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Con la prima Elvira y sus amigas en la playa (II)

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Resulta que a la llegada a la casa de playa donde se hospedaban Elvira y sus amigas, fui recibido por Mónica quien al llevarme a la habitación que iba a usar, aproveché para seducirla y así cogérmela a mi antojo, quien me dijo que ese fin de semana la íbamos a pasar ellas 3 conmigo de lo lindo.

Así que al regresar de la playa, vi que ya se encontraban las tres en camastros alrededor de la alberca tomando el sol, las cuales traían trajes de baños de dos piezas, diciéndome Moni “Que bueno que llegas a tiempo, para que nos pongas bloqueador a las tres” “Por supuesto, con mucho gusto” le contesté y fui por la crema, diciéndome Moni “Primero úntame a mí”, así que le pedí que se pusiera boca abajo y sin pedirle permiso le desabroché el sujetador, viendo nuevamente que tenía un cuerpo exquisito, un culito riquísimo, pensando que momentos antes acababa de coger a esa mujer a mi antojo, así que de inmediato unté la crema en mis manos y empecé por ponerle en su cuello, el cual masajeaba lenta pero intensamente, y siguiendo con su espalda y la parte posterior de brazos, viendo como el movimiento de sus manos en su cuerpo empezaba a sentir efecto puesto que su piel se erizaba, la cual sin miramientos decía “Que rico untas el bloqueador”, al llegar a la altura de su cintura y sus nalgas, metí mis manos por dentro de su calzón y le seguía estrujando esas ricas nalguitas, y aproveché para tocar y presionar un poco su ano con dos de mis dedos, lo que hizo que de inmediato volteara y emitiera un pequeño quejido casi imperceptible debido a la música que tenían puesta alrededor de la alberca.

De ahí pase a darle una dedeada a su puchita, la cual noté se encontraba húmeda, pasar seguir por sus piernas no solo por atrás sino la parte interna, notando que la tenía bastante excitada, sin embargo cuando terminé de ponerle el bloqueador, me dice Mariela “Me toca a mí, ven manos de seda, lo bueno que Elvira ya se puso bloqueador”, lo que hizo que me riera y le preguntara “Por qué manos de seda”, “Mira como tienes a la Moni, jajaja”, y efectivamente Mónica, juntaba sus piernas lo que hacía que sus nalgas las pegara una a otra excitada, para ese entonces mi falo ya estaba empezando a despertar.

Así que ni tardo ni perezoso, llegué con Mariela diciéndole que por donde quería que empezara la cual se recostó con la boca arriba, y me dijo “porque no empiezas de abajo hacia arriba”, la verdad que esta mujer estaba hecha un bombón, piernas blanquitas duritas por el ejercicio, unas ricas nalgas, su vientre durito (era la única que no había sido madre), unos pechos riquísimos, y una cara hermosa y pelo negro, solo un año mayor que yo, así que tome sus pies y empecé a untar la crema, tomando primeramente sus dedos, los cuales masajeaba a mi antojo, para recoger sus tobillos, y luego sus piernas las cuales estaban sabrosísimas donde se notaba una depilación bien hecha y sus pantorrillas duritas, para ese entonces noté claramente como se le ponía la piel de gallina, para seguir en unos minutos con sus rodillas, las cuales tomaba por la parte de atrás, para seguir por sus muslos internos, notando que de inmediato reaccionó a tales manoseos, volteándome a ver con unos ojos de lujuria, abriendo sus piernas, para mostrarme que sus ingles la tenía bien depiladitas y su puchita mojadita solamente cubierta por un bikini blanco con un sostén del mismo color.

Yo estaba que reventaba de caliente, así que seguí dándome un agasajo al seguir untando sus muslos el bloqueador tanto por la cara interna como por la de frente y la de los lados, hasta que llegué a sus ingles, las cuales las embarré con mis dedos pulgares de ambas manos, notando como respiraba más profundamente, siguiendo por sus caderas y haciendo a un lado su bikini, para seguir por su estómago y llegar al inicio de esos lindos pechos, solo cubiertos por ese sostén en color blanco, hasta que le pedí que se volteara, y ahora empecé de arriba para abajo, así que le desabroche el sostén, para volver a sentir esa suavidad de su piel, mientras su cuerpo erizado por la situación me demostraba la excitación que tenía, dándome un espectáculo al parar ese lindo culo que se cargaba, mientras le decía a su oído, “Mariela, que lindo cuerpo tienes”, “gracias Paco, que bien lo haces” contestándome, mientras notaba como muy discretamente Elvira y Mónica, miraban con detenimiento el agasaje que le estaba poniendo a su amiga.

Así que yo seguía con mi acometido, y cuando llegué a la cintura, ya sin recatos, metí mis manos sobre su bikini para seguir embarrando la crema sobre esas duritas nalgas bien formadas, notando como de inmediato ella reaccionaba apretándolas, así que hice a un lado su bikini, para darle una pasadita alrededor de su culito, notando con su respiración que estaba bastante caliente, para seguir por sus piernas y después de unos minutos terminar en sus pies, cuando finalmente me dijo “Paco, que manos tienes, ve como estoy”, y efectivamente noté como estaba su cuerpo, así que le dije “Espera un rato más y verás cómo vas a estar” retirándome y echándome un chapuzón a la alberca, notando que Mariela sin mediar palabra me siguió y se metió a la alberca, la cual se me acercó y por debajo del agua, fue directo a darme un beso pegado en la boca y con una de sus manos a tomar mi verga, la cual estaba durísima de lo caliente que estaba, diciéndome “Paquito, me tienes bien caliente” “Tú también Mariela, estas bien rica, te cargas un culazo” le contesté.

Al vernos Moni y Elvira que estábamos a punto de besarnos, nos gritaron, “Recuerden que a las 8 empezamos a jugar a la botella”, “OK”, ambos respondimos, mientras yo la tomé por la cintura haciéndola que me diera la espalda, así que yo pegue mi verga en sus ricas nalgas, y le daba besos detrás de la oreja, notando que eso la excitaba, diciéndome “Paco vamos a mi cuarto”, “Vamos mamacita” le respondí, así que nos salimos de la alberca, rumbo a su cuarto, cuando Mónica nos dice, “No tarden mucho que después viene lo bueno”, “Lo bueno ahorita y después también” contestó Mariela.

Al llegar a su cuarto, de inmediato prendí el aire acondicionado y la atraje hacia mí, y nos empezamos a besar muy intensamente, mientras yo con mis manos manoseaba sus ricas nalgas, haciendo presión para pegarla a mí cuerpo, sintiendo como mi verga bien parada chocaba con la entrada a su almeja, lo que hacía que ella empezará a gemir “Uff, mmm, que rico tienes tu miembro”, así en esa posición nuestras lenguas entraban y salían de nuestras bocas, llenándose mutuamente de saliva, sintiendo como ella estaba totalmente entregada en cuerpo y alma a mis caricias y besos, diciéndome “Paco, que rico besas, me gusta como lo haces”, “Así es chiquita, veras que ya viene lo mejor, quiero poseerte y comerte rico”, le contesté.

Después de algunos 5 minutos entre besos, abrazos, caricias y todo el agasaje que nos estábamos dando, quite el nudo del sostenedor de su bañador, y empecé a besar y lamer como un loco sus lindos pechos, mientras ella suspiraba y gemía completamente y me decía “Paco, me derrites, uff, mmm, que rico”, por lo que yo de inmediato la acosté en la cama, y le quité su bikini, notando que tenía una rica chocha bien depiladita, y unos labios externos bien cerraditos, así que yo me abalancé sobre ella y con mi lengua empezaba a darle un sexo oral, mientras ella se limitaba a decir “Agg, ayy, papito que bien lo haces”, así estuve dándole un buen rato, para empezar a sentir que su almeja estaba bien mojadita, la cual ya escurrían líquidos, los cuales yo sin miramientos los saboreaba.

Seguidamente me hinqué sobre la cama y puse sus piernas sobre mis caderas, para así tener todo su sexo frente a mí, ya estando nuestros cuerpos bien pegados, empecé con mi dedo pulgar a pasarlo por la entrada de su almeja, sintiendo que efectivamente la tenía muy estrecha, mientras ella para ese entonces, estaba que explotaba de caliente diciéndome “Paco, ya penétrame te quiero sentir dentro de mí, no aguanto más”, “Chiquita que sabrosa estas, ya voy a meterte mi verga”, le contesté, así que después de la pasada que le estaba dando con mis dedos a su vagina, acomodé mi falo en la entrada y empecé a arremeter poco a poco, puesto que sentía su abertura muy estrecha, mientras ella me decía “Despacio que la tienes bien grande, uff, mmm, grr…” así que poco a poco iba arremetiendo hasta que noté casi la mitad de mi falo dentro de su pucha, sintiendo una sensación increíble de como los pliegues de su vagina, iban cediendo ante cada empujón que le daba.

Al estarla penetrando veía como sus pechos se expandían y desinflaban, de lo excitada que se encontraba, y como su cara me veía con ojos de compasión y de morbo, lo que hacía que yo me pusiera más caliente, así que empecé a penetrarla más intensamente hasta que sentí como la base de mi pene chocaba con la entrada de su vagina, “Augg, Paco, ya me la metiste toda, duele, pero que sabroso” me decía, mientras yo seguía con mis empujes sobre ella, así que determiné cambiar de posición y acomodé su pierna izquierda sobre mi hombro derecho, dejando completamente abierta su rica vagina, lo que provocaba que yo tuviera un mejor punto de apoyo, para seguir penetrándola más rápida e intensamente, mientras ella se limitaba a gemir intensamente.

Así estaríamos unos 5 minutos, cuando le dije “Mariela, quiero tenerte más íntimamente, así que la acosté boca abajo y puse una almohada sobre su vientre, para tener su rica puchita a mi total disposición, acomodando mi falo bien duro y grueso a la entrada de su vagina, y yo me subí arriba de ella, así que con mis pies yo hacía palanca para empezar nuevamente el entre y saca de mi verga, mientras que besaba su oído diciéndole “Me gustas Mariela, estas buenísima, mmm”, enlazando sus manos con las mías, “Paco, que rico me estás haciendo, eres muy romántico, mm, uff”, así estuvimos unos cuantos minutos, mientras yo seguía con el vaivén metiendo y sacando mi falo, el cual lo sentía bastante húmedo, debido a los líquidos que salían de su rica puchita, hasta que empecé a sentir que no tardaría en venirme, así que le dije “Chiquita, ya casi me voy, quiero dejártelos todos dentro”, “Si Paco, déjalos dentro, me estas partiendo en dos, agg, ayy grr”, así que a los pocos minutos enlace con mayor fuerza sus manos, para sentir como mi semen llenaba esa rica almejita “Uff, Uff, me estoy viniendo, siente mi semen Chiquita”, “si papacito, que rico me estás dando, mmm” respondiéndome.

“Paco, que rico me has hecho sentir, uff”, ante lo cual le dije “Espérate mamacita, quiero bombearte todavía”, así que me acosté boca arriba y la puse sobre mi falo hincada, así que lo acomodé y sintiendo todavía la erección que traía, la empecé a darle duro y constante, lo que hizo que ella de inmediato reaccionara ante tremenda arremetida, tomándola por los hombros, y besando y mordisqueando sus pezones, los cuales estaban bien paraditos, y su piel toda erizada, mientras me decía “Paco, me estas partiendo, estoy toda mojada, ya para que me estoy viniendo”, mientras yo sin oír suplicas, seguía dándole rápido y constante, sintiendo que su vientre se empezaba a convulsionar, mientras ella me suplicaba “Papacito, me estoy convulsionando de placer, ya para por favor, se me va a salir el corazón, uff, agg, mmm”, así estuve alrededor de unos 3 tres minutos, hasta que ya cansado de tanto darle y darle, la deje que se acostara a mi lado, viendo como su cuerpo se estremecía de placer.

Después que terminamos, serían las 7.30 de la tarde y me dijo “Paco, me gustas mucho, nunca había sentido esto” “Eres hermosa, quiero seguirte viendo después de este fin de semana, quiero ser tu macho”, le conteste y nos fundimos en un beso muy profundo, y le dije que nos metiéramos a bañar porque ocupo descansar, así que nos duchamos y después de ello fui a mi cuarto a descansar un rato, para eso como a las 8.20 de la noche me toca a la puerta Elvira, quien me dice que me van a esperar alrededor de la alberca para lo que viene, el cual será motivo del siguiente relato.

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