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La rebelión de mi madre (IV): Espiando tras la puerta

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Anteriormente: Recibí un ascenso laboral por lo que fui a festejarlo en una ronda de boliches con mis compañeros.

En la madrugada me topo con una madura de 40 años que me envuelve en su seducción y termino llevándola a mi departamento para tener mi primera sesión de sexo con una madura.

Por la mañana la despido de mi departamento de manera apresurada, no me deja ni su teléfono ni su dirección, solo su nombre: Maribel.

Ese sábado paso el día recuperándome de mi noche de sexo, y cuando llega la hora de dormir, me pongo a buscar porno, pero esta vez la búsqueda no serán jóvenes, sino maduras.

Me masturbo recordando a Maribel y con las nuevas imágenes de maduras cogiendo con jóvenes.

Al siguiente día, domingo, luego de una refrescante ducha voy al encuentro de mi madre. Día de pastas y organización de su negocio.

Llego y mi madre está con una falda deportiva bastante corta, una musculosa deportiva escotada.

Está transpirada, dijo que por la mañana está haciendo ejercicio en casa.

Se cumple la rutina de ayudarla a cocinar, revolver la salsa y tratar de esquivar la mirada de su nuevo escote con gotitas de transpiración y la cruz delicada pegada en uno de sus pechos.

Me pide que busque un implemento de cocina que está en un cajón debajo de la mesada.

Al agacharme y buscar me doy con la primera vista de sus piernas desde abajo, cada vez más torneadas, suben firmes desde sus tobillos hasta sus muslos.

La pollera cortita deportiva se eleva por la forma de sus nalgas, desde esa posición privilegiada puedo ver el comienzo de la redondez de sus maduras nalgas.

"lo encontraste hijo?" me interrumpe mi madre viendo que estoy embobado en sus piernas.

Le digo que sí, mientras saco lo que me pidió. Para salir del apuro le digo que me sorprende su ropa, le digo que parece más joven.

Me agradece el halago y me manda a lavarme las manos porque ya comeríamos.

Esta vez en el lavabo me lavo las manos, y la cara, me miro al espejo intentando ver qué pensamientos oscuros están apareciendo por culpa de Maribel.

Nos sentamos a comer y brindamos nuevamente, como madre e hijo.

Luego del almuerzo, comemos el postre y luego un café. Hablamos de su negocio, pero por arriba. Por la tarde nos sentaríamos con la computadora y los papeles para hacerlo en forma.

Es media tarde, el sueño dominical llega, me sugiere ir a dormir una siesta.

Mi cuarto de la infancia sigue estando disponible con mi cama.

Ella tiene su cuarto matrimonial.

Cada uno se va a descansar, a tomar una merecida siesta.

Me despierto de la siesta, no se cuánto dormí pero evidentemente la necesitaba, estoy tan adormecido que decido darme una ducha rápida para despabilarme, así que decido ir a avisarle a mi madre que tomaría un baño.

Al llegar a su cuarto toco con suavidad la puerta, solo para saber si mi madre estaba despierta.

Al no escuchar empujo la puerta lo suficiente para poder mirar hacia adentro.

Mi madre está dormida, se durmió con esa misma falda deportiva corta, pero por debajo no tenía calza, sino una bombacha rosa de algodón.

Una pierna levantada doblada lo suficiente como para ver sus nalgas grandes y redondas era una invitación a los ojos.

La bombacha se perdía tapando su vagina madura.

Estuve varios segundos de más mirando, más de lo que debería ser justificado para el "sin querer", pero antes de que sea un escándalo, baje la mirada y me retire yendo hacia el baño, donde me daría una ducha, una bien fría.

Al concluir la ducha, me dirijo hacia mi cuarto y me visto.

Voy secándome el cabello con la toalla mientras camino hacia el living de la casa.

Caminando por el pasillo escucho a mi madre hablar con alguien.

Estaba descalzo, así que decido dar media vuelta y volver a calzarme para la visita.

Me detengo porque escucho: "¿no te lo cogiste a Jorge?"

Vuelvo pasos atrás, y trato de acercarme para escuchar de lo que hablan.

Una amiga de mi madre está preguntándole si ella tuvo sexo en este tiempo que está divorciada.

Mi madre le dice que aún no está lista para eso, eso me alivia.

La amiga le repregunta nombrándole personas que se ve que conocieron en sus noches de amigas.

Mi madre se ríe, dice que solo hablan por el whatsapp, que alguna que otra vez salió a tomar un café con alguno pero no más de ahí.

De repente esta amiga le pregunta por mi, era la amiga que estuvo la noche que auxilie con la batería del auto de mi madre.

Mi madre en un tono serio le dice que no se le ocurra preguntar nada raro de mi.

La amiga le responde que solo pregunta para saber si estoy en pareja, que no tiene nada de malo mirar un poco.

Se ríen, mi madre le dice que es terrible, su amiga se ríe diciéndole que debe compartir lo que tiene.

Le sugiere a mi madre que tiene que experimentar con alguien de la edad de su hijo, le habla sobre el rendimiento, de cómo somos máquinas de taladrar comparados con los de su edad, de que solo pensamos en el sexo y nada más, que no estamos imaginándonos novelas, no traemos problemas de ex mujeres e hijos.

Mi madre le responde horrorizada que eso es una perversión, que si sale con alguien lo haría después de mucho tiempo y con alguno de su edad.

Me suena una notificación del celular y quedo expuesto, por lo que tengo que improvisar una salida, mirando mi celular y secándome el cabello con la toalla.

Allí me hago el sorprendido con la visita. Mi madre nos vuelve a presentar.

Su amiga había invitado sola, cuando mi madre le dijo que estaría en la casa para ver lo referido al negocio.

Pasamos al comedor y en la mesa desplegamos todas las computadoras y papeles para organizar su emprendimiento.

Fueron 4 horas ininterrumpidas, con cafés, charlas, debates, ideas y hasta malos entendidos.

Cansados llegamos a la noche, la amiga se va, se despide dándome un sonoro beso en la comisura de los labios mientras sus manos aprietan mis brazos.

Se va sonriéndome, y yo me hago el desentendido. Mi Madre la mira con bronca pero con una sonrisa, sabiendo que así era su amiga.

"te lo dejo todo para vos a tu chiquito Sandra" le dice a mi madre.

"Sos terrible Andrea", le responde mi madre y se despiden entre ellas.

Cenamos y ayudo a lavar los platos, mi madre me abraza por detrás agradeciéndome y apoyándome sus tetas en mi espalda sin ninguna connotación sexual, pero lo suficiente como para perturbarme.

Vuelvo a mi departamento, casi a la medianoche.

Me acuesto y enciendo la computadora, tras intentar ver alguna serie, sin que me atraiga, me voy al buscador.

Vuelvo a buscar "maduras follando jóvenes"

En la búsqueda, las recomendaciones llegan hasta una madre que se tienta con su hijastro.

Dudo en entrar en tal perverso título, pero termino clickeando en el enlace, que inmediatamente hace referencia a una madrastra y su hijastro que se tientan y tienen relaciones como cualquier pareja.

Lo mire sin tocarme, lo vi hasta cuando estaba por acabar dentro de su madrastra y me invade la culpa, así que cierro la ventana y luego cierro la computadora.

Apago las luces y me quedo boca arriba mirando el techo.

No me puedo dormir pensando en lo que vi, recordando a Maribel, recordando ese sueño tan real de la otra noche, pero por sobre todo me da vuelta la imagen de la bombacha rosa metiéndose entre las nalgas de mi madre.

La memoria guardo todo, ahí está en alta definición el movimiento de su pierna que hace que la bombacha se amolde al contorno de sus labios vaginales.

Y pensando de que si se notaban los labios vaginales es porque el vello púbico estaba muy recortado o inexistente.

Mi mano va hacia mi miembro que está enorme, duro y caliente.

Al tocar la punta de mi glande noto que el líquido preseminal ya ha largado muchas gotas.

Luego le siguen una decena de minutos de masturbación con los ojos cerrados, concluyendo con una explosión de leche que llega hasta mi cara, y deja un rio en mi pecho y abdomen.

Mi pene late, escupiendo más leche, como si nunca hubiera sido ordeñado.

Tengo que limpiarme y no alcanza el papel higiénico que guardo en la mesa de luz.

Es un desastre, un enchastre y una perversión.

Luego me duermo, mañana sería otro día, volviendo a la normalidad.

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¿Qué les va pareciendo hasta ahora? Digan que le aportarían.

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