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Fugitiva (III)

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Desperté con los sacudones de la pareja de don Tomás.

-Chiquilla despierta!! has dormido como diez horas!

Retomando el conocimiento, tengo una sola idea en la cabeza.

-Quiero, necesito pastillas ahora… Pastillas anticonceptivas y antibióticos. Por favor.

La señora me observa con cara de lastima.

-Oh chiquilla voy de inmediato a comprarle algo. Levántese a comer que debes partir.

-Ya?!

-Si, además creo que debes darte un buen baño.

-Lo haré, gracias.

Envuelta en sabana me dirijo al baño donde procuro asearme toda, siento mi entrepierna irritada y dolor en el culo y caderas como si hubiese corrido una maratón.

Al salir más compuesta, me visto por fin con ropa decente y acorde, un jean, una remera y una chaqueta de mezclilla. Me queda bien todo aunque sin ropa interior.

Bajo a la cocina donde está don Tomas.

-Marie!! Muy bien chiquilla, hiciste un perfecto trabajo.

Se acerca a abrazarme y felicitarme.

-Gracias don Tomas, la verdad no sé si fue perfecto, pero estaba decidida y lo hice.

-Estuvo excelente chiquilla, veras que he hecho mis consultas y están todos confundidos respecto a que sucedió. Al no estar Rodríguez vivo… pfff. Ahora va a quedar un enorme vacío y se pelearan entre perros chicos.

Mientras hablaba llega su pareja y me acerca una bolsa con pastillas.

-Traje de todo, te aconsejo que te las tomes ahora yá.

-Qué es eso Helena? Estas enferma Marie?

-No. Es solo para asegurarse…

Don Tomas demoró en advertir.

-Oh chiquilla… diablos… menos mal ese malnacido está muerto. Él organizaba y pagaba casi todos esos eventos. Banda de degenerados…

Me sirvieron una reparadora cena y me devolvieron el bolso y la pistola que traía. Tinturé mi cabello negro azabache y lo ordene con una coleta

Don Tomas ahora más serio me hablaba en tono severo.

-Marie, ahora debes desaparecer de aquí. Debes pasar la frontera, ya hablé con el erizo y será la última vez que me meto en estos asuntos, yo también me voy de aquí.

-Si don Tomas. No me queda otra opción y tendré que hacerlo.

-Debes de saber que Alex sigue vivo y te puede reconocer, debes estar alerta siempre!

-Entiendo.

-Bien, partimos en treinta minutos, te puedo dejar en la carretera y verás… no puedo comprometerme más. Pero ve al norte y busca a “el erizo” que te estará esperando mañana en la plaza de la ciudad, sé que lo encontraras.

-Si.

Me despedí de Angie, la pareja de don Tomas, y partimos en el auto rumbo a la autopista, eran las ocho de la noche y estaba oscureciendo. Llevaba mi bolso con mi pistola y un par de cargadores, unos lentes oscuros, la bolsita de cocaína, una libreta y papel higiénico, me puse un reloj de pulsera mientras abordábamos el auto.

Estábamos cerca de una parada de buses clandestina, cuando detiene el auto.

-Marie, ya sabes que la organización no existe y si bien cumpliste la última misión y nos vengaste, aquí acaba todo me oyes. Si te veo cerca no podré ayudarte; por el contrario te disparare. Yo me retiro de esto. Entiendes?

-Si, si don tomas lo entiendo. Le agradezco su ayuda y espero que todo salga bien.

-Bien. Toma este dinero, busca al erizo y pasa al norte, ahí a no le será tan fácil a Alex, ya que es buscado en la ciudad. Buena suerte.

Don tomas me da el dinero y me besa en la mejilla. Me bajo del auto y lo veo por última vez.

Voy rumbo a la parada de buses, pero la idea cada vez me hace dudar mas. Los buses los detienen la policía al llegar a la ciudad y además sin identificación podría meterme en un lio, así que doy media vuelta y busco algún vehículo que me lleve de aventón. Hago señas y camión tras camión pasan sin atender, solo lograba hacer que sonaran su bocina. Había pasado mas de una hora y el frio asechaba cuando un camión blanco enorme hace un cambio de luces y se detiene, camino rápido en dirección al camión y veo que se abre la puerta de acompañante, subo y sin cerrar la puerta pregunto.

-Hola? Que tan al norte va?

-Hola, a donde vas vos?

-Voy antes de la frontera.

-Ah bien entonces. Subite que yo voy mucho más lejos y estoy atrasado. Venga sube rápido.

Hacia ademanes de que me apresurara y me subí.

Al sentarme y comenzar a rodar siento la cabina cómoda y a una agradable temperatura.

-Y cuál es tu nombre?

-Rocío.

Le inventé.

-Yo soy Luis, el rápido Luis, vengo ya viajando unos 300 kilómetros y nos quedan unos 200 mas.

-Y que transporta?

Le hablaba, sabía que los camioneros se detienen a llevar gente casi solo con el fin de hablar y no quedarse dormidos. Así que durante varios kilómetros le hablaba y dejaba que hablara todo lo que quería acerca de cosas sin importancia.

Llevaba mas de una hora escuchando su cháchara cuando empieza a acelerar justo cuando se termina la luminaria de la autopista y nos adentramos a la nada del desierto. Guardó silencio por unos minutos hasta que habló.

-Ya, tamos' en el desierto y aquí no anda nadie fiscalizando y ni que me importe a mi ya que nadie me detiene, llevo como 30 años conduciendo y la poli me conoce. Así que puedes estar mas tranquila.

-Mm estoy tranquila.

-Pff vamos… no me trates de zopenco, sé que algo te traes. Pudiste haber tomado un bus ahí cerca de donde te subí, pero no cierto? Pero tranquila es la ley del camino y no te voy a interrogar ni nada.

Yo guardaba silencio y no se me ocurría un plan b. Si le disparaba estaría botada y si lo amedrentaba a punta de pistola, no sabría su reacción al ser alguien con experiencia en el camino, además yo no sabía conducir un camión.

Mi silencio pareció darle la razón.

-Conoces la ley del camino?

-No.

-Aah, es simple y todos los que hacen aventón en la ruta lo saben.

-Y de que trata?

-Trata de dar a cambio y sin detenerse. Yo te llevo y tu me llevas…

Dicho esto disminuye la velocidad y desbrocha su pantalón.

Oh no, ya pensaba en abrir el bolso y sacar la pistola, pero quedar botada en la autopista en pleno desierto y a la media noche, no es la idea.

-Ves esa señalética?

La veo, dice [km 490].

-Si ves la que dice quinientos, bajo la marcha, abro la puerta y te lanzo abajo, no me importa si quedas a la deriva. Es la ley del camino nena.

No sabía que hacer y para colmo el maldito se acomodaba en su asiento dejando un espacio entre su entrepierna y el volante.

-No lo pienses mucho nena, me ha pasado de todo en la ruta y créeme que ando asegurado.

Me hizo señas a un compartimiento al lado de su puerta donde se notaba un revolver.

Grrr, maldita sea… De mal animo estire mi mano izquierda y apenas llegaba a su entrepierna. Él entusiasmado se acomoda en su asiento apagando la tenue luz de cabina que tenía.

-Suéltate el cinturón de seguridad.

Lo hice y ahora me acerco hasta alcanzar su pantalón.

No lleva ropa interior por lo que siento su verga caliente con mis dedos, la siento gorda y trato de sacarla. Veo el camino mientras comienzo a meneársela, crece en tamaño y ocupa toda mi mano, así que la saco toda y comienzo masturbarlo, pero él ni se inmuta. Pasaron unos minutos y vi de lejos la señal.

-Ahí viene la señal nena, no te pases de listilla con solo meneármela, para eso lo hago yo y créeme lo hago siempre.

Pasamos la señal y sigo masturbando ahora su empalmada verga.

-Uuh pasamos la señal nena, que lastima. Vamos hazlo con tu boquita.

Me acerco un poco, pero sin animo aun.

Hasta que suelta la palanca de transmisión, toma mi cabeza y me guía a su entrepierna. No me resisto mucho y tomo su verga con mi mano derecha.

-Nena no te sientas mal, todos saben la ley del camino y he hecho esto varias veces. Con chicas mas jóvenes que tú, con viejas y putas y hasta con machitos.

Con su mano sobre mi cabeza, bajo hacia su entrepierna sin distinguir nada por la oscuridad, el roce de mis labios con su glande me dio el ánimo de abrir mi boca para engullirlo de una vez y hasta el fondo. Esperaba que se corriera pronto y ya.

-Ufff nena, eso mismo.

El maldito acelera y retoma la velocidad en que venía mientras su mano acaricia mi oreja y me guía en un ritmo fácil de llevar para no ahogarme.

Pienso en solo hacerlo y ya, agradecía que mantenía cierta higiene y además no creo que detendría el camión de su ruta para algo mas.

Con mis labios envuelvo su verga gruesona y me obliga con su ritmo pausado a no sacarla de mi boca nomas hasta la punta. Está transpirada y salada así que no me importa babearle todo su falo y que mis babas escurran hasta sus bolas.

-Eso nena. Lo haces de maravilla, con tranquilidad que no tenemos ningún apuro.

Mi sube y baja era casi mecánico los primeros minutos, sin embargo con mi lengua trataba de hacerlo acabar. La movía a remolinos sobre el glande y luego la usaba para apretar su garrote contra mi paladar.

El recto camino de la autopista, me mantenía en mi trabajo sin mayor interrupción. Le gusta llevar un ritmo lento tomando mi pelo con su mano, mas que disfrutar la mamada, parece disfrutar la sumisión de tenerme en su entrepierna, mientras conduce su poderoso camión. Sin querer ya me daba morbo y más cuando a merced de su mano en mi coleta, jala hacia arriba hasta sacar su verga de mi boca.

-Uff que ricura de mamada, haz un chupetón si?

Me vuelve a bajar pero solo para que mis labios alcancen su glande cabezón, aprisionándolo y succionando hasta hacer ese sonido de chupetón. Lo hago varias veces y él parecía estar en el cielo con sus mugidos y palabrotas.

-Ay putita que suerte haberte subido. Putita golosa, mama vergas…

Yo no decía nada, mas me corría el sudor en mi rostro por el calor de la cabina.

-Sácate tu campera.

Lo hice y volví a meneársela con mi mano, ahora estaba sentada a su lado moviendo mi mandíbula que molestaba al mantener la boca abierta tanto tiempo. Con su mano derecha abierta me pesca una teta y la palpa sin cuidado por sobre la remera. Haciendo maniobras para no soltar el volante.

-Que tetasas! Y no llevas corpiño. Ufff… Si no llevara atraso me detengo y te follo por todos lados…

Dicho esto volví a engullir su verga pasándola por el interior mis mejillas hasta sacarla por la boca.

-Ay nena, me calienta tu iniciativa.

Me puse más cómoda con mis rodillas sobre el compartimiento entre los dos asientos.

El ya no llevaba el ritmo y con su mano libre jalaba mi polera hacia arriba y acariciaba mi espalda desnuda hasta llegar a mi cola, la cual recorría estirando su brazo a mas no poder. Ya sentía el sabor de su pre-leche y su mano en mi nuca me guiaba ahora hasta al fondo, hasta ahogarme con la baba que quedaba en su entrepierna y sus bolas peludas. Liberaba mi cabeza e intentaba de toquetear mis pechos por debajo de una forma incomoda y al no poder hacerlo bien, comenzó a jalar mi pantalón desde la trabilla del cinturón. Sentía jale tras jale de mi pantalón que cada vez se metía mas dentro de mi raja, molestando mi irritada entrepierna.

El tipo ya estaba salido, dando palmazos en mi trasero y recorriendo mi espalda desnuda con su mano áspera.

Sin sacarla de mi boca, de la molestia pasé a un agradable cosquilleo en mi concha con el roce de la costura. Sus jales constantes tenían el pantalón metido a mas no poder entre mis nalgas, con la concha partida por la mitad. Habría pasado mas de media hora? cuando indicaba indicios de correrse.

-Ya casi nena. Ya casi putita tragona… sigue.

Sin parar movía mi cabeza a lo largo de su tranca y a los minutos se corre en mi boca, es abundante y liquida por lo que sale de mis labios y otro resto lo trago por reflejo.

-Gggmmm. Uggh. Uuu tragatela!

Sus piernas se pusieron tiesas y se movía a modo de no perder el control del camión que de todas formas disminuyo la marcha y se movía levemente de una lado a otro. Mientras yo seguía aprisionada fuertemente por su mano en mi cabeza, sentía molestia en mi cuello y quijada por la mamada. Al rato me soltó y entre suspiros retomó el trayecto. Me aleje hacia mi asiento buscando algo con que limpiar mi boca y sudor.

-En la guantera hay papel. Me pasas?

Lo saqué, pero me limpie yo primero mientras prendió la luz principal de la cabina. Ahora podía ver su verga encogida totalmente cubierta de semen y baba.

El tipo tomo un gran montón de papel y lo dejo ahí, cubriendo toda su entrepierna. Vi que tenía una botella de agua sellada y la abrí para beber y enjuagar mi boca, escupiendo por la ventana. Me puse la chaqueta otra vez y acomode mi pantalón en el asiento sin decir una palabra.

Miraba la hora, faltando poco para las aproximadas dos horas de viaje a la ciudad frontera, me sentía usada y encabronada por la situación, pero debo reconocer que ese morbo me dio cierto placer.

El tipo rompió el silencio.

-Ya falta poco, para ti no significara nada, pero para mi uff. Qué maravilla, creo que es la mejor mamada que me han dado por la ley del camino en más de 30 años!

-Ugh ya cállese si!

-Ey! Entiendo que estés enfadada, pero descuida que eres joven y lo olvidaras.

Al rato se siente un bocinazo de camión, por lo que él responde con otros bocinazos sincopados. Disminuye la velocidad y otro camión inmenso se pone a la par, ambos se saludan y el tipo se hunde en su asiento dejándome a la vista del conductor del otro camión, quien me mira y se sorprende. Ggrrr, no aguanto y apago la luz de la cabina apretando el botón de su panel. Ambos ríen y se despiden con otros bocinazos sincopados. El chofer comienza a hablar más cháchara sin importancia pero ahora ya ni presto atención.

Cuando pude divisar las luces de la ciudad me enderecé en el asiento para calcular donde bajarme.

-Te dejare en la gasolinera que esta poco mas de un kilómetro antes de la ciudad.

Dicho y hecho se detiene y abre la puerta.

-Buena suerte chiquilla, con esa boquita de seguro podrás pasar la frontera. Es la ley del camino!!!

Encabronada a mas no poder, bajo y cierro la puerta con un portazo. Un par de bocinazos y el camión vuelve a la ruta.

Camino rumbo al market de la estación de servicio, eran las dos de la madrugada y sin levantar mirada recorro los pasillos en busca de algo para beber y comer. Unos refrescos, emparedados, dulces y en la caja tomo unas barras de chocolate. Ya afuera busco un lugar donde comer, tomar mis pastillas y descansar. Diviso una camioneta estacionada con el pickup abierto y me subo arriba. Me sentía desecha y usada, durante los últimos tres días había tenido todo tipo de experiencia sexual, además mis amigos habían muerto y la misma organización ya no existía. Que sería de mi mas allá de la frontera? Con ejercicios de respiración me quede dormida en el pickup.

Despierto con el ruido del motor y salgo disparada de la camioneta, faltan diez minutos para las ocho de la mañana y el sol de la mañana me parece muy acogedor, estaba entumecida…

Me dirijo hacia la ciudad, pero debía hacer tiempo. Voy a una farmacia para conseguir jabón, enjuague bucal y un labial, luego espero la apertura del centro comercial donde voy directo a los baños, rápidamente me aseo lo mas que puedo y al no haber mucha gente, me saco el pantalón y aseo mi entrepierna, que esta enrojecida y algo hinchada no tanto como mi ano, el cual me molesta un montón. Utilizo casi todo el papel de secado del baño y me visto ahora mas aliviada. Siempre con la mirada hacia abajo y con lentes oscuros, trataba de pasar desapercibida. En una tienda de descuentos consigo ropa interior y otra indumentaria. Me dirijo a la plaza faltando aún para el medio día, observo el trajín de la ciudad sentada en una banca.

Es medio día y me pongo de pie en busca de mi contacto, entre tanto maleante y traficante de frontera, me es difícil atinar hasta que observo a un tipo de baja estatura, de pelo pincho y lentes. Paso a su lado y levemente le hablo con la boca tapada.

-Erizo?

Sutilmente se percata, me ve y me indica que lo siga.

Me lleva a un restaurante bastante rancio. Sentados en la barra retiramos nuestros lentes.

-Que necesitas?

-Pasar la frontera.

-Nombre?

-Marie.

-Bien, pensaba que eras de mas edad. El carnicero me hablo de tu perfil, así que será simple ok?

-Bien.

-Yo soy de palabra y espero tu lo seas, cualquiera cosa rara, te elimino sin problemas. Capich?

-Si, solo quiero salir de aquí.

-Bien. Una cosa mas. Alex esta aquí en la ciudad, llegó anoche y al parecer, quiere cruzar. No quiero problemas yo te sacare y nada mas, si el tipo aparece yo me pierdo, entiendes?

-Comprendo.

Maldito Alex!, eso era lo peor que podía pasarme, ese tipo era mas que peligroso…

-Y cuando seria?

-Dentro de dos días, así que me encuentras donde mismo y a la misma hora. Te recomiendo que te cambies, hazte otro peinado o algo. Suerte chica.

-Momento, como sé que no fallaras?

-Ey!, di mi palabra al carnicero y eso es la ley, al menos para mi. Cuídate eh, no te metas en problemas.

Salió del lugar, dejándome preocupada. Dos días era mucho tiempo para alguien que era buscada la poli y por el traidor de Alex.

Decidí ir al hostal mas barato que existiera, encerrarme y esperar los dos días, tomé dirección al sector menos transitado y cuando pasaba frente a un galpón de telas siento un auto frenar en seco y retroceder, no me inquieto y camino mas rápido…

-Isabel!!!

El corazón se me detuvo y un frio recorre por mi espalda, giro a mirar y era él! el maldito de Alex y su banda.

Corro a mas no poder, soltando la bolsa con mi ropa y soy perseguida por los sujetos, entro en el galpón pasando por enormes telares industriales y sacos de productos, siento disparos y gritos por lo que tomo mi arma y disparo hacia atrás, sin mirar y sin parar de correr, mi corazón está a mil por segundo y los gritos de las mujeres aterrorizadas se suman a la de mis perseguidores. Entro a una oficina, me resguardo y recargo mi pistola.

-Maldita pendeja puta, sal que te voy a sacar los ojos, pendeja de mierda!! voy a llamar a todos escuchaste a todos!!!

Gritaba Alex a todo pulmón, estaba enloquecido. Siento disparos en la pared del frente, este lugar no daba seguridad alguna al traspasar las balas, así que disparo al aire y salgo corriendo otra vez, me tiro por la ventana al exterior, para rápidamente entrar al galpón continuo, siento a mis perseguidores vociferar que me encuentren y que disparen, siento balazos pasar muy de cerca y mas que nunca temo por mi vida cuando tropiezo en una zanja cayendo de golpe con mi mentón, se me escapan un par de balazos activándose una alarma. En el piso siento a mis perseguidores acercándose y veo un pozo, de esos para arreglar autos. Ruedo por el piso y caigo al pozo resguardándome, las pisadas de Alex y sus secuaces pasan por encima mío y se detienen.

-Maldita puta donde mierda estas?!!?! Te encontrare, sabes que te encontrare. Me cagaste la vida perra!!

Era cierto, al eliminar a Rodríguez acabe con su prominente carrera y al ingreso de dinero y poder que bajo la orden de Rodríguez, sin duda se convertiría en un capo.

Estaba muy nerviosa y casi lloraba, sabía que sería el fin, pero no me iré tan fácil. Me muevo sin hacer ruido por el pozo hasta poder ver sus cabezas, respiro y disparo al instante certeros balazos que dan en dos tipos y arranco.

-Aaaahh. Pendeja puutaaa!

El terror me lleva cuando siento disparos de una arma automática y mas aun cuando me da en el brazo derecho, caigo al piso del dolor y me arrastro por el suelo hasta llegar bajo un camión.

-Te di, sé que te di pendeja!! No quiero que te mueras y ya, no, no!! Voy a llevarte conmigo y llamare a los negros sidosos mas pijudos que encuentre y te mataran a vergasos. Donde estas maldita!!!

Oía que estaba hablando por celular y pedía que vengan a buscarle.

Estaba aterrorizada y llorando, sé que no saldría de ahí y presa del pánico recargo mi arma con el último cargador, tomo la bolsita de coca y la abro inhalando un tanto. Confío en que así aguantaría y claro que funcionaba. Siento mi corazón a mil y cuando estaban casi por llegar a mi escondite, escucho sirenas! Nunca me he alegrado de que los cerdos llegasen, pero eso no perturba a Alex quien disparaba ráfagas aleatoriamente. Ya con el furor de la coca salgo del lugar disparando a lo que se moviera, corriendo otra vez hacia una ventana, la cual estaba cerrada y sin importar me lanzo sobre ella, quebrando el vidrio. Siento sangrar mi brazo y mis piernas, me puse de pie para seguir corriendo, pero llegaron las patrullas y rodeaba tiro el arma entregándome en el suelo. Los cerdos me toman y esposan sobre el pavimento, al rato llegó un furgón y me lanzaron dentro.

El frio metal del armatoste me daba la sensación de que moría, sudaba frio y estaba toda adolorida y tiesa por la coca. Cuando se detuvo, veo una camilla y me suben arriba para atenderme dentro del hospital. Con oxígeno lentamente me tranquilizo y adormezco justo cuando realizaban procedimientos en mi brazo, hasta que pierdo conciencia.

Despierto a ratos pero no quiero aún tener que lidiar con lo que se avecinaba. Estaba esposada de brazos y piernas y una enfermera a ni lado con comida que acepto gustosa.

-Que hora es?

Pregunto temblorosa y con la garganta apretada.

-Son las doce y quince, estuviste inconsciente por horas. La policía está custodiando la habitación, si comes lento puedes tener mas tiempo.

-Gracias…

Comía lento y agradecía a la enfermera, quien se mostraba extrañamente amable conmigo.

Cuando acabé todo, volví a estirarme en la camilla, me duele el brazo, al igual que mis piernas.

-Buena suerte chiquilla.

Se despidió la enfermera.

El mundo se me venía abajo y para peor entraron enfermeras y dos policías quienes me llevan hacia otra habitación. Sueltan mis esposas y me visten con ropa de cautivo, polera blanca, pantalón y camisa naranja. Me vuelven a esposar de pie y manos y me llevan a una patrulla, durante el camino pienso en por qué elegí esta vida y las cosas que me hubiera gustado hacer, vivir al lado del mar, tener mascotas, amigos y estudiar…

Me bajan, guiándome hasta una oficina con una mesa y me sientan.

Al rato llegan dos policías y un tipo que parece detective o algo, quien se sienta frente a mi.

-Bien señorita, presenta cargos por porte y disparo de arma, porte de clorhidrato de cocaína, intento de homicidio e ingreso a lugar no habitado. Eso no es nada en comparación a lo que un colega de la metrópolis tiene archivado de usted… Señorita Isabel?

-Váyanse al demonio, malditos cerdos de mierda.

Enfada les respondo

-Bueno, me siento bien al no tener que lidiar con esto. Vera que mi colega pidió exclusividad del caso y no pondré ningún reparo… mira esto.

Señalaba los papeles que leía acerca de mi.

-No tienes identificación ni registro dactilar, diste positivo en cocaína, el forense indica signos de violación y te buscan por posible asesinato y terrorismo??!! Qué diablos ocurrió contigo?

Respondo levantándole el dedo del medio de ambas manos esposadas.

-Bueno… seria todo. Llévenla a calabozo.

El par de cerdos me levantan y me llevan a una celda.

En el suelo estoy por llorar, pero intento de componerme, de nada sirve lamentarme.

Al rato abren la celda y el par de cerdos me llevan a otro sector, un edificio con menos resguardo donde logro leer la placa de identificación en la entrada:

[POLICÍA DE FRONTERA – Despacho investigaciones]

Me extraña no estar en una comisaria regular.

Me llevan a una oficina la cual está llena de cerdos, cerdos detectives y delegados, todos armados.

Me sientan y aparece un cerdo bien cerdo, gordo y de bigote espeso.

-Buenas tardes señorita… Isabel Catalina Rodríguez Rodríguez… Cierto?

Mmm mucho hacia que no escucho mi nombre completo.

Acepto de malas ganas.

-Me presento, soy el comisario Alberto Sánchez, del área metropolitana. Veras estos caballeros aquí te han apresado y al enterarme no pude evitar venir a verte, tengo algunas interrogantes y ellos han colaborado amablemente.

Entre los cerdos se pasan algunos papeles y se despiden saliendo casi todos.

-Bueno ahora que estamos solos… no sabía que eras tan joven… mmm esos canallas reclutan hasta niñitas ahora.

Se pone de pie y habla con un cerdo.

-Oficial necesito de un lugar más reservado para el interrogatorio, si fuera tan amable de buscar uno, si?

-Claro señor comisario.

Ambos salen del despacho para volver a entrar y de los brazos llevarme a otro lugar.

Luego de un largo pasillo ingresamos a un galpón con muchas celdas con personas, ancianos, mujeres con niños y hombres que miraban el transitar.

-Ahhhh!!!

Escucho un grito que puedo reconocer.

-Puta de mierda seguís viva!!! Te voy a matar te voy a maataaar!!!

-Calma, calma Alexito que después sigues tu muchacho.

Le responde burlescamente el comisario Sánchez.

La cara de odio de Alex tras la rejilla, oculta algo más, era como si de verdad lo haría.

Pasamos el patio de celdas e ingresamos ahora en el segundo piso.

El suelo era alfombrado, había dos escritorios y muchas sillas, sentándome en una de ellas.

-Aquí está mejor, vamos viendo:

Pertenencias: reloj de pulsera y un bolso con un cargador beretta nueve milímetros vacío, dinero en efectivo, pastillas anticonceptivas, antivirales y antibióticos. Uhmm… Chocolates, una navaja, ocho gramos de cocaína, una beretta nueve milímetros, lápiz labial y papel higiénico.

Al nombrar cada cosa las pone en la mesa frente a mi.

-Recapitulemos:

Hace cinco días estuviste en una balacera en el club de Aragón, donde murieron acribillados ocho importantes empresarios. Esa noche también murieron muchos simpatizantes a tu causa. Además recibimos información anónima de todos los miembros de la organización terrorista. Probablemente un desertor. Yo creo que fue Alexito, cierto?

Prosigo: escapaste y te perdiste por poco tiempo; ya que, a la otra noche estuviste en el edificio “Le Havre” en un fiesta, orgia! de narcos y escoria corrupta amante de niñitas, pederastas de mierda… recién corroboramos que estuviste y mataste a varios tipos, por tus huellas digitales que sacamos hoy en el hospital. aaah y dato curioso: te certificaron como víctima de violación!? Ja ja ja. Aquí está el expediente.

El comisario toma la hoja y la lee con un rostro de sorpresa y morbosidad.

-Signos de actividad sexual vaginal y anal, con resultado de heridas en el recto.

Quien te la metió? Fue Denislao, el viejo, Rodríguez? Cierto? Encontramos su cuerpo con su cabeza reventada y claros signos de relación sexual.

Que dedicada y comprometida que eres con la causa chiquilla.

Decía esto acomodándose el pantalón y riendo con cara de degenerado.

-Prosigo: se te pierde el rastro, pero algunas prostitutas del antiguo “hotel Colon” dicen haber visto a una chica con tus descripciones, misma cosa con las chicas que encontramos en el “Le Havre”. Y jajaja, no lo creo, un conocido pastor evangélico que encontró la policía en una habitación, declaró haber tenido relaciones con una joven de tus características. Es cierto? Quiero saber.

Me preguntó mirándome con su sonrisa burlona.

-Si, es cierto.

Conteste desinteresada.

-Ayayay! Mira no te miento que dudaba que fuera cierto y si lo era, pensaba que eras una de esas putas reventadas que le da lo mismo todo, pero no. Te veo y no creo que seas tan putona…

El maldito comisario me humillaba mientras no paraba de verme y moverse en su asiento.

-prosigo: el día de ayer se reciben llamados de una balacera de alto calibre en un galpón textil y en un taller mecánico, dos muertos, dos mujeres con heridas de bala y tres detenidos: Francisco Arias, alias Alex. Humberto Solís, alias Renacuajo. Isabel Rodríguez, alias Marie.

Uhm cuando supe eso, vine a toda velocidad, todos mis buscados estaban aquí listos para encarcelar, es maravilloso!.

El comisario reía y reordenaba los papeles.

-Déjenos solos con la imputada, por favor señores…

Les indicaba mientras carraspeaba y arreglaba el cuello de su camisa

Ambos polis se retiran, quedando el comisario y sus dos subalternos.

-Pongan llave.

Ambos cerdos lo hacen y se sientan bloqueando la única puerta, ambos con una sonrisa burlona.

-Veras chiquilla que en años de servicio no me había topado con algo así, tanto muerto, tanta puteria y sentía una curiosidad, una morbosa curiosidad por saber como eras.

-Qué edad tienes?

-Púdrase!!

De inmediato una bofetada en mi boca.

-No me lo hagas tan excitante chiquilla. Mira que tengo la verga tiesa viendo como escuchas los antecedentes con tu boquita abiertita…

Su mirada morbosa me inquieta al saber que podría llegar a hacer tal tipo.

Se desbrocha un par de botones de su camisa y se pone de pie.

-Detectives no me puedo aguantar, lo siento.

-Je je je, no se preocupe jefe.

Responde uno de ellos.

-Somos hombres al fin y al cabo.

Respondió el otro.

El comisario arregla su pantalón y se acerca a mi tomando mi rostro por el mentón, desliza su dedo pulgar por mis labios mientas se relame y se soba la verga por sobre el pantalón.

-González quítele las esposas.

-Como diga.

Se acerca un cerdo y me libera de pies y manos.

-Ningún movimiento raro isabelita. Estamos claro?

Dice esto apuntando su revolver en mi frente, sin despegarlo me toma del cuello y me tira al piso, de rodillas pienso en que hacer, pero a estas alturas siento que estoy perdida… a lo más lo mordería y vería si me dispara o no, me daba igual…

-Ja ja como se nota que eres una nena mamona te pones de rodillas sin siquiera pedirlo, pero a mi me gusta de otra manera.

Me empuja del hombro hacia atrás cayendo al piso, mientras él se pone sobre mi, se sienta sobre mis pechos y libera su pantalón, saliendo como resorte una verga corta y delgada frente a mi nariz, con asco giro la cabeza.

-Nada de gritar o te va a doler, nada de lastimarme o de va a ir mal, haz lo que te diga y todo va a salir bien.

Saca el seguro a su revólver y lo toma inverso al mango amenazando golpear mi cabeza.

-Anda nena, serás mi perrita hoy. Lámelo.

Angustiada por la situación quito mi cara de su pene.

-Vamos perrita. Haz lo tuyo.

Pone su peso sobre mi e insiste en poner su verga en mi rostro, pero muevo la cabeza de una lado a otro hasta que un fuerte golpe de su mano sosteniendo el revolver me retumba la cien.

Comienzo a llorar y mover mi cabeza del dolor.

-Mira perrita, de una u otra manera me la vas a mamar, me tienes recaliente con tus fechorías. Eres una puta mamona y no te hagas la santa y si haces lo que te pido te va a ir mejor, mira que aquí los colegas pueden perfectamente declarar un intento de fuga y te metemos bala si? Y balas donde mas duele.

Me siento muy nerviosa y con miedo, estos días habían sido mucho para mi.

-Argh no reacciona, González páseme un poco de ese polvito que portaba esta putita.

Con su mano recorría y acariciaba mi rostro, secando mis lágrimas y metiendo su dedo pulgar en mi boca hasta tocar mis dientes.

Le pasan la coca y con la tapa de su lápiz saca un tanto.

-A estas chiquillas les prende esta cuestión.

Sujeta fuertemente mi cabeza y pone la coca en mi nariz, hasta dentro haciéndome daño con el plástico de la tapa del lápiz, luego toma la bolsa y libera otro resto en mi nariz.

Pataleando por la situación me golpea otra vez con su revólver, dolía tanto como para inspirar fuerte e inhalar la coca, algo quedaba por sobre mi labio pero el efecto ya se estaba haciendo notar. Moví mi cabeza mientras la molesta mano del comisario untaba la coca contra mi nariz.

-Eso perrita, ahora va a reaccionar mejor tenemos dos horas para jugar. Después reponemos lo perdido en la bolsa. Ups no escuchaste eso ya?

Todos reían mientras empezaba a sentir efectos de euforia y calor, sentía que podía levantarlo y golpearlo sin importar morir, pero no era posible al ser tremendo tipo panzón.

Me quede quieta y con respiración agitada.

-Eso perrita, ahora anda, lámelo. Saca tu lengüita.

No quería hacerlo, pero el último golpe me dejo un molesto ruido de pito en mi oreja izquierda.

Saqué mi lengua y se acomodó para dejar su verga a la altura.

-Lámelo como una perrita lame un bizcocho.

Comencé a mover mi lengua y él se acomodaba mejor.

-Eso, muy bien. Si así…

El comisario puso su verga a modo que lamiera su glande por debajo, reposando sus bolas en mi mentón.

Veo su cara de goce máximo, el morboso de mierda no perdía detalle de como yo le lamia su verga.

-Con toda la lengua…

Al pasar mi lengua por su verga él emitía ruidos de satisfacción.

Estoy muy acalorada y siento dolor en los pechos al tener tremenda masa encima, él se da cuanta y levanta sus ancas. Ya más liberada puedo respirar mejor, la posición no me deja otra opción más que tragar baba mezclada con verga del cerdo comisario.

Estoy varios minutos así, con la lengua afuera, como una perra lame un bizcocho. Solo me detengo a tragar la baba que se junta en mi boca. Se escuchan sus gemidos de cerdo y sus quejidos de placer.

-Mmmhh mmmh.

Un chorro enorme de semen cae en mi frente, en mi ojo y mi pelo, otros chorros de leche caliente cubren mi nariz y labios, quedando goteando su verga sobre mi.

-Sigue lamiendo, sigue!!

Grita mientras me amenaza con su arma empuñada.

Retome mis lamidas que ahora sabían a semen, la lefa escurre por mi ojo derecho, el cual cierro, también se mete dentro de mi oído. Que desagrado!!

Su verga no pierde tamaño ni nada y cuando ya no sabía a semen, otra corrida menos abundante inunda mi cara y boca entre sus alaridos.

-Uff nena, ahora límpiala.

Se mueve a modo de meterla en mi boca, refregándola en mis labios para luego sacarla y ponerse de pie.

No más se pone de pie y una fuerte explosión hace temblar el piso, la sirena comienza a sonar y muchas voces se escuchan a modo de aliento.

El comisario asustado se arregla la ropa mientras sus subordinados desenfundan sus armas alarmados.

-Que mierda fue eso, González ve a ver que pasa.

No más el tipo sale y otra explosión, esta vez más de choque de camión o algo que retumba el edificio cortando la luz y activando la de emergencia.

Escucho disparos de ametralladoras y gritos de aliento y fervor.

Estoy atónita y no sé qué hacer, seguía sentada en el piso ni el rostro me he limpiado.

-Se están escapando!!!

Gonzales entra gritando.

-Qué cosa!!!

Responde el comisario.

Ruidos de motor de camión se escuchan y otra vez retumba el edificio, escuchándose metralletas muy de cerca.

-No salgas idiota, quédate aquí!!!

Dicho aquello cuando un ruido de metralleta hacen caer a Gonzales que se escondía tras la puerta. El comisario y el otro poli disparan con todo entre gritos y vítores del exterior. Ambos recargan sus armas cuando ingresan hombres disparando a ambos policías.

El comisario cae de rodillas herido mientras el otro poli es un rio de sangre, el cerdo logra recargar su revolver con unas cuantas balas, mientras me pongo de pie tras de él, escuchando la inconfundible voz a Alex exclamando.

-Estas aquí maldito cerdo!!

-Ven por mi pedazo de mierda.

Dicho esto se escuchan disparos que dan en Sánchez y yo tras de él recibo toda la sangre hirviendo que emana su cuerpo. Su pesado cuerpo se derrumba sobre mi empujándome a la pared. Tomo su arma aun en su mano, la tiene apretada y es difícil sacársela. Abro mis ojos a mas no poder cuando veo a Alex al frente quien al reconocerme hace mismo gesto.

-Pendeja pu…!!!

Sin soltar el arma del comisario, muevo su mano inerte y apunto a Alex, aprieto el dedo sobre el gatillo y el martillo, tan rápido que no le da tiempo de atinar. Reventando su cráneo.

Mi respiración está a mil y siento un desagradable frio en mi rostro con corrida y sangre del comisario Sánchez que ahora dejaba caer al piso. Miro mi cuerpo y esta con grandes manchas de sangre, no lo pienso mucho y arranco de la oficina, no sin antes quitarle el arma a Alex, quien yacía desfigurado en el piso ensangrentado. Sirenas y helicópteros me vuelven a la realidad de escapar de ese lugar como sea!.

Recargo el arma debidamente, es una mp5, y tomo otra pistola que guardo por detrás entre mi pantalón. Bajo las escaleras y corro hacia el patio, el cual está lleno de gente, dos camiones parecieron abrirse paso por las rejas y el muro perimetral, policías se enfrentaban a hombres armados de buzo táctico, reconocí aquello y no lo podía creer mientras corría hacia la salida.

Probablemente los secuaces de Alex vinieron por él, aquel buzo táctico era el mismo que nos suministraron a nosotros, de origen ruso.

Varias patrullas intentaban cerrar el paso, mientras la gente pasaba por arriba, no había necesidad de disparar por el caos reinante. Logré salir del complejo con el corazón en la mano. Atine a huir hacia la zona del rio, esperando hallar algún desagüe o canal que me lleve a la ciudad, que era mejor que estar en medio del desierto. En el rio dejo la metralleta y nado hasta cansarme, veo una rejilla a lo lejos y prefiero correr que nadar. Me falta el aliento y me meto dentro del desagüe que huele horrible, veo cierta luz al interior la cual alcanzo. El nauseabundo hedor que emanaba ese lugar me hizo vomitar. Encuentro la fuente de luz y subo por la escalerilla, se sienten muchas sirenas policiales y varios helicópteros dentro de un clima de histeria y vítores a lo lejos. Destapo el desagüe sintiendo en mis manos restos maleables como gelatina, repugnante como para volver a vomitar, cosa que hago sin pudor. Retiro la tapa y salgo por fin. A mi alrededor hay humedad y sangre?

Era un lugar donde trataban cueros de animales, que asco!. Veo algunos trabajadores a lo lejos y salgo de aquella bodega. Veo colgando un overol de trabajo y lo cojo mientras retomo mi corrida lejos del ruido de la cárcel. Cansada me detengo y tomo respiro en unos empaques de heno. Estoy cansadísima e increíblemente inmunda con hedores de animales muertos, sangre, lefa y agua de canal. Decido meterme al estanque de agua que hay frente a mi, me desnudo e ingreso, el agua parece limpia, no fresca, pero limpia al fin y al cabo. Enjuago mi rostro y pelo, para luego salir y vestirme con el overol azul que encontré, el cual parecía ser el uniforme de trabajo del lugar. Tenía un logo de dos cabezas de caballos, me visto solo con ello y los inmensos zapatos de imputado.

El lugar se ve amplio y sin gente, al parecer todos evacuaron por lo ocurrido en la cárcel. Veo los graneros de heno y decido entrar para esconderme, pero solo encuentro ratas.

Llego a lo que parece ser una casa patronal. Y decido meterme por la ventanilla del sótano, abajo hay poca luz, pero parece estar mas limpio que un granero. Sobre unos sacos de harina me dejo caer. Descanso mas no dejo de estar pendiente de todo ruido que escucho. Sirenas a lo lejos, helicópteros y patrullas pasando a gran velocidad. En la casa escucho solo a una persona caminar y nada mas. Pasan las horas hasta que oscurece, incesantes helicópteros circulan todo el tiempo y sin mas me duermo de lo agotadísima que estaba.

(9,50)