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El apretado culo de mi tía Rosario

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Yesica y yo extrañábamos mucho coger con su mamá después que por meses hicimos el amor casi a diario, era tan caliente como nosotros y nos enseñó a disfrutar más el sexo y conocer nuestros cuerpos para darnos más placer. Antes que Melinda regresara con su amante Miguel seguimos insistiendo en tener sexo anal con ella, pero lo más que nos permitió fue meter nuestros dedos y lenguas en su hermoso culo. Después que regresó con él, ya no hubo más intentos y aunque a nosotros nos daba celos verla feliz, también nos daba gusto, porque se merecía esa felicidad, aunque fueran amantes.

Nosotros nos refugiamos en el porno, para levantar el ánimo de Yesica yo conseguí una o dos películas de Sylvia Saint, el amor platónico de mi novia y viendo sus películas y otras más, pasábamos nuestros ratos, fantaseando y haciendo el amor, yo ponía mi tronco entre sus nalgotas sin llegar a penetrarla y ella imitaba los movimientos de la película mientras se masturbaba. Le pedí que me dejara penetrarla a ella por el ano, pero me dijo que ese iba a ser mi regalo de noche de bodas, así que seguimos fantaseando con el sexo anal.

Un día me preguntó con cuantas mujeres había estado antes que con ella y le contesté que antes solo había sido mi tía Rosario, respuesta por la cual recibí una cachetada. Esperaba oírme decir que ella había sido la primera, pero siendo sincero, le dije la verdad. Ella conocía bien a mi tía pues como les mencionaba en mis primeros relatos, somos casi de la misma edad los 3. Me hizo contarle de algunas veces que hice el amor con mi tia y claro que todo esto se lo decía mientras la penetraba o ella me montaba y como ya les he contado, Yesica se viene delicioso imaginando esas situaciones de sexo. Yo también le saqué algunas verdades, me contó que con los amigos que la iban a traer a la escuela cuando empezamos a ser novios llegó a fajar con ellos, uno que otro le sobó las tetas y se las chupó y ella tuvo sus vergas entre sus manos, pero a ninguno le permitió meter la mano en su panocha y pues terminé siendo yo quien se quedó con su virginidad. Yo también me excitaba mucho imaginandola acariciar otras vergas o chupandolas, pero me dijo que a ninguno se la llegó a mamar, en eso también fuí el primero.

Después de varios días cogiendo y diciéndole a Yesica detalles del cuerpo y las cogidas con mi tía y claro de unos orgasmos deliciosos, ella me puso un castigo por no tener nuestra primera vez juntos. "Quiero verte cogiendo el culo de tu tía", me dijo. Y como siempre ha sido a nada le he dicho que no, así que comencé a planear cómo convencer a mi tía de darme el culo y que Yesica estuviera presente.

Después que nació el primer hijo de mi tía, ella venía de visita a la casa de mis abuelos, casi siempre acompañada por su esposo Víctor. Yo comencé a coincidir los días domingos con ella y Yesica me acompañaba, Víctor se comía con la mirada a mi novia y mi tía se daba cuenta y aunque no decía nada se le notaba molesta y celosa pero como se llevaba bien con Yesica, tampoco le decía nada yo creo que pensando en que habíamos cogido cuando vivíamos en casa de mis abuelos. En los momentos que estábamos a solas a mi tía le decía que extrañaba sus cogidas, chuparle su panocha y ponerla de a perrita, ella nada más se reía pero sabía que le gustaba oírme decir eso. Después de mucho insistir, de arrimarle mi verga parada en sus nalgas, tomar su mano y ponerla sobre mi verga, ella comenzó a ceder un poco, acariciaba mi verga y una que otra vez nos besábamos y cachondeabamos, aunque fuera por instantes. Todo esto se lo contaba a Yesica, quien se calentaba y me apresuraba para cogermela pronto.

Un día sábado llegó mi tía a casa de mis abuelos sin Víctor, pues él tuvo trabajo e iría hasta el otro día por ella. Aproveche para ir con Yesica a cenar con ella y mis abuelos, quienes después de la cena se fueron a acostar. Nosotros nos quedamos a platicar. Mi tía le dió leche de sus pechos a su hijo y se sacó una teta a lo cual Yesica se sorprendió y le preguntó que si no le dolía cuando el bebé chupaba y mi tía le contestó que un poquito, aunque también se excitaba. Los tres nos reímos con lo que dijo. El bebé se quedó dormido y lo fuimos a acostar al cuarto que compartiamos cuando vivíamos ahí, aún seguían las dos camas, así que acostó al bebé en una y en la otra ella se iba a dormir. Pero antes se metió a bañar. Yesica me dijo "Es hoy, hoy la convencemos". Nos empezamos a besar y ella me recostó en la cama, me sacó la verga y me la empezó a mamar y así nos encontró mi tía cuando salió del baño, nos preguntó qué hacíamos a lo que le dije: "otra vez me volviste a caer en la movida". Nerviosa fue y se sentó a un lado de la cama viendo como tenía a Yesica tomada del cabello y chupando mi verga, mi novia la miró y le dijo: "¿Quieres? Pruébala como antes lo hacías, Gery ya me contó", "Nadie va a decir nada". Mi novia le dejó su lugar y mi tía comenzó a mamarme la verga como antes lo hacía, con fuerza y como desesperada. Yesica le quitó la toalla en la que salió envuelta del baño y solo traía su pantaleta puesta. "¿No te vas a espantar?" Le pregunto mi tía a Yesica. "Claro que no, tú dale, pero te vas a aguantar tía". Mi tía estuvo chupando un buen rato mi verga, mordiendo mi tronco y metiéndoselo lo más que podía, se levantó para quitarse el calzón y preguntó si traía condones, pero no llevábamos ninguno, así que ella se puso a buscar en sus cosas y encontró algunos, me pasó uno, me lo puse y al momento ella se sentó y empezó un sube y baja delicioso, parecía que hacía de cuenta que Yesica no estaba ahí, quien se estaba masturbando sentada en una silla. Luego de un rato y mientras mi tía se mordía los labios para no gemir tan fuerte, se vino y sentía las contracciones de su panocha y le pedí que no dejara de moverse. Luego le pedí que me dejara chupar su panocha y así como estábamos puso su vagina sobre mi cara y comencé a chupársela mientras ella me quitó el condón y me la mamó muy fuerte, aunque no me vine, si sentía muy rico y Yesica disfrutaba del espectáculo. Así como tenía a mi tía empecé a meter mi lengua en su ano y ella empujaba culo hacia mi cara, acerque dos dedos a su ano y los metí poco a poco, aunque se quejaba no me retiraba y yo seguí hasta que pude meter tres dedos y ella no dejaba de chupar verga. Yesica se acostó cerca de mi cara y del culo de mi tía, disfrutaba ver mis tres dedos entrando y saliendo. "Ya está listo amor", me dijo Yesica y se puso de pie. "Te la voy a meter por el culo tía". Ella se acomodó en la orilla de la cama levantando el culo y apoyando sus tetas y cara sobre la cama, Yesica me acerco un frasco de aceite para bebé y eché un poco en mi verga y en el culo de mi tía que ya se veía abierto y un poco enrojecido. Froté varias veces mi verga en la raja de las nalgas de mi tía y cada vez que la cabeza de mi pito hacia presión en su ano, ella echaba el culo para atrás, ya lo necesitaba, igual que yo. Hice presión en su ano y me costaba mucho trabajo entrar, después de unos intentos y algo de dolor, ella dijo que no, que mejor ya no, voltee a ver a Yesica y leyendo sus labios me dijo "Métesela", yo asentí y empujé fuerte y entró la cabeza de mi verga, mi tía quiso safarse y me decía, "sácala, sácala, me duele mucho", mientras Yesica me hacía señas para que no la sacara. Ya le había roto el culo a mi tía, iba a ser peor sacarla y ya no tener oportunidad después así que la tomé de sus caderas y aunque ella seguía con la súplica de que la sacara y no me moviera yo seguía sujetandola fuerte y para ser sincero también sentía dolor en mi verga por la presión que su apretado ano hacia en mi verga.

Yesica estaba de pie a un lado mío sin pantalones ni calzones viendo como había desaparecido mi cabeza entre ese hermoso par de nalgas, vació un poco más de aceite en el ano de mi tía y mi verga, luego se hincó a un costado de mi tía quedando su cara a la altura de sus nalgas y metió una de sus manos bajo el vientre de mi tía buscando su panocha, mientras ella seguía gimiendo de dolor, Yesica encontró el punto exacto donde hacerla disfrutar y la empezó a estimular con sus dedos, mi tía se relajó y estaba empezando a sentir rico, mi novia me dijo "sigue metiéndola", lo cual obedecí, entraba un poco y me detenía y así aunque fueron varios minutos terminé por meter casi toda mi verga en ese culo tan apretado que seguía ahorcando mi pito. Mi tía gemía entre el placer que le daban los dedos de Yesica y la culeada que yo le daba, mientras que mi hermosa novia se daba placer con su otra manita. El aceite y que mi tía estuviera relajada hicieron que yo pudiera entrar y salir más rápido de nuestro primer culo y digo nuestro porque a partir de ese día, también fue culo de mi Yesica.

Mi tía Rosario gemía y gemía, yo entraba y salía más rápido de su culo que ya estaba abierto y ya no apretaba tanto y al mismo tiempo sentía la presión de los dedos de Yesica en la panocha de mi tía y en mis huevos y tenía su mirada fija en el mete y saca de mi verga en ese rico culo y así, viendo de cerca se estaba vieniendo con la masturbada que se daba, yo veía su expresión, se veía tan hermosa entrecerrando sus ojos y disfrutando su orgasmo en una de sus manos y el orgasmo de mi tía en la otra. Sus gemidos fueron tenues, pues no queríamos que nos fueran a sorprender mis abuelos. Mi tía ya no se movía, solo dejaba que tomándola de las caderas yo me diera gusto entrando y saliendo, y después de un rato de metidas me vacíe dentro del culo de mi tía, sentí que salió mucho esperma y esperé a que mi verga se pusiera un poco flácida para sacarla despacio, después de lo cual Yesica y yo vimos el interior de mi tía, de un color rojo intenso y escurriendo un poco de semen no tan blanco, más bien como amarillento por el lugar en donde lo deposité. Mi tía se puso de pié y dijo: "ya se me salió la leche", a lo que nosotros le respondimos que si, aunque nosotros nos referíamos a la de su culo, pero ella hablaba de la de sus pechos, pues por la posición en la que estaba estos se aplastaban sobre la cama. Se dirigió al baño mientras Yesica y yo nos besábamos. Luego me dijo que debería meterme a bañar, pues no olía yo muy bien, ella se puso su calzón y pantalón. Y esperamos a que saliera mi tía, quien se bañó de nuevo y Yesica le llevó la toalla y aprovechó para echarle una mirada a su cuerpo.

Me metí a bañar y cuando salí ellas platicaban sentadas en la cama, me dijo mi tía "están bien locos" y yo con una sonrisa le dije a Yesica, "¿donde hemos oído eso antes?", ya nos lo había dicho mi suegra.

Esa noche hasta ahí nos quedamos, nos despedimos de mi tía preguntándole si se volvería a repetir, a lo cual nos contestó que sí, nos fuimos contentos y emocionados. Yesica se quedó conmigo esa noche en el cuarto que rentaba. Hicimos el amor con mucho amor, de forma calmada, con besos, caricias y diciéndonos muchos te amo. Te amo mi hermosa Yesica, te amo para siempre, una frase que nos decimos hasta el día de hoy.

(9,10)