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De vacaciones con mi esposa y mi hija (parte 1)

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Cuando mi hija cumplió la mayoría de edad se había convertido en una señorita preciosa piernas largas y torneadas. Una cintura pequeña y un busto mediano, pero bien formado. Tenía el cuerpo de su madre aún que mi esposa después del embarazo se le habían ensanchado las caderas, la cintura pequeña y senos seguían igual de firmes que cuando nos conocimos hace tantos años, ya que todos ejercitamos en casa y estamos tonificados.

Eran mi dos mujercitas y las cuidaba mucho. No le había conocido un novio a mi hija nunca, ni otro novio a mi esposa ya que la primera vez de mi esposa fue conmigo y quedó embarazada de Yuli. Decidimos viajar y darnos una vacaciones sin saber lo que despertaría en nosotros.

Cuando llegamos a nuestro destino llegamos a un hotel bastante bonito donde nos recibieron con amabilidad. Un hombre en sus 20 nos acompañó a la habitación, y veía a mi esposa y a mi hija con atracción aún que siempre fue muy atento. Era raro ya que no estaba vestido de botones sino semiformal. Comencé a conversar con él acerca de nuestros planes turísticos en la ciudad y nos recomendó movernos en metro. La verdad me cayó bien.

Nos dijo que el estaría atento a las necesidades que tengamos mientras estuviéramos hospedados.

Mi hija propuso que visitarnos varios lugares de la ciudad por lo que movilizarnos en auto iba a ser complicado y decidimos tomar el metro.

Hacía mucho calor así que salimos ligeros de ropa. Mi hija y mi esposa con vestidos muy ligeros de verano y yo con pantaloncillos y camiseta.

Hicimos nuestro recorrido normalmente y decidimos regresar a dónde nos hospedábamos, llegamos al metro nos dimos cuenta lo abarrotado que estaba pero en fin era lo planificado y la única manera de regresar en plena hora pico.

Subimos a un vagón lleno de personas entre ejecutivos, mujeres y estudiantes, tuvimos que empujar un poco hasta encontrar un espacio suficiente para estar los 3. Después de un par de paradas mi esposa se había separado un poco de nosotros aún que manteníamos contacto visual.

Me percate que en particular dos hombres jóvenes oficinistas se habían colocado de manera estratégica para comenzar a tocar su trasero disimuladamente.

Mi esposa me miró con cierto espanto y preocupación aún nos faltaba un buen tramo de viaje. Trate de llegar a ella pero eso significaba dejar a la deriva a nuestra hija quien también miraba con preocupación a su madre.

Estábamos en una ciudad extraña como extranjeros por lo que la mire con resignación y ella entendió. Los toques disimulados pronto se volvieron más atrevidos viendo que mi esposa se abandonaba a las manoseadas de los dos tipos.

Uno de ellos extendió su mano totalmente para abarcar un cachete entero de las nalgas de mi esposa a lo que ella dio un suspiro el otro se había permitido comenzar a tocar uno de sus senos pero permitía pasivamente los movimientos que ellos tenían.

Mi hija claramente asustada se apegó a mi, inocentemente puso sus firmes nalgas a en mi miembro buscando protección, sin embargo estaba provocando en mi algo distinto. Mi miembro comenzaba a pararse por la situación. Y es que mi pene encajaba perfectamente en la rajita de su trasero que en el temor de Yuli seguía manteniendo su posición.

El atrevimiento de estos dos tipos con mi esposa iba en aumento. Y uno ya había subido su falda para acariciar su trasero de forma directa mientras el otro metió la mano por el lateral del vestido de mi esposa para acariciar su senos, podía distinguir que su dedos se encariñaban con su pezón.

La cara de mi esposa cambio de miedo a excitación. Mientras la manoseaban, me veía con complicidad de vez en cuando para notar mi reacción y aún que al inicio fue de sorpresa.

Mi erección había alcanzado su punto máximo en las nalgas de mi hija. Ya tenía uno de mis brazos alrededor de su cintura para acomodarla y poderla probar de mejor manera a través de su ligero vestido. Así que lo único que atiné a hacer es a sonreír a mi esposa de manera cómplice dándole luz verde.

Una de las manos de mi esposa bajo en ese momento y comenzó a acariciar la verga a uno de los oficinas por encima del pantalón el que estaba acariciando su senos. Lo miro con picardía a los ojos y separo un poco más las piernas para permitir que el otro pudiera meter sus manos a través de su panty y toque su vagina.

-¿Qué le pasa a mamá? Me dijo Yuli.

Le respondí que este tranquila, que mamá estaba bien. Le dije que ella estaría segura conmigo. A lo que Yuli me sonrió y me dio un beso en la comisura de mis labios. En seguida comenzó a mover sus caderas en mi evidente erección. Sintiendo el roce de mi verga en su trasero.

Mi mano paso de abrazar la cintura de mi hija a manosear uno de sus senos por encima de su vestido.

Regrese a ver a dónde estaba mi esposa siendo acosada por dos tipos. Y para sorpresa los dos tenían sus miembros por fuera apuntando directamente a mi esposa y ella masturbaba a uno de ellos mientras el otro pasaba su verga por el trasero de mi esposa sin vergüenza.

Era increíble la indiferencia de la gente o tal vez era la costumbre. Pero nadie se inmutaba.

Decidí yo también bajar mi bragueta y liberar mi verga, subir el vestido de mi hija, se había puesto una tanga por lo que pude sentir su piel al instante. Yuli tuvo un pequeño sobresalto, pero rápidamente se dispuso a seguir jugando con su padre. Ambos veíamos lo puta que se estaba portando mi esposa. Que ahora besaba apasionadamente a los hombres con lo que estaba jugando.

Se turnaban entre ellos para probar la boca de mi esposa, incluso habían cambiado de posición para que los dos tuvieran un bocado de lo que mi esposa les brindaba.

Mi pene resbaló entre las piernas de mi hija y sentía la humedad de su vagina a través de su pequeña tanga. Por lo que ella comenzó a mover sus caderas rítmicamente para regalarme un paja increíble con sus muslos mientras rozaba su vagina.

Mi esposa estaba ligeramente inclinada hacia adelante, la muy puta se estaba dejando penetrar. Claramente se veían los movimientos de bombeo de uno de los tipos. Mientras agarraba de la verga al otro y lo besaba.

En medio de ese espectáculo. Mi hija paso su mano por debajo de su vestido para encontrar con sus dedos la punta de mi verga y acariciarla, sentí como paso uno de sus dedos por debajo de su tanga para hacerla a un lado y me topé con su vagina. Comencé a rosarla, claramente mi hija y yo estábamos muy excitados también.

Pase mi mano por el escote del vestido de mi hija para acariciar sin nada de por medio uno de sus senos. Y ella se dio volvió a mi para regalarme su boca. Nos fundimos en un beso dulce en un inicio que se intensificó hasta que nuestras lenguas jugaban y nuestras bocas se comían.

Regrese a ver a mi esposa y nuevamente habían cambiado de posición. Sin embargo ahora mi esposa tenía de frente a uno de ellos al cual subía una de sus piernas para ofrecer mejor llegada a su vagina y el otro estaba detrás. Se estaban acomodando para penetrarla entre ambos. Mi esposa miraba fijamente al que tenía al frente hasta que encontró la manera de entrar en su vagina.

Mi esposa recostó su cabeza sobre el tipo que tenía detrás del placer que le provocaban. El que estaba detrás también encontró el camino hacia su ano y había entrado en el culo de mi mujer. Los dos comenzaron a bombear a mi esposa en doble penetración.

Yo también le había roto el culo a mi mujer antes por lo que me imagino las cosas se les facilitaron para penetrarla doblemente.

No pude más y también quise penetrar a mi hija. Comencé a buscar su entrada. Ella me ayuda poniéndose en puntillas para facilitarme el acceso.

Mi hija me habló al oído y me dijo.

Suave Papá por favor es mi primera vez. Y me vio con sus ojos tan dulces.

Me dió permiso para ser el primero en su vida. No estaba seguro de que ese sería el lugar para hacerlo pero lo intentaría.

Sentí que la cabeza de mi verga entro sin embargo tenía mucha resistencia y no queria hacerle daño a mi pequeña. Por lo que no seguí empujando hasta que se acostumbre a la sensación.

El tipo que estaba penetrando el culo de mi esposa había eyaculado ya y comenzó a guardar su miembro en el pantalón. Mi esposa me regreso a ver dando aprobación a todo lo que estaba pasando.

El tiempo paso rápidamente y nuestra parada era la siguiente por lo que le hice señas a mi esposa que el juego había terminado. Así que guarde mi pene. Ella abrazo al tipo que tenía en frente, le hablo al oído. Y beso sus labios. Bajo su pierna el tipo guardo su miembro aún erecto rápidamente. Y nos abrimos camino hasta la salida.

No medianos palabra hasta llegar al hotel.

Dónde nos esperaba la mejor experiencia sexual de mi vida...

Continuará...

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