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La rebelión de mi madre (XII): Visita higiénica
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Tiempo de lectura: 6 minutos

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Mi madre está en prisión por atropellar a un agente de tránsito, escapándose de un test de alcoholemia.

Luego de mucho tiempo usamos el tiempo de "visita sanitaria" para poder hablar y sacarla del ámbito de la cárcel unas horas.

Pero de a poco mi madre recuerda lo vivido y me pide que me masturbe enfrente de ella, termino acabando en su cara y en el pelo.

Nos despedimos solo con eso, y la guardiacárcel nota que le quedó semen en el pelo, y nos mira con cara de asco a los dos.

Pasa la semana y un día antes me llama mi mama y me pide que le traiga cierta ropa que tenía en su casa.

Entro a revisar su ropa por primera vez.

Está lleno de ropa diferente a la que usaba antes cuando estaba casada con mi padre.

El cajón de ropa interior está lleno de tangas, encajes, de varios colores, sexys.

Ya no tiene vestidos de mujer recatada, sino muchos vestidos con vuelo, cortos, al cuerpo, escotados, algunos con transparencias.

Ahora tiene zapatos con tacos, de varios colores y tamaños.

Selecciono la ropa que mi madre me pide y la preparo para llevarla ese sábado.

El dia llega

Llegamos a la requisa, y la guardia mira lo que traigo.

Al abrir la bolsa me mira a los ojos como buscando una explicación.

Al no decir nada sigue revisando, me separa los collares, me indica que están prohibidos, con los tacos me indica que solo están permitidos si los usa en la habitación pero no puede quedárselos. Tampoco me permite las medias.

La ropa interior solo me deja pasar la bombacha roja de encaje, el corpiño tiene aros que están prohibidos.

Cuando me da la bolsa con la ropa permitida me dice que espere, busca de un cajón una caja de preservativos.

"disculpame, no sé qué perversidad hacen pero te lo tengo que dar por protocolo" me dice la guardia.

Tartamudeo y le digo que no hacemos nada, que es solo para que ella se pruebe la ropa.

Me encamino hacia el espacio de visitas higiénicas, allí me espera mi madre. Me pide la ropa y que me de vuelta.

Luego de unos minutos me permite girar.

Se puso un vestido rojo al cuerpo, con escote y la bombacha roja de encaje.

Es lo único que permitieron que use.

Ya lleva más de un año y medio de condena, y ella no se ha descuidado, sino que ha usado ese tiempo para hacer ejercicio dentro del penal.

Está más fibrosa, sus piernas no necesitan medias para simular firmeza. El vestido al cuerpo muestra que sus abdominales están duros, y su cola grande está rígida.

Me dijo que no me preocupe, que no estaba enferma como para que hagamos algo más que lo que hicimos hasta ahora, me dice que estuvo pensando que todo lo que está viviendo es por haber dejado lugar a la lascivia y la perversión.

Dice que solo quiere verme masturbarme, solo para tener material para masturbarse ella sola en la semana, que no pasaría nada más.

Me siento aliviado, ya que no quiero que se produzcan más problemas.

Estamos en verano, y en el cuarto solo hay un ventilador, el calor comienza a generar ese brillo de sudor en la piel.

Me alivia algo sacarme la remera y el pantalón.

Mi madre repite la rutina de tirarme agua en el boxer blanco.

Su vestido rojo al cuerpo con cada movimiento se sube dejando sus nalgas al aire y cuando se acuesta en la cama también deja ver su bombacha roja.

Me pide que me acerque y cuando me subo a la cama me detiene con su pie en mi pecho.

Desciende con su pie por mis pectorales y abdominales mientras mira atentamente su descenso mordiéndose el labio inferior.

Se desliza con facilidad por la humedad de mi cuerpo y llega hasta el boxer blanco húmedo.

Allí juega con el relieve de mi miembro por encima de la tela mojada y su otro pie entra a ayudar.

Esa vista me permite ver completamente la bombacha roja de mi madre y la redondez de su culo apoyado en la cama.

Con maestría sus dedos enganchan el elástico del boxer y lo tiran hacia abajo. Mi pene salta como un resorte a la vista de mi madre.

Sus dos pies llevan el boxer hasta mis rodillas, el límite primario al estar arrodillado en la cama.

Me dice que me acerque y al gatear aprovecha el movimiento y me saca el boxer totalmente.

Estoy desnudo a centímetros de mi madre con mi pene erecto.

Ella me pide que me masturbe, y eso es lo que hago.

Ella tiene sus manos al costado de la cama mientras mira como me masturbo a escasa distancia de su cara.

Me pide que lo haga lento, que quiere disfrutar de cada minuto en las 2 horas que nos quedan.

No me di cuenta y de repente sus manos están en sus piernas, y mientras sigo masturbando ve como abre sus piernas y sus manos acarician su propia piel y suben peligrosamente hasta donde está su bombacha roja.

Yo sigo en mi tarea y ella se sube el vestido escandalosamente, y corre su bombacha de costado.

"perdon hijo, pero no aguanto" susurra mi madre

Al correr la bombacha sus dedos empiezan a recorrer sus labios vaginales.

Es la primera vez que tengo a mi madre mostrando su concha madura.

Tiene algo de vello púbico, sus labios maduros están mojados como una veinteañera y sus dedos tiemblan cuando rosa cada labio y toca su clítoris.

Un olor fuerte de sus jugos inunda la habitación, está excitada.

Sigue tocándose y jadea, cada tanto deja de mirar mi miembro y me mira a los ojos, como controlando si miro lo que hace.

Y me sorprende mirando como sus dos dedos se meten en su interior.

Esto no la detiene sino que la anima a seguir, sigue metiendo y se escucha el chapoteo de sus dedos y los líquidos que emana.

El líquido preseminal hace su presencia, buscando lubricar el glande.

En ese momento mi madre saca los dedos de su vulva y los dirige hacia mi pija.

Sus dedos están mojados y emanan ese olor característico de la vagina caliente.

La yema de sus dos dedos tocan el líquido preseminal como un trofeo y lo untan por todo el glande.

Ahora mi glande está con líquido preseminal y con los líquidos de mi madre.

La otra mano de mi madre toma la base del tronco y lo usa como un timón para manejarme.

Me da a entender que quiere que me agache un poco.

Ella comienza a masturbarme y eleva sus dedos mojados a mi boca.

Quiere que chupe sus jugos y el líquido preseminal mientras me masturba.

Chupo sus dedos con delicadeza y ella lanza gemidos disfrutando el momento.

Todo ese movimiento hace caer los breteles de su vestido y sus pechos quedan casi al descubierto.

Mi madre acerca mi pija a esas tetas y las resfriega en cada teta, se baja el vestido de tal manera que queda en su cintura y las maduras tetas quedan al aire.

Sus pezones juegan con mi glande, y se acomoda esperando que me masturbe con sus tetas.

Estoy por explotar y ella se da cuenta así que lo hace lento, me está matando a fuego lento.

"quiero que tomes la teta de mamá" me dice ronroneando

No se que parte de "solo quiero verte masturbar" es esto pero obedezco a mi madre.

Me salgo de encima y por primera vez con conciencia me acerco a sus grandes tetas y las succiono como si tuvieran leche.

Ella me pide que la mire a los ojos mientras lo hago.

Lo hago, succiono una mientras acaricio con la mano la otra.

Mi pija esta chorreando mas líquido preseminal que cae en su pierna ya que hago un esfuerzo de alejarla de su vagina.

Mi otra mano está apoyada en la cama haciendo equilibrio, pero mi madre la toma forzándome a apoyarme en mis rodillas acercandome a su cuerpo.

Guía mi mano hacia donde está su vulva. No me dice nada solo me mira y lleva mi mano a sus labios vaginales.

Toco esos labios por primera vez y una electricidad me pasa por el cuerpo, las gotas de líquido preseminal salen a chorros y manchan todo lo que toca.

Está mojada mi madre, mis dedos juegan con su clítoris y grita, Ella trata de no retorcerse pero es difícil, su otra mano me agarra del pelo y aprieta mi cabeza contra sus tetas.

Mis dedos empiezan a masturbar a mi madre y siento todo el líquido en mis dedos.

Luego de estar soportando esa tensión de la masturbación me separa de sus tetas y me hace acostar boca arriba.

Sin preguntarme se sienta en mi cara corriendo su tanga.

Mira mis ojos mientras me hace probar su madura vagina por donde yo salí.

Como la vagina de mi madre con delicadeza pero agarrando sus nalgas con fuerza.

"chupa pendejo, chupa la concha de mamá" me dice con los dientes apretados.

Sus piernas tonificadas se cierran y aprietan mi cabeza, se siente fuerte dominando mientras me sujeta del pelo.

Me cuesta respirar, cada tanto trato de sacar mi nariz y boca para tomar aire pero ella inmediatamente ejerce presión para que siga comiendo y metiendo lengua.

Cuando estoy a punto de decirle que no aguanto más, se levanta y se da vuelta, me sigue poniendo su vagina en la boca pero esta vez ella, se abalanza sobre mi miembro que está duro y caliente con el glande que va a explotar.

No me pregunta, solo se lo mete y comienza a chuparmela, mientras me restrega su vulva en mi cara.

Chupa como desesperada, succiona y con sus dedos araña mis huevos haciéndome calentar mas.

Estamos en esa tarea y tocan a la puerta, se habían terminado las 3 horas.

Yo dejo de chupar y trato de alejar mi cara de la vagina de mi madre, pero ella hace presión y sus piernas vuelven a sujetar mi cabeza.

Me inmoviliza y ella mientras sigue chupando mi pija.

Yo trato de sacar mi nariz por encima de su vagina para poder respirar pero es difícil con toda su fuerza. Le toco el culo como avísandole que están tocando la puerta.

Parece no escuchar o no querer escuchar. Le doy una cachetada fuerte en el culo para que se de cuenta que se termino el tiempo y que me cuesta respirar.

Solo provoca un gemido sonoro mientras pasa su lengua por mis bolas.

Tengo la cara llena de líquido de mi madre, y quiero sacar a mi madre de encima mío pero ella sigue apretando sus piernas tonificadas.

Decido darle mordisquitos en los labios para que se salga, pero parece calentarla más porque se mueve mucho más contra mi cara.

De repente siento que abren la puerta de manera violenta.

Mi madre larga chorros de líquidos en mi cara, acaba de tener un orgasmo que la hace sacudirse y temblar completamente.

Tiene mi pija en su boca completamente y su grito ahogado hace que también me venga.

Chorros y chorros de leche saltan en la boca de mi madre.

Siento que levantan a mi madre de encima mio.

Son 3 guardias que miran con asco lo que ven. Mientras una dice que ya se termino el tiempo y que por no responder se perderá este beneficio de las visitas.

Mi madre parece no importarle, tiene leche cayendo de su boca hacia sus tetas.

Le dicen que se vista y ella se acomoda el vestido y se pone mi boxer blanco, mientras se la llevan con poca paciencia.

Me piden que me retire del cuarto, mientras me avisan que van a tener que dejar asentado en el libro de actas lo que vieron.

En la semana me notifican que ha perdido por tiempo indeterminado el beneficio de las visitas higiénicas y las visitas comunes por un mes.

¿Qué les parece la historia? Gracias por todos los comentarios.

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