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Entre hombres

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Un día normal de 17 de febrero me disponía a llegar a la base militar donde saldría mi barco; para poder navegar, ya que era mi segunda navegación.

Al llegar a mi fragata me alojé en mi habitación y dejé mis cosas al salir de ella en el pasillo, pude percibir que era la única mujer en ese barco, la mayoría eran varones entre 21 y 38 años.

Me sentía algo incómoda pero no le di importancia porque sabía que había más mujeres en mi circunstancia. Pero a la vez me sentía muy lujuriosa y muy cachonda, porque esos soldados me ponían muchísimo. Al transcurrir el día trabajando y navegando por el Mar Mediterráneo cayó la noche donde salió la luna llena y el capitán tocó una sirena y nos dio la orden de que nos fuéramos a la cama; llegue a mi habitación me quite mi uniforme color caqui y quedé totalmente semi desnuda solo llevaba la camiseta del tercio de Levante y un tanga negro de encaje, y procedí a meterme en la cama pero no podía dormir estaba muy inquieta y muy caliente.

Así que procedí a meter mi mano derecha bajo las mangas y hice para un lado mi tanga de encaje: podía notar mis húmedos labios de mi coño y me comencé a tocar y a gemir muy fuerte, incluso olvidé que estaba navegando y había más chicos cerca de mi habitación uno de ellos; escucho mis gemidos tan fuertes que fue a mi habitación donde estaba destapada totalmente desnuda tocándome, que abrió la puerta de sopetón su mirada se clavó en la mía, no esperaba a que nadie me oyera.

Él soldado de apenas 34 años se me quedo mirando y me llamó la atención mientras podía ver que en su pantalón negro de salir a correr se acodaba su gran polla y se le veía la maldad en la cara de lo que me quería hacer, esa noche no pasó nada y nos fuimos cada uno a su habitación a la mañana siguiente de no haber dormido apenas nada me levanto y me ducho, me puse mi traje caqui con mi moño de militar y baje a desayunar con mis compañeros; todos en ese entonces me estaban mirando, se ve que mi compañero de enfrente se quejó de mi.

Detrás de mi apareció mi capitán cual me dejó en ridículo delante de todo porque mi compañero se había chivado, había quedado en vergüenza lo que yo no sabía en ese entonces es que por culpa de ese compañero todos se iban aprovechar de mi, tras un día lleno de tareas decidí hablar con mi capitán era un hombre de 46 años, era alto, fuerte esbelto con algún tatuaje en la mano, me ponía muchísimo esa clase de hombres, aunque podría ser su hija. En esa tarde jamás supe lo que me pasaría llegue a la Oficina de mi capitán y me senté frente a su silla los dos nos miramos pero de la tensión baje la mirada y mire para otro lado.

Carlos: Bueno señorita Sujaila, ¿me va a explicar usted a mi que hacía ayer por la noche cuando todos dormían porque usted se estaba tocando? (Pregunto con voz muy ronca).

Decidí apartar mi mirada de la suya y con voz bastante temblorosa.

Sujaila: No lo sé, capitán perdóneme no volverá a ocurrir de verdad, olvide que estaba navegando...

Le hable mirándole a los ojos con toda la inocencia del mundo (Con una voz algo asustada).

A mi capitán no le sirvió mis disculpas para nada así que se levantó y me agarro bien fuerte y me puso doblada en su mesa de despacho me bajo mis pantalones color caqui, con su mano izquierda apartó mi tanga color rojo de encaje y me mi dio la vuelta quedé en vuelta en su mirada me estaba viendo casi desnuda me quito la chaqueta y me quedé desnuda boca arriba en su mesa de despacho, mientras sacaba su enorme polla me miro a los ojos y me exclamó en estas palabras.

Carlos: Te pediría perdón pero no sabes las ganas que tengo de penetrarte pedazo de puta.

Procedió a meter su gran miembro viril en mi vagina estrecha, haciéndome un daño tan placentero, su polla golpeaba mi coño con tanta fuerza y su mirada se le veía el deseo mientras yo suplicaba su nombre entre gemidos.

-Sujaila: Carlos mi capitán por favor para! Ah! (Mi respiración se volvía más agitada) en el fondo no quería que parara se sentía tan rico, ver cómo su enorme polla me follaba mi coñito tan estrechó.

En ese momento de lujuria apareció 2 cabos en su despacho que nos pillaron follando.

El capitán y yo nos esperábamos eso.

Todo el barco sabía lo que estaba pasando en aguas del Mediterráneo

Salí de su despacho y me fui a mi habitación no me esperaba lo que me podía pasar al encender la luz, un compañero mío junto a 6 más que estaban en mi habitación me pusieron un pañuelo en la boca y me metieron a mi cama a la fuerza desnudándome y quedándome completamente desnuda y me resistí a ellos aunque en el fondo, soñaba por ser casi violada por ellos, uno de ellos me golpeo la cara y me escupió en ella dejándome la cara roja, uno de ellos saco su móvil y empezó a grabar exclamando por su boca.

Diego: Qué putita ¿Quieres ver cómo te damos lo tuyo?

Uno de ellos me empujó hacia la cama, donde me abrió de piernas y empezó a comer el coño, tan mojadito estaba y el otro me en vistió con su polla en mi pequeña boca tragándome esa enorme polla que me atragantaba por minutos y me ahogaba.

Mientras los demás se masturban al ver cómo me follaban sin poder hacer nada yo al respecto.

En un momento me resistí pero fue cuando uno de ellos uso su fuerza en contra de mi, me amenazó y me pego delante de todo, se me escapo una lágrima pero no le importó para penetrarme con tanta fuerza agarrándome del cuello asfixiándome sin apenas poder hacer nada por mi, estaba tan excitada que mi coñito se volvía tan húmedo.

Él que me estaba ahogando con su polla se corrió en mi boca dejándome la garganta llena de semen, al estar tan abogada me provoco vómito y acaba echando todo el semen fuera, pero el que me seguía penetrando era Isaac un militar de 36 años que decidió correrse dentro de mi coño dejándome completamente llena semen intente levantarme pero no pude tenía moratones por mi cuerpo y estaba temblando, chorreaba su semen por fuera de mi coño estando tan agotada me puse de rodillas alrededor de ellos, comiéndome las pollas de cada uno de ellos.

Algunos estaban flipando de lo que estaban viendo se estaban follando a la única chica joven del barco y a la única que había, todos acabaron en mi carita y en mis tetas naturales y grandes.

Acabe llena de semen con los ojos lujuriosos con ganas de otra embarcación.

(9,25)