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Gordibuena al ataque (madre e hijo)

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Tengo la posibilidad de atraer mucho a los hombres, soy vital, autoestima allá por el techo y siempre positiva, me conozco todos los truquitos de belleza, vestimenta, maquillaje y sobre todo cuidar mi cuerpo, si, como me han definido alguna vez y me gusta, soy una gordibuena.

Me mantengo sexualmente activa pues en una nueva “normalidad” hay hombres que gustan de las generosas proporciones de mi sobrepeso, estoy en una línea media entre sobrepeso y delgada y sobre todo no estoy en el estereotipo de pensar que solo las flacas triunfan en esta vida.

Mi sentido del humor irónico hace de mí que enfrente a esta vida sin complejos, estoy orgullosa de mi cuerpo, como dije con sobrepeso, pero bien proporcionado y objetivamente la naturaleza me doto de un atractivo rostro, dos tetas que aún no se han caído y nalgona.

Ya presentada físicamente, les cuento que tengo cuarenta y cinco años, divorciada con un hijo de veintitrés años (fui madre muy joven) el físicamente se parece a mí, bueno, en realidad él es más delgado.

Poseo un trabajo con el cual puedo vivir holgadamente junto a mi hijo, dándonos los gustos y sobre todo con la posibilidad de viajar. Ahora mismo estamos programando un viaje relámpago por falta de tiempo quizás tres o cuatro días.

Con German tenemos una relación muy estrecha, digamos que sin descuidar los roles de madre e hijo, somos amigos.

A poco de salir a nuestra escapada, nos sentamos a ver a donde podíamos ir. La decisión más acertada fue Mar del Plata, cerca y finalizando el verano, poca gente y aun con días hermosos. Vimos un par de hoteles en alguna zona alejada sin conseguir alguno de nuestro gusto, nos decidimos por unos mono ambientes muy lindos, sobre ruta once al kilómetro quinientos y pico, donde hay una playa llamada la escondida, ubicándose entre dunas y acantilados, una de las mejores siete playas del país.

Ya acomodados en la habitación, pequeña por cierto, kitchenette, baño reducido, una mesa con dos sillas, frigo bar (vacío) un televisor con T.V. cable y una cama King size completaba el marco de la casa, acogedora por cierto.

Ese día lo ocupamos en hacer el mercado y tener para desayunar, almuerzo y cena lo haríamos en lugares para tal fin y pasear un poco por la zona. Cenamos en un puesto de sándwich, regresamos a la habitación a descansar para arrancar mañana con toda la fuerza. Nos acostamos ambos en cada lado de la gran cama, pusimos una película en la pantalla, película, que no terminamos de ver.

Al día siguiente nos encaminamos luego del desayuno hacia la playa para disfrutar de la bella jornada. Había amanecido con un sol radiante y bastante caluroso, espectacular para disfrutar de ese paradisiaco lugar.

Iniciamos el camino hacia “la escondida” que como su nombre lo indica, si bien no es difícil llegar tiene un ingreso escarpado, pero no menos bello. Una hermosa vegetación rodea una rampa de madera, la cual nos permite descender para hacer contacto con la cálida arena, un gran cartel que nos da una hermosa recepción, a modo de “reglas” de lo que no está permitido.

-no venta ambulante

-no ingreso con animales

-no ingresar con parlantes ni escuchar música fuerte

-no jugar a la pelota

-no fumar

Y una última que entendimos a los pocos minutos de estar allí, no se podía sacar fotos.

Faltaba poco para llegar, seguimos por esa rampa un par de metros más, y un paradisiaco lugar se hace presente ante nuestros ojos, parecía una postal.

Nuestros ojos no daban crédito a lo que veíamos, había gente con y sin ropa ni traje de baño.

Otro cartel rezaba… aquí el nudismo es su opción, ninguna persona tiene la obligatoriedad de despojarse de su ropa, pero si lo decides, nadie va a observarte, en esta playa solo se mira a los ojos.

Como haciendo caso al cartel nos miramos a los ojos y nos descubrimos con los mismos abiertos como un sol, ambos dijimos a la vez ¡¡¡“una playa nudista”!!! Y echamos a reír.

Como si fuera una cosa natural, alzamos la cabeza, sacamos pecho y buscamos una ubicación para poder disfrutar, a eso vinimos.

Ya tendidos en la manta sobre la arena y a media sombra de un morango, me dedique a leer un libro que había llevado y lo tenía pendiente, de reojo lo observe a German, sus ojos no daban abasto de tantos culos y tetas que andaban al aire libre, su short hacia bulto, lo que me indicaba erección segura.

- German, acércate un poquito, (le soplo dentro del ojo)

- Mama, ¿por qué me soplas?

- Me pareció que te había entrado un culo en el ojo

Nos echamos a reír ambos y hacer comentarios sobre la gente que se desnudaba, obvio comentarios positivos, para nada burlándonos.

- La verdad que hacer nudismo debe ser complicado.

- No German para nada, solo hay que animarse, o cuando haces el amor lo haces con ropa.

- Mama, me da vergüenza hablar de eso.

- Eso te debería dar si salís a robar. Por ejemplo a mí no me gusta tener sexo y estar con ropa, me gusta piel a piel.

- Pero dale, dale, te dije que me da vergüenza.

- ¿Tenés novia? Nunca me presentaste ninguna.

- No mama, sabes que soy muy tímido y no se mucho de mujeres (poniéndose muy colorado)

- Bueno hijo, vamos a hablar y vemos de qué manera te puedo ayudar.

- Y vos ¿tenés novio? Porque nunca me contaste nada.

- No German, no tengo novio, ni quiero por ahora, así estoy bien.

- Pero… recién me dijiste que te gusta el sexo sin ropa.

- Una cosa es lo que me gusta, otra es lo que hago, hace rato que no tengo relaciones con ningún hombre.

- Pero mama, sos una mujer hermosa, te mantenes muy bien, conservas tu físico, sos muy capaz y floreciente en el trabajo.

- Lo decís porque sos mi hijo.

- No mama, lo digo porque es real, te hago una apuesta.

- ¿Cuál sería?

- Hagamos nudismo ambos, aunque me moriría de vergüenza por vos hago lo que sea.

- ¿Qué apostaríamos?

- Extender estas mini vacaciones unos días más si gano yo, y nos vamos a término si ganas vos.

- A ver a donde querés llegar. ¿Qué gano yo?

- Que si hacemos esto del nudismo, vas a acaparar las miradas de muchísimos hombres, y te vas a dar cuenta que no lo digo porque soy tu hijo. obvio sin la obligación de hacerlo.

- Bien ¿que pensas hacer con tu timidez?

- Creo, sería una buena oportunidad para un comienzo, tal vez la pueda vencer.

Lo escuchaba y no podía creer que mi hijo haya tomado esa iniciativa. Pero bueno, a ver qué ocurre…

Yo, cero complejo y cero pudor, sin dudar, saque la parte de arriba de mi malla, mis dos voluminosas tetas salieron expulsadas hacia adelante, luego fui a por la parte de abajo, esta vez fui más lento, dejando expuesto todo mi sexo, con unos desprolijos pero recortados vellos pubianos, los ojos de German no daban crédito a lo que veía, creo que ni por asomo pensó que, justo su madre y frente a él, haría nudismo. Debo reconocer que hice trampa, pues ya había hecho lo mismo en un viaje a España, no digo estar acostumbrada, pero ayudo.

- Bueno, yo cumplí, ahora te toca a vos.

Sin sacarme los ojos de encima, estuvo dudando un rato largo para sacarse su short. Vi como su miembro abultaba la prenda.

Espere y espere, su tonalidad de piel pasaba de blanco a rojo, el rubor inundaba su rostro, hasta que se decidió y muy pero muy lentamente comenzó a desnudarse, dejando expuesto su sexo, que no dudo en taparlo con sus manos y salir hacia el mar.

Pude observar que German se la traía escondida, como ha crecido mi niño, y la naturaleza lo doto espectacularmente bien, hacía rato que no veía algo de ese tamaño, no es descomunal pero sale de la media.

Como ha crecido mi niño.

Me incorpore para ir a paso cansino hacia el agua, mi hijo tenía razón, me percate que muchas miradas masculina se centraban en mi anatomía, como dije estoy por arriba con el peso, pero aún conservo mis formas. Al llegar al agua me acerco a German y le digo que ha ganado la apuesta, con una sonrisa de lado y socarrona me disparo un “te lo dije”, lo abrace para darle un beso y note al instante que algo duro nos separaba, su miembro en erección, un cosquilleo me recorrió el cuerpo, algo que hacía tiempo no sentía, hasta me pareció tener la impresión que el interior de mi vagina palpitaba. Me aleje un poco y bese su mejilla, agradeciendo la idea que tuvo.

Pasamos un rato nadando, la sensación de estar sin ropa en el agua es espectacular y se lo hice saber. Le dije de salir e ir a tomar sol para aprovechar, accedió de inmediato. Puse una condición, que no se tapara, al fin y al cabo la idea fue suya, yo también quería ver las reacciones de la gente al ver a mi acompañante.

Accedió de mala gana, salimos y fuimos caminando lentamente hacia la lona, dándome cuenta que su miembro acaparaba las miradas de las mujeres y algún que otro comentario que no alcanzaba a escuchar, generándome un poco de celos.

Paso el día así, nos retiramos al departamento para bañarnos y así sacarnos la arena del cuerpo e ir a cenar. Con total naturalidad ahora él se sacó toda la ropa y anduvo desnudo por la casa, no lo podía creer, que se haya animado. Me bañe en un primer turno, al salir hice lo propio, quedando desnuda hasta que finalizo su baño. Nos vestimos y fuimos en busca de algún lugar para la cena. Durante la misma hablamos mucho sobre la experiencia, remarcándome en todo momento como me observaban y no me quitaban los ojos de encima, lo mismo que a él, quien acaparaba las miradas femeninas.

Ahí me di cuenta que aún estaba deseable y German no me había mentido en lo que dijo sobre mí.

Salimos a caminar en búsqueda de algún otro negocio para tomar un helado, encontramos uno y compramos, luego seguimos caminando con una luna que nos seguía por dónde íbamos, lo mismo que las miradas de la gente que nos veía pasar tomados de la mano.

No sé si era producto del alcohol que había consumido, por haber visto a mi hijo desnudo, por las mirada que atraía mi culo que iba y venía de lado a lado o la ajustada remera que hacía ver mis tetas más grandes de lo que son, que me había excitado de una manera tal que sentía la humedad en mi vagina.

Al llegar al mono ambiente, nos sentamos a tomar un vaso de gaseosa y disponernos descansar para el día siguiente, cada uno hizo lo propio en el baño y fuimos a la cama, el primero en acostarse fue mi hijo, quien lo hizo en calzoncillos, luego de sacarme el corpiño (me gusta dormir desnuda) me acosté al otro lado de la cama dando la espalda a mi hijo, entregándome a los brazos de Morfeo casi enseguida.

Como tengo el sueño liviano, algo me despertó, sentía un ligero movimiento en la cama, por lo rítmico me di cuenta enseguida que German se estaba masturbando, algún gemido casi imperceptible se escapaba de su boca, nuevamente esa sensación de humedad en mi vagina, ¿estaba loca? Me excitaba con la paja de mi hijo, no lo podía creer. Mi excitación crecía cada vez más, creo, más que creo estaba convencida de algo que se me había cruzado por la cabeza en la playa, ¡¡¡probar la verga de German!!!

Así de lado como estaba lleve el brazo hacia su cuerpo, mi mano bajo hasta esa deliciosa verga, delicadamente retire la suya y tomándola suavemente continué la tarea que él había empezado, subía y bajaba por ese sabroso miembro, mientras representaba en mi cabeza el tamaño, tratando de recordarlo como lo había visto. No pude aguantar más, de un brinco me arrodille en la cama y todo ese pedazo de carne que necesitaba cariño desapareció en mi boca, por un momento dude, pero ya estaba en proceso, así que seguí en la tarea.

Ocupando toda la boca y moviendo la lengua de la manera que me dio la experiencia de los años, ese ejemplar de semental lleno toda mi boca de su semen caliente, salió con tanta fuerza que me agarro una arcada que me hizo abrir la boca aún más y perder un poco, el que cayó sobre su pelvis, igualmente como un gato que toma su leche, recogí lo que había quedado en su cuerpo.

Así como German estaba asombrado de lo ocurrido, yo no podía creer que me había animado, pero como dice el refrán, ya estaba en el baile, entonces… bailemos.

Tome su cabeza y ejerciendo una leve presión lo guie hasta mi empapado sexo, ya sediento y pidiendo acción. Su inexperta lengua comenzó a hacer un torpe trabajo.

- Amor, pone la lengua blanda, así, eso es, obedezca y tendrá la recompensa, ahora suave, por fuera recorre todo el contorno, como si tomaras un helado y no quisieras que se acabe nunca, ahora anda separando los labios buscando la entrada y vas a probar los jugos de mama, si así, aprende rápido mi niño ahora subí y baja, busca una dureza que en la parte superior y suave, pasa la lengua en redondo y dale chupaditas suaves. Ahora mama no habla más, quiere disfrutar a pleno del placer que le estas dando.

Siguiendo mis indicaciones se estaba convirtiendo en un experto a pasos agigantados, hasta se animó a pasar su cálida lengua por mi ano haciéndome estremecer, el primer orgasmo lo tuve cuando lo escuche decir entre mis piernas…

- Que rico es el sabor de mi madre, nunca imagine que era tan copioso, exuberante, sabroso.

Con todos los fluidos destilados mi hijo se estaba dando un banquete.

Ya no aguantaba más y poniéndome de rodillas le dije que se ubique detrás mío, tome su miembro enfilándolo hacia la entrada de mi sexo e indicándole que me penetre, lo hizo, fue de un solo golpe de cadera, su tamaño y la violencia de entrada lleno toda la cavidad, haciéndome pegar un grito, la saco de inmediato. Explicándole que me había dolido porque hacía mucho que no tenía relaciones y su verga era grande. Le pedí que continuara, cosa que hizo, con la diferencia que fue mucho más suave y tierno (cosa que me gusto) su vaivén cadencioso me hizo acabar en reiteradas oportunidades, entre gritos y gemidos pensaba que era hermoso sentir su ser por donde hacia veintitrés años, él había salido y la sola posibilidad que su semen me embarazaba (imposible porque estoy ligada) me excitaba aún más, mis orgasmos eran cada vez más intensos y me hicieron olvidar la culpa que sentía por haber llegado hasta aquí.

Lo sentí gemir cada vez más fuerte, me di vuelta para mirarlo a los ojos, que ya se habían puesto en blanco, comenzó a bufar como un toro embravecido y me di cuenta que estaba a punto de llenarme con su semen. Sus movimientos se hicieron más y más violentos, las bolas golpeaban contra mi vagina y el ruido que hacían mi encharcada vagina hizo, que justo en el momento en que descargaba todo el contenido dentro, yo tuviera el mejor orgasmo de toda mi putísima vida, acabamos los dos juntos entre gritos desaforados y gemidos, ambos decíamos palabra ininteligibles, sentía el semen tibio chorrear por mis piernas, a la vez que su miembro palpitaba dentro. Cayó sobre mi espalda, entre nerviosas risas y creo, un poco de vergüenza, me dijo.

- Gracias mama te amo.

Luego de un baño para limpiar el enchastre que hicimos nos acostamos a descansar, dormimos totalmente desnudos y abrazados toda la noche.

Al día siguiente, nos despertamos con el olor a sexo aun flotando en el ambiente, mi hijo con las hormonas a full no dudo en volver a perderse entre mis piernas dándome otra ración de sexo.

Los días en que duro nuestra estadía en Mar del Plata, paso entre playa nudista, en la cual encontramos un apartado para poder tener sexo con el morbo que eso implica y las sesiones nocturnas en el departamento, experimentando todo lo que se podía, hasta me anime a tener su verga dentro de mi culo, cosa que me encanto.

En los días que estuvimos de nuestras sexuales vacaciones, German se hizo un verdadero experto en lo relativo al sexo, no pensé nunca en convertirme en docente sexual.

Hoy, aún seguimos teniendo nuestros encuentros amorosos y nuestras vacaciones “especiales” me parece que no nos deben quedar muchas playas nudistas por conocer, hemos recorrido muchos países en busca de ellas. Que más se puede pedir, mi hijo, viajes, playas y sexo desenfrenado.

(9,50)