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El ex esposo de mi hija

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Lo conocí apenas él tenía 12 años, cuando nos mudamos de casa Y no más conoció a mi hija, se enamoró perdidamente de mi hija Kenya. Te puedo decir de Mi hija que fue una chica tierna y sencilla, pero cometí el error de reprimirla en Todo momento, jamás Kenya pudo expresar sus emociones o sus sentimientos por la idea errónea que una dama debe ser sumisa y obedecer siempre sin cuestionar y con el tiempo descubri que eso fue un grave error. Con el paso de los años Kenya se hizo novia de César, aquel chico que conocí apenas tenía el 12 años.

Sospechaba que algo había entre mi hija y Cesar, pero no lo había confirmado. Tiempo después descubrí que los últimos años en la escuela y todo el bachillerato fueron novios. Al parecer mis vecinos y padres de César sabían de esa relación y la aceptaban pues Kenya hasta ese tiempo era una chica buena, decente y amable. La represión y el rigor que le había impregnado a su crianza había funcionado bien, hasta ese momento.

Cuando Cesar termino el bachillerato tenia ya alrededor de 19 años y sus padres lo mandaron a estudiar a la Universidad, asi que tubo que mudarse de ciudad. Cesar había crecido en una buena familia, sus modales eran excelentes y tenia la cualidad de expresar de buena manera sus ideas de una forma clara, concisa y sin caer en las ofensas. Esa cualidad hacia que tuviera una capacidad de convencimiento increíble. Se podría decir que era un experto en convencer, pero su integridad moral lo hacían un buen líder y no un manipulador. De su físico lo que puedo decir es que tenia una muy atractiva apariencia, su piel era morena clara, y de cuerpo delgado aun que eso se lo atribuyo a su edad, y mas alto que el promedio. En cambio, mi hija Kenya, era una chica tímida un poco callada pero insistente en lo que quería, de su físico lo que puedo decir es que tenia mi mismo cuerpo, piel blanca de buena estatura, cabello largo y negro y una cintura bastante estrecha, sus caderas delgadas y pocas pompis pero abundantes pechos. Para ese tiempo Kenya tenia 18 años.

Paso un año completo y no hubo mayores noticias de Cesar ni de como le iba en la Universidad, en todo ese tiempo pensé que ya no tenía comunicación con Kenya y se había llegado el momento que mi hija también se mudara de ciudad para iniciar sus estudios universitarios. Para mi esposo y para mi fue muy duro dejar ir a nuestra hija, pues todo seria nuevo para ella. Ahí fue cuando empecé a sentir que fue un error haberla tenido tan sometida a nuestra disciplina pues para nuestra hija todo se había vuelto ajeno y extraño. Pero tuvimos que dejarla ir y Kenya tuvo que hacerse al mundo. A partir de esa ocasión nada volvería a ser igual, no sé qué paso en la universidad, pero la niña tímida y asustadiza que solía ser mi hija se fue convirtiendo en una persona segura, firme y de carácter muy fuerte. Todo le molestaba y casi no conversaba con nosotros. Cuando regresaba a casa a pasar las vacaciones de fin de año, apenas salía de su habitación, todo su mundo se había desarrollado en aquella ciudad lejana a la nuestra. Con el único que la veía conversar era con Cesar que también regresaba a casa a pasar las vacaciones de fin de año con sus padres. Pero mantuve la idea de que ya no eran novios, que su relación se termino cuando Cesar termino el bachillerato y se mudo de ciudad para iniciar sus estudios.

Los años pasaron y Kenya regreso a casa convertida en una profesional, nunca tuve mayor información sobre las amistades de ella en la Universidad o sobre las cosas que hacía en su tiempo libre, la verdad es que perdimos el control de nuestra hija. No paso mucho tiempo desde su graduación hasta que inicio a trabajar en una oficina jurídica, y aun me costaba trabajo ver a mi hija convertida en toda una mujer.

Una noche de domingo estábamos cenando reunidos en familia y con una agradable visita, Cesar estaba en la mesa con nosotros, el humor de Mi hija andaba bastante bien, pues sonreía y bromeaba conmigo y con su padre, Kenya tenía ya 27 años. cuando de sorpresa nos dio una noticia que en verdad no esperábamos pero que ya lo habíamos considerado. “Padres me voy a casar”, y con quien fue lo primero que pensé.

Cesar y Kenya se sonrieron y se pusieron de pie, y supe que el amor de Cesar por mi hija nunca se había terminado. Yo en verdad pensaba que Kenya nunca quiso en realidad a Cesar, pero hasta el momento no era algo con mayor relevancia. Lo que si debo mencionar es que Cesar me estaba pareciendo sumamente atractivo, pero jamás se me cruzaría por la mente tener algo con el pues yo ya tenía 52 años.

Tres años habían pasado desde esa tarde, en que recibimos la noticia de la boda y después de este tiempo al parecer habían iniciado los problemas en el matrimonio de Cesar y Kenya. Y mis sospechas habían resultado ciertas. Pues había un tercero en ese matrimonio. Cesar era un buen hombre, bastante suave de carácter y complaciente, pero al parecer Kenya necesitaba un tipo que la pudiera dominar, y como no hay dos sin tres, ella se había vuelto una mujer infiel. Cesar no tardo en enterarse en que había otro en la vida de su esposa y la noticia lo destruyo. Su orgullo como hombre había sido destruido y según supe una numerosa cantidad de ideas rondaban su mente y lo único que podía hacer era iniciar los trámites de divorcio.

Cesar se comunicaba conmigo constantemente, pues lo conocía desde que era un niño, y ante los reclamos que como padres le hicimos a Kenya esta opto por alejarse aun mas de nosotros, al punto que la comunicación era escasa o mas bien dicho nula. A pesar de la separación, mi esposo siempre invitaba a Cesar a casa para ver el futbol y tomarse algunas cervezas incluso la habitación de Kenya siempre estaba disponible para Cesar para que durmiera ahí las noches que se quedaba hasta tarde viendo el futbol con mi esposo y creo que en una de esas noches fue que empezó todo.

Una tarde de domingo recibimos la visita de Cesar, mi esposo lo había invitado a cenar y beber unas cervezas, el tiempo paso bastante rápido y a eso de las nueve de la noche me dirigí a mi habitación, me quite la ropa del día y me puse ropa para dormir, confiando en que unos minutos después Cesar se marcharía y mi esposo se encargaría de cerrar y apagar las luces de la casa, y me dormí. Eran ya pasadas las diez de la noche cuando desperté y escuché que la tv aun estaba encendida y los dos hombres bien dormidos y bastante ebrios. Desperté a Cesar y le pedí que me ayudara a llevar a mi esposo a la habitación, y tambaleando nos dirigimos los tres hacia la habitación, Cesar me ayudo hasta dejar a mi esposo en la cama y se salió rápidamente. Desvestí a mi esposo y lo deje acostado en la cama y sali nuevamente de la recamara. Me dirigí donde estaba Cesar y le invite a que se quedara a dormir en casa pues seria irresponsable que se marchara tan noche y para colmo que condujera tan ebrio y mas si apenas se podía parar, ayude a Cesar para caminar y lo sujete con mis brazos para trasladarnos a la antigua habitación de Kenya donde iba a quedarse a dormir.

Entramos a la habitación y al dar el paso tropezamos con la alfombra, lo que nos hizo caer de frente en la cama, me di un leve golpe en la pierna pero me levante rápidamente a pesar de tener un ligero dolor, pero Cesar se quedó acostado intentando girarse para ponerse de pie, al estar de pie volví a dirigirme hacia el para ayudarle a sentarse en la orilla de la cama y luego de eso me arrodille para soltar las cintas de sus zapatos, en ese momento Cesar coloco su mano sobre mi cabeza y acaricio mi cabello deslizando su mano hacia mi rostro, en ese momento experimente una sensación cálida y tierna que me dejo pensando durante los posteriores días.

En ese mismo momento coloqué mi mano sobre la mano de cesar y me puse de pie, nos sonreímos y le dije “solo solté las cintas de tus zapatos, si quieres duermes con ropa o como tu quieras, me voy para mi habitación”. Cesar me dio una mirada tierna, incluso sentí que sus ojos me pedían que no me marchara y la verdad es que deseaba quedarme. Pero sali de la habitación y me dirigí rápidamente a mi recamara. Me acosté junto a mi esposo y me quede pensando en que significo esa caricia y que fue esa sensación de querer quedarme en la habitación con mi ex yerno. El corazón me palpitaba muy fuerte y las manos me temblaban, en realidad no había una causa fuerte para tal sensación. Me acomode y poco a poco me fui quedando dormida.

Al día siguiente me desperté muy temprano por la mañana, aún estaba oscuro pues no había amanecido por completo. Me dirigí muy adormitada hacia el baño y al regresar a mi habitación me voy percatando que la puerta de la habitación donde estaba Cesar había quedado abierta, había olvidado por completo que Cesar estaba en casa y yo ahí de pie, cubierta con una prenda de dormir llamada camisón que apenas cubría mis caderas y para colmo sin ningún tipo de ropa interior, por suerte Cesar aun dormía. Al parecer la borrachera de la noche fue tan fuerte que mi ex yerno no se había podido quitar la ropa, solo se quito los zapatos y se quedo dormido. Apenas se había cubierto el pecho con una manta. Me quede unos segundos viéndolo pero como aún estaba oscuro decidí dar unos pasos y entrar a la habitación. Al verlo enseguida recordé que a los hombres jóvenes se les pone erecto su miembro en las madrugadas y en efecto un gran bulto asomaba en el pantalón de Cesar, ahí se me desempañaron por completo los ojos y nuevamente empecé a temblar como en la noche. No pude más y me sali de la habitación.

Regrese de inmediato a la habitación, un temblor invadía mi cuerpo, pero algo completamente extraño me estaba sucediendo. Como lo mencione antes solo traía puesto un camisón y pude sentir como un ligero hilito de fluido corporal bajaba por mis piernas, regrese otra vez al baño pero no pude evitar quedarme a la entrada de la habitación donde estaba Cesar, me detuve y me quede observándolo, el aun dormía y de paso hasta roncaba pero el bulto en su pantalón no había desaparecido, no se en realidad que pasaba por mi mente en ese momento pero mis manos se dirigieron hacia mi entrepierna y sin poder evitarlo empecé a acariciar ni vientre y un poco más abajo hasta llegar a mis labios vaginales.

Un momento después por mis piernas bajaban las pruebas de un pecaminoso orgasmo, un blanquecino y espeso fluido escurría de mi intimidad y a mis 55 años sentí un desmesurado morbo por mi ex yerno. Y Si me había masturbado viendo a Cesar mi ex yerno. En esos momentos regrese a mi habitación me sentía mal la pena moral me mataba, pero por otra parte, en verdad que sentía un gran alivio en mi interior. Hacía mucho que no tenia sexo y menos tener orgasmos.

Regrese nuevamente a la habitación y me quede en mi cama y volvi a dormirme. Era media mañana cuando desperté y Cesar ya se había ido.

Resentí mucho que no me despedí de el pero inmediatamente le envié un texto y pasamos conversando todo el día. Cesar me pregunto si podía venir a casa durante el dia, mientras mi esposo esta trabajando, yo le comente que no había problema pero que seria mejor que nos viéramos en otra parte pues durante el dia solo yo pasaba en casa y no seria correcto estar solo nosotros dos, pero Cesar insistió y quedamos de vernos la próxima semana.

Se llego el dia de vernos y efectivamente estaba sola en casa, el hecho de saber que estaría a solas con Cesar me hizo querer verme muy bien y desde temprano empezó la jornada. Una buena ducha el maquillaje suave y adecuado y un vestido blanco. Obviamente mi sostén blanco y un delicado cachetero de encaje que hacia remarcar mis curvas de mujer madura. Eran las 9 de la mañana cuando llego Cesar y por mi parte no dejaba de pensar en lo que había pasado la ocasión anterior. Lo Invite a pasar y tomar asiento en la sala, Cesar se mostró bastante amigable y sonreía incluso hacia una que otra broma, parecíamos dos buenos amigos y no una suegra con su yerno.

Me comento que la noche que se quedo a dormir en casa había perdido un pequeño objeto de mucho valor sentimental para el y que, si podía pasar a la habitación a buscarlo, quizás se le había caído del bolsillo del pantalón. “Por su puesto” le respondí y caminamos hacia la habitación.

Entramos y enseguida Cesar se colocó en el piso, como buscando algo bajo la cama, de inmediato encontró lo que buscaba, era un llavero con una foto de Kenya. A pesar de todo Cesar aun quería a mi hija. Me mostro el llavero que había recogido del piso y me dijo

“Sabes Tania este es el único recuerdo que me permitiré tener de Kenya, he decidido olvidarla por completo y darle un giro a mi camino, se que no será fácil pues desde que la conocí cuando yo tenia 12 años me enamore profundamente de ella y no es por agradarte o algo parecido pero quisiera que sepas que no ha habido otra mujer en mi vida, la única mujer que he besado ha sido Kenya y de igual forma la única mujer que conoce mi cuerpo es Kenya”

De ninguna manera esperaba esa confesión, pues Cesar es un hombre sumamente atractivo y siempre creí que tenía mujeres a disposición y aun sigo manteniendo esa idea, con la diferencia de que al parecer rechazo a toda aquella que se le acercaba con otras intensiones diferentes a las de amistad. Salimos de la habitación y nos dirigimos a la sala de estar y seguimos platicando de uno y otro tema, pero después de esa conversación en la habitación, nunca más en la vida volvimos a tocar el tema de mi hija. Para el resto de la familia Kenya se volvió una desconocida pues su ausencia había causado ese efecto en todos aparte de eso ella así lo había querido. Cesar se volvió por así decirlo un poco mundano, salía de fiesta en las noches y en repetidas ocasiones invitaba a mi esposo y se iban a bares y seguramente a visitar prostitutas, aunque eso nunca lo confirme. Había pasado mas de un año desde la separación de mi hija con Cesar y una madrugada de domingo sucedió lo que tanto había temido.

Un agente policial llamo al celular de mi esposo para informarle que Cesar estaba en el hospital central de la capital del país, había sufrido un fuerte accidente mientras conducía con un alto grado de alcohol en su organismo. No esperamos ni que amaneciera, salimos de casa inmediatamente hacia el hospital y los pronósticos de su situación eran desalentadores. Había sufrido lesiones en su columna y fractura en la pierna, al parecer el impacto había sido tan grande que su fémur se había salido de su posición normal en su cadera y había causado heridas internas, aparte de eso golpes y heridas superficiales. El doctor nos comento que era algo casi increíble que estuviera vivo, no pude contener las lágrimas y empecé a llorar abrazada a mi esposo. Cesar paso en el hospital varias semanas enyesado de varias partes de su cuerpo. Con el tiempo empezó a mejorar, pero apenas tenía movilidad en sus manos y su cabeza.

En una de las visitas que le hicimos a Cesar, su médico de cabecera nos comentó que le daría de alta para que el resto del tiempo de recuperación lo pasara en casa y algo que no esperaba era que mi esposo ofreciera nuestra casa para que cesar estuviera ahí con nosotros, pues la casa de los padres de cesar no estaba en buenas condiciones para albergarlo y de alguna manera me sentí muy bien al saber que el estaría aquí en casa.

El día se llego y empezamos los preparativos para recibirlo, adecuamos una habitación y los utensilios que tendríamos que usar para darle los cuidados pertinentes, la mayor parte del tiempo el pasaba dormido, esto era por los medicamentos que se le aplicaban para controlar el dolor. Después de unos 6 meses de estar en casa, ya le habían retirado buena parte de los yesos que le habían colocado, solo usaba una especie de arnés que le daba más estabilidad a su columna, pero no había movimiento en sus piernas y apenas lograba mover los brazos, fue en ese tiempo que empecé a tener una mezcla de sentimientos para Cesar, una especie de lastima un apego extraño que se podría decir que era amor y quizás atracción. Todos los días le daba un baño con una esponja, le tenía que quitar el arnés y lavar su cuerpo, después de eso lo dejaba en la cama desnudo para secar su cuerpo. Se hizo costumbre que al momento de lavar la ropa yo usaba un camisón, un short o a veces incluso lo hice solamente en ropa interior. Siempre terminaba bien mojada así que me pareció bien hacerlo de esa manera. El cuerpo de Cesar había cambiado mucho, se había puesto completamente delgado y toda su masa muscular había desaparecido, ya no era el hombre sumamente atractivo que una vez fue, pero aun así en mis ojos seguía pareciendo un hombre maravilloso y espectacular.

Una mañana después de que mi esposo saliera al trabajo me dispuse a darle una ducha a Cesar, entre a la cocina y puse agua a calentar y me dirigí hacia mi habitación, me quite el pantalón de lycra que andaba y la playera y me quede solo en ropa interior, ese día andaba un cachetero que más parecía bóxer corto de hombre y mi sostén, entre a la habitación de cesar, llevaba una cubeta con agua tibia y empecé a desnudarlo, mientras lavaba su cuerpo con la esponja empecé a notar algo diferente, sus ojos estaban abiertos, él estaba despierto. Si me sorprendió, pero de igual forma sabía que Cesar no estaba consciente de lo que estaba pasando. Seguí lavando su cuello y empecé a hablarle aunque no me contestara, tome la esponja y la deslizaba por su cuerpo, tallando con delicadeza su frágil y pálida piel, tome con mi mano su pene y empecé a notar que no estaba completamente flácido como en las ocasiones anteriores, es más, parecía que tenía una erección. Su misma firmeza me permitió alar su piel y descubrir por completo su glande y limpiarlo de mejor manera. No es posible describir lo que pasaba por mi mente en esos momentos porque sentí incorrecto estar en ropa interior y con el pene erecto de mi ex yerno en mis manos, así que me apresure a terminar la tarea, lo deje desnudo un momento para que su piel recibiera aire y se secara para poder volverlo a cubrir con ropa limpia y colocar su arnés, limpie el resto de agua derramada y sali de la habitación. Ese día me comunique con el médico para comentarle lo sucedido y me explico que era posible que Cesar estuviera reaccionando a los estímulos y era posible que sus nervios estuvieran sanando, también me recomendó seguir estimulándolo y siempre hacerle los ejercicios de movilidad. Esas palabras me alegraron mucho y de alguna manera empecé a ver una luz de esperanza para Cesar.

Las horas pasaron y era de noche cuando regreso mi esposo de trabajar, me acompaño a darle de comer a Cesar y luego lo dejamos listo para dormir. Pero en la madrugada como era costumbre me levanté a ver como estaba el, entré a la habitación y solamente vestía mi habitual camisón y sin ropa interior, no quise prender las luces, nos quedamos en lo oscuro. El estaba dormido así que me recosté a su lado y empecé a tocar sus brazos, su pecho y le di unas caricias en su vientre, en eso note que el bello de su parte intima había crecido mucho y pensé que en la mañana lo recortaría. No logre contener los impulsos y mi mano se dirigió hacia su pene que estaba completamente flácido a lo que me pareció gracioso y mas recordar que hacia unos años con solo verlo tuve un culposo orgasmo. Seguí acariciando su pene, sus testículos y un sentimiento culposo me invadió y no pude mas que levantarme de la cama sin antes darle un beso en su mejilla muy cerca de su boca y abandone la habitación y me dirigí hacia mi recamara.

Por la mañana continúe con la rutina siempre, entre a la cocina a poner agua a calentar y regrese a mi habitación para desvestirme, sali nuevamente ya en ropa interior y me dirigí otra vez a la cocina para retirar el agua, busque la máquina de afeitar y continúe hacia la habitación de cesar. Empecé a quitarle la ropa y el arnés de su columna para iniciar a frotar su cuerpo con agua y la esponja. Aun no estaba segura en si rasurarle sus partes intimas pero tuve que hacerlo, cesar estaba despierto y me alegro mucho así que empecé a afeitarlo, primero cubrirlo con espuma de jabón y luego con mucho cuidado para no causarle ningún daño, en unos segundos su pene estaba muy duro mientras lo depilaba y los latidos de mi corazón aumentaron, seguí realizando la tarea hasta que había retirado todo el bello de su vientre y sus testículos, mi cuerpo temblaba de nervios al ver su pene completamente erecto, y no pude contener sentir la humedad en mi entrepierna, mi vulva estaba que derramaba un blanquecino y viscoso néctar y mi ropa interior completamente empapada de esos fluidos que salían de lo más íntimo de mi cuerpo, no logre controlarme y sujete fuertemente su pene con mis manos y en un momento le baje la piel que cubría su glande, volví a subir su piel y continúe haciéndolo en repetidas ocasiones hasta que al cabo de unos segundos se derramaba en mi mano abundante semen, caliente con su olor particular y pegajoso.

Sin querer había masturbado a Cesar, no medí las consecuencias de lo que podía pasar pero a la vez sentía cierta satisfacción por lo que acababa de pasar, sali inmediatamente de la habitación con mi mano cubierta de semen y al estar en mi recamara no pude mas que acariciar mi vulva, sentí el exceso de humedad y la calidez en los pliegues de los gruesos labios que recubren mi cavidad vaginal, y al reaccionar me di cuenta que el semen que estaba en mis manos se había mezclado con mis fluidos mientras frotaba con mis dedos mi caliente vulvita, en realidad que no pude dejar de frotar mis dedos sobre mi clítoris y más de uno lo introduje en mi húmeda vagina, a penas logre mantenerme de pie y recostada sobre la pared, hasta que los espasmos y contracciones de un delicioso y pecaminoso orgasmo hacían convulsionar todo mi cuerpo. La tela de mi tanga no pudo seguir absorbiendo los fluidos que emanaron de mi cuerpo y estos se derramaron y corrieron por mis piernas hasta caer al piso y con ellos me deje caer en el suelo, cansada y jadeante. Un profundo sueño invadió mi ser y quede dormida en el piso por unas cuantas horas.

Cuando desperté era ya tarde y mi esposo regresaría de trabajar de un momento a otro, me dirigí rápido al cuarto de baño, tome una ducha rápida y sali a ponerme ropa e inmediatamente regrese a la habitación donde esta cesar, el estaba justo como lo había dejado completamente desnudo y con una buena cantidad de semen cristalizado en sus piernas y su pene, lo limpie rápidamente y lo volví a cubrir con su ropa habitual. Mientras lo arropaba cesar abrió sus ojos y me miro fijamente, pudo haber sido mi imaginación, pero una sonrisa se dibujó en su rostro y algo inesperado fue que Cesar logro mover su brazo para colocar su mano en mi hombro, en ese momento sentí un fuerte nudo en mi garganta y no pude mas que echarme a llorar sobre el cuerpo de Cesar. Entre lagrimas lo deje arropado y cómodo para regresar en unos momentos para darle su cena.

Escuche que mi esposo había llegado a casa y sali a recibirlo, conversamos unos momentos, tomamos la cena y un poco después regrese con Cesar para darle su cena y dejarlo listo para dormir. Esa noche mi esposo me comento que los padres y hermanos de Cesar habían acordado que se lo llevarían hacia su casa, que era tiempo de que ellos se encargaran de cuidar a su pariente. Tuve que disimular en gran manera para que mi esposo no notara la tristeza que me había causado esa noticia y con el nudo en la garganta se llego la hora de dormir. Apenas logre dormir unas horas esa noche y como era costumbre me levante de la cama en la madrugada, vestida solo con mi camisón. Me dirigí hacia la habitación de Cesar y sin encender la luz en completa oscuridad. Separe un poco su brazo de su cuerpo y acomode mi cuerpo entre el suyo y su delgado brazo.

En unos momentos sentí que Cesar me abrazaba, eso fue suficiente para mi para hacer lo que había deseado desde que este era un adolescente y pase a torpemente besar su cuello, quite los botones de su bata y separándome de su cuerpo me coloque sobre el e inicie a besar su pecho, me detuve un breve momento sobre sus tetillas y frote mi lengua sobre ellas. Con mis rodillas apoyadas a cada lado del cuerpo de él me abalancé sobre su boca para darle un apasionado beso, metí mi lengua en su boca y mordí suavemente sus labios y la mejor respuesta a esto fue empezar a sentir su erección. Podría jurar que el correspondió a mis besos y no necesite mas para subir mi camisón, dejar descubiertas mis nalgas y sujetar su pene para dirigirlo hacia mi vulva. Separé un poco más las piernas y me senté sobre el pene de mi ex yerno enterrándolo por completo en lo mas profundo de mi vagina. Movía mis caderas sobre su cuerpo, frotando mis labios vaginales y mi clítoris sobre su vientre y así pasamos unos minutos, a lo mucho habrán sido diez minutos hasta que sentí como su pene se ponía mas grueso y mi excitación aumento aún más, mientras su caliente semen se derramaba en mi interior yo también me derramaba sobre el, un fuerte orgasmo sacudió mi cuerpo, todos mis músculos se contrajeron y por poco siento como mi respiración se detenía, tuve miedo de que mi esposo me escuchara pero a la vez no quería parar de disfrutarlo y de alguna manera no me importo mas lo que pudiera pasar, me había convertido en un ser puramente de instintos. Le había hecho el amor a Cesar el ex esposo de mi desaparecida hija en los tiempos en que Cesar no podía ni moverse, cualquiera diría que había abusado de mi ex yerno. Pero la sensación de haber sido correspondida por un beso me dio la libertad y el pase de hacer todo lo que había deseado por muchos años.

La mañana había llegado y los familiares de Cesar estaban en casa, me agradecieron grandemente por todos los cuidados hacia su familiar y pasaron a llevárselo de mi casa. Durante varios años no supimos prácticamente nada de Cesar ni de sus familiares, hasta el dia de mi cumpleaños, celebraba mis sesenta años y recibi una carta, que me decía que recordaba todo lo ocurrido y que quería verme, el remitente era Cesar.

(9,50)