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Cuidando a mi tía

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La historia comienza cuando una mañana recibí un mensaje, este era de mi tía, ella es una mujer de unos 35 años, alta, morena con el cabello largo y se lo solía recoger en una coleta, ella estaba casada pero pasaba por un mal momento, en ese entonces tanto ella como mi tío salían bastante por trabajo así que esto hacía que casi no se vieran, se rumoreaba entre mi familia que ella le era infiel, pues a veces cuando tenía la casa sola no dejaba que nadie entrara pues ponía excusas, o incluso se terminaba yendo y nadie la podía localizar, mi relación con ella era de tía-sobrino, ni más ni menos, no éramos cercanos, pero tampoco nos caímos mal, está relación hacía que casi nunca nos enviamos mensajes, si acaso algún recado o felicitación en los cumpleaños, por eso al recibir este mensaje me extrañé bastante.

-Hola Manu, ¿Cómo estás?

-Hola tía, ¿bien gracias, y tú?

-Bien, también, bueno en realidad tengo una situación aquí.

-¿Qué pasó tía? Dime necesitas algo

-Sí, de hecho te iba a pedir un favor pero tienes que prometer que no se lo vas a decir a nadie

Estas palabras ya me estaban preocupando, pues yo era el último de la familia que esperaba que le pidieran un favor, pues aunque tengo 25 casi nunca tengo tiempo libre, pero como era sábado por la mañana acepté

-Esta bien pero ¿segura que no quieres hablar con mi mamá?

-No, no está bien, digo no te preocupes, no es algo grave, solo quiero que vengas.

-Esta bien voy para allá, tardaré una media hora

-¿Podrías hacer lo posible por llegar antes?

-Sí claro, ya salgo para allá.

Por suerte ese día mis papás habían salido pero llevaron el auto de mamá, por lo que tomé las llaves del otro auto y salí algo apurado, al llegar le marqué por teléfono para avisarle que ya había llegado, entonces ella me dijo que pasará ya estaba abierto.

Pasé y comencé a llamarla, ella me grito desde el piso de arriba, su voz se sentía con dolor por lo que subí rápido a verla, al llegar al piso de arriba me dirigí a su habitación, toque la puerta pero entré enseguida porque podía escuchar que a mi tía le estaba pasando algo, ella estaba en la cama envuelta en las sábanas, me acerqué a ella.

-Tía, ¿Qué pasó?, ¿Qué tienes?

-Ay Manu perdón por haberte hecho venir, así de repente, pero es que desde la madrugada me he estado sintiendo mal.

-No te preocupes tía, ¿Qué necesitas? ¿Le hablo a un doctor?

-No, ya le hablé a mi doctor y me pidió que fuera a consulta, pero no puedo ni pararme porque estoy muy mareada, por eso te mandé un mensaje, para que me ayudes a prepararme y luego me lleves a la consulta.

-Claro tía, no te preocupes, pero ¿Por qué no le hablaste a mis papás?

-Ah eso, no quería molestarlos

-Pero esto es una emergencia, querrán saber qué te pasa si es algo grave.

-No, no es grave.

-Pero eso no lo sabes hasta que tú doctor te revise.

-Te digo que no es grave, sólo quiero saber sí... Estoy... Embarazada.

-¿Qué? ¿En serio?

-Sí, y por eso no quiero que les digas a tus papás, no pueden enterarse y sí lo estoy tengo que pensar en cómo decirles y también a tu tío.

-Espere ¿Qué estás diciendo?

-Es qué, te pedí que vinieras tú, porque siento que podrías guardarme un secreto y ayudarme también, es que no sabía a quién más pedirselo.

-Tía, no me digas que...

-Sí, y por eso nadie puede saberlo.

-Bueno eso ahorita no importa dime ¿Que necesitas?

-Primero vestirme, la consulta es como en 30 minutos, luego ayúdame a bajar las escaleras y yo te digo hasta donde vamos a ir

-Esta bien dime dónde está tu ropa

-Voy a necesitar que me pases todo, perdón por pedirte esto en serio pero estoy en una urgencia.

-No te preocupes tía lo primero es que te quites la duda y ya luego veremos qué va a pasar

-Sí, tienes razón.

Entonces me indicó donde estaba su ropa, busqué primero la ropa interior, estaba en unos cajones en frente de la cama, los abrí y pude ver la colección de tangas y panties que tenía, era mucha y tenía de muchos tipos, tangas de todos los colores y con detalles de encaje o a rayas o de varios colores, le intente preguntar cuál quería, pero el tiempo era más importante así que decidí tomar la primera que fuera un poco más adecuada, era un cachetero negro, simple pero bastante bonito, también busqué un brassier del mismo color, ahí comencé a darme cuenta de algo, mi tía estaba bastante buena, la talla del sostén era 36c, esto lo pude ver de reojo en la etiqueta.

Le pase la ropa y comenzó a vestirse, me pidió que buscara en el closet una ropa bastante holgada, la que sea, así le pase unos pantalones deportivos anchos y una blusa a tirantes, ella me pidió que saliera para que se pudiera terminar de cambiar, pero no pasaron ni 5 segundos cuando me llamó desde su habitación, entre y estaba casi en el suelo, no se podía sostener, así que la ayude a levantarse e insistí en que tenía que ayudarla a cambiarse, ella se mostró incómoda pero el tiempo era más importante, si bien ella ya se había puesto la ropa interior todavía le faltaba lo demás, así que accedió, se descubrió la sábana que la estaba tapando y pude ver su cuerpo, el brassier le ajustaba perfectamente en sus grandes senos, y el cachetero que le había pasado le quedaba más ajustado de lo que pensaba, no le di mucha importancia pues sabía que no era el momento para ponerme a ver a mi tía con otros ojos, así que me apresuré a ponerle la blusa y luego la alcé un poco para que se acomodara, era el turno de los pantalones, así pues se recostó y alzó las piernas, la verdad estábamos en una posición comprometedora pues estaba frente a ella y el cachetero dejaba entre ver algo de sus labios, pasamos ese momento incómodo al ponerle los pantalones y ella los subió por sus piernas, después ya que estaba vestida me pidió que la ayudara a pararse, lo hice y enseguida se recargó en mi espalda, lo hizo con todo su peso, que bueno que hacía ejercicio y pude cargarla, además de que estaba sintiendo como esos enormes senos se estaban apoyando detrás mío, conseguimos bajar las escaleras, la subí al auto y partimos.

-¿A dónde vamos?

-A la clínica nueva

-¿No tenían un doctor más cerca?

-Sí, pero si voy, puedo tener problemas por lo que hice una cita en ese lugar

-Sí entiendo vamos.

Durante la mayor parte del camino hubo silencio, hasta que lo inevitable pasó, mi tía comenzó a hablar de su relación con mi tío, pues se veía que desde hace rato estaba bastante preocupada pero solo estaba aguantando las ganas de llorar porque se sentía mal.

-Disculpa Manu, pero es que... Ya no puedo, no tenías porque prometer que no se lo dirías a nadie, solo quería que alguien me ayudara y me comprendiera, estoy tan sola que la desesperación me gana y me dejó llevar y hace una semana... Perdón que te cuente esto pero es que si no lo digo ahora siento que voy a explotar.

-Tía no pasa nada, puedes desahogarte conmigo, sé que no somos tan cercanos pero somos familia, eres la hermana de mi mamá y no te preocupes no te voy a juzgar, te diré algo yo también, sé que las cosas con mi tío no van bien, no es porque nos metamos en su vida pero si es algo evidente.

-Ay ¿Lo dices en serio?

-Sí

-Pues, pensé que aunque sea todavía me quedaba alguna esperanza pero veo que sí es muy evidente.

-¿Pero si van tan mal las cosas porque no tomar caminos separados?

-Lo he intentado, pero siempre termina en más peleas, además siento que no sería justo, lo que pasa es que él me perdonó una infidelidad, antes de todo y siento que lo heche a perder y cuando trato de poner mi lugar siempre me recuerda eso, y siento que la mala del cuento soy yo, pero él también insiste en alejarse, siempre se va de viaje, y sé lo que hace, pero ah, la vida es muy complicada y ahora esto, sólo le va a dar más excusas para echarmelo en cara, esos imbéciles les dije que usaran protección, pero no, son muy hombre para hacerlo, y bueno ya habíamos bebido, ¡Carajo!, Nunca pensé que algo así llegara a pasar.

-Disculpa tía pero puedo saber ¿Cuántos hombres ves?

-Ah te digo que en mi soledad me ganan los impulsos digo, siempre he sido así, tu mamá siempre tenía que mentirle a mi papá sobre donde estaba, y claro, con el tiempo me fui de la casa y conocí a tu tío pero parece que no podía calmarme, y ahora mira voy a la clínica con mi sobrino contándole todas mis indiscreciones, bueno ya si estás aquí lo tienes que saber, tengo 5 amantes, y no le hablé a ninguno porque no quería hacer el problema más grande, no sé de quién sea el bebé, así de sencillo.

Parecería que el viaje en coche le sintió bien a mi tía aunque cuando me estacione y se intentó bajar se mareo un poco, la ayude a incorporarse y entramos en la sala, ahí fui a preguntar por el doctor y me dijo que nos estaba esperando desde hace 5 minutos, mi tía se sintió aliviada y fuimos hasta la puerta, pero la secretaria nos detuvo y nos dijo que solo podía entrar la paciente y la pareja en dado caso, mi tía me dejó sin palabras al decir que estaba bien que yo era su pareja, luego se acercó a mí y me dijo en el oído, que no me preocupara que estaba bien lo que dijo a fin de cuentas no quería que hubiera más preguntas, yo acepté y ambos entramos. El doctor comenzó a revisar nos dijo que era algo rutinario mi tía insistió en que estaba embarazada pero el doctor no estaba tan seguro, así que le preguntó si se había hecho una prueba rápida, ella contestó que sí, luego de un rato de análisis, le comenzó a hacer preguntas sobre sus hábitos y sus anteriores consultas, ella contestaba sin problemas, no obstante la cara del doctor seguía sin dar una respuesta afirmativa, yo estaba algo nervioso pero permanecía en silencio, hasta que se dirigió a mí.

-Entonces me decía ¿Cuándo fue la última vez que mantuvieron relaciones sin protección?

Yo voltee a ver rápido a mi tía, la cual intentó seguir la corriente del papel de pareja

-Fue hace dos semanas, ¿verdad amor?

-Sí más o menos hace dos semanas

-Ya veo, ya veo, pues déjeme decirle que no está embarazada, los síntomas fueron causados por un cuadro de estrés, esto hizo que le bajara el azúcar y su presión arterial, solo eso pero fue muy intenso, supongo que había sentido algún síntoma de hizo la prueba y entró en pánico, seguramente no pudo dormir bien, la prueba falló es raro pero posible, no sé preocupe, le recetaré unas pastillas para que el mareo se vaya y con que esté en cama un par de horas estará bien, en cuanto a usted. Dijo el doctor refiriéndose a mi. Le recomiendo que cuide bien a su novia, veo que puede haber tensiones en algunos momentos, el embarazo no es fácil pero siempre es mejor estar seguros antes de entrar en pánico veo que estaba nervioso, también le daré algo para calmarse, permanezcan en cama, relájense y cuídense entre ustedes. Eso sí señora, puede presentar algo de fiebre, pero se pasará en un rato no se alarme, es que su descompensación fue bastante alarmante pero ya está estable. Bueno eso sería todo, aquí está su receta, hasta luego.

Salimos en silencio, subimos al auto, avanzamos un par de calles, y ahí, en un semáforo.

-Jajaja

-Jajaja

Los dos reímos con todas nuestras fuerzas, estábamos tan contentos que todo lo que nos había explicado el doctor pasó a segundo plano, mi tía no estaba embarazada y solo eso importaba, por supuesto fuimos a comprar las medicinas y llegamos a su casa la ayude a entrar pues seguía mareada, la llevé a su cama y preparé su medicina.

-Muchas gracias por todo Manu, no sabes lo feliz que estoy y lo apenada que estoy contigo, sí estabas pálido en el consultorio.

-No digas nada tía, que la verdad si pensaba en todo lo que pasaría si estabas embarazada, pero déjalo ya pasó.

-Es que enserio no sé cómo agradecerte por todo lo que hiciste.

-No tienes nada que agradecer, solo fue algo que debía hacer, solo eso.

-No pero tú siempre estás ocupado, perdón.

-Ah no te preocupes por eso, hoy es sábado y no tenía nada planeado, la verdad fue una aventura jaja.

-De todas formas tú también necesitas descansar, tienes que ir a tu casa y comer algo.

-No tía no te puedo dejar así, tengo que estar contigo por lo menos unas horas hasta que te sientas bien, tu también tienes que comer algo.

-Sí, con todo esto ya es tarde, pero estaré bien.

-No, no insistas en que me vaya, cualquier cosa que necesites tengo que atenderla.

-Ay Manu eres muy bueno conmigo, oye se me ocurre algo, pide lo que quieras para comer, déjame agradecer el favor que me hiciste ¿Que se te antoja?

-Ah sí gracias, eso estaría bien, pero ambos tenemos que comer.

-Sí por eso, pide para los dos la verdad tengo hambre, mira ya que insistes en quedarte podemos ver unas películas y comemos y pues no es la forma más divertida de pasar un sábado pero espero que no te importe.

-No, de hecho suena bien, no te preocupes, yo pido algo para comer y tú eliges la película.

Así pedí unas pizzas, refrescos y postres, y después de un rato comenzamos a comer, ella insistió en que ambos estuviéramos en la cama, así ella puso la película era alguna de comedia y fuimos comiendo hasta quedar llenos, tanto que no podía ni moverme, ambos habíamos tomado medicinas por lo que el efecto ya había comenzado, sin darnos cuenta nos quedamos dormidos no mucho, tal vez una hora o dos, yo me desperté primero, y observé que estaba intranquila, se meneaban mucho aunque siguiera dormida, me acerqué y la intenté despertar, pero cuando la toqué sentí que estaba bastante caliente, tenía fiebre y recordé las palabras del doctor, por lo que fui por la medicina, y cuando llegué estaba despertando, me vio y me dijo que estaba con fiebre, le dije que ya tenía la medicina, por lo que me agradeció y se la tomó, pero seguía inquieta aun estando despierta.

-Manu, puedes pasarme el termómetro que está en la caja de medicinas, es que está fiebre no es normal, siento que hiervo.

-Claro tía solo recuerda que nos dijo el doctor que eso podría pasar

-Sí, lo recuerdo pero es que esto es muy raro.

Le pasé el termómetro y se lo puso debajo del brazo.

-Perdón Manu por lo que voy a hacer pero es que ya no aguanto

Después de decir esto se quitó las cobijas de encima y luego la blusa y los pantalones.

-Ah, sí ahora sí.

El termómetro sonó y pude leer que sí tenía fiebre pero era muy baja, se lo dije y no lo creía.

-No, esto que siento no es normal, pero bueno con la medicina que tomé ya tengo que estar bien, oye por cierto, ya es bien tarde, tus papás ya te estarán buscando, ya vete.

-No, ya hace rato les dije que estaba fuera con unos amigos no te preocupes por la hora, ahorita no te puedo dejar, tienes fiebre.

-Muchas gracias Manu, y todo esto porque tienes una tía irresponsable.

-No digas eso, está bien estabas sola y cometemos errores lo importante es que trates de decidirte, toma una decisión.

-Sí ya sé pero es que es muy complicado, eso sí, los tipos con los que me veo, ya adiós, no les pienso hablar son unos brutos, mira que ni siquiera hablarme en estos días porque les dije que me sentía algo mal, y ve tú qué no tenías nada que ver estás aquí conmigo.

-Bueno, jaja, es que eres mi tía no puedo dejarte sola, además te dije que después de todo fue divertido, es algo que va a estar entre nosotros ¿No crees?

-Sí, pero jajaja qué pena con el doctor, o sea imagínate creyendo que éramos pareja y todavía te pregunta eso, jajaja.

-Sí, yo estaba nervioso

-Lo sé tu cara, estabas todo pálido, te veías muy tierno.

-Ya bueno es que no todos los días te preguntan ¿Cuándo fue la última vez que mantuviste relaciones sin protección? y que esa persona sea tu tía

-Ya lo sé ni me digas, que pena, oye dime la verdad, ¿me viste cuando me empezó a revisar?

-¿A qué te refieres?

-Ya sabes cuándo me acostó en esa cama, y bueno hizo su trabajo

-No, no, no ¿Por qué lo dices?

-Debió ser mí imaginación, eso o me estás mintiendo, porque te ví por el espejo, no sabía si decírtelo o no pero ya que estamos pues.

-Perdón, estaba nervioso y mire... De casualidad eh, no vayas a pensar otra cosa.

-Pero, si te vi varias veces, digo no es para que tengas vergüenza, de hecho me sorprende que tuvieras tanta curiosidad por alguien de mi edad.

-Sí, es qué los nervios, te digo, y no pienses que no eres bonita, eres muy bonita y tú cuerpo, sí, tu cuerpo...

-¿Te gusta?

-Nunca había pensado en algo más hasta esta mañana cuando te ayudé a vestirte.

-No te preocupes cielo, es normal, y quiero que sepas que aunque eres mi sobrino, eres muy guapo, digo lo sacaste de familia jaja y que alguien guapo y atento se fije en mi cuerpo, bueno me alegra saber que no solo le intereso a esos tipos que tengo como amantes.

-Pero ya no los vas a ver ¿Verdad?

-Todavía te preocupas por mí, Manu, eres muy bueno conmigo y te prometo que ya no los veré, en serio tienes mi palabra.

-Pero tía tú misma dijiste que tenías tus necesidades, y quiero que estés segura, aunque los dejes, podrías sentir esa necesidad de nuevo y no me gustaría que alguien más te haga sentir mal... Y estaba pensando... En qué...

-No digas más Manu, yo sé que quieres protegerme pero, esa no es la solución, insisto en qué me halagas, pero no quiero que está situación se salga de control, digo somos familia, por supuesto que sí, en otras circunstancias, claro, te dejaría, pero… ¿En serio lo harías?

-Sí tía, seré sincero, claro que lo haría.

-¿Seguro?

-Claro, además piensa en que tendrías toda la confianza para hablarme de lo que quieras para que no se salga de control.

-Manu, lo que me estás pidiendo y lo que se me está pasando por la cabeza no es ningún juego, es serio, te hablo de que ya no podríamos ser más tía y sobrino, seríamos amantes y claro, lo ocultaremos a los demás... Sólo que...

-Estaría encantado de ser tu amante.

-Lo dices con toda esa dulzura que no puedo decir que no.

Entonces, ella tomó la iniciativa, y se acercó a mí, estaba recostada en la cama, tan sólo en ropa interior, y pudo alcanzar mis labios con algo de esfuerzo pues estaba de pie junto a ella, yo la tomé de la cabeza pasé mi mano por su pelo, y el beso que selló nuestra nueva relación duró por varios minutos, pues este tan sólo continuaba mientras yo me recostaba a un lado de ella, así pasé mis manos por su cuerpo las baje por su cuello y ella posó sus brazos en mi costado, yo seguía avanzando, hasta que me encontré con su primera prenda, su brasier entonces me detuve un rato metí mi mano por el costado y me fui acercando al medio, toque sus senos, eran grandes, no cabían en mi mano, dentro de su ropa sentía su sudor y estoy me pareció aún más excitante, busque lentamente sus pezones, ya estaban duros, los toque con cuidado pues aunque seguíamos besándonos de vez en cuando emitía un ligero gemido, jugué con sus pezones un rato, luego saque mi mano y continúo su recorrido pasando por su cintura hasta llegar a sus caderas, no metí mi mano, si no que busque sus nalgas, puse mi mano sobre una de ellas y por encima del cachetero comencé a masajear, lo hacía con fuerza pues eran grandes y mi ansia también, ambos comenzamos a mover nuestras pelvis, como si el instinto estuviera hablando por nosotros, así que terminamos ese beso, tomamos aire.

-Vamos Manu, te ayudo a quitarte la ropa, y luego tú me la quitas.

-Sí tía, ¿te sigo diciendo así?

-Ahora que lo dijiste sentí una profunda excitación, creo que tienen razón, entre más incorrecto sea más se disfruta, dime cómo quieras amor.

-A mí también me dio mucho morbo tía jaja.

-Bueno, creo que seguiremos siendo tía y sobrino, jajaja pensé que esto sería diferente, pero desde que me tocaste siento que estoy soñando.

-Yo también, pero esto es real.

Mientras hablamos mis prendas iban cayendo, mi torso quedó al descubierto, podía ver en su cara que estaba más que complacida con mi figura, no era algo espectacular pero si estaba trabajada al igual que mis brazos, y su sorpresa fue mayor cuando desabrochó mis pantalones, pues mi erección estaba presente tanto que comenzaba a lastimarme, ella lo notó y enseguida bajo mis boxers.

-Vaya, sobri, ya veo que creciste bien

-Ay tía, gracias es toda para ti

-Hmmm si ya veo que está feliz por lo que vamos a hacer, ¿Quieres que me quite la ropa? ¿O te gusta como me veo con mi cachetero y mi brassier?

-Déjalo, yo quiero quitarlos, y todavía no es tiempo

-Esta bien

Acto seguido acercó su boca a mi verga, le puso sus labios encima, la estaba besando con delicadeza y con las manos tocaba mis piernas.

-Sobri, acuéstate

Lo hice, enseguida se puso de lado estaba horizontal a mí, y ahora se disponía a metérsela en la boca, la sensación de cuando entró fue maravillosa, casi acabo en el acto, pero pude contenerme, ahora su cabeza subía y bajaba y con una mano se hacía el pelo para atrás para que yo pudiera ver cómo me la chupaba, yo bajé mis brazos y le retiré el pelo así ella tenía las manos libres, por lo que comenzó a sobarme los testículos, era maravillosa, ponía atención a cada detalle.

-Tía, déjame quitarte la ropa

-Adelante mi amor

Así se montó sobre mí, yo seguía recostado, primero tomé el brassier, lo desabroché y sus pechos cedieron ante la gravedad, con ese tamaño y peso era normal, su piel morena, sus pezones que coronaban esos senos eran respingados y de un tono más oscuro, nunca había visto senos así, y mientras se meneaban estos rebotaban con facilidad, llegó el turno de bajar su cachetero.

-Tía, ponte en 4, y acércate a mi cara

-Claro sobri, de mientras le doy una chupada a esa verga que sigue bien parada.

Así se acomodó y tenía sus nalgas a unos pocos centímetros, puse mis dos manos a cada lado y tiré lentamente hacia abajo, poco a poco descubrí ese lugar tan maravilloso, bajé su prenda por completo y ahí estaba.

-¿Te gusta, sobri?

-Me encanta

-Siento que no me haya depilado

-No importa, es mejor así

Tenía bastante vello por todos lados, pero eso hacía que fuera más rico, guardaba mejor el olor, un olor embriagante que son hacía que mi mente pensara en algo, tengo que poner mi verga ahí dentro, mis movimientos de cadera se hicieron más notorios por lo que entendió lo que quería hacer.

-Espera sobri, que si no luego vamos a andar corriendo a la clínica.

Así se levantó y fue hacia su cajón de ahí sacó un paquete de condones, los abrió y con toda la ternura del mundo colocó uno sobre mi verga.

-Ahora sí amor, ponme como quieras.

-Claro tía, ven acuéstate, ahora quiero estar arriba

-Esta bien cielo

Cambiamos posiciones, puse mis manos en sus piernas y las separé, ella comenzaba a tocarse los pezones, entonces el momento había llegado, puse mi verga en su entrada, y comencé a penetrar lentamente, quería disfrutar todo lo posible ese momento, aunque pudiera tener muchos más ese era la primera vez que penetraba a mi tía, y entonces metí mi verga completamente, su cara de placer me lo decía todo, y comencé a moverme, pero no sin antes acercarme para besarla otra vez, estabamos unidos como verdaderos amantes, no había nada más que importara, así con cada movimiento había un gemido, y estos cada vez iban más rápido, más y más rápido, todo mi mundo era ella y todo su mundo era yo, todo estaba en el placer, hasta que el momento llegó, la descarga avisó un par de segundos, por lo que la abrace fuertemente y nuestro beso se intensificó, hundí lo más posible mi verga dentro de ella y comencé a expulsar mi semen, después de eso nos mantuvimos así un rato, hasta que caí al lado de la cama recuperé mi respiración, y mi tía se giro para verme, me puso su mano en el pecho y nos quedamos dormidos.

Al despertar busqué mi celular este tenía varios mensajes, lo hice a un lado, volteé y ahí estaba mi tía, seguía durmiendo, poco a poco se fue despertando, y al hacerlo la tomé del rostro y la besé, era real, lo que había pasado era real.

Era domingo por la mañana por lo que no había nada que hacer, cuando se despertó completamente me preguntó

-¿Entonces, estás seguro que quieres continuar?

-Creo que es más que obvio.

Conteste los mensajes poniendo excusas la verdad no me importaba no quería desperdiciar tiempo pues mi tía o amante necesitaba atenciones y ese domingo la cuidé bastante bien, solo paramos porque los condones se habían acabado, pero eso no significaba que fuera el fin, de hecho era el principio de que ambos descubrieramos cosas que nunca nos hubiéramos atrevido a hacer y también de lidiar con guardar las apariencias durante nuestra convivencia fuera de la alcoba, pues está relación estaba prohibida pero eso no nos impedía ser amantes.

(9,67)