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El hechizo de Bannete: Captura y hechizo

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—Y la ganadora del Concurso Pokémon de Ciudad Goldenrod es... ¡May Balance de Ciudad Petalburgo! —anuncio la bella Lilian con júbilo mientras le entregaba a la coordinadora oriunda de Hoenn el listón del concurso, quien un poco sorprendida subía al escenario para recibir su tan codiciado último listón.

Y mientras May recibía el listón y los aplausos del público, también recibía lujuriosas miradas de gran parte de la audiencia masculina, y no era para menos ya su atuendo de odalisca resaltaba su definida y juvenil figura de forma espectacular.

Y el cual consistía de un ajustado top de color naranja con bordados dorados, el cual no solo dejaba su firme abdomen al descubierto sino que resaltaba aquel delicioso par de pechos talla 95, una elegante y larga falda de seda violeta, que a pesar de cubrir por completo sus torneadas piernas también las insinuaba de forma sensual, con una especie de cinturón, con el mismo color y diseño del top, justo debajo de su ombligo y para completar su imagen usaba un tocado con una gema verde y un velo del mismo color que su falda, el cual le daba un toque exótico.

Y en medio de todos los espectadores que ovacionaban a la joven de cabello castaño y ojos azules por su triunfo, o que la devoraban con la mirada, se encontraba un coordinador de cabello morado que miraba fijamente a la chica.

"Asi que participará en el Gran Festival. No se si sentirme amenazado o emocionado" pensó aquel coordinador mirando con atención a la chica antes de salir del estadio con una sonrisa en su rostro. Y dicha persona era nada más y nada menos que la última persona a la que cualquiera esperaría ver ahí: Harley, el eterno y el más aguerrido rival de May.

Varios minutos después la hermosa coordinadora, quien de nueva cuenta estaba usando su atuendo habitual, se encontraba en la recepción del auditorio en donde se llevó a cabo el Concurso y estaba usando uno de los videófonos del lugar con la intención de llamar a sus padres e informarles de su triunfo.

Sin embargo...

"Usted habla a casa de la familia Balance. Lamentablemente no estamos en casa pero deje su mensaje y nos comunicaremos en breve con usted" respondió alegremente la grabación que su madre Caroline había puesto a modo de buzón.

— ¡Otro mensaje grabado! ¡Pues discúlpenme por seguir viva, sólo quería que lo supieran! —reclamo la hermosa coordinadora bastante molesta antes de colgar el aparato con fuerza y una vez que vio que la pantalla se ponía en negro lanzó un suspiro de frustración.

"Imagino que papá estará muy ocupado en el gimnasio, como siempre, y que Max estará tomando algún aburrido curso del cual me presumirá hasta el cansancio cuando vuelva a casa. ¿Pero adonde habrá ido mamá?" se preguntó la castaña con curiosidad antes de salir de lugar.

Ya había pasado casi un mes desde la última vez que la coordinadora había podido hablar con sus padres, por lo cual los extrañaba un poco; Sin embargo la furia del momento hizo que una maliciosa e impulsiva idea cruzará por su mente y la hiciera sonreír.

— Ya que todos en casa están tan ocupados... No creo que les importe mucho si desaparezco del radar por unos días, después de todo se acerca el Gran Festival y un buen descanso de todo y de todos me vendría muy bien —mencionó la chica con emoción mientras sacaba su Pokégear y miraba algunas opciones hasta que...

— ¡Ciudad Olivine, prepárate para la increíble May Balance! —exclamo la hermosa joven con alegría y levantando su puño con fuerza, al imaginarse unos bien merecidos días de descanso en la playa, sin sospechar que muy cerca de ella había una figura que había escuchado todos sus planes y sonreía con malicia.

“Eso suena muy interesante, cariño. Entonces con mucho gusto te ayudaré a desaparecer" pensó Harley con una sonrisa antes de comenzar a seguir a su rival.

Y la primera parada del nuevo viaje de May fue la guardería, ubicada en las afueras de la ciudad, en donde había dejado a todos sus pokémon para disfrutar totalmente de sus vacaciones, y que ellos estuvieran bien cuidados durante su ausencia. Después de lo cual regreso a la ciudad para buscar la agencia de viajes, de la cual salió a los pocos minutos muy alegre y con varios folletos en sus manos.

“¡Veamos, veamos! ¿A dónde podría ir?" pensaba la coordinadora mientras veía todas las opciones de destinos turísticos y planes de viaje que había en sus folletos, de hecho ella iba tan distraída que no se daba cuenta que acababa de entrar en un callejón y de que había alguien frente a ella hasta que chocó con él.

—Por favor, discúlpeme no me fijé por donde iba —ella trató de disculparse antes de darse cuenta de que había chocado con un pokémon y no con una persona, aunque no tardó mucho en darse cuenta de que aquel no era cualquier pokémon sino uno que ella conocía muy bien, pero antes de poder hacer algo recibió un certero Puño Drenaje que la dejo inconsciente.

Sin embargo May jamás tocó el suelo ya que el Disparo de Seda un Ariados detuvo su caída y la envolvió con fuerza, de forma que su cuerpo quedó envuelto en una especie de capullo que ambos pokémon tomaron antes de retirarse del lugar.

Algunas horas más tarde...

"¿Que pasá? ¿En donde estoy?" se preguntó May muy aturdida y abriendo poco a poco sus ojos, y a pesar todo parecía darle vueltas ella no tardó en notar que se encontraba colgada y amordazada en una habitación, y que por los pocos detalles que podía apreciar parecía ser la habitación de un hotel de lujo.

— ¡Veo que por fin has despertado, cariño! —le dijo una voz maliciosa, una muy familiar para ella.

"¡Harley! ¡Maldito hijo de Giratina!" trato de gritar la chica, pero al estar amordazada lo único que salía de su boca eran palabras incomprensibles

—Por tu expresión no me parece que estés usando un lenguaje apropiado para una coordinadora de tu calibre, querida —se burló el orgulloso chico al ver como su presa trataba de soltarse.

“¿Qué pretendes hacer ahora?" replicó la chica irritada y moviéndose de forma frenética en un intento de liberarse, pero todo era inútil.

—Por más divertido que sea verte retorcerte creo que lo mejor es quitarte esto, de lo contrario no podremos conversar —respondió Harley como si aquella bizarra situación se tratara de una habitual charla de amigos mientras removia la mordaza que silenciaba a la chica

— ¡AUXILIO, POR FAVOR! ¡UN LUNÁTICO ME TIENE SECUESTRADA! ¡ALGUIEN AYÚDEME! —clamó May a todo pulmón en el instante en que su boca fue libre, sin embargo la sonrisa que se formó en el rostro de su captor le decía que era inútil.

—Querida, por favor no maltrates tu linda garganta, aquí no hay nadie más que tú y yo —respondió el coordinador, mientras se tallaba sus orejas, antes de continuar —¿En verdad creíste que te traería a un lugar en donde alguien pueda arruinar la diversión? Yo creía que eras lista, cariño.

— ¡Maldito Harley! ¡Solo espera que te ponga las manos encima! —exclamo la chica de cabello castaño más furiosa que nunca, pero al coordinador no parecía que las amenazas de la chica le importaran en lo más mínimo, ya que el sólo se limitaba a mirarla fijamente con una sonrisa en el rostro.

—Te has dado cuenta de que siempre es lo mismo entre nosotros, cariño. Viajamos, competimos, nos encontramos en el Gran Festival y de forma milagrosa siempre me derrotas. Como si fuera cosa del destino —relato el chico con una voz tranquila que May jamás había escuchado antes de dirigirse a un estante y sacar una muñeca de trapo.

Al verla May no pudo evitar sentirse algo asustada, ya que dicha muñeca era idéntica a ella, y esa sensación sólo aumento al ver que Harley saco de su bolsillo una navaja de mariposa y de un rápido movimiento rasgó la espalda de la misma.

— ¡No me asustas, lunático! —respondió May a lo que creía que era una amenaza, aunque en realidad si estaba asustada y no quería darle a su captor esa satisfacción.

—No me malinterpretes linda. Si en verdad quisiera eliminarte mi Cacturne y mi Ariados ya te hubieran dejado sin fluidos corporales —respondió Harley con calma, mientras se acercaba a ella para quitarle el guante que usaba en su mano derecha y con extremo cuidado cortar las uñas de la misma.

—Después de todo eres mi hermosa rival, May Balance, y por mas que te deteste el mundo es mucho más divertido si tu estas en él —dijo el mientras repetía el procedimiento con su mano izquierda y una vez que termino tomó la muñeca, colocando con cuidado cada una de las uñas cortadas en su interior, antes de coserla con un hilo de color rojo.

— De hecho si soy honesto conmigo mismo debo decir que ya no te odio, sino todo lo contrario, mi querida May. Yo he empezado a desearte —dijo el coordinador, sacando una pokébola para liberar a su Banette, mientras le dedicaba a la chica una sonrisa que la dejo helada.

— ¿¡De qué Giratinas estás hablando, Harley!? —preguntó May presa del pánico y la sorpresa.

—Es muy simple, linda. ¡Yo me enamoré de tí! ¡Y te aseguró que vas a ser toda mía, en cuerpo y alma! —declaro el con calma, aunque sin contener el deseo que había en su voz.

—Siempre creí que eras así porque necesitabas tener algún amigo, pero ahora... ¡Me doy cuenta de que eres un maldito enfermo! —respondió la chica con rabia, pero el sólo río.

—No lo negare, cariño —respondió el chico con calma antes de continuar —¡Me enferma el desearte y no tenerte! ¡Me enferma el buscarte con la mirada en cada concurso en el que estoy! ¡Me enferma soñar contigo cada noche! ¡Y me enferma haberme convertido en uno de los fanáticos que te apoya en los concursos! ¡Pero eso pronto cambiará, muy pronto! —dijo Harley con un tono de locura antes de sacar una caja y abrirla, revelando que en su interior habia lo que parecía ser un pedazo de carbón con brillantina.

—Dime algo preciosa ¿Tu crees en la Magia Pokémon? —preguntó Harley mientras que su Banette tomó el contenido de aquella caja, y sin esperar alguna orden de su entrenador lo devoró, de forma que unos momentos después una especie de denso y antinatural humo negro salió de su boca para envolver a la muñeca y después comenzar a hacer lo mismo con su cuerpo.

— ¡¿Esto no tiene sentido!? ¿¡Que Giratinas me estás haciendo Harley? —clamó una histérica May en cuando el humo comenzó a entrar a través de su boca.

"Este es mi fin" pensó May con desesperación al sentir una horrorosa sensación de asfixia, aquel humo la estaba ahogando y ella no podía hacer nada para detenerlo, sólo sentir como su cuerpo ardía de adentro hacia afuera a medida que el aliento le faltaba y cuando sintió que estaba a punto de desmayarse...

El pokémon marioneta tomó la muñeca y de un bocado la devoró haciendo que sus maliciosos ojos rojos brillaran de un siniestro color rojo.

— ¡Excelente Banette! ¡Por fin está hecho! —dijo Harley complacido antes de acercarse a su presa y usar la daga para liberarla de sus ataduras.

Una vez libre a la coordinadora le costó un poco recuperar la movilidad de su cuerpo, pero mientras lo hacía se enfocó únicamente en eliminar al despreciable intento de hombre que estaba frente a ella sonriendo.

— ¡Voy a matarte, Harley! ¡Maldito cretino...! —exclamó la furiosa coordinadora antes de arrojarse sobre él con todas sus fuerzas, dispuesta a molerlo a golpes, cuando...

— ¡Quieta, cariño! —ordenó Harley y para la sorpresa y horror de May su cuerpo se detuvo de inmediato.

— ¿Qué está pasando aquí, Harley? ¿Que me hiciste, maldito? —preguntó una aterrada May mientras intentaba moverse aunque fuera un centímetro más, aunque era inútil, ya que su cuerpo no obedecía ninguna de sus instrucciones.

—Es muy simple, linda. ¡Ahora estás bajo mi hechizo! —respondió Harley con una sonrisa, una sonrisa que de inmediato helo el corazón de la joven al estar llena de malicia y lujuria.

—¿De qué estás hablando ahora, maldito infeliz? —preguntó May, aún tratando sin éxito de moverse

— ¿Recuerdas que hace unos momentos te pregunté si creías en la Magia Pokémon? —le cuestiono el coordinador con aquella sonrisa que tanto odiaba.

— ¡¿Magia Pokémon?! ¿Acaso esto es acaso una mala broma? —inquirió ella con incredulidad.

—Bueno, debo de decir que yo también estoy muy sorprendido por lo bien que esto funcionó, cariño. Todo esto fue bastante costoso, pero me da gusto ver que valió la pena.

— ¿Y qué es lo que quieres, maldito enfermo? —preguntó May llena de ira e impotencia.

—Ya te lo dije, cariño. Te amo y te deseo ¡Y serás mía por las buenas o las malas! —dijo él mientras se acercaba a tocar el rostro de May

— ¡Nunca! ¡Hechizada o no, yo jamás seré tuya! —respondió la chica tratando de alejar su mano de su piel.

—Eso ya lo veremos, preciosa. Pero no dudes que domarte será una verdadera delicia y lo voy a disfrutar como no puedes imaginar —contesto Harley acariciando la tersa piel de la castaña antes de tomarla de la mano.

— ¡Ahora ven conmigo! —le ordenó mientras la conducía hasta el amplio sofá de la estancia, y por más que lo intentaba May no podía encontrar la forma de resistirse a sus indicaciones, en esos momentos la chica era prisionera de su propio cuerpo por lo que el coordinador tenía el control total de la situación.

—¡Topless, linda! ¡Siempre he querido saber si esas bellezas son naturales! —dijo Harley con lujuria y sin quitarle la vista de encima a los desarrollados pechos de la chica de Hoenn, quien de nueva cuenta trataba de luchar contra el maléfico influjo que dominaba su cuerpo.

Pero todo era inútil ya que totalmente en contra de su voluntad las manos de May tomaron el borde de su blusa y comenzaron a subirla por su terso abdomen hasta revelar sus impresionantes pechos cubiertos por un sencillo sujetador de algodón blanco, antes de removerla por completo y arrojarlas al suelo.

Por su parte Harley tomó asiento en el sofá y con una gran sonrisa disfrutaba de cada segundo del erótico espectáculo y de la inútil lucha que May hacía para tratar de detener a su propio cuerpo.

— ¡Quién lo diría! ¡En verdad son naturales! —exclamó Harley sorprendido en cuanto el sujetador de la chica cayó al suelo, por lo que sin perder el tiempo rápidamente se acercó y empezó a acariciar con descaro su suave piel.

—¡Harley, detente por favor! —suplico la hermosa coordinadora mientras su rostro se teñía de un adorable color rojo de vergüenza, y tratando de negar lo mucho que la excitaba en el fondo.

—¿No vas a decirme que no te gusta, cariño? —le preguntó Harley con una sonrisa lujuriosa mientras sus manos recorrían cada centímetro de los pechos de la chica antes de apretar suavemente su pezón derecho.

— ¡Claro que no! ¡Eres un miserable cretino y pervertido! ¡Y te detesto! —le gritó May furiosa y con su rostro enrojecido de vergüenza.

—Pero tus lindos pezones cuentan otra historia, cariño ¡Tu podrás mentirme, mi querida May, pero tu cuerpo sabe lo que quiere! ¡Y se que a tus lindos pechos les encanta esto! —exclamó Harley mientras tomaba los pezones de la joven entre sus dedos y los apretaba con firmeza.

— ¡Harley maldito! ¡Espera! —grito la chica con voz entrecortada, tratando de controlar su creciente excitación, pero su captor no detenía su labor.

—Vas a amar esto, cielo —soltó el chico de cabello morado y sin más procedió a llevar el erecto pezón de May a su boca

— ¡No te atrevas, maldito! —exclamó May en cuando se dio las intenciones del coordinador, pero el no prestó atención a sus súplicas y empezó a lamer y succionar los pezones de esta.

Sin embargo por más que lo deseará May no podía ser indiferente a las acciones de su captor, ya que su cuerpo comenzaba a temblar de placer y trataba de disimular sus suaves gemidos de placer con múltiples maldiciones.

—Ahh... Maldito... Ahhh... deja de lamerme... Ahhh —gritó la coordinadora con voz entrecortada mientras cerraba sus ojos y apretaba sus puños con fuerza.

— ¡Te dije que te iba a gustar, cariño! —le contesto Harley, recalcando cada una de sus palabras con una nueva caricia o una lamida, las cuales cada vez eran más intensas y lujuriosas.

—No... Ahhh... es... verdad... Ahhh —gimió May, dándose cuenta de que sus gemidos eran mucho más fuertes de lo que ella hubiera querido expresar, pero a Harley no le importaba que ella lo negara ya que continuó saboreando los generosos senos de May, acariciando lentamente su suave contorno y succionando con delicadeza sus rosados pezones.

—Eso fue muy divertido, cariño. Pero pasemos a algo mucho más interesante —mencionó Harley antes de ponerse de pie y caminar hacia la cómoda, en donde tomó su navaja, y volvió hacia donde estaba la chica.

—Muy bien, querida. Espero que estés lista, aunque no es como que importe —dijo el perverso coordinador al inclinarse y quedar justo a la altura de las bien formadas piernas de May, quien rápidamente supuso lo que su captor deseaba hacer.

— ¡No, por favor! ¡Eso no, Harley! —suplico May a punto de romper en llanto, recibiendo una risa cruel del coordinador como respuesta.

—Descuida, cariño. Lo deseo más que nada, pero eso será hasta que te haya domado por completo —respondió Harley con una gran excitación en su voz —Pero por el momento has una pose sexy para mí.

Una vez más May trato de luchar en contra de las órdenes de Harley, pero todo fue en vano, ya que sus piernas se levantaron para formar una V perfecta y ofrecerle a su captor una vista espléndida su parte más íntima.

Y con muchísimo cuidado y gran suavidad Harley uso la afilada punta de su navaja para desgarrar el ajustado short de May y revelar una atractiva panty rosa pastel, adornada con un adorable moño rosado, y decorada con una leve mancha de humedad.

— ¡Que sexy! —exclamó el coordinador al acercar su rostro para aspirar la suave esencia que se desprendía de la prenda íntima.

— ¡Muérete, maldito! ¡Muérete! —gritó la coordinadora en respuesta y cerrando los ojos con fuerza, la furia y la impotencia que sentía amenazaban con abrumarla, cuando sintió que la única prenda que protegía su intimidad fue cortada.

—He soñado con esto desde hace tiempo, linda —dijo Harley mientras retiraba la destrozada prenda para tener un mejor acceso a la intimidad de May y observar con atención el rosado coño de la chica cubierto con una pequeña mata de suaves vellos de color café.

—Tu coñito se ve tan delicioso, cariño... ¿Me preguntó si...? —dijo el coordinador de forma maléfica antes de sacar su lengua y sin ningún aviso comenzar a lamer la parte intima de la castaña, causando que los ojos azules de May se abrieran por la sorpresa y que un adorable rubor se formará en su rostro.

—En verdad estás deliciosa, cariño —menciono el antes de continuar su placentera labor sin ninguna prisa, tomándose todo el tiempo que fuera necesario para disfrutar del momento que tanto había deseado, mientras que su víctima se esforzaba para evitar gemir.

A la pobre May le resultaba extremadamente complicado resistirse a todas las nuevas y placenteras sensaciones que estaba experimentado y que amenazaban con abrumarla, por lo que apretaba sus puños y cerraba sus ojos con todas sus fuerzas.

— ¿Cuanto más vas a resistirte, cariño? ¿No seria mejor admitir lo mucho que te gusta lo que te estoy haciendo? —preguntó Harley al ver el sonrojado rostro de la chica, debido a la vergüenza y excitación que sentía, sin embargo ella no le respondió y apretó sus manos con mayor fuerza.

—Si es así como lo quieres, así lo haremos, cariño —dijo el coordinador antes de encoger sus hombros y continuar con su labor, con mayor pasión y dedicación que antes.

“No... No puedo... No puedo dejar que el gane” pensó May con desesperación mientras trataba de contener su ya inminente orgasmo, pero todo era inútil ya que una placentera ola de calor recorría su cuerpo de pies a cabeza, y por más que lo intentará ya le era imposible evitar lo que pasaría.

—¡¡¡MALDITO!!! —exclamó la excitada May mientras que su cuerpo finalmente liberaba la tensión que sentía y alcanzando un indeseado orgasmo, el primero de su vida, de forma que una gran cantidad de fluidos empapo el rostro de Harley.

—Apuesto a que lo disfrutaste ¿No, linda? Porque yo si lo hice —dijo el coordinador mientras lamía con lujuria los líquidos íntimos de la chica.

—¡Maldito... Ahhh... Eres... un maldito... Ahhh —respondió May entre gemidos y tratando de controlar su respiración.

— Creo que es suficiente por ahora, después de todo tengo mucho tiempo antes del Gran Festival para disfrutar de esto y de todo lo que tu cuerpo pueda ofrecerme —respondió el chico con una gran sonrisa.

— ¿Asi que porque no tomamos un baño y vamos a la cama, cariño? —preguntó Harley con una dulzura nada propia de el, sin duda tratando de sonar amoroso, aunque no obtuvo ninguna respuesta.

— Eso fue lo que pensé —dijo Harley tomando a May en sus brazos para dirigirse hacia el cuarto de baño.

Continuará...

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