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Fantasea con Mónica

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Okay, el título es raro, pero se me ocurrió un nuevo tema sobre el cual escribir. Mucha gente comenta que le gusta fantasear conmigo mientras lee el relato entonces pensé "¿No sería buena idea hacer un relato donde ellos fuesen el protagonista y fantaseasen conmigo?" Y aquí está, un relato que creo que es muy distinto a los que podáis encontraros. No será el único, posteriormente publicaré uno que sea lésbico para mi público femenino o amante del sexo lésbico. Apunte importante, este relato se me ocurrió leyendo comentarios, por lo que si comentáis me ayudáis mucho a mejorar la escritura y me inspiráis para escribir más, un beso y espero disfrutéis de vuestro relato (porque esta vez el protagonista sois vosotros).

Tras un largo y duro día de trabajo llegué a la casa de mis padres para comer con ellos y pasar la tarde. Nada más entrar, dejé la maleta en el sofá y fui directamente al baño para cumplir con mis necesidades básicas, mientras estaba dentro comencé a escuchar ruidos, concentrándome más y en total silencio, me di cuenta que eran gemidos provenientes de la habitación de al lado, habitación donde solía dormir mi tía, Mónica.

Sabía que ella iba a estar en casa para comer con nosotros, pero no pensaba que estaría tan pronto. Me lavé las manos y fui en silencio hasta la puerta de su cuarto la cual estaba entre abierta, me asomé un poco y la vi totalmente desnuda masturbándose tumbada en la cama, su figura era idílica, su cuerpo blanquecino se mecía al ritmo que se metía los dedos en su rosado coñito que se dejaba ver por sus piernas abiertas, su tetas botaban natural y muy suavemente, era casi hipnótico ver esos pechos decorados con areolas grandes y tan sensuales, su excitación se podía ver a simple vista con tan solo observar su preciosa figura retorciéndose de placer.

Ella gemía con pasión y sin vergüenza alguna, sus gemidos se mezclaban con los de la actriz del video que estaba viendo, en mi pantalón sentí crecer un bulto, comencé a frotar por encima del pantalón mi erección viendo esa sensual escena hasta que la puerta hizo un crujido haciendo que Mónica se asustara y me pillase mirándola.

-¿Qué coño haces?

-Yo... eehm yo...

No podía parar de fijarme en todo su cuerpo, sus piernas abiertas mostrando su coñito gordito y su tetas que me apuntaban con los pezones. Su cara de enfado mezclada con el rubor de sus mejillas no era normal.

-Eres un puto depravado.

-No yo... escuché ruidos y me acerqué para ver si todo iba bien...

-Claro y pajearte mirándome ¿no?

Se levantó rápidamente de la cama, no pude evitar fijarme en sus tetas rebotando al son de sus pasos rabiosos, me agarró del brazo y me metió en su cuarto, miró por la puerta dándome la espalda, vi su culito enrojecido, supuse que también se había azotado a sí misma antes de que yo llegase, después cerró la puerta de un golpe y me miró de nuevo y como la otra vez, la mirada se me desvió automáticamente a sus voluminosos pechos de nuevo.

-No le digas nada a tus padres, ¿vale?

-No les diré nada.

-Ni a tus amigos ni a nadie.

-Bueno...

-Bueno que.

Hasta este punto he de confesar que la tía Mónica se me hacía una mujer muy atractiva y he tenido muchas noches fantaseando con ella y masturbándome pensando en su cuerpazo cabalgándome y yo eyaculando en su boca. Su edad de milf no me importaba, nuestra familiaridad me daba igual, desde hace muchos años estaba pillado por ella y debía aprovechar.

-Follemos y no le diré nada a nadie.

La tía Moni (que así la llamaba algunas veces) se me quedó mirando sorprendida, y tras un silencio mirándonos fijamente su rostro se cambió a una mirada asesina.

-Eres un degenerado, no voy a follar contigo, ¡eres mi sobrino!

-Vi como te masturbabas y también te he escuchado algunas veces hablando con mi madre por la noche sobre que estabas meses sin follar y que querías una buena polla dentro de ti. Yo te la puedo dar.

Agarré mi paquete agitándolo suavemente. Ella desvió su mirada hacia mi pantalón y volvió a mirarme con la boca abierta.

-Que eres mi sobrino ¿no lo entiendes?

-¿Y? En casa no hay nadie y podemos hacerlo ahora, si no lo haces se lo diré a mis padres y también a más gente.

-Joder.

Fue a la mesa de noche a por una goma para el pelo, me tiró en la cama, ya la tenía ganada. Me quité los pantalones y los boxers que estaban mojados y saqué mi polla erecta agitándola un poco mirando a la tía Mónica, ella con el pelo ya atado y con una coleta que la hacía ver cien veces más sexy, agarró mi polla y comenzó a masturbarla lentamente con ambas manos, su mirada estaba fija en mi miembro, sus ojos no paraban de subir y bajar mirando con detalle todo mi aparato.

De un momento a otro se metió toda mi verga en su babosa boca haciéndome una mamada apasionadamente, se notaba que esa puta quería comerse una buena polla, se la metió hasta el fondo de su garganta y la sacó tomando aire y escupiendo su blanca y espesa saliva sobre mi glande para después volverse a meter mi miembro en su boca repitiendo este proceso varias veces.

-Joder sí que la tienes grande...

Puse mi mano en su cabeza y en una de sus felaciones empujé su cara contra mi pene dejándola con toda mi polla entera dentro de su boca durante un buen rato hasta que no podía más dejándola respirar.

Ya con mi miembro lubricado me eché más a la cama tumbándome completamente en ella apoyando mi cabeza sobre sus almohadas, Mónica se subió encima de mi y comenzó a besarme con su húmeda boca y sus carnosos labios, sus tetas estaban en contacto con mi pecho, pasé mi mano sobre su cintura y procedí a propinarle unos azotes haciendo que ella soltase unos quejidos muy calientes.

Se alejó de mi, agarró mi polla y se la fue metiendo lentamente en su vagina la cual estaba muy húmeda por fuera y por dentro estaba prieta y caliente, comenzó a cabalgarme, mi miembro se deslizaba dentro de ella sin problema alguno, se nota que estaba muy cachonda y desesperada, agarré ambas tetas con mis dos manos para apretarlas y jugar con ellas a la vez que veía cómo rebotaban con cada salto que daba sobre mí.

Se encorvó un poco apoyando sus manos sobre mi pecho para comenzar a cabalgar más rápidamente como si estuviese haciendo twerking en mi falo, su cuerpo se retorcía de placer, sus suspiros se convirtieron en ruidosos y agudos gemidos terminando así de correrse en mi polla en señal de que ya alcanzó el orgasmo.

Cansada se tumbó al lado de mí y comenzamos a besarnos de nuevo mientras nos toqueteábamos suavemente. Con ella tumbada boca arriba me levanté, abrí sus piernas para luego comerle el coño mientras me agarraba a sus muslos, era suave y muy húmedo, estaba caliente y sus labios exteriores me rodeaban la boca, ella comenzó a masturbarse frotando sus dedos sobre su clítoris, yo pasaba mi lengua tanto por su vulva como por su pequeño ano.

Después de lamer el postre, me levanté, me puse a un lado de la tía y metí mis dos dedos dentro de ella mientras con la otra mano tocaba uno de sus pechos, empecé a masturbarla agitando violentamente mis dedos dentro de su mojado coño, incluso se podía escuchar cuan de empapada estaba su vagina. Su cuerpo se agitaba de la excitación que le estaba dando, sus manos se agarraban a las sábanas, sus gemidos eran altos y su cara estaba totalmente enrojecida al igual que su vulva, tras un pequeño rato complaciéndola conseguí que su vagina se corriera otra vez soltando un chorro a la vez que ella dejó escapar un grito de placer volteando su cabeza hacia arriba y encorvando su divina figura, volví a meterle los dedos para masturbarla y volví a conseguir el mismo chorro, me acerqué a su vagina la masturbé de nuevo y sus fluidos empaparon toda mi cara.

-Otra vez, otra vez, dios, dios, dios aahh...

Su gritos me ponían caliente y muy burro. La volteé, la dije de ponerse en cuatro, ella lo hizo y sin aviso la metí la polla por la vagina empotrándola ferozmente contra el cabecero de la cama, con todas mis fuerzas empujaba mi pene dentro de ella, su cuerpo se dejaba llevar con cada penetración que asestaba, a su vez también azotaba sus preciosas nalgas que no paraban de rebotar dejando en ellas las marcas de mi mano que en muy poco tiempo enrojecían.

Mis azotes eran tan fuertes que los gemidos de Mónica se convertían en gritos de dolor, sus glúteos quedaron enrojecidos incluso un poco ensangrentados, pero la desesperada seguía y me pedía "más fuerte, más fuerte cariño más fuerte". El golpeteo de nuestros cuerpos se podía escuchar en todo el cuarto y me apostaría lo que fuera de que se podía escuchar en toda la casa. Después de un buen rato en cuatro conseguí que ella llegase al orgasmo nuevamente.

Se dejó caer en la cama dejando expuesto su culo hacia mi.

-Por el culo por favor, métemela por el culo.

-Quiero correrme en tu boca.

-Luego, quiero que me penetres el culo.

Me agaché para lamerle el culo que ya de por si estaba mojado por todo el fluido que había bajado a su orificio. Acerqué mi glande a su ano mientras ella seguía tumbada boca abajo y poco a poco fui metiéndola mi venoso miembro, la miraba a la vez que lo hacía y su rostro cambiaba a expresiones de placer y dolor repetidas veces.

-Si joder si...

-¿Te gusta tía Moni?

-Me encanta.

Conseguí meter todo mi pene dentro de ella, y comencé de nuevo a taladrarla mientras me apoyaba en su preciosa espalda, su ano me apretaba el tronco del nabo. No sé si la tía Mónica gritaba de dolor o de placer, pero lo que sí sabía es que lo estaba disfrutando como nunca. Todo su cuerpo se mecía violentamente con cada empujón que la daba, la cama chillaba y botaba, su ano apretaba cada vez más y sentía que me iba a correr, saqué mi polla rápidamente y la dije de poner su boca, ella se giró y a tiempo pude correrme en su carita y en el interior de su boca llegando incluso a mojar sus tetas con mi semen, comenzó de nuevo a mamármela limpiando mi flácido y enrojecido miembro. Luego se tumbó en la cama con una sonrisilla en la cara mientras se limpiaba las tetas con su dedo metiéndoselo luego en su boca preciosa boca.

-Gracias sobrino, espero no se lo digas a nadie eh.

-No se lo diré a nadie, lo prometí.

-Que fiel, venga salte, tengo ducharme y limpiarme de tu corrida.

Agarré mi ropa y antes de salir semidesnudo de mi habitación, me volteé para mirarla, seguía ahí tumbada con una mano en las tetas y chupándose los dedos, intercambiamos miradas, su sonrisilla me estaba provocando. Hizo un gesto suave para que saliera del cuarto y eso hice, mi fantasía más húmeda se había cumplido.

Espero que os haya gustado este nuevo "formato" si es que se le puede llamar así, próximamente publicaré la versión lésbica para los y las amantes del sexo entre mujeres. Un beso mi querido/a lector/a.

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