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Jaque mate, querida primita, jaque y mate
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Soy una enamorada del ajedrez y esta historia pudo pasar, pero no pasó, lo deseaba sí, pero también huía de ello, que me arrepiento de haber huido, no sé,  pero quizás,  quizás si cierro los ojos con fuerza pueda soñar y volver a aquella tarde de verano.

-Sabías que soy una enamorada del ajedrez primito -Le decía a Jaime cuando le veía jugar al ajedrez a él solo. –Si quieres podemos jugar una partida.

-Ay primita, no sabes dónde te estás metiendo, pero venga una partida. –Me contestaba muy seguro de sí mismo.

Era una tarde muy calurosa de esas que el calor se pega en la piel y no puedes escapar salvo si estás en casa con el aire acondicionado o en la piscina refrescándote, pero para nuestra desgracia el aire no funcionaba, así que estábamos a la sombra de un sauce llorón sentados en el césped del jardín de mi casa junto a la piscina.

-Blancas o negras, Lara, te doy a elegir. –Seguía burlándose de mí como si no supiera jugar al ajedrez.

-Negras, Jaime, para que veas que no me das miedo, las blancas para ti.

-A ver listilla, que por haber leído un libro no te creas que sabes de ajedrez. –Se refería al libro con el que me había visto en la piscina, un libro que realmente me había apasionado y que ahora estado en boca de todos debido a una serie de televisión “Gambito de Dama”.

-Ja, ja, ja, que gracioso eres Jaimito, mueve y calla.

Empezamos la partida y ya en los primeros movimientos se dio cuenta del error que había cometido al subestimarme, ya no era aquel gallito que me iba a destrozar y a mitad de partida ya sudaba, no solo por el calor que hacía sino por el cariz que estaba tomando la partida cuando le comí primero una torre y luego teniendo que sacrificar un alfil y su dama, se dio cuenta de que la partida era mía tres movimientos.

Jaime me miraba sorprendido y sin decir nada empezó nuevamente a colocar las piezas en el tablero para una nueva partida. Hacía calor, demasiado calor y empecé a desprenderme de la camiseta que llevaba quedándome con el sostén de mi bikini, se veía mi cuerpo sudado y me pasaba una lata de cerveza bien fría por mi piel refrescándome un poco mis brazos, mi vientre e incluso entre mis pechos, Jaime se había quitado hacía rato la camiseta y ahora seguía con gran atención mis movimientos, los de la lata sobre mi cuerpo.

La siguiente partida fue más disputada, mi primo ya no me trataba como a una aficionada sino como a un rival a tener en cuenta y en la tercera partida que jugamos y después de dos jaques mates seguidos como a una digna rival. El calor seguía apretando y poco a poco nos íbamos liberando de más ropa hasta quedarnos solo con el bañador mi primo y yo con el bikini, cada vez más miradas entre nosotros, el juego paso a un segundo plano para mí, le miraba sus músculos, sus pectorales y abdominales regados de sudor, mi primo aparte de guapo tenía un cuerpo de infarto, con un culito que daban ganas de apretar y tocar.

Jaime no se quedaba atrás y escaneaba cada vez más mi cuerpo, mis senos eran el blanco de sus miradas que debido a las continuas latas frías que me pasaba por ellos mis pezones se habían alzado y clavado en mi bikini, la verdad que hasta entonces no me había percatado, pero esa situación me estaba excitando y más cuando pillaba a mi primo mirarme la braga del bikini, clavando sus ojos en mi vulva, excitándome cada vez más esa situación me senté con mis piernas cruzadas como si fuera hacer yoga para dejar que mi primo disfrutara más de mi cuerpo, regalándole un primer plano de mi vulva con mis piernas abiertas.

La tercera partida había comenzado con movimientos rápidos y agresivos por parte de mi primo, quería ganarme a toda costa, quería noquearme y casi lo consigue cuando lo tenía una vez más ganado, Jaime me sorprendió con aquellos movimientos que me había escondido haciéndome que perdiera la iniciativa, pero al final volví a remontar y se veía una vez más superado por mí, así en el último movimiento cuando le comí su dama dándole el jaque final se abalanzó sobre mí queriéndome quitar la dama de la mano y riéndose me decía que no valía, los dos estábamos muertos de risa tumbados en el césped queriéndome quitar la figura de mi mano, empezamos a forcejear sin que ninguno de los dos nos diéramos todavía cuenta de la posición en la que estábamos, él encima de mí con mis piernas abiertas y continuamente rozando su pene contra mi vulva.

Al vernos en esa situación los dos nos tranquilizamos, páramos de forcejear y dejamos de reír, con su cara a pocos centímetros de la mía nos miramos a los ojos fijamente, mi primo seguía moviendo su cadera muy sutilmente apretando su pene contra mi vulva y yo sin decirle nada le dejaba hacer.

-Me das la dama primita. –Me decía a la vez que seguía moviendo sus caderas.

-El que primito. –Le contestaba muy seria, cuando empezaba a notar como su pene se endurecía y se clavaba por encima de mi bikini en mi rajita mientras me mordía el labio inferior con los dientes.

-Te gusta Lara. –había cambiado de tema por completo.

-Ganarte, pues claro que me gusta. –Le contesté bromeando e intentando evitar esa conversación a la vez que me sentía tremendamente excitada y notaba como mi vagina se iba humedeciendo.

-Eso no tontina, esto otro.-Volvía a insistir.

-¡Ah! Esto, lo que haces para distraer mi atención y así poderme ganar. –Le volvía a contestar en plan de broma y volviendo a quitarle hierro al asunto hasta que su pene se clavó en mi vagina provocando un pequeño gemido. –Mmm, claro que me gusta Jaime, claro que me… -Jaime en esos momentos me cortaba dándome un beso suave y cálido en los labios, un beso que tubo contestación por mi parte cuando solté la figura de la dama en el césped y le abrazaba entreabriendo mi boca para darnos un beso más profundo.

Era domingo por la tarde, una tarde calurosa y mi familia salvo Jaime se habían ido ya a Valencia, Jaime empezaba a lamer mis pechos cuando me quito el sostén y yo empezaba a pensar que aquello no estaba bien, pero no quería parar, su boca había succionado mis pezones y su lengua jugaba con ellos, mis jadeos eran más evidentes cuando nuestra respiración se iba acelerando, cuando note como con su mano me apartaba a un lado la braga de mi bikini y sentía su glande entre mis labios buscando la entrada de mi vagina, calor, demasiado calor pensaba, por fuera y por dentro, estaba como ida sin saber muy bien cómo actuar, su pene ya empezaba a penetrar en mi vagina cuando le aparte de mi lado y con una risa nerviosa le decía que tenía calor tirándome de cabeza al agua de la piscina en top les, con mi braguita desplazada hacia un lado dejando ver la pequeña sonrisa de mi vulva.

Jaime se quedó un poco sorprendido sin saber que hacer hasta que le pedí que se metiera en el agua conmigo, realmente no sé por qué actué así, quizás el último bastión de mi cordura hasta que fuera aplastada por completo por mi deseo carnal, le llamaba sensualmente tocándome los pechos y mordiéndome los labios.

-Vamos primito, a ver si eres capaz de darme un jaque. –Le decía insinuándome continuamente y quitándome el bikini por completo tirándolo al otro extremo de la piscina. –Haber ese alfil, haber ese caballito si sabe montar a su reina.

-Quieres jaque Larita, yo te voy a dar jaque y el mate también primita. –Jaime se había levantado y quitándose el bañador se tiró.

de cabeza a la piscina buceando hasta donde yo estaba, era la primera vez que le veía desnudo, había sentido su pene, pero en ningún momento se lo había visto y lo que había visto me había impresionado.

-Ja, ja, ja, Jaque seguro primito jaque seguro, pero habrá que ver el mate. – Le susurraba al oído mientras que le abrazaba y besaba burlándome de él después de que me hiciera gritar como una loca cuando emergió del agua abrazándome y queriendo hacerme una aguadilla.

Empezamos a besarnos dando giros sobre nosotros mismos, siento como su pene golpea mi vientre y mi vulva se roza y aprieta contra su muslo, Jaime me coge por mis nalgas y me sube y sujeta en vilo, le rodeo su cuello con mis manos besándole sin parar y envuelvo con mis piernas su cuerpo, mis pechos medio hundidos en el agua se aplastan contra sus pectorales, ni una palabra, ni una frase jocosa para meternos el uno contra el otro, ya solo bailamos dentro del agua al ritmo de los besos y caricias, de su pene contra mi vientre y deseando los dos que nuestros sexos se unan por fin.

Damos vueltas por toda la piscina hasta topar con una de las paredes, dejándome de coger los glúteos sus manos se dirigen a mis senos apretándolos con suavidad, lamiéndome y metiendo mis pezones en su boca, con otra mano me aprieta la vulva con todos los dedos, noto la palma de su mano sobre mi clítoris y como sus dedos entran en mi vagina, cerrando y abriendo su mano, metiéndome sus dedos como pequeños ganchos para hacerme gemir y mientras su pene baila de arriba abajo entre mis manos.

-Esta vez te vas a quedar quieta mientras te la meto. –Me susurra al oído, lamiendo mi lóbulo y metiendo el pequeño pendiente en su boca. –Vas a dejar que te dé jaque Lara.

-Mmmm, inténtalo Jaime, tú métela a ver qué pasa, sabes lo patosa que soy cuando estoy en el agua y ahora me tienes acorralada. – Le susurré jadeando y excitada esperando sentir su pene dentro de mi cuerpo, le dejaba de abrazar por el cuello y mis brazos se echaban hacia atrás poniéndolos en cruz sujetándome sobre el borde de la piscina. –Tú apunta bien y métela a ver qué pasa, mira aquí te lo dejo. –Abrí mis piernas mostrándole el camino para que se metiera entre ellas.

En ese momento Jaime me coloca su pene en la entrada de mi vagina y va empujando despacio, siento como va entrando, como mi vagina se llena con ella, nos miramos a los ojos mientras que mi boca se va abriendo a la vez que la noto meterse en mi interior, cierro los ojos y apoyo mi cabeza contra el borde de la piscina y dejo expulsar el aire de mi cuerpo en forma de gemido cuando la siento retroceder y volverse a meter, noto la humedad de mi vagina, como se empapaba de flujo y como envuelvo su pene como si fuera un regalo, un regalo que mi primo me está dando en estos momentos, cuando me atrae hacia él y me separa rítmicamente metiéndome su pene.

Ahora ya solo se oyen las olas de la piscina que hacemos al movernos, a los pájaros piando cuando vuelan por encima de nosotros, las cigarras recordándonos el calor de la tarde y a la música que nosotros empezamos a poner, me siento penetrada por él, su pene lamido, abrazado y succionado cada vez con más insistencia por mi vagina, los gemidos de los dos y mis gritos van en aumento, por fin Jaime me la mete sin preocuparse de que me separe, pero como voy a separar si me está follando y me está volviendo loca de placer, noto como la excitación me sube por momentos, pero como me voy a separar cuando la tengo tan dentro de mí, Jaime empuja con fuerza dejándomela dentro y robándome los gritos más altos que nunca un chico ha conseguido sacarme.

Conozco mi cuerpo y sé que no voy a tardar en correrme, Jaime me está follando de tal manera que en poco tiempo voy a disfrutar en un maravilloso orgasmo, no podía más y le abrazo envolviendo nuevamente su cuerpo con mis piernas.

-Me corro Jaime aahh, me voy a correr mmm. –No paro de decírselo al oído, Jaime me vuelve a coger de los glúteos y mientras anda me la va metiendo cada vez un poco más, la siento tan profunda, empieza a subir las escaleras del suelo de la piscina conmigo en brazos hasta llegar a una pequeña plataforma donde el agua solo cubre dos o tres centímetros y me tumba con suavidad para que su pene no salga de mi interior y empezamos a mover las caderas con un ritmo más vivo, desde luego que estoy disfrutando como nunca, cada empujón, cada vez que siento su pene deslizarse dentro de mi vagina penetrando tanto con ella, es un grito al aire con los ojos cerrados y arrastro mi cabeza de lado a lado, ahogando mi melena con él poca agua que me cubre.

Jaime también empieza a gemir, a dar pequeños gritos de placer, su pene está siendo amado con cariño por mi vagina, recibiendo un masaje en mi interior, una vagina húmeda, mojada y muy caliente. Parece que lo tenemos planeado porque los dos empezamos a corrernos, en mi caso siento un orgasmo espectacular, siento en cada una de sus embestidas como mis piernas tiemblan y como él poca agua de la plataforma me salpica cada vez que me penetra con su pene, en su caso supongo que igual de placentero por los gritos que Jaime lanza al viento al metérmela tan al fondo y dejármela allí metida, que mis gritos se han unido a los suyos, su pene está estallado y lanza sobre mí a gran velocidad chorros de su semen caliente, mi vagina se está llenando con su semen y une a la cascada de flujo que ya ha inundado mi interior.

Ya más despacio, Jaime me sigue follando, me besa y susurra al oído “jaque mate primita, jaque y mate”, poco a poco su pene ha salido de mi interior y mi vagina empieza a expulsar una mezcla de mi flujo y su semen diluyéndose en el agua de la piscina. Salimos de ella envueltos con nuestros cuerpos sin parar de besarnos, no quiero admitir que hemos terminado, quiero más, mi deseo no se ha acabado todavía todo lo contrario, sigo súper excitada y quiero volver a follar, a sentir su polla en mi vagina y maldigo la biología masculina, porque tiene que estar tan flácida su polla, quiero arreglar esta injusticia y me llevo su pene a mi boca para empezar la maniobra de resucitarla, empiezo a lamer, a intentarla revivir cuanto antes, metiéndomela en la boca hasta sus testículos una y otra vez, lamiéndola de arriba abajo hasta que por fin un aló de esperanza, se va hinchando poco a poco dentro de mí.

-Ya tienes el peón en pie primo, ahora tú mueves. – Le comento mirando hacia arriba con su pene en mi boca, sus manos han estado acompañando a mi cabeza cada vez que su pene se metía en mi boca y ahora su pene ya está totalmente recuperado. –Ahora tú decides el movimiento siguiente, me has dado un mate si, pero yo te he dado tres.

-Me encanta esta faceta Larita.

-¿Cuál?

-La de zorrita insaciable primita, ven sube que te vas a enterar. –Jaime me abraza por la espalda sujetándome los brazos y apretando mis senos, subiéndome del suelo y besándome el cuello, me balancea hacia atrás y hacia adelante jugando conmigo como si fuera una campana.

Los dos desnudos nos reímos con el balanceo, flexionando mis rodillas y dándole con mis muslos en sus manos, me balanceaba hacia adelante y hacia atrás con su pene metido por debajo de mis nalgas, parece el badajo de la campana continuamente dándome en mis nalgas, “joder” siento como su pene se ha metido sin previo aviso en mi vagina tan rápido y tan profundo que como las campanas expresan su sonido al darles con el badajo yo acabo de gritar de sorpresa, su pene me está volviendo loca de nuevo.

Ninguno de los dos hemos pretendido este desenlace, pero ya puestos mi primo me suelta junto al árbol y apoyo mis manos sobre el sauce llorón levantando una de mis piernas que Jaime me sujeta por debajo de mi muslo, metiendo y sacando su pene de mi vagina empiezo a disfrutar como antes, empiezo a gemir como antes, realmente este polvo está siendo impresionante, llevamos un largo rato follando, su polla baila en mi interior continuamente rozando mis paredes vaginales, pero estoy cansada de estar en esa posición y despacio me voy agachando sobre la toalla con Jaime penetrándome una y otra vez, encima de la toalla me folla a cuatro patas, parece incansable porque él sigue metiéndomela cuando yo ya me he corrido una vez más, empiezo a estar cansada de sus empujones que me hacen perder el equilibrio debido en gran parte al orgasmo que acabo de tener, me ha temblado todo el cuerpo por igual y ha hecho que mis brazos hayan caído al suelo, luego mi cara y más tarde mis piernas extendiéndolas.

Jaime sigue metiéndola esta vez más rápido y con más fuerza, tumbado encima de mi espalda me penetra por detrás con mis piernas un poco abiertas, lo justo para que pueda maniobrar como lo estaba haciendo hasta que un nuevo orgasmo me hace nuevamente temblar, pero esta vez unido al suyo, esta vez sus gritos más altos que los míos, su pene quieto dentro de mí expulsando su rico cargamento que navegaba por un mar embravecido.

Esta vez el pene de mi primo perdía su fuerza dentro de mí y poco a poco iba saliendo de mi vagina, esta vez los dos tremendamente sudorosos nos quedamos quietos, exhaustos por más de 20 minutos follando sin parar, 20 minutos sintiendo como su polla entraba y salía de mi vagina, me dolían las piernas de tenerla abiertas, respiraba como si hubiera terminado una maratón, sentía como mi corazón quería escapar de mi pecho al igual que el de mi primo que no se movía de mi espalda, hasta que se volvió y se tumbó junto a mí, me di la vuelta y apoye mi cabeza en su pecho.

-Dos en uno querida prima, estamos en paz. –Jaime me acariciaba los hombros y besaba mi pelo, la tarde ya llegaba a su fin, el sol empezaba a desaparecer por detrás de las casas y todavía jadeando por el esfuerzo le pregunté.

-Te vas a Valencia ahora o te puedes ir mañana Jaime.

-No tengo prisa, estoy de vacaciones Lara.

-Pues entonces ven. –Me levantaba del suelo y le daba una mano para ayudarle a levantarse, los dos desnudos desaparecíamos en el interior de la casa a oscuras y pocos segundos más tarde se encendía la luz de mi habitación.

______________

Madre mía lo húmeda que estoy, ahora puedo decir que me arrepiento de haber huido aquel día, si pudo ser así, me equivoqué.

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