Aquella tarde de verano fui a pasar unos días a casa de mi tía Claudia, mis padres decidieron visitarla, ya que el esposo de esta había tenido un accidente automovilístico y tenía dos meses internado en el hospital, muchas fracturas y golpes por todos lados, nada grave pero si de mucho cuidado, cuenta mi madre que ella tenía muchos problemas con su pareja y siempre tenían riñas, que incluso estaban en proceso de separación.
Mi tía Claudia la había llamado muy angustiada por todo lo ocurrido y pues que en esa situación en la que se encontraba su expareja no pensaba abandonarlo a su suerte, que las cosas ya estaban habladas y que incluso ya no estaban viviendo juntos, pero pues paso lo del accidente y debía apoyarlo, que era lo menos que podía hacer.
Lo cierto es que yo prefería quedarme en su casa, ya que salían los tres para el hospital y esas cosas me aburrían mucho, caminar para arriba, ahora para abajo, papeles por el tema de la separación y esas cosas, no me la pasaba bien, yo prefería estar en casa y por las tardes salir a pasear por la playa, ya que estábamos cerca y en bicicleta llegaba más rápido. El fin de semana decidimos ir a la playa los 4 a relajarnos un poco y ya que el día lunes retornábamos a la ciudad pues era una buena excusa para salir y pasarla bien, así Claudia se despejaba un poco.
Sinceramente hasta ese día no me había fijado mucho en mi tía, al llegar a la playa y pues luego de ubicarnos y sacar las bebidas del cooler, pude ver el cuerpo de Claudia, llevaba puesta una ropa de baño de dos piezas, me fije mucho en sus nalgas, la prenda que cubría su redondo culo le quedaba excelente, le tapaba muy bien la raya del culo, pero a la vez dejaba ver unas hermosas nalgas, pude notar hasta los lunares que tiene en la nalga derecha, fue una vista algo excitante ya que después de haberse retirado el short, la camiseta y quedar en ropa de baño, se agacho a recoger del suelo las monedas que se le habían caído y me dejo a escasos 30 cm de mi cara su hermoso culo, me quede alucinado y a la vez un poco avergonzado ya que podría pensar que estaba ahí a propósito, pero claro nadie se dio cuenta, ella se giró a mirarme y sonreír, me imagino que estarás cansado de ver tantos culos cada vez que vienes a la playa -me dijo.
Me quede muy excitado, pase el resto de la tarde en el agua fría para bajarme la calentura que tenía encima, volvimos a casa sobre las 19 horas, mis padres se fueron a su habitación, me imagino yo a hacer sus cosas, bañarse y eso. Yo opte por salir a caminar un poco y conocer alguna chica que pudiera bajarme esta calentura que traía. Al volver a casa ya sobre las 20 horas, pues note silencioso el ambiente, me imagine estarían cansados ya que el día para todos había empezado muy pronto, 5 am y de ahí no habíamos parado.
La sala-comedor estaba vacía, la cocina de la misma manera, creo que ni habían cenado, la habitación de mis padres estaba cerrada y al dirigirme hacia el baño, pase por la habitación de Claudia, la puerta de su habitación estaba entre abierta, ella estaba tumbada sobre su cama boca abajo, llevaba puesto el short, solo tenía cubierta la espalda con una manta y las nalgas y piernas las tenía al aire libre, observar ese culito redondo, tratar de ver entre sus piernas, pero me pareció muy arriesgado y tire para el baño, yo tenía ganas de ducharme y dormir fresco, ya que tenía la arena de la playa en todo el cuerpo.
Vaya sorpresa la mía, que al meterme a la ducha y cerrar la puerta de la mampara, miro sobre la llave que abre el agua, miro unas bragas negras, estaban ahí, aun un poco húmedas, no mojadas, se notaba que tenía unas horas en el baño, eran de alguien, pero de quien, solo habían dos personas a la cual podría pertenecer esa prenda. Yo estaba en pelotas ya, mi excitación fue instantánea, mi verga cogió un tamaño, mi cabeza empezó a dar vueltas y tratar de pensar de quien podría ser esa prenda, estaba muy excitado, la tome con ambas manos, la coloque a un lado y me duche, al salir del baño mi madre se despertó y me la cruce en el pasillo, oiga madre, no deje sus bragas en el baño le dije, ¿estás loco? no son mías -me dijo.
Por la mañana me desperté sobre las 9 am, vi en whatsapp que mis padres habían salido muy temprano a pasear, se habían alquilado un tour por la ciudad y ya que al día siguiente volvíamos a nuestra casa, que tenían ganas de conocer un poco el pueblo y pasarla en pareja, joder madre y donde me dejan a mí, que también me hubiera hecho ilusión conocer, díganme dónde están y voy, les dije, como no sabíamos si querías ir o no, pues no te avisamos, -me dijeron- Vaya sorpresa para mí, ah y tu tía Claudia volverá para el almuerzo, hemos quedado en salir para almorzar fuera y pasarla juntos como despedida, que ella nos invita, que estaba muy agradecida por la compañía de estos últimos días. Recoge tu ropa del cuarto de lavado, ya debe estar seca y anda empacando, que te conozco.
Pues nada solo, lo primero que pensé, si, en la braguita negra que estaba en la ducha, ya no estaba, ahora ya sabía de quien era pero pues demasiado tarde. Curiosamente entre a la habitación de mi tía Claudia, la verdad lo pensé mucho, pero ya tenía una excitación en el cuerpo que por mirar un poquito creo yo que no pasaría nada, me adentre en terrenos peligrosos y el temor me pudo más, salí en seguida de ahí, me dirijo a la cocina para desayunar algo y esperar hasta el almuerzo.
Me asome al cuarto de lavado para recoger mi ropa y ya ir empacando, mi ropa estaba efectivamente, pero ya estaba doblada, alguien las había bajado de las cuerdas y colocado las suyas, pensé habrá sido mi madre, no, había una cuerda que empezaba con la ropa de baño de mi tía, la que uso el día anterior en la playa y seguida de prendas íntimas, braguita roja, de colores, fucsia y la que más llamó mi atención fue una negra con bordes azules y un pequeño listón color negro en el frente. Mientras recogía mi ropa observaba aquellas prendas y otra vez la excitación y la erección en mi verga que se salía de mi pijama. Que rato que llevaba ahí de pie sin poder hacer nada, eso pensé, pero sacando cálculos no llegaba nadie hasta el almuerzo.
Pues pensé en hacerme una pajilla viendo una peli porno y con las braguitas de Claudia, las baje del tendedero y me dirigí a mi habitación, tome el portátil y me conecte a internet, busque una peli porno y a pasarla bien, tenía las braguitas de Claudia en mi mano y un extraño escalofrío recorría mi cuerpo, me sentía algo excitado por la situación, pero era tan sexi la braguita de Claudia y que bien olía, que delicada se veía aquella prenda, pensar que después de ducharse, toma su toalla y se va secando el cuerpo, las tetas, la pancita, las piernas, el culito y metiendo aquella toalla entres sus piernas para secar su coñito, me estaba erectando a lo bestia, pensar en cómo subía su braguita por entre sus piernas hasta cubrir todo su coñito depilado, en realidad no lo sabía, pero aquellas imágenes se me venían a la mente y me excitaba mucho, tome en una mano mi verga y en la otra mano tome la braguita de Claudia, que bien la estaba pasando y que bien se sentía esa braguita sobre mi verga.
Miro hacia la puerta de mi habitación y veo que Claudia me estaba observando, maldición pensé, no lo podía creer, que vergüenza.
Yo; te pido disculpas Claudia, no debí hacer esto lo sé.
Claudia; pero cariño, que estás haciendo
Yo; ohh lo lamento tanto, por favor no digas nada de esto
Claudia; me causa sorpresa que tengas una braga en tus manos y más aún que estés masturbándote con ella. Eso te excita, te excita las braguitas.
Yo; aquella tarde en la playa que me pusiste el culo en la cara, me excito mucho y no he dejado de pensar en eso hasta ahora.
Claudia; oh si, la verdad fue muy raro, pero quería mirar tu reacción, te vi una gran erección toda la tarde, me sentí muy deseada aquella tarde, me puse como una moto, aunque esto esté mal decirlo.
Yo; no lo creo de verdad, eres una mujer muy hermosa y con un súper cuerpo.
Se acercó hasta la cama donde yo estaba tumbado y tomo las bragas que yo sujetaba, todo esto es muy raro me dice y aunque estos días han sido muy difíciles para mí, yo agradezco mucho la compañía de ustedes, pero eres mi sobrino y por supuesto que me halaga sentirme deseada por un jovencito de tu edad, pero sabes que esto está prohibido, yo disimuladamente intentaba esconder mi verga dentro de los pantalones que llevaba puesto, pero era muy difícil, ella continuo diciendo que a pesar de todo, si otras hubieran sido las circunstancias a lo mejor, a lo mejor, lo hubiera pensado.
Se retiró llevándose las bragas, yo me quede un poco confundido por las palabras que había dicho y exactamente no sabía que quería decir con, A LO MEJOR, minutos después y como Claudia había llegado mucho antes de la hora de almuerzo, se acercó a mi habitación y sin mediar palabra alguna se abalanzo sobre mí, me beso en la boca de una manera tan apasionada, con tanta fuerza, con tantas ganas de sentirse deseada, querida. Su lengua no dejaba de buscar la mía y moverse dentro de mi boca, yo la abrazaba con fuerzas y mis manos se posaron sobre sus nalgas hermosas y redondas, recuerdo que me tumbe sobre la cama y ella estaba sobre mí, devorando mi boca, no me lo podía creer y los besos y caricias fueron en más intensidad, yo tenía nuevamente la verga fuera de los pantalones y Claudia meneaba su vagina por encima de mi paquete, la meneaba de arriba abajo, yo jugaba con sus pechos que me quedaban justo a medida para poder besar, morder y meter mano, que momento más caliente, tenía la verga a mas no poder y totalmente erecta, no sé si podría crecer más.
Me palpitaba tanto que pensaba que iba a explotar ahí mismo, le baje el pijama que traía puesto ya que me estaba rozando mucho la verga, no puso peros a la hora de bajárselos, quedo en bragas y no quise decir nada más, intente acomodar mi paquete hacia su coñito, y como tenía mis dos manos en sus tetas, mi pene solo se estrellaba contra sus bragas, vamos que podía sentir la humedad de su coño, la excitación de su ser por querer ser penetrada, los gemidos que pedían la atorase en aquel momento, solo ella sabe el tiempo que tenía sin ser penetrada, follada, deseada y poseída, tomo mi verga y con un movimiento de braga dejo que mis buenos centímetros la penetrasen, que serenidad al sentir que ya estaba dentro de ella, se acomodó a mí y sentí como se lo introducía todo, como retiraba su braga para que no robase ni un milímetro de placer entre nosotros, vaya placer que teníamos, se sentó del todo sobre mi y llevo sus dos manos a su cabeza, se jalaba los pelos y no dejaba de respirar entrecortado, como si le faltase el aire, solo gemía y me miraba a los ojos y me pedía más ritmo, la sujete de las nalgas y la movía de atrás para adelante, era excitante estar debajo de ella y ver como sus grandes pechos rebotaban entre sí, ella gemía y me pedía que no terminase aun, no pares me decía en cada embestida que le daba, no termines aun, no te corras, espérame, no sabes el tiempo que llevo sin follar y ohhh, ahhh, uhmmm que rico, que placer más grande, como me inundas el coño de placer, que delicioso, yo aguantaba la respiración, intentaba no pensar en la situación y poder sacar un notable con Claudia.
Le pedí que se pusiera a 4 patas, quería disfrutar de ese tremendo culo, darle de nalgadas y marcar con mis manos aquel culote, no puso ninguna objeción y cual chica obediente se colocó, solo retire un poco la braguita y poder enterrar nuevamente mi pene dentro de ella, como se arqueaba cada vez que la embestía, como respiraba en cada embestida, como apretaba las sabanas cada vez le daba una cachetada en la nalga, no dejaba de pedirme que no parase, que no me corriese pronto, yo disfrutaba viendo como se lo enterraba una y otra vez, que delicia estar dentro y tenerla bien sujeta de las nalgas.
Le acariciaba el culo y le decía que me gustaba mucho estar así, que bien follaba y que era mejor que alguna chica con las que he follado, ella gemía y gritaba sin parar, por un momento se quedó sin decir nada y unas fuertes convulsiones sacudieron mi verga, dejo caer su cabeza sobre la almohada, no hizo ningún movimiento y su respiración cayo entrecortada, solo sentí un pequeño respiro, un leve movimiento de su espalda, se escuchó un, que delicioso, me acosté a su lado y solo podía besar su espalda, una mano mía estaba en su culo y la otra acariciando sus pechos, que momento.
Me pregunto, por qué me estaba masturbando con esa braguita, que de donde la había sacado, le dije que del cuarto de lavado, que estaba sobre las cuerdas y me gustó mucho.