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La licenciada esconde un secreto (parte 1)

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Estaba cansada como cualquier otro día, la espalda me mataba, resultado de usar tacones el día anterior, según yo estoy acostumbrada a ello, no quería levantarme de la cama, eran las 6:20 am, sabía que en 10 minutos sonaría la alarma, me dispuse a intentar dormitar los 10 minutos que podía, no lo conseguí, me sentía cansada, incomoda y algo extraña.

Pude notar con algo de asombro que mis bragas amanecieron algo húmedas, algo fuera de lo normal a decir verdad, no me sucede desde la adolescencia, intente convencerme que quizá sea por el periodo que estaba cerca, pero luego recordé la fecha, el periodo aun no debería llegar, así que revise con curiosidad, decidí introducir la mano por debajo de mi calzón blanco, (usaba un calzón tipo pantaleta para dormir, los típicos de abuelita).

Noté que había una sustancia de aspecto viscosa en mi calzón, que salía de mi vagina, mientras examinaba, sin querer rose mi vagina a lo que la sentí muy sensible, palpe con cuidado mis labios, estaban muy húmedos y sensibles, deslizaba el dedo lentamente desde el clítoris hasta la entrada de mi vagina, ese movimiento empezó a provocarme y no tuve remedio más que acariciar mi clítoris con cierta desesperación y ansia al sentir toda esa excitación, ¿que lo habría provocado? Algún sueño quizá, pero la pregunta real era ¿con quién había soñado?

Seguí masturbando mi clítoris un par de minutos, hasta que muerta de ganas, tome de mi mesa de noche mi juguete favorito , un dildo de silicona de unos 17 cm de largo y al menos 5 centímetros de diámetro, con tal humedad la penetración fue sencilla, me introduje el juguete hasta el fondo, escuchaba el rechinar de mi vagina con tal humedad, generaba sonidos chirriantes y sensaciones húmedas, me introducía el dildo una y otra vez hasta que conseguí el orgasmo y al unísono de un gemido mío sonó la alarma, habían dado las 6:30 am y debía arreglarme para el trabajo.

Me levanté, fui al inodoro como de costumbre cada mañana, me metí a bañar y mientras tallaba mi cuerpo pude notar esa sensación de nuevo, tenía los pechos súper sensibles, apenas el roce con el jabón me provocaba un jadeo y querer morder mis labios, el jabón vaginal que usualmente uso me hizo sentir más sensible la vagina, algo estaba pasando me y yo no sabía que era, ¿Por qué me sentía tan excitada y deseosa?

Mi itinerario era algo ajustado así que no pude darme cariño durante el baño, lo cual me dejó algo frustrada, seguía sintiéndome muy excitada y deseosa lo que me provocó ganas de ponerme ropa muy sexy, busque entre el cajón de mi ropa interior algo que me hiciera sentir súper sexy, sabrosa y buena, soy de las chicas que ordena su ropa interior por tamaños y por color, decidí elegir una tanga satinada de color negro, tenía unos tirantes cruzados y muy sexys, en la parte de atrás tenía una argolla que unía todos los tirantes, incluyendo el que bajaba por el culo y se mete entre las nalgas, decidí ponerme un liguero a juego, satinado, negro y sobrio, elegí unas medias lisas, negras que tenían un brillo especial, ahí estaba yo, viéndome a mí misma en mi espejo de cuerpo completo, me excitaba con mi propio reflejo, verme tan sexy envuelta en esa lencería que parecía una segunda piel en seda hecha solo para mí, viendo aún mis pechos al aire que con solo la brisa ya se sentían estimulados.

Nuevamente mis alarmas me sacaron de mi delirio y me continúe vistiendo, me coloque el brasier a juego, sabía que una lencería así solo podía lucirse con una ropa muy pegada, muy justa y a juego, por lo que elegí una minifalda azul marino pegada que apenas y me cubría las nalgas y unos centímetros de más por debajo, casi se notaban las tiras del liguero, continue, con la blusa que era azul cielo de botones, se transparentaba un poco mi brasiere a contra luz, decidí peinarme con una sola coleta, me gustan los accesorios elegantes por lo que solo me coloque una pañoleta en el cuello de la blusa, mi saco a juego con la falda, elegí mis tacones de charol negro, que me aumentaban por lo menos unos 10 centímetros de altura, estaba dispuesta a robar miradas en la oficina, y dejar a los hombres babeando, me sentía con mucha seguridad y muy sexy, pero aún me sentía muy deseosa, por lo que se me hizo una idea fabulosa asistir con un juguete escondido.

Veía el reloj sabía que tenía el tiempo justo, así que lo tome como reto personal, afortunadamente tengo lubricante en mi buró así que trate de tardarme lo menos posible, hice a un lado mi tanga, me coloque lubricante en las yemas de mis dedos y comencé a lubricarme lentamente el culito, solo con esa acción pude sentir que nuevamente mi vagina se humedecía, decidí colocarme mi plug anal, lentamente intente introducirlo, el tiempo estaba en mi contra así que no podía esperar a que mi culo dilatara lo suficiente, así que apenas entró la punta, lo empuje lentamente hasta el fondo, lo cual me provocó un grito de dolor que luego se convirtió en placer, mi plug no es muy grande y tampoco es el más pequeño del mercado pero cumple su cometido, me mire el trasero contra el espejo y solo se veía aquella joya color rosa en medio de mis nalgas, sentía todo el corazón latiendo a toda marcha, un poco de sudor resbalaba por mi pecho, ya era tarde y ahí estaba yo en mi habitación gozando con esa penetración anal, debía irme pero aún me sentía incompleta.

Decidí colocarme mi vibrador a control remoto en la vagina, ahora sí estaba lista para irme, me acomode la tanga y me baje la falda, tome las llave del auto e intente conducir sin distracción al trabajo, cosa que fue imposible, en cada cambio de velocidad, alto, tope y cruce sentía como aquel juguete con forma de pica se introducía en mi ano, baje de mi auto lo más rápido que me permitía aquel plug, tome el ascensor a mi oficina ya eran 5 minutos tarde, al menos no era tanto, entre a mi despacho y solo pude sentarme, trataba de fingir una cara lo más normal posible.

Comencé mis labores, intente olvidar que tenía el plug anal puesto pero la tarea era imposible, cada que me movía o respiraba si quiera sentía como mi esfínter se comprimía contra el acero del plug provocándome una rica sensación en el culo, sentía como mi tanga se humedecía más, no pude evitar cerrar la puerta de mi despacho, sacar el control remoto de mi vibrador y comenzar con la velocidad más baja, poco a poco fui incremento la velocidad, hasta que involuntariamente solté un ligero gemido, oí pasos hasta la puerta de mi despacho y mi mente quedó totalmente en blanco hasta que se disipó toda la excitación cuando escuché que tocaban a mi puerta...

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