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Carla: la broma a los albañiles, Richard cómplice

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100 % veraz. ¡Gracias a nuestro amigo Madurocomplice por la idea! La idea, brillante para divertirnos, fue del amigo “Madurocomplice”. Si bien no es prudente realizarla con él, nos autorizó a usar la idea, gesto que se agradece.

Brevemente. Excitar a los compañeros de trabajo de alguien, con Carla llegando al lugar de trabajo de un conocido que sea “cómplice” y reprocharle que no la está cogiendo lo suficiente, exhibirse levemente y levantar a uno de los compañeros del cómplice. Nosotros agregamos un toque mas de diversión, que ya les relataremos.

El cómplice fue Richard, el albañil que vive en la pensión, ya lo conocen y saben de la pensión a través de otros relatos.

Se planificó la sesión de reproches para un día a la hora de descanso, 12 al mediodía, en la obra donde Richard trabaja actualmente. Siempre algunos albañiles salen y se sientan en la vereda y otros quedan dentro del perímetro de la obra, en el comedor.

Para impresionar, llevamos la camioneta importante. Y como el día era caluroso, presagio de los varios días de lluvia o llovizna que nos han perseguido, Carla se fue vestida bien livianita. Sandalias de taco bien alto, mini short de jean de tiro cortísimo bien metido a la raya del culo y top de crochet, blanco, sin nada debajo y corto bien por encima del ombligo, casi dejando ver la parte baja de los senos, obviamente sin corpiño.

Ostensiblemente paramos la camioneta frente a la obra, para que Carla ostentara “nivel y clase” (recordemos que al final todo era diversión). Se bajó, y honestamente impresionaba con su ropita.

Se dirigió a los que estaban sentados en la vereda y delicadamente saludó y preguntó -Aquí trabaja Richard? Lo pueden llamar?

Uno de ellos, mas resuelto, el resto miraban como en otro mundo, se oarø y dijo: —Ya lo llamo, de parte de quien? -De Carla.

Desapareció, Carla se aseguró de dar un giro, supuestamente para hacerme una seña, en realidad para que la admiraran.

El albañil volvió y se presentó como Dani, y dijo que ya vendría Richard. Carla quedó conversando con él, le hacía gestos de morderse el labio y le sonreía.

Aparece Richard, con el libreto bien estudiado, y le pregunta a Carla que hace allí.

Carla finge enojo, y le dice: Que hago aquí? Buscarte, a ver por que me dijiste que esta semana no podemos coger! Me muero de ganas y el señor no puede!

—Es que está mi mujer, vino del interior.

-No me importa, ella es como yo? Te hace las cosas que te hago? Te deja hacer lo que me hacés? Y te negás!? Que atrevido. Donde vas a conseguir alguien fina y de clase?

Sabés que? Me consigo otro que me coja a gusto…vos podrías Dani? Te gustaría tenerme? No te importaría mi pareja? Es el que está en la camioneta.

—Ehhh sí , sí, señora, me gusta mucho desde que bajó de la camioneta.

-Entonces hecho! Ya mi pareja, Sergio te va a comentar algo. Y a vos Richard, no quiero verte!

—Pero, pero…

-Pero nada, adiós.

Pasó entre los albañiles, ya parados para seguir el escándalo, y se subió al vehículo.

Yo bajé, le di una tarjeta del laboratorio a Dani y le dije, andá y que te hagan análisis, me lo cobran a mi, queremos estar seguros porque le gusta besar…una guía sin decirle todo.

Ni lo miré a Richard, y le dije a Dani: -En dos días venimos a buscarte en el horario de salida.

Nos fuimos, muertos de risa, y comentando que debíamos haber llegado mas temprano para hacer un escándalo mas largo.

De noche llamó Carla a Richard y ajustaron detalles para dos días después y comentaron lo bien que salió todo.

Llegado el día, tal como varios días de esa semana, gris, con lluvias de a ratos, un día horrible.

Día horrible pero ideal al fin y al cabo. Con Carla habíamos planificado que fuera muy escotada y con vestido provocativo, pero cambiamos el plan. Con lloviznas de a ratos, se podía llevar una trench, y debajo de la trench… sorpresa!

Pasamos por el apartamento, para ver que todo estuviera en orden. Le dijimos al portero P que vendría Richard y que entrara cuando llegara, que la puerta del apartamento estaría abierta. El portero, P que ya ha cogido a Carla junto con el chico del delivery, encantado de colaborar.

Nos fuimos a la obra, habiendo chequeado en el teléfono en mensaje de nuestro laboratorio de confianza de que todo estaba bien con Dani, importantísimo a la hora del disfrute. Llegamos a eso de las 17.10 h, y ya había algunos saliendo y otros conversando en la salida, evidentemente esperando los acontecimientos.

Un poco de caras de decepción al ver a Carla bajarse de bitas y trench. Preguntó por Dani y un señor un poco mayor le dijo que había dejado dicho que ya venía, se estaba duchando.

—De verdad se va con ustedes?

-Sí, no quiero saber mas de Richard.

—Richard se fue exactamente a la hora, seguro no quiso estar.

-Y ustedes no se van?

—Es que queríamos verla, la verdad, pero la lluvia nos ha quitado la posibilidad de verla tan linda como hace dos días, disculpe mi sinceridad.

-Ah entiendo. Gracias por gustarles un poquito.

—Mucho! Dijo el señor, y otros afirmaron sí, sí.

-Podemos ir detrás del portón de la obra? Antes de que venga Dani.

—Sí, sí.

Entraron. -Así que les molesta que viniera de trench?

—Teníamos esperanzas de verla tan linda como hace dos días.

-Verme así? Y se desata el cinturón y abre la trench…

Debajo de la trench, solamente lencería de diseño, hecha por la modista de Carla.

En el marco de un corpiño al que se le retiró la copa, tela de red de 1x1 cm, que dejaba ver todo y los pezones escapaban a través de la red.

Abajo una micro tanga, por llamarle de alguna manera. Un triángulo de red que solamente cubre los labios de la concha, pero en este caso, la red de 1.5 por 1.5 cm, para que se viera claramente la vulva, la parte superior de la tanga llegaba justo encima del clítoris, dejando libre la hermosa y cuidada tira de pelos por encima de la concha. La tanga sostenida por dos hilos que subían hasta encima de cada cadera y se ataban a los dos hilos que venían desde el trasero.

El trasero solamente tenía un hilo que subía entre los dos hemisferios por así llamarlos y que se bifurcaba al salir de la raya para que los dos se unirán a los de la parte delantera.

Carla se sacó la trench, giró, y se mostró prácticamente desnuda. Los pezones erguidos y saliendo de la red del corpiño, la concha visible al frente, el culo, hermoso apenas partido por un hilo.

Un suspiro generalizado salió de los presentes, y Carla se vistió justo a tiempo cuando apareció Dani.

Saludamos y nos fuimos, entre aplausos y silbidos de admiración.

Se subieron Carla y Dani al asiento trasero, y yo me deleitaba viendo por el retrovisor como Carla tomó la iniciativa, con pequeñas caricias, besos a las mejillas de Dani, un poco tímido la dejaba hacer, con alguna caricia a las piernas de ella, que se cuidaba de que no le abriera la trench.

Llegamos al apartamento, subimos al piso 9 y yo tuve el cuidado de dejar la puerta sin llave.

Dani no sabía si mirar y admirar mas a Carla, el panorama a través de las ventanas o el interior del apartamento.

Carla lo acompañó en una recorrida de un par de minutos, y vinieron a la sala y Dani y yo nos sentamos en sendos sofás individuales. Carla permanecía de pie. Se situó entre los dos y me dijo: -Por favor amor, creo que Dani quiere ver mi ropa. Me levanté, la puse de frente a Dani y ella giró su cabeza hacia mi, nos besamos de lengua y con el mentón de ella chorreando saliva, abrí su trench y se la retiré. Dani solamente dijo Ahhh.

Siempre desde atrás de Carla le acaricié las tetas, le acaricié la concha con un dedo ensalivado. Ella gemía. Lo siguiente, ante los ojos desorbitados de Dani fue sacarle el corpiño y desatarle la tanga, hice girar el cuerpo de ella, y de a poco retiré de entre sus glúteos el hilo que aún sostenía la tanga, que dejé caer al piso .

-Mientras saco las botas, Dani se desviste dijo Carla, y se sentó en el sofá.

Ella se sacaba las botas, de piernas bien abiertas, tomándose su tiempo para bajar el cierre. Mientras tanto yo le acariciaba los pechos, y Dani quedó desnudo, para deleite de Carla.

Una pija normal o un poquito mas, pero muy dura y curvada hacia arriba. Pero bien curvada, no de las rectas que apuntan hacia arriba, sino curvada, y dos huevos bien colgantes, todo ello afeitado recientemente, seguramente para este día especial .

Al sacarse las botas, las piernas bien abiertas, la concha quedaba totalmente a la vista, bien mojada… ”Fue ver esa pija y me mojé” confesaría Carla.

Directamente ella sugirió ir al dormitorio y allá marchamos, ella colgada del brazo que Dani dejó caer y Dani acariciándole el culo , mientras con la otra mano se tocaba la pija.

Fue llegar a la cama y tirarse Carla boca arriba, con él metido entre sus piernas a chupar concha. Aun así, alcanzó a decir: “Mañana no me van a creer” ja ja. Chupaba con deleite, y Carla lo guio a quedar en 69, para ella disfrutar chupando y lamiendo esa poronga con forma de cimitarra. Como siempre, una especialidad de Carla, le dio algunos lengüetazos al ano de Dani, y lo enloqueció lamiendo y chupando esa pija curva, “que se siente sensacional contra el paladar”.

Llegó un momento en que Dani interrumpía sus chupadas para tomar aire y gemir, signo de que debía ponerla. Carla se lo pidió, y él me miró como esperando que le alcanzara un forro. Habiendo visto sus impecables análisis, le hice seña de que no habría forro. Se sonrió y puso las piernas de Carla sobre sus hombros, con la pija a reventar de dura.

La restregaba contra los labios vaginales y de a poco la fue metiendo, mientras yo le chupaba las tetas a mi amor.

De a pico la fue metiendo toda, Carla disfrutaba cada centímetro, y él empezó a tomar ritmo hasta llegar a un vaivén frenético, que rápidamente terminó en un Ahhhh de Dani y un Sííí de Carla, que disfrutó los primeros chorros de semen de la tarde.

Increíblemente, o no tanto, Dani ni la sacó. Siguió con su pija dura, batiendo el semen dentro de Carla y ésta, recordando lo convenido, le pidió para montarlo y seguir. Yo, discretamente, aunque Dani estaba absorto en Carla, salí del dormitorio y le envié un mensaje a Richard, diciéndole: “Subí y entrá”. Así lo hizo y yo llegué a oír un pequeño ruido de la puerta del apartamento al cerrarse.

Sabía que Richard se desnudaría y esperaría una seña para entrar al dormitorio. Mientras tanto oía todo desde fuera del dormitorio. Yo disfrutaba de ver las caderas de Carla subiendo y bajando con la pija adentro mientras Dani le chupaba las tetas y a veces le acariciaba el clítoris, o se besaban entrelazando las lenguas.

En ningún momento su erección decayó, y cuando me pareció oportuno, me asomé a la puerta de la habitación y le hice seña a Richard de entrar.

Lo que vio fue el hermoso culo de Carla subiendo y bajando, la pija de Dani cubierta de semen batido que entraba y salía de la concha. En ese momento, sin cesar en sus movimientos Carla giró su cabeza hacia la puerta y dijo: “Entrá Richard, me olvidé de decirle a Dani que te perdoné” y a Dani: ‘Sabés divino? Lo perdoné pero no te preocupes estoy gozando en grande” . Ahí Richard se acercó y puso su pija en la boca de Carla, mientras le acariciaba el culo; y ella seguía con sus movimientos sobre Dani.

Finalmente Dani no pudo mas y acabó, entre quejidos, y Carla, chorreando leche se salió de él hasta que fue el turno de Richard de terminarle en la boca.

Posterior limpieza oral de miembro para Dani y Carla se masajeaba los pechos con el semen que aún escurría de su concha.

Fue mi turno de una breve penetración mientras Richard le contaba a Dani que Carla lo había perdonado esa mañana y que habían decidido que vendría un breve rato a festejar y sorprender a Dani.

Tal como convenido, en cuanto le acabé a Carla, Richard se duchó rápidamente y se despidió mientras Dani y yo nos dábamos un banquete de besos de lengua y al culo de Carla, acariciándola de arriba a abajo además.

Nos fuimos a duchar los tres, la acariciamos abundantemente bajo el agua, y la dejamos terminar de arreglarse, nos secamos y nos fuimos a refrescarnos en el living, tomando jugos para rehidratar por toda la transpiración incurrida.

Conversábamos de todo un poco cuando reaparece Carla, de chinelas de taco alto, tanga hilo blanca mínima, y babydoll blanco, transparente cortísimo y solamente prendido con un broche entre los pechos.

Carla se sentó a mi lado, y mientras conversábamos con Dani acerca del supuesto perdón a Richard, le dijimos que si quería, podía sumarse a nuestro de elenco de amigos.

Él aceptó encantado, eufórico además de haber podido acabarle adentro, lo cual como es obvio le encantó.

En un arranque de sinceridad, dijo que además quería repetir pues le había faltado algo que quizás fuera posible y se diera en un nuevo encuentro.

Carla, aunque lo imaginaba, lo interrogó: “Y que te faltó hacer?”

—Disculpe, pero ya que pregunta, si no se ofenden, me quedó pendiente besarte la cola, me dio vergüenza besársela y chuparle el culo a una señora tan fina, de alta clase…

-Bueno pero ya te vas no? Dijo Carla parándose, y lucía fresca y hermosa.

—Sí sí, dijo Dani, y se paró, con evidentes signos de erección.

-Sergio, te parece que puede salir así a la calle?

-Amor, no puede ir así ni al ascensor, la tiene dura de vuelta, dije y la besé de lengua. Comencé a acariciarle el culo y le saqué la tanga.

-Le quieres trabajar el culo con o sin babydoll? pregunté.

—Ufff gracias dijo Dani, se sacó el bóxer y se arrodilló detrás de Carla, que ya estaba arrodillada en el sofá.

Comenzó un lamido de los glúteos que fue derivando al ano. Allí se dedicó varios minutos a lamerlo y puntearlo con la lengua. Ocasionalmente me dejaba el lugar y yo le trabajaba el esfínter a lengua y dedo, mientras iba dilatando.

De ahí a aplicarle gel en el orificio y pasarle el pote a Dani para que se untara la verga, no pasaron mas que minutos.

-En cuatro dijo Carla, y se puso en posición.

Dani se posicionó, y Carla le dijo: “Suave por favor”, anticipando que sería difícil meterla por la curvatura.

Dani se afirmó bien y mientras yo separaba los hermosos glúteos de Carla, vi como apoyaba la cabeza de la verga en el esfínter pre dilatado, y se apoyaba en él.

Lentamente entró la cabeza, Carla emitió un leve quejido y Dani se detuvo, nuevo empuje y nuevo quejido, pero ya estaba casi la mitad adentro.

Lentamente, Dani sacó todo menos la cabeza y comenzó un pequeño vaivén, aprovechando que a cada salida, yo le untaba un poco mas de gel en el tronco de la pija.

Cuando vio que Carla ya lo aceptaba, de golpe la metió toda, hasta los huevos.

-Ayyy sííí exclamó, dame! Dame!

Y él no se hizo rogar, le daba bomba como si no se hubiera echado ya dos grandes polvos. Entraba y salía con entusiasmo, incluso llegó a sacársela del todo y meterla de nuevo.

-Divino! Divino! Como la siento! Me raspa por dentro!

Y de pronto , fue evidente que él se había vaciado de nuevo, un anillo blanco en la base de la pija denotaba que había acabado.

La sacó y le pasé toallitas a ambos para sacarse los restos de leche. Cero drama, pues Carla siempre se hace enemas por las dudas, y nunca hubo problemas.

-Ayyyy Daniel como me has cogido y como he disfrutado! Por supuesto vamos a repetir en el futuro.

Y se lo llevó nuevamente a la ducha.

Volvieron, él vestido y ella desnuda, resplandeciente, hermosa con el cabello mojado.

Le regaló la tanga que usó cuando lo fuimos a buscar y le pidió que la colgara en la obra, como prueba de la cogida.

Así terminó esta divertida aventura de falsas peleas, con la adquisición de un nuevo y excelente amigo.

Lo siguiente, ya vendrá el relato, fue la primera orgía de fin de año. Con muy buenos resultados en todo sentido.

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