada de la Ciudad Vieja. Concurrencia por invitación, obviamente, de muchos clientes del estudio, damas, caballeros, parejas, incluyendo algunos “pesos pesados” de la abogacía.

El ambiente era muy tranquilo, casi aburrido mas allá de las felicitaciones y algunas bromas al homenajeado. Pero… Carla se encargó de al menos agitar un poco el ambiente. Tacos como siempre altísimos, y vestido ceñido al cuerpo, bien arriba de la rodilla, con el detalle de una abertura de cinco centímetros de ancho desde la axila hasta el borde inferior del vestido. Solamente tres elásticos mantenían el orden de las cosas, uno a la altura del busto, uno en la cintura y uno a medio muslo, por supuesto, había un elástico mas, digamos justo en el comienzo, debajo de la axila, para mantenerlo en su lugar. Obviamente dejaba ver que no había ropa interior alguna, y suficiente también para que al sentarse los elásticos cedieran un poco permitiendo vistas un poquito mas generosas de su piel.

Admirablemente el raso (creo que era raso) se adhería a su cuerpo sugiriendo todo detalle, en especial los pezones y la raya del culo. Una pintura.

Para bien o para mal, se transformó en el centro de comentarios de la reunión, desde el infaltable “es una atrevida, como va a venir vestida así”, comentario oído a un par de damas, hasta “que buena está”, comentario de varios caballeros entre ellos o a mi ya que entramos a la reunión por separado, y simulábamos cruzarnos ocasionalmente como desconocidos cualesquiera.

No faltaron caballeros que habían ido solos al cocktail, que intentaron avances, sin ser rechazados ni aceptados, simplemente lograban alguna conversación intrascendente y la aceptación, sin respuesta, de alguna insinuación del tipo de “por suerte eres cliente del estudio y siempre podremos pedirle a José que arme otra reunión”.

Sin embargo, uno de ellos, señor mayor muy conocido de José, acertó un poco mas en su avance y obtuvo una linda respuesta de Carla, que conversó con él un largo rato.

Luego de presentarse, el caballero preguntó directamente: Eres modelo? —No, por?

—Con ese cuerpo y esa elegancia, pensé que lo serías. No cualquiera lleva tan bien un vestido como ese.

—Acaso resulta muy atrevido? Alguna señora me dijo eso!

—Para nada, está justo al límite del buen gusto y sugiere perfectamente lo que no muestra. Y lo llevas muy bien, por eso supuse que serías modelo.

—Ja ja… gracias, pero no, quise ser modelo y me dijeron que pese a ser alta me faltaban otros 7 u 8 centímetros mas, y me sobran un par de centímetros de cadera. Así que nada!

—Gente con mal gusto! Deberían haberte aceptado!

—En realidad lo intenté, una vez en Florianópolis, participé en un concurso de los que llaman de bikinis, pero en realidad juzgan otra cosa, ja ja. Salí segunda y junto a la ganadora nos contrataron para hacer cuatro desfiles a mayoristas seleccionados de la marca. Toda una experiencia fue aquello!

—Sí? Como fue?

—Imposible de relatar! Ja ja.

—Me imagino!

—La imaginación es libre! Y aquí tuve otra experiencia, como modelo de diseño de lencería, para una de las pocas casas que diseñan y fabrican localmente.

—Y como es eso de modelo de diseño?

—Los diseñadores dibujan, perfecto… luego las cortadoras y costureras llevan a la realidad en los talles mas comunes. Y ahí entran las modelos de diseño, se ponen las prendas, y sobre el cuerpo se corrigen los defectos que inevitablemente surgen. Y bueno yo probé como modelo de chica relativamente alta y un poco estilizada.

—Divina! Diría yo.

—Gracias! Que atento!

—Y no sigues?

—No, la paga no era tan buena, sobre todo para cuanto nos tocaban y miraban, y eso que me encanta que me miren!

—Mereces ser mirada y admirada!

—Ayyy que adulador! Y todo por un vestido con abertura lateral…

—Belleza de vestido. Sería impresionante verte desfilar.

—Quien sabe! El mundo da vueltas y vueltas.

—Puedo tener esperanzas?

—Nunca se sabe, las circunstancias, los amigos, todo puede pasar, o no pasar ja ja.

—Ja ja… buena respuesta, recurriré a algún amigo entonces.

—He consultado algún tema en el estudio de José y seguimos en contacto con el y con el hijo, así que tenemos amigos en común.

Allí se arrimó a alabar su vestido una dama, cosa imprevista, conversaron un rato, la dama expresó que su marido andaba por allí bebiendo, siguió comentando cuanto le gustaba el vestido de Carla y se las arregló para sugerir ir al tocador a retocarse el maquillaje.

La sorpresa fue que una vez allí, cerciorándose de que no había mas gente, la señora se arrimó a Carla arrimando su cara, prácticamente insinuando besarse. Carla la dejó hacer, y el beso llegó, con la dama tomando la iniciativa. Suficiente para que Carla respondiera con entusiasmo y con lengua, largo y húmedo beso.

“Algún día te buscaré” dijo la desconocida. “Ojalá” le respondió Carla. Se separaron, y finalizó la reunión después de un rato. Todo había transcurrido a pedir de boca, tal cual lo hablamos con Carla, que me contó todo eso.

Reconociendo la calentura de su padre, que pese a estar la esposa presente no había parado de mirar a Carla durante toda la reunión, en un cierto momento Carla lo dijo: mañana a eso de las 16 o 17 horas si puede escaparse del estudio, estaré en casa con Sergio.

Sabíamos que iría desesperado, el hijo cubrió la última hora del estudio y si se diera el caso, cubriría su ausencia frente a la esposa. Y ya sobre 16 y 30 llegó José al apartamento donde vive Carla. Allí lo esperábamos y un café se impuso, El padre se acercó a la cocina, donde estaba Carla, a admirar su jean totalmente rasgado por delante y por detrás; desde la rodilla a la ingle y desde la parte trasera de la rodilla hasta casi medio culo. Realmente, si bien muchos objetan este diseño de jeans, lucía totalmente erotizante. Las rasgaduras del jean en los bajos de los glúteos eran de tamaño importante, como para que pasaran algunos dedos.

Acompañando al jean, Carla se puso una simple camiseta negra, a la cual le hizo, ella misma, rasgaduras frontales, amplias abajo y un poco mas pequeñas a la altura de los pechos, que igualmente se veían parcialmente por las pequeñas aberturas.

Al ver que demoraban, me acerqué a la cocina, donde los encontré manoseándose, Carla caso tan caliente como el café, (le encanta la pija del padre aunque no sienta nada especial por él), y el padre hecho fuego le tocaba el culo y las tetas, se besaban y frotaban sus cuerpos uno contra el otro. Me sumé, la besé y acaricié un poco y nos fuimos a tomar el café, ja ja.

El tema del momento era, aparte de la angustia del padre por cogerla, la atracción que había despertado Carla en algunos concurrentes al cocktail de aniversario. También hubo rechazo o críticas de algunas damas, todo debe ser dicho.

Especialmente hablamos del cliente del estudio con quien Carla mantuvo su diálogo mas largo, un buen amigo de José ademas de excelente cliente, y ademas integra un grupo de poker de los sábados de noche.

—Y juegan por nada? Pregunté.

—Nooo! Apostamos, a veces fuerte, a veces ponemos límites medianos, pero al poker no se juega por nada, nunca.

Hablamos de la admiración de su amigo por Carla, de su buena onda, nunca atrevido, de su interés cuando Carla le contó del tema de haber modelado lencería en etapa de diseño, y de sus desfiles de malla en Florianópolis, sin detallarle la parte mas picante, mas porno que picante ja ja.

Rápidamente, las mentes brillantes tienden a pensar de manera similar ja ja ja, elaboramos un plan para el sábado de tarde, supuestamente adelantando la sesión de poker. Y dejamos de conversar para pasar a los hechos que todos deseábamos.

Sentados uno a cada lado de nuestra chica, retomamos los manoseos y besos, alternándonos, las caricias a las tetas eran incesantes… hasta que finalmente Carla se paró y nos hizo señas de quedarnos sentados.

Rápidamente se quitó su camiseta y nos la arrojó, bromeando. A continuación, después de dejarnos admirar (como si hiciera falta) sus tetas, se giró y encaró la dificultosa tarea de quitarse el jean, probablemente comprado ex profeso un talle menos para resaltar los desgarrones de la tela y su propio culo.

La posición que adoptó fue la tradicional para quitarse el jean. (ya nos habíamos desnudado nosotros).

Desprendió el broche y cierre delanteros, inclinó el torso hacia adelante, insinuando aún mejor su trasero ante nuestros ojos, y comenzó a bajar el jean lentamente, un poco por intención y otro poco por lo ajustado que estaba. De a poco, con esfuerzo el pantalón fue bajando y dejando ver poco a poco esa belleza de culo que la naturaleza le ha dado. El fin de la espalda, el comienzo de la raya, cada vez mas raya y mas abierta… hasta que finalmente logró bajarlo del todo, se lo quitó totalmente, lo arrojó lejos y nos mostraba libremente su hermosa concha y orificio anal, pues obviamente no llevaba ningún tipo de tanga. Nosotros ya desnudos, solamente nos miramos y la llamamos nuevamente al sofá, donde ella se recostó con gusto, su boca sobre mi pija, su concha sobre las piernas del padre, que de inmediato comenzó a masturbarla mientras ella me chupaba la verga a todo ritmo.

Cuidadosa de que no se produjeran derrames imprevistos, dejó de hacerme oral y se lo empezó a hacer al padre, mucho mas difícil al ser una pija gruesa y cabezona.

Antes de dos minutos, dijo “vamos a la cama”. Nada mas llegar, le ordenó: “boca arriba papi”.

Cuando José estuvo así, la poronga como piedra, Carla dijo “usted quietito, yo me encargo”… y ahí imaginé que iba a hacerle “la viborita”.

Ésta manera de penetrar, enseñada por Lu a Carla, es realmente hermosa y requiere habilidad.

Carla se acostó sobre su padre, mas o menos con sus tetas sobre la cara, abrió las piernas y yo le chupé un poquito la concha para que estuviera hiper mojada, y entonces, cuando me retiré, Carla comenzó a moverse como una víbora, de un lado a otro, retrocediendo sobre el cuerpo de su padre hasta que (aquí es donde se requiere habilidad y una concha bien húmeda), la concha enfrentó a la cabeza de la pija, y con un retroceso más, zás! Estaba toda la verga adentro.

Ahhh exclamó José, loco de placer. Poco a poco Carla fue enderezando el torso y comenzó el correspondiente sube y baja, mientras disfrutaba de chuparme los dedos y que yo le acariciara las tetas y el culito con su propia saliva.

18 días sin coger son muchos, el aguante del abogado fue mínimo y en pocos momentos su cuerpo se puso tenso y se arqueó hacia arriba.

Sííí papi sííí, esta hirviendo, que chorros! Exclamó Carla, y en instantes cada vez que en su subir y bajar se veía un trozo de pija, aparecía blanco de leche y jugos femeninos mezclados.

José aguantó erecto el tiempo que pudo, de a poco se le fue ablandando hasta salirse de su hija, ambos agitados y aún excitados. Desesperado, me lancé a besarla, entrelazando nuestras lenguas y mezclando nuestras salivas. Ni siquiera me preocupé cuando ella interrumpía los besos para pasarse los dedos por la concha y chupárselos, mojados de semen y flujo que seguían escurriendo por su hermosa raja.

Comenzó a chupársela a José hasta ponerlo en pie de guerra, la mía no había acabado y estaba dura desde el comienzo. —Quiero doble, nos dijo. Y quienes éramos para negarnos? Se puso de costado, el padre no tuvo ningún problema en metérsela, aunque es gruesa, por todos los flujos que aún tenía adentro, y desde el frente, una vez que se la metió y le dio unos cuantos bombazos, se la metí yo. Dio trabajo pero le entró en esa maravillosa conchita. Un rato de vaivenes sincronizados, ella misma se estrujaba las tetas y gemía, y el papi me ganó, tanto ella como yo sentimos los chorros tibios de su alivio, y al rato le retribuí, dejando también lo mío.

“Sigan! Sigan!” Pedía Carla, y lo hicimos hasta que pudimos, y ya blandos, nuestros miembros se salieron de ella.

Nos limpió a los dos, nos besamos, la acariciamos y otra vez el padre de pija dura!

Opté por retirarme a un sofá del dormitorio a mirarlos y admirarlos, meditando acerca de que pasaría por la mente de José. Ya sé lo que piensa Carla, una mezcla de morbo, cierto cariño, muy poco, y un sentimiento de que de alguna manera se está vengando, de manera original, al hacer con su padre algo prohibido y mal visto por la sociedad.

Muy diferente de lo suyo con el tío, lo quiere y le agradece haberla criado junto con su esposa, y haberla respetado sin insinuaciones hasta los 33 años cuando ella se le regaló.

También muy diferente de lo que siente por su medio hermano, cero culpabilidad de parte de él, obvio. Y Carla siente que lo extraña un poco y cada vez mas, desea coger con él.

Lo cierto es que mientras pensaba todo esto, cómodamente instalado en mi sofá, a dos metros los veía cogiendo. Carla en cuatro, José a fondo en su concha, estrellando a cada movimiento su cuerpo contra el de ella. El pulgar de él, ensalivado, no paraba de hacer círculos en su ano, entrando un poco a veces.

Y finalmente, desde la concha comenzó a gotear nuevamente semen a la cama, José había logrado un tercer polvo, ambos jadeaban.

Nos recuperamos de casi dos horas de sexo a full, y marchamos a ducharnos y ducharla entre ambos, con juegos y manoseos incluidos.

Y fue en ese momento, al secarnos y vestirnos, que surgió una pregunta…

—Y esa sesión de poker cuantos son?

—A veces cuatro, a veces cinco…

—El señor que habló un rato conmigo y que dice que debería ser modelo es del grupo?

—Sí, y te digo la, verdad, fue uno de varios que me llamaron hoy de mañana para agradecerme la invitación al cocktail y para mencionarte.

—Me mencionaron para bien?

—Siempre para bien, algunos alabándote y otros comentando que sus mujeres se preguntaban quien era la putita esa que mostraba que andaba sin ropa interior ja ja.

—Saben? Me encantaría desfilar para él o él y alguno mas, así me admiran mas, y te acordás Sergio de la subasta? A lo mejor algo parecido.

—Una subasta? Dijo el padre. Te venderías?

—Quiero que usted me venda si se da, sé que sería capaz de dirigir mi venta de servicios a alguno de esos señores clientes de su estudio, de buen nivel, garantidos, o le da vergüenza? Ellos no saben quien soy. Y a Sergio seguro no le molesta y se divierte.

—Nunca pensé que tendría una hija así, pero me encanta! Y si puedo vender tus servicios, seguro puedo comprarlos, quiero ser cliente ja ja.

—Se lo he dicho papi, gratis cuando yo tenga ganas y pueda… lo otro ya es otra cosa, y… por que no?

—Hecho! Ya lo hablaremos, y el poker mejor de tarde no?

—Sí, pero que traigan algo de dinero, igual si avanzáramos mucho, supongo que usted saldría de garantía de alguno, verdad?

—Sí, sí, obvio. Y cuanto por desfilar para intensificar el deseo que ya se gestó?

—250 dólares insinuando. Después, si les gusto, hacemos otro desfile, mostrando, a 500, y si ya se entusiasman, les proponés subasta.

—Sos una genia…

—Sé defenderme, fui una chica abandonada, al fin y al cabo.

—Nunca me perdonarás?

—Perdonar no, he tratado de comprender y de avanzar, y quiero hacerme un futuro como sea y ya lo voy logrando gracias a Sergio y a mis amigos.

—Mañana de mañana les confirmo si se hace de tarde, y Uds. consiguen el apartamento ese tan lindo.

Así quedamos y así fue. A las 14 comenzaba la sesión de poker.

Avisados de antemano, y encantados, aparecieron tres concurrentes, José y yo, con lo cual José debió poner una parte para completar los 250! Ja ja.

Hubo anuncio de que vistos los comentarios, cada 10 minutos aproximadamente , al terminar una mano, habría una pasada como modelo de la chica que unos mas y otros menos, habían mirado en el cocktail.

Todos de acuerdo, se puso el dinero en un sobre y comenzaron a jugar. José y el amigo promotor de todo, digámosle Julio, se sentaron cerca de tal manera de tocarse por debajo de la mesa para que de ser posible, Julio saliera ganando, aunque nada estuviera garantido, en alguna vez les funcionó.

Cuando ya estaban reunidos, llegamos con Carla, y José me presentó, luego de presentar a Carla, como un amigo y cliente del estudio, que venía a pasar un rato.

Primera mano, gana Julio, y al terminar dice el abogado: Ahora la primera pasada!

Golpea las manos y aparece Carla con el ya relatado conjunto de jean y camiseta rasgados, excesivamente rasgados digamos. Sin corpiño, las tetas saltaban y se veían parcialmente debajo de las rasgaduras del top. En el jean, medio culo a la vista.

Un par de vueltas a la mesa y se fue con aplausos.

Siguieron jugando dos manos mas y nueva sugerencia para otra pasada, le aviso y aparece nuevamente “la modelo”.

Ésta vez con impresionante conjunto de blazer blanco sin nada debajo, solamente un botón a la altura del ombligo, tacazos, obvio, y palazzo de gasa negra transparente, pero debajo un culotte negro, aunque de cintura baja, que dejaba ver a través de la gasa del palazzo, el nacimiento de la raya de la cola, una hermosura. Aplausos constantes mientras daba las dos vueltas a la mesa de los jugadores.

Nuevamente juego, Julio gana un par de manos mas y va sumando ganancia interesante.

Momento de nueva pasada. Micro vestido plateado, vestido tubo elastizado, escote bajísimo, sin breteles, pliegue bajo de los glúteos a la vista, tacos altísimos para lucir todavía mas sus impecables piernas. Collar símil perlas, lago hasta el ombligo pero con un nudo, que revoleaba con una de sus manos.

Doble pasada por supuesto, comentarios: divina… agarrará viaje? Se puede proponer? Que cuerpazo!

Nuevas tres rondas de juego, con José que se retira al comenzar, “no quiero perder mas”. El resto sigue, entre comentarios acerca de Carla se entusiasman y van apostando mas fuerte.

Pasa la tercera ronda de ésta vez y José golpea las manos, como llamando la atención… “amigos, cuarta y última pasada”.

Ésta vez, un vestido tipo fiesta, negro, un poco difícil de describir. Sobre un soutien negro, todo el torso es de gasa transparente, con bordado de flores y ribeteado de strass. De la cintura hacia abajo, sobre un culotte de dimensiones un tanto reducidas pero discreto , todo el frente se abría en V desde la cintura hacia abajo, con las piernas totalmente a la vista, y medias negras sujetas por portaligas que no se alcanzaba a ver salvo los enganches a las medias y algo de sus tiras delanteras.

Para atras, el vestido, totalmente opaco, llegaba al piso y formaba una especie de breve cola, elegantísimo. El total era impecable, y dirigía las miradas de tal manera que se luciera todo el frente, senos y piernas, aunque un serio corpiño solamente permitía imaginar las tetas.

Suspiros, silbidos, aplausos… así fueron las primeras reacciones. A continuación, un unánime pedido de “Queremos mas!”.

El padre intervino: “amigos, lo hecho fue lo acordado, pero como abogado que soy me gusta adelantarme a los problemas, siempre es mejor que solucionarlos; y Carla accedería a realizar un desfile de tres pasadas super atrevidas por un arancel de 500 mas”.

Unánimes exclamaciones de aprobación, se juntan los fondos que se depositan el el sobre mencionado al comienzo.

Carla saluda sonriendo y se va al dormitorio que le sirve de vestuario.

Si hizo una pequeña platea, nada de sillas alrededor de la mesa de juegos, sillas en fila y cada uno sentadito esperando el desfile.

Primera pasada: los mismos zapatos y medias negras, con portaligas a la cintura, ésta vez todo visible debajo de un babydoll negro totalmente transparente, cortito como manda la definición de baby doll, tanga negra whale tail, mostrando generosamente los glúteos y finalmente un bandeau negro traslúcido que permitía vislumbrar los pezones y areolas.

Aplauso unánime y silbidos de aprobación. Una nueva pasada aún mas cerca, a un metro o algo así del público y se fue a cambiarse.

Segunda pasada: tacazos y medias blancas, con puño elastizado bordado en negro. Mini tanga hilo dejaba ver el borde superior de los pelitos (gran sorpresa), y la totalidad de su culo, firme sin nada que lo sostuviera, y soutien media copa de haciendo juego con el bordado de las medias.

El “público”, enloquecido.

Besos al aire y se retira Carla a cambiarse para la tercera y última pasada. Mientras tanto todos preguntaban, “vos que la conocés José, aceptará dinero?”

—No sé, pero tengo confianza, le pregunto si siguen igual de entusiasmados…

Tercera pasada, silencio sepulcral cuando aparece…bata de raso larga hasta el piso, solamente atada a la cintura, blanca, opaca, y zapatos como corresponde, altísimos.

Pasa una vez, se pone de espaldas y se nota que se desata la bata, gira y con movimiento de hombros hace caer la bata al piso.

Ohs y Ahs se mezclan, aplausos nuevamente. Lo que se veía era a Carla con una prenda de seda nacarada blanca, hecha por su costurera preferida y de confianza. Inspirada en mallas de baño que se suelen ver en hoteles o playas swingers o naturistas. Mínimo, absolutamente mínimo triángulo que deja ver la totalidad de la tirita de pelos, y casi casi al borde de la comisura superior de la conchita. Desde el triángulo nacen y suben dos tiras de no mas de dos centímetros de ancho que pasan por los senos pezón y areolas tapados por dos flores de tela, las tiras de tela siguen, se unen en una sola en la nuca y ésta baja por la espalda, hasta meterse en la gloriosa raya del culo y se une en la entrepierna al triangulo de tela que tapaba la concha.

Al ver eso de frente y de espaldas, el impacto fue total. “preguntale, José”, “queremos saber si acepta”, “que te diga que sí, por favor”…

—Ayyy doctor, que quieren que me pregunte?

—Algo muy delicado Carla, pues les gustas mucho. Pero Sergio debería decirme si está de acuerdo en que te pregunte, es tu pareja al fin y al cabo, aquí silencio mortal, nadie se esperaba eso!

—Sí, José, podes preguntarle, son situaciones que nos encantan, acoté yo.

—Que suspenso! Pregúntame de una vez!

—Ehhh, bueno, sin vueltas, quieren saber si considerarías una oferta por tener sexo, estamos todos impresionados.

—Ahhh es eso? Les voy a responder visualmente.

Se puso frente a los que estaban sentados, y separó hacia los costados las dos tiras cuyas flores le cubrían los pezones, sacudió las tetas y tiró de las tiras hacia arriba, con lo cual, el triangulito de tela se metió entre los labios de su concha, dejándola lucirse. Tomó una silla, y de espaldas a la concurrencia apoyó las manos en el respaldo, abrió las piernas y echó el culo hacia afuera, la concha a la vista con la tela entre los labios, y el chiquito apenas tapado por la tela.

—Entendida la respuesta? Miren que en poco tiempo vuelvo a buscar las propuestas.

Pero entiendan bien, hay condiciones: cero violencia, cero cosas desagradables, lo que diga no, es no.

Mi pareja, si se hace, puede vernos como desee, en persona o en imágenes, si algo se hace hoy, los concurrentes, que han sido gentiles, pueden ver todo aquí mismo en la tv, me deben garantizar salud absoluta, para darme gusto, no tengo obligaciones ni puede haber enamoramientos, y lo mas importante, si la oferta no me satisface… entonces no pasará nada, no hay obligación ni es mi profesión, que por cierto seré abogada en tres semestres. Y el encargado de “venderme” hoy es José. OK?

—Síí, unánime.

Se les acercó a 50 centímetros, se la comían con la mirada.

Se fue y José comenzó su trabajo. —A ver, cada uno escriba su número en un papel, y yo leeré los números sin nombrar a quien lo ha escrito, son de dos a tres horas con ella, según aguante el ganador.

Todos contaban sus fondos remanentes del juego, dos de ellos con ganancias, y escribieron… 300, 450 y 1000.

—Vamos amigos, con éstos números ni lo piensa, se viste y se va.

Manos a los bolsillos, nuevo recuento y propuestas: 550, 1100, 1500.

Atención! Se oyó decir a Carla, dispuesta a reincidir en el viejo truco de la degustación, que usara en la que fuera su primera subasta.

Apareció con algo traído de Asunción, una espectacular boa de plumas blancas, y nada mas, salvo los tacazos de siempre, “se debe coger de zapatos puestos, por elegancia”.

Hizo su entrada completamente desnuda, con la boa de plumas simplemente colgando del cuello. Se paró frente a los oferentes, se mostró absolutamente hermosa y totalmente desnuda.

Parada de frente a ellos, con su mano derecha llevó la boa sobre su cintura, la mano izquierda llevó el otro extremo de la boa apenas a cubrir la concha. Estaba divina!

Y ahora algo extra! Y repitió lo que hiciera en la subasta de Punta del Este. “ Les obsequio una degustación de diez segundos, oral a mi, oral a uno de ustedes, besos de senos, besos de lengua. “Les ofrezco cuatro variedades para que todos puedan elegir, y nadie puede repetir lo que otro ya hizo”. Al final eligieron y quedó fuera de juego el beso de lengua.

Hizo lo prometido con cada uno. Y entonces, escribieron sus números finales. Habiendo recibido guía de antemano de parte de José, Julio arriesgó algo importante, ayudado por sus ganancias en el juego. Si bien el segundo ofertó mas que el último, los dos estuvieron demasiado lejos, y Carla no quiso ni ofrecer la posibilidad de un encuentro posterior igualando la cantidad de Julio.

Hay un amplio y claro ganador dijo José. El ganador es Julio! Y tenés que decirnos si elegís cogerla aquí y ahora, y que los veamos en la tele gigante por Skype, o si lo haces otro día solamente con la presencia de Sergio, y la mía como garante de que se cumple todo.

—Mi cuerpo elige! Exclamó Julio. Y se paró, mostrando la erección que levantaba el pantalón.

—Entonces voy a ponerme de novia, es una tradición, dijo Carla. Y se fue a vestirse, verla irse, desnuda salvo la boa al cuello , el culo firme, las piernas largas, el cabello rubio, fue una delicia.

Alguien dijo en voz baja: me lo tengo merecido por miserable, no debí perdérmela.

Rápidamente hice un chequeo del Skype con el televisor del living, pusimos enfrente sillones en vez de sillas para mas comodidad. Hicimos café, alcohol prohibido pues todos habían venido conduciendo.

Le advertí a Julio. Ahora sabes quien soy, que tengo derecho a estar en el dormitorio, pero solamente lo haré de a ratos para pasarles buenas imágenes por Skype, el resto del tiempo los veremos por cámara fija.

—De acuerdo, no me importa, ni pensaré en Uds.! Ja ja.

Todo listo, llamé a Carla, que viniera cuando estuviera en condiciones.

Apareció en cinco minutos.

Su vestimenta “fetiche de bodas” que los lectores ya conocen y también el padre.

Todo en blanco. Zapatos, medias, portaligas, ésta vez mini conchero en vez de tanga, y también cambiando, un corset bien ajustado, del tipo bajo tetas, es decir con las tetas al aire, por supuesto velo a la cabeza, cayendo hasta media espalda, al largo de su cabello, y sostenido por una tiara con cristales.

Ni que decir, estaba dispuesta a hacerse desear por todos, para mayor admiración de Julio y desesperación de los amarretes, y del padre, que por primera vez la iba a ver coger por dinero y con un extraño, aunque sabe perfectamente de sus varios machos, y él mismo ese día ya le había pedido tener acceso a ella por dinero y no solamente cuando ella quisiera.

Se paseó delante de todos, maravillados, otra vez, por su vestimenta. El mini conchero y el corset causaban admiración.

Una Tablet transmitía al televisor un plano general del dormitorio, la imagen centrada mas bien en la cama.

Carla se acercó a Julio… “Vamos amor?” Lo tomó de las manos y lo hizo levantarse de la silla. —Uyyy que entusiasmo! Dijo con picardía mirándole el bulto.

Y se lo llevó del brazo.

La expectativa de la tribuna era enorme. En el plano amplio de la Tablet en ubicación fija, los vimos entrar al baño de a uno.

Al reunirse en el dormitorio, Carla tomó la iniciativa, se colgó del cuello de Julio y se prendió a besarlo. Era evidente que él respondía, y ella mientras se besaban le soltaba el cinturón y el pantalón cayó. Julio captó la “indirecta” y rápidamente se desnudó, a la vista, una verga que ni impresiona ni pasa vergüenza, ja ja.

Ahí sí, fue directamente a acariciar las tetas de Carla y tomó él la iniciativa de besarse. Le comenzó a soltar los ganchos frontales del corset, que voló en pocos instantes hacia la cama, seguido del conchero, mientras era evidente que pensaba dejarle el portaligas y las medias puestas, además de los zapatos, obviamente.

Una de sus manos comenzó a tocarle la concha y la otra el culo, acariciando sin parar.

Carla se quitó la tiara y el velo, y con el propio velo retorcido se ató el cabello, obviamente para que no molestara al hacerle oral a él.

Así, jugando parados y ya desnudos (que linda se ve Carla totalmente desnuda en la pantalla gigante) siguieron tocándose, Carla lo masturbó un poquito, se arrodilló y se la chupó no mucho tiempo, luego invirtieron los roles y fue Julio quien arrodillado delante de ella, le chupó un poco la concha. No tenían apuro, habían convenido entre dos y tres horas.

Seguían besándose y tocándose, era evidente el entusiasmo de Julio con el culo de Carla, ora lo amasaba, ora lo acariciaba. A veces se salivaba los dedos y era evidente que le acariciaba el esfínter.

De pronto, Carla levemente lo empujó a la cama, algo muy de ella; y lo hizo recostarse boca arriba, con las piernas de él dobladas al piso.

Yo ya sabía lo que iba a pasar. Ella se arrodilló en la alfombra y le hizo separar las piernas, se colocó entre las piernas de él, también las piernas de ella separadas y mostrando el culo, aunque a cierta distancia de la Tablet no veíamos detalles.

Sabiendo lo que pasaría, fui al dormitorio, entré y tomé la Tablet, mientras Carla le decía levantá bien las piernas y sostenelas con las manos.

Miró a la Tablet que yo ya sostenía filmando en primer plano, y comenzó a lamerle los huevos, a veces rápidamente, a veces deslizando apenas la lengua sobre ellos, a veces se metía todo un huevo en la boca y jugaba con la lengua. Y retomaba toda la acción.

Lo siguiente, obvio, fue que hizo un guiño a la cámara y comenzó un hermoso trabajo de rimming, o sea comenzó a chuparle y lamerle el ano.

Progresivamente se notaba que él se desesperaba, la Tablet caotaba lo que yo oía, me confirmaron despues, captaba que Julio se quejaba y gemía, “que divino, seguí chupando Carla, siento fuego en el culo, sííí… sííí.

Lentamente fui moviéndome con la Tablet desde el beso negro, recorriendo el cuerpo de Carla hasta mostrar casi un minuto su propio culo y concha , desde atrás. Sabiendo que estaría allí, Carla guiñaba su esfínter y con esa preciosa imagen volví la Tablet a su soporte y salí de la habitación.

Me recibieron con hurras y aplausos por el trabajo como camarógrafo ja ja.

El clima imperante era de envidia a Julio ja ja!

Lo siguiente fue dejar que Julio bajara las piernas al piso, y exclamó “tengo el culo hecho fuego”, Carla, siempre consciente de la ubicación de la Tablet le dijo que mantuviera la posición, caminó alrededor de la cama, se subió y montó sobre la cara de él, poniéndole la concha en la boca para que le devolviera favores.

Mientras le chupaba y lamía la concha, Carla, de frente a la cámara se tocada las tetas, y ocasionalmente le pedía una mano y le chupaba los dedos, que Julio refregaba gozosamente por los pelitos de ella.

Era evidente que llegaba el momento de la primera penetración, y decidí dejarlos hasta casi el final.

Evidentemente le pidió que lo montara en cowgirl reversa, ella se corrió hacia adelante y lentamente tomó posición, alta, y fue bajando sobre la poronga de él que la sostenía bien derecha.

Carla, entusiasmada de saber que los mirábamos y por toda la situación, comenzó a subir y bajar rápidamente, él la tomaba de la cintura y le iba marcando a veces el ritmo. Aquello no podía demorar mucho, entré, ni me miraron, esperé y cuando vi que Julio iba a acabar, arrimé la cámara, absoluto primer plano de la pija entrando y saliendo, hasta que acabó, y el semen empezó a escurrir por su pija y hasta su vientre.

En ese momento Carla se levantó, y sin darse cuenta chorreó el corset con semen que escurría de su concha.

Ni que decirlo, lo siguiente fue una hermosa limpieza de pija con la boca, lo cual filmé unos momentos antes de volver a retirarme.

De vuelta, la vista general nos mostró como se fueron quedando distendidos, besándose y con variedad de caricias.

Nosotros aprovechamos para ronda de café, vimos como muy mimosa Carla puso su cabeza sobre el pecho de él, le acariciaba el miembro, él jugaba con los pelitos del pubis de ella.

De a poco Carla fue bajando hasta comenzar a chupársela, ésta vez en serio, chupada larga, ensalivada, con bajadas a los huevos.

Julio dijo algo que la cámara no captó, pero de inmediato Carla se levantó, apagó la Tablet y cerró la puerta.

Después lo sucedido, a los diez minutos o algo así , se enciende la Tablet, evidentemente en manos de Carla, juguetona, hace un acercamiento a la verga de Julio, muy dura, y deja de nuevo la Tablet en el apoyo.

Parados, vuelven a jugar, se manosean y Carla se posiciona en cuatro mirando a la cámara, divina con el portaligas con alguna mancha de semen y las medias también manchadas de saliva o de escurrimiento de su concha. Con un dedo hace señal inequívoca de que me acerque a filmar la penetración.

Voy, y transmito el primer plano de una lenta metida de miembro a la conchita de Carla, húmeda a mas no poder. Un goce ver esas imágenes, y me volví al living dejando la Tablet enfrentada a ellos, lo mas visible la carita de Carla que mostraba disfrutar bien de la cogida.

De pronto ella abrió la boca y comenzó a tomar aire, instantes despues temblaba y luego una ancha sonrisa indicó que Carla había hecho un lindo orgasmo. Poco después la siguió él y otra vez, leche y flujo cayeron sobre el corset (ni pensar en la cuenta cuando lo lleve al lavadero).

Todos nos preguntábamos, irá por el tercer polvo? Resistirá? Al menos lo intentará?

Nuevamente, hubo sesión de oral de Carla a él, besos, arrumacos, caricias, descanso, ya iban dos horas, y se colocaron en 69. Carla chupaba y lamía, lo cual también hacía Julio, hasta que de pronto, él tomó un sachet de la mesita de noche, lo abrió y puso la mitad del contenido en su dedo índice derecho. Lentamente fue poniéndole gel en el culo, girando y girando el dedo y comenzó a meterlo para dilatar.

—Éste maldito le va a hacer el culo, exclamó el padre, presa de celos.

—Pagó por eso le respondieron.

Claro está solamente yo sabía la razón del enojo y el lazo familiar que los une.

Con el culo bien dilatado, Carla se puso boca abajo con un almohadón bajo el vientre y el culo bien levantado.

—Esto no me lo pierdo, dije. Y me fui a filmar.

Justo a tiempo, Julio , parado sobre ella y haciendo gala de buen estado físico, dobló las rodillas, hasta llegar a poner la cabeza del miembro en el sagrado esfínter.

Respiró hondo y empujó.

—Sííí brotó de los labios de Carla… y la tenía totalmente metida, los huevos tocando su concha.

Julio resistió un par de minutos en esa posición, muy cansadora para él, y con un sonoro plop! La sacó y cayó agotado sobre la cama, sin acabar.

De nuevo dejé la Tablet filmando y me fui, para recibir los aplausos por la excelente filmación ja ja.

Ambos tirados en la cama jadeaban, se recuperaron, besos, caricias, refregaban los cuerpos, y se fueron juntos a ducharse fuera de cámara.

Al rato, aparecieran los dos, frescos y limpios, Julio vestido tal como Carla lo llevó, y Carla totalmente desnuda, luego de la ducha no volvió a colocarse ni las medias ni el portaligas, ni mucho menos el corset, solamente los zapatos.

—Que bien lo pasamos! Dijo ella.

—Ahorrando desde ya para repetir! Dijo Julio. Si se puede.

—Siempre que quieras en estas condiciones!

Pasó ella caminando frente a todos, lentamente, como diciendo “ustedes se lo perdieron”. La miraban con desesperación, la comían con los ojos, aunque en realidad habían aprovechado sus diez segundos de “degustación” .

Uno preguntó a José: se podría? Por ese valor, obvio.

—Desde luego, si los estudios le dejan tiempo, y si ella quiere. Dijo el padre mezclando celos y economía.

Siguieron conversando, preguntando a Julio como se sentía estar dentro de ella, hacerle la cola, sentir su lengua.

Y para los que quedaron intrigados, Carla me contó y Julio me autorizó a mencionar aquí lo ocurrido cuando apagaron la Tablet y nos perdimos diez minutos de transmisión. Fue una sinfonía de beso negro de Carla a Julio, que pidió que se lo hiciera en varias posiciones, y hasta que le jugara con un dedo.

“La próxima vez traigo el strap on por las dudas, creo que me lo cojo”, dijo Carla.

Y así terminó esa tarde de sexo y alegría para Carla, para Julio y para mi, de sentimientos mezclados para el padre y de arrepentimiento para los que fueron amarretes en la oferta. Quedaba abierta la puerta para mejores oportunidades.

(9,00)