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Carla: Perdona el abandono del padre y cogen como nunca

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100 % real. Hace unos días, Carla tuvo a bien confirmármelo primero que a nadie. Tras varios meses de poder ubicar a su padre y confrontarlo, con sexo inicial sin que él lo supiera, a modo de venganza; ella ha evolucionado.

Manifiesta haber comprendido las razones de él, jovencito, estudiante y presionado por sus padres, y, gradualmente lo ha ido perdonando hasta llegar a un grado de sentimientos normales e intensos por él.

De esa manera, luego de informarme, planificó un encuentro con él, para contarle el cambio de situación, y ahora él pasará a tener muchos mas derechos y el cariño a full de su hija. Obviamente, también se intensifican, y es recíproco, los sentimientos de Carla para con su medio hermano.

A continuación, el desarrollo de ese encuentro, muy muy fuerte.

Con los abogados trabajando primordialmente de tarde en éste época del año, la cita fue de mañana, en horario que el hijo puede cubrir al padre en el trabajo en el estudio.

Dado que estaríamos, los tres, coordinamos bien la hora, en el apartamento propio de Carla; para que ella se pudiera preparar cómodamente y descansar bien toda la noche del intenso día anterior, con un service de calefacción de mesa de billar, lo que les relaté en la publicación anterior.

Llegamos el padre y yo con poca diferencia de tiempo, al apartamento que nos aguardaba con la cerradura sin trancar, señal inequívoca de que Carla estaba en preparativos.

Charlamos hasta que apareció ella, radiante…

—Hola! Como están mis amores?

La saludamos con besos, que ella se aseguró que fueran besos de labios bien húmedos. Y se hizo ver, en un pequeño desfile de tres o cuatro pasos, lleno de gracia.

Tacos bien altos, como siempre, microfalda tableada negra, que, lo supimos después, no tenía nada debajo, y un top muy original.

Básicamente, por así decirlo, un “babero” como se suele colocar a los bebés. Es decir un rectángulo de tela, en este caso una tela negra recubierta totalmente de lentejuelas negras brillantes, metálicas.

Un poco mas ancho de lo necesario, se arruga al centro, entre los pechos y los deja casi al descubierto, a causa del pliegue formado.

Hacia abajo el pliegue ya desaparece y sobre el ombligo es una línea recta horizontal.

De las dos esquinas superiores, salen dos delgados hilos que se atan en la nuca, y aunque las esquinas inferiores podrían tener sendos cordones para atar la prenda a la espalda, en este caso Carla no los usó.

Resultado, tetas apenas cubiertas, sueltas sin corpiño, bailando libremente detrás de la tela de lentejuelas que a veces las cubría y a veces no.

Acostumbrado, igual me encantó, el padre, José, al verla venir casi se lecortó la respiración. Y al recuperar el aire, luego también del beso, atinó a decir:

—Hola hija! Que alegría verte! Que linda estás!

—Verdad que si? Le sigo gustando?

—Me gustas y te quiero! Mas de lo que me quieres a mi!

—Quien sabe? Quien sabe?

Y giró rápidamente sobre si misma, con lo cual su pollera adquirió vuelo y dejó ver que debajo no llevaba nada de nada, salvo su hermosa piel y su tira de pelitos.

Nos sentamos, ella al lado mío, el padre enfrente, previsible, ja ja.

—Sabe papi? Tengo cosas que contarle, ojalá lo que le voy a decir le parezca bien.

—Te escucho, y espero que sea algo bueno, no sea que me cortes la relación que hemos desarrollado.

—Venga, acérquese, para que sea mas cercano e íntimo, lo que debo decirle es importante.

Jo, así lo hemos llamado, no lo dudó, vio que las piernas de Carla estaban entreabiertas y se sentó en la alfombra, entre las piernas de su hija.

—Le confieso papi? Desde que lo ubiqué y le hice saber quien soy, he pensado mucho en nuestra relación.

Los dedos de Jo jugaban en la concha y los pelitos de Carla, acariciándola suavemente, ella lo dejaba hacer.

Yo por mi parte, no pude dejas de meterle las manos por debajo del top, acariciándole sus amadas tetas, y noté que los pezones ya estaban duros y erguidos.

—No le voy a negar, primero era curiosidad por encontrarlo y ver quien era. Después, saber por que actuó de la manera que lo hizo, abandonando a mamá embarazada. Y por último, ya lo sabe, quise tener sexo sin que usted supiera que era su hija, para mortificarlo y hacerlo sufrir.

La minifalda de Carla, solamente se cerraba con tres presillas y tres hebillas a un costado, lo que se suele llamar, en versiones mas serias, “falda libro”.

Jo la escuchaba, y mientras ella le hablaba, él desprendió las presillas y abrió totalmente la falda, dejando a la vista y a su disposición todo el vientre y pubis de su hija. De inmediato, se lanzó a lamerle la concha, con sonoros lengüetazos, al tiempo que le acariciaba y por momentos le mordisqueaba los pendejos. Yo, cuando ella se detenía algún momento en su speech al padre, la besaba apasionadamente, mientras continuaba con el masaje de tetas, mi pobre pija ya a mil.

—Pero de a poco creo que he ido comprendiendo, usted era jovencito, inexperiente, y permeable a las presiones de sus padres. Que otra cosa pudo hacer un estudiante sin trabajo que depende de sus padres? He pasado noches enteras pensando en el tema, en como me estaba amargando la vida, y creo que era incorrecto mi camino.

—Te oigo hija, y créeme que te comprendo, dijo Jo, desatendiendo dos segundos la concha de Carla, y el clítoris, al cual estaba volcando toda su atención, su saliva y el vaivén de su lengua.

Y los resultados se hacían notar, de vez en cuando, pequeños gemidos interrumpían la conversación de Carla.

Yo había desatado los hilos que sostenían el top de Carla, y estaba dedicado totalmente a chupar y lamer sus tetas, esos pezones erguidos me enloquecen.

Era tremendo tenerla así, desnuda, entregada a nosotros y expresando sus mas hondos sentimientos a su padre.

—Por eso papá, dejé de lado mis sentimientos negativos hacia usted, y quiero que sepa que a partir de este momento he decidido darle todo mi cariño, perdonar lo que deba perdonar, no cargar con el peso de un resentimiento que no me llevaría a ningún lado, y volver a decirle que nada le pido, ni en filiación ni en lo material. Me basta su cariño, hasta diría su amor.

El padre no la dejó seguir, dejó de chuparle el clítoris y se incorporó para besarla, besarse ambos mejor dicho, con toda pasión. Ni lento ni desmotivado, me desplacé al piso, entre las piernas de Carla, para dedicarme yo a chupar y lamer clítoris y vulva. Y vaya si me vi recompensado! Me encontré su precioso clítoris como nunca, color rosado fuerte por la excitación, brillante de tanta saliva de Jo, por fuera de su pequeño capuchón. Y me dedique a lamerlo sin parar mientras le jugaba con un dedo en el culito.

—Me emociona, le digo la verdad, dijo Carla dirigiéndose siempre al padre, e interrumpiendo los besos, que a veces me duermo pensando en su verga, esa verga que me engendró y que ahora se mete en mi, igual que estuvo dentro de mamá.

Sueño con las veces que me ha llenado de leche, la misma leche que me dio origen, y despierto transpirando y agitada. Por eso quiero que a partir de ahora sea mi padre y uno de mis amantes oficiales, como Sergio, como mi tío y Pedro, como M, y sepa que haré lo que sea por usted. Puede entregarme, venderme, pedirme ayuda para fidelizar un cliente suyo, o que me monte un elefante! Lo que sea por usted!

El padre, desesperado de calentura al oír eso mas que quitarse la ropa se la arrancó, incrédulo ante tanta suerte.

También yo me desvestí y fuimos casi corriendo a la cama, que obviamente nos esperaba ya abierta y lista para la inevitable celebración.

La verga del padre era algo increíble, dura y roja como nunca, goteaba pre seminal, y la verdad, yo estaba casi igual.

Tirados en la cama, Carla dedicada a chupársela al padre, le hizo un juego de mamada tremendo, completo. Ora la chupaba metiéndosela hasta la garganta, ora le daba delicados besitos en la punta del glande, a veces lamía el tronco o se metía solamente la cabeza a la boca y la trabajaba con la lengua. A ratos lo dejaba descansar y se dedicaba a las bolas, lamiendo o chupando. Jo echaba fuego y se desesperaba.

Mientras tanto yo me deleitaba chupándole a Carla sus pies, o ensalivando la concha, le chupaba las tetas o jugaba con un dedo en su ano.

—Por favor papi, metémela hasta el fondo, no aguanto mas las ganas de tener adentro esa verga que me dio vida, quiero sentir esa cabeza metiéndose en mi hasta el fondo.

Tirada boca arriba, lo esperó de piernas abiertas, y tengan la seguridad, Jo no se hizo esperar.

Enfiló su verga, ya fue dicho en otros relatos que no es muy larga ni gruesa pero sí, muy cabezona. La raja apenas abierta esta vez lo esperaba con desesperación, húmeda de flujo y saliva. Cero dificultad, la hermosa hendidura se abrió en cuando la cabeza del miembro se asomó, y un gemido de Carla acompañó la entrada a fondo de la cabezona.

Un movimiento desesperado de vaivén de Jo hacía temblar la cama mientras yo metía mi verga en la boca de Carla, y le acariciaba las tetas, lo cual me encanta.

El cuerpo arqueado de Carla y que liberara su boca para tomar aire, fueron indicios ciertos de que iba a acabar. Llegó el orgasmo con temblores incontrolados y un ahhh largo y gozoso.

Y nada mas que unos segundos después se acabó el padre, con la boca abierta, sin articular palabra, casi deteniendo sus movimientos mientras descargaba sus chorros de vida en la concha de su hija, que por fin gozaba libremente recibiéndolo, sin culpa alguna.

Y hay cosas que son ya tradicionales, la limpieza de pija post coito a quien la haya cogido , y que yo la penetre, son cosas seguras. Así lo hicimos, y no se si fue una simple impresión psicológica o si era la realidad, pero yo sentí que nunca había entrado en una cueva de amor tan húmeda, llena de fluidos y tibia.

Soy de durar poco y mi calentura era enorme. En un par de minutos, mi esperma se sumó al líquido paterno.

Jo, extenuado cayó de espaldas en la cama, y Carla desatada se sentó sobre su cara diciendo: chupame chupame quiero compartir todo con vos papá.

Así sentada y erguida sobre él, fue mi turno de que me limpiara la pija.

Cuando terminó, la besé de lengua apasionadamente, ése día había vuelto locos de excitación a sus dos partenaires. Nada me importó lo que había en su boca, así como a Jo no le importaba chupar lo que escurría de la concha de su hija.

Y llegó el momento del inevitable relax, tendidos Jo y yo a cada lado de Carla, respirando agitados, acariciando sus pechos o su vientre, dándole besos en la boca o acariciando los pelos de su pubis.

—Me encantó! Y quiero más! Exclamó Carla, mientras sus manos comenzaban a masturbarnos.

—Que feliz me hacés Carla, dijo el padre, no puedo creer como me has perdonado, y tienes mi gratitud, y tendrás mucho más para siempre.

Carla se dedicaba a pajearnos cada vez mas, a veces se ensalivaba las manos, y ya estábamos respondiendo.

A continuación fue nuestro turno de besarla, chuparle las tetas y lamerle la concha mientras le decíamos cuan bella es y cuanto nos gusta.

Y de pronto se tiró sobre mi y comenzó a restregarme la concha sobre mi pija, sin metérsela, restregaba y restregaba, besándome además hasta que la tuve totalmente dura y se pasó a hacerle lo mismo al padre, cuya verga respondió aún mas rápido que la mía. Espectacular ver como desliza los labios de la concha por encima de la pija, sin que le entre ( aunque sabe perfectamente como hacer para que sí le entre). Los labios de la concha mojados de la chupada y de los fluidos que seguían escurriendo, dejaron nuestros miembros brillando, además de duros.

—Quien quiere primero esta vez?

—Yo! Dijo el padre, sin dudarlo ni consultarme.

Con Carla que se puso en cuatro, el espectáculo de la penetración fue glorioso, viendo como esa cabeza bien grande se abrió paso y como el resto entró de un solo envión, en un empuje tal que parecía que el padre quería meterle hasta los huevos.

—Separá un poco las piernas Jo, le dije. Y cuando lo hizo, me metí debajo de ellos a darle una rica lamida de concha a Carla mientras la cogía. Sabroso y excitante, pero ciertamente incómodo, me salí y fui a besarla y besarle los senos, gloriosos, duros de tan excitada que estaba.

Cuando se hizo evidente por el ritmo de respiración y las exclamaciones, que Jo estaba por acabar, me puse detrás de él, y en cuanto se hubo volcado en ella, me dejó el lugar y la penetré yo.

La sensación? La misma de tirarse a un lago, pero a un lago tibio y suave.

Ya vaciado de un rato antes, pude disfrutar de mas tiempo “serruchando” a la vez que, previamente convenido con Carla por una señal que solamente los dos conocemos, le fui preparando el esfínter con generosa cantidad de gel.

Esta vez me llevó unos minutos acabar, y mientras me dedicaba a lo mío, Carla, primero limpió y luego se dedicó a masturbar y chupar el miembro paterno, con la evidente intención de ser enculada.

Cuando hube acabado, bien profundo en ella, se dirigió a su padre:

—Ayyyy papi, ya la tiene dura otra vez! Es gracioso como lo sigue tratando de Usted, como si no hubiera intimidad.

—Venga, aprovechemos! Quiero que me haga la colita de parados, ayer un técnico en el apartamento de Luis me cogió parada y me encantó!

Se paró y se puso de frente a una pared, doblando un poco la cintura, para exponer su culo ya lubricado con gel.

—Pero amor, te entrará así?

—Sí papi, usted es alto, va a ver que lindo.

—Te culeó ayer?

—No no, solamente la conchita, pero fue delicioso, y por favor nada de celos!

Lo siguiente fue ver como le apoyaba la cabeza de la pija en el esfínter, bien lubricado pero aún cerrado. Yo ayudaba abriéndole los glúteos, facilitando mi visión y la penetración al mismo tiempo.

Apoyó y empujó apenas.

—Ayyy… siga siga.

—Te duele mucho al meter la cabeza hijita?

—Sí... No… Un poquito, metémela, metémela… Ahhh.

El ahhh fue cuando habiendo retirado un poco la cabeza, se la hundió totalmente. Siempre se dice, y es verdad, hasta las bolas!

Solamente el escroto quedó afuera, los huevos se balanceaban, los cuerpos entrechocaban, plaf, plaf plaf…

—Que lindo papi! Me encanta! Acariciale las bolas Sergio, así lo ayudás a acabar…

—Te parece amor? Bueno, pruebo.

Lo comencé a hacer, y de paso, le trabajaba apenas el culo a Jo, para excitarlo mas, y que bien respondía!

Al no decir nada, le gustaba! Y nada dijo, al contrario, en su vaivén trataba de llegar un poco mas atrás para facilitarme la tarea.

Y después de varios minutos en eso, sentí en mi mano que su escrioto se contraía, paró el vaivén y respiraba pesadamente.

—Que lindo papi! Llegó a acabar! Pensé que a lo mejor no llegaba, es el tercero.

—Y como no voy a acabar con el masaje de bolas de Sergio, y tu culo amor, que apretadito es, como lo amo!

—Entonces papá, acepta mi perdón? Me seguirá queriendo putita y todo? Quiero que me mimen! Dijo yendo a tirarse en la cama.

De nuevo nos tiramos junto a ella, besos, caricias, mimos a las pijas, lamiditas de concha, mucho juego con las tetas.

—Acordate papi, Sergio estaba al tanto de todo esto, y muy de acuerdo, verdad amor?

—Claro que sí, también fue una alegría para mi que perdonaras totalmente a Jo.

—Y yo que puedo decirles! Felicidad total, promesa de que no te arrepentirás Carla, y además compromiso de ayudarte, y de reserva total en todo momento.

—Sí papá, gracias, muchas gracias (beso de lengua, largo) y por favor cójame y cójanme siempre así… y si surge algún interesado, me lo manda! Ja ja, ya sabe que toda pija me gusta, algunas mas que otras…

Y ya sabe, me encanta llevar adelante mis inversiones inmobiliarias, debo instalar mi estudio, junto a una amiga a fin de año, nunca alcanza! Le dio largo beso y caricia a la entrepierna del padre, y le dice: —Nunca le hablé de esa amiga que termina la carrera junto conmigo? Es mucho menor, pero me impulsó a retomar los estudios que yo había abandonado.

—Nunca me hablaste de eso, contame.

—Le costaba mucho costear sus estudios, sus padres tenían dificultados, y le di un par de consejos, y a su vez ella me motivó a retomar los estudios de Derecho, y a fin de año terminamos las dos, si todo va bien. Y ya estamos planeando como ayudar y aconsejar a su hermanita, de 19 años que viene a comenzar estudios de Economía este año.

Nota propia: el diálogo fue en febrero, escribo esto con retraso. En realidad la hermana de Pía ya está en Montevideo, comenzó sus estudios y aprende rápido de su hermana y su “tía” Carla!

—Hija, no dudes que te ayudaré en todo, y siempre puedes recurrir a mi, para lo que sea; y debes saber que sin haber dicho que eres mi hija, muchos de mis amigos de póker, preguntan por aquella chica que se subastó en un juego, y quieren, desesperadamente, conocerte… ya sabes como somos los hombres.

—Ja ja ja, tiempo al tiempo. Transmítales esperanzas. Ya sabe que he quedado comprometida a ir periódicamente a Bs.As. y me llegan noticias de sumo interés de gente que me vio almorzando junto a su asociado Abo, y, al parecer, preguntan mucho por mi. Y dice Abo que son pesos pesados, clientes suyos y de nivel Argentina, de esos que hasta saben aprovechar las crisis.

—Hija, si él lo dice, créele, quizás puedan ser clientes de tu estudio cuando termines de estudiar y pongas ese bufete con tu amiga.

—O quizás la contacten mucho antes! Acoté yo.

Risas unánimes.

—Decime amor, vamos a seguir cogiendo así verdad? Es tan lindo!

—Papá ya le dije, sin límites, tampoco todos los días, que tengo mis estudios y mis amigos especiales, que me tratan muy bien en todo sentido, y además mi hermano, Sergio, el tío… uyyy mi pobre conchita.

Y a propósito, obviamente con mi hermano, lo considero hermano a full, cada vez también nos disfrutamos mas, cuéntele y dígale que le mando besos.

Pero sepan una cosa, el día de hoy me está resultando increíble, tenerlos a ustedes dos adentro, sentir que me quieren de verdad. Ya con usted papá, no sentía gran cosa, pero al perdonarlo, me ha movido el piso. Es increíble, al aceptarlo como padre, como gozo cuando me la pone, sus besos, sus acabadas, que son las mismas que me engendraron en mi madre y ahora chorrean por mi conchita o las disfruto en mi boca. Creo que nunca dejaremos de coger los tres!

Y así terminó este encuentro, que los tres calificamos de monumental en todo sentido. Por la refundación de la relación de ellos, por darnos cuenta que no hay, para ninguno de los tres problemas al compartirla, y para ella un horizonte aún mas amplio, en todo sentido, je je je.

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