Nuevos relatos publicados: 9

Dono mi culo a cambio de medicinas

  • 5
  • 31.780
  • 9,30 (20 Val.)
  • 0

Hola a todos, me llamo Lorena y soy de Madrid España, mi padre inmigrante portugués, y mi madre hija de unos argentinos que habían venido a buscar suerte a Europa hace muchos años. Soy una mujer voluptuosa, eso lo heredé de mi sangre latina, alta, ojos marrones claros, cabello negro, tetas grandes y firmes a mis 32 años y buen culo que levanta miradas por las calles de Madrid.

Toda esta historia se desenvuelve producto de una situación familiar que ocupó mi vida hace 3 años atrás y hasta ahora no me había sentido tan libre como para exponerla, al fin y al cabo de manera anónima por estos medios.

Mi padre estaba muy enfermo, ya mi madre había fallecido dos años antes a causa de un cáncer de seno agresivo y parece que ahora era el turno de papá, no me quedaba más remedio que lidiar con el hecho de cargar con su enfermedad pues mi hermana mayor Elena se mudó a otro país con su esposo y no la estaban pasando muy bien que digamos como para apoyarme con los tratamientos de papá.

Yo trabajaba en una oficina como administradora y pues aunque no es que tenía una paga millonaria jeje, tenía posibilidad de muchas cosas, pero a raíz de la enfermedad de mamá que todo fue tan de repente, hice un gasto sin precedentes del cual no pudo mi familia recuperarse en cuanto a la economía y a la realidad psicológica, quedé con muchas deudas que me costaron mucho pagarlas. Luego del fallecimiento de mamá tuvimos dos años de calma entre comillas para que luego mi padre enfermara terriblemente de un cáncer de pulmón. Cuando acudimos al médico no pude dejar de pensar en todo el trauma que ya había vivido previamente con mi madre y a las deudas también que muchas noches no me dejaban dormir.

Iniciamos con las situaciones médicas, eran largos días, recién me habían despedido de mi trabajo por un recorte de presupuesto, por esos días y luego de visitar el hospital un buen número de veces conocí al doctor Julio, un tipo rubio, alto, de cuerpo atlético, asumo; más o menos contemporáneo conmigo, él comenzó a tratar a mi padre como médico especialista y pues cada día nos encontrábamos en el hospital, yo ciertamente tengo mis atributos, pero si notaba como Julio me miraba el culo en los pasillos pues en las ventanas se reflejaba que él volteaba cuando nos despedíamos.

Ya habiéndonos quedado sin dinero el doctor me indicó que los tratamientos de mi padre cada vez aumentarían más su costo porque requería medicamentos más potentes para tratar su enfermedad, mi presupuesto cada vez se acortaba más y más, no contaba con más nadie, me tocaba cubrir todo a mi sola. Cierto día el doctor me comentó en privado en su consultorio que tenía lindo cuerpo que si podíamos salir a tomar algunas copas y charlar un rato. Yo me tomé todo eso como un chiste, aunque no puedo negar que Julio era un chico bien guapo. Luego de tanta insistencia por varios días quedamos y salimos. Él pasó buscándome a eso de las 7 pm por casa, sus ojos se iban a salir cuando bajé desde mi piso a planta baja y me miró de arriba abajo como escaneándome al bajar las escaleras del edificio, él se bajó como un caballero a abrirme la puerta del coche, me subí y pues nos marchamos a cenar.

Todo iba muy bien tomamos unas copas, nos reímos de anécdotas de cada uno y comenzamos a bailar estábamos en una parte oscura bailando, cuando de repente siento su mano entre mis dos nalgas, a lo cual yo respondí preguntándole “¿Qué te pasa Julio?”. Y él un poco cortado por todo aquello me respondió “tranquila, no pasa nada, disculpa, es que tu culo me ha encantado desde que te vi por primera vez en el hospital y quisiera tener la oportunidad de estar contigo a solas porque eres una mujer muy atractiva Lorena”. Finalmente me dijo que él estaba dispuesto a pagar todo el tratamiento de mi padre si yo tenía sexo con él. Por mi mente pasaban tantas cosas y mientras él me hablaba no puedo negar que mi vagina palpitaba pues hacía mucho tiempo que no tenía sexo con nadie y pues no puedo negar lo atractivo que era Julio.

Nos quedamos mirándonos fijamente y en ese momento nos besamos entre las luces de la discoteca, él me pegó a su cuerpo mientras sus manos tocaban mis nalgas y sentía ese gran bulto pegado a mí, salimos de allí, todo iba haciendo efecto, el alcohol, el momento, el placer, un conjunto de cosas que no sabría explicar se sumaron para que termináramos en su departamento.

Llegamos, al entrar me di cuenta que vivía solo, pero no solo eso, sino que además tenía un muy bonito apartamento en una zona muy famosa de la ciudad, me dice “siéntete como en casa”, colocó música y me sirvió una copa, luego se sentó a mi lado y me confesó que se moría de ganas por estar conmigo. Yo ya estaba excitada, mi tanga estaba súper húmeda, empezamos a desnudarnos entre besos y ambos estábamos muy calientes. Sus manos recorrían mis entrepiernas y me quitó toda la ropa para empezar a chuparme las tetas, ufff que delicia.

Él me comentó entre besos que había una sola condición para que él aceptara pagar todo el tratamiento de mi padre a lo que yo le pregunto “¿a ver Julio cuál es?” Y él me responde: “Quiero hacerte sexo anal, me encanta ese culo hermoso que tienes, desde que te vi no he parado de imaginarme dándote en cuatro por el culo, si te dejas hacer anal yo pago todo…”. Yo de inmediato ufff le dije que no, luego me dijo “todo va a salir bien quiero comerte el culo”. Yo era virgen por mi culo y al comentárselo se interesó cada vez más en rompérmelo.

Seguimos besándonos y entre yo estando resistida y él comiendo me puso en cuatro en la cama y lo primero que hizo fue ufff comerme el culo, diooos que rico, sentir su lengua pasar en círculo en mi culo y ufff que rico, yo no paraba de gemir, en fin ya estaba ansiosa, fue estimulándome el culo primero con un dedo y lubricante y luego metió dos, me tenía a su merced, era una sensación muy loca, pero ufff me estaba enloqueciendo este momento

En ese momento metió un pequeño plug en mi culo con mucho lubricante, y me dijo “estimúlate tú”, y él enseguida se dio la vuelta y puso esa enorme verga en mi boca, la cual no dudé en empezar a chuparla y que deliciosa, estaba toda llena de venas, me tenía loca. Me tomó por el pelo y de repente metió toda su verga hasta el fondo de mi garganta y yo casi me voy en vómito, fue una maldita locura jaja, pero me encantó.

Me sentía como una actriz porno, mientras con su mano izquierda tocaba mi culo y estimulada el plug, luego de estar mucho rato así chupándosela me volteó y aun estando en cuatro me la metió por la vagina y empezó a darme, yo estaba super húmeda, mis piernas temblaban y él me daba duro jalando mi cabello. Cada envestida me llevaba a un éxtasis que tenía mucho tiempo sin vivir y pues creo que el tiempo que había pasado lo compensaba al fin con una buena cogida.

Luego de estar un buen rato así empezó a sacarme el plug hasta que lo sacó, y allí estaba mi culito bien dilatado a lo que le dio otra mamada que me hizo ver la gloria puf que rico se sentía, yo solo quería que no parara de meter su lengua dentro de mi culo, y me movía como si estuviese bailando o haciendo twerking.

Entonces se levantó y me dijo “ya vas a ver que te va a gustar”, y comenzó a meterme la punta poco a poco y se iba sintiendo bien, estaba bien lubricada por eso no me dolía tanto. Comenzó a darme envestidas muy ricas y que placer experimentar por primera vez por mi culo, “joder Julio que rica cogida papi, sigueee no pares” le gritaba mientras él solo me daba nalgadas, me sentía como toda una perra en celo, mi vagina super húmeda y mi culo siendo usado por aquella enorme llena de venas, que placer.

Me cambio de posición y me puso de lado, que delicia, sentía como si su verga llegaba a mi ombligo jaja que delicia, mis gemidos inundaban la habitación y él no paraba de darme envestidas muy potentes, mientras con su mano derecha tocaba mis tetas y jugaba con mi pezón, me decía que era una perra, que le encantaba mi culo, que estaba super buena. Yo joder mi mente volaba, me sentía como si hacia una porno.

Luego de darme unas poderosas envestidas se levantó y me dijo “abre la boca voy a correrme”, me puso de rodillas y tenía tanta leche que me salpicó la cara y terminé bebiéndomela toda, él no sabía qué clase de perra había liberado.

Luego de esa noche seguimos viéndonos y pues mi padre tuvo el tratamiento que necesitaba y yo las buenas cogidas que me hacían falta para liberar el estrés, luego de esa noche tuvimos más aventuras desenfrenadas y excitantes.

(9,30)