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Lara Croft: Aventura en la Jungla (Segunda parte)

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Lara despierta temprano en la mañana tras escuchar bastante ruido afuera. Se asoma a mirar y nota un gran tumulto de gente, de inmediato se da cuenta que algo grave acaba de suceder y se dirige a ver qué ocurre. Los aldeanos la dejan pasar y se percata que los exploradores trajeron de regreso a la aldea los cuerpos de cuatro aldeanos, todos ejecutados con disparos a la cabeza. “Capturaron a Mila” dice el chaman que trata de mantenerse en calma, pero Lara aprecia la desesperación en sus ojos. Uno de los nativos le entrega a Lara una radio que venía junto a los cuerpos y ella la enciende. “¿Alo?” dice en voz alta, “Lara qué bueno que nos llamaste, te echamos de menos por aquí” le responde una voz familiar, Ilsa. “¡Que rayos quieres maldita perra!”, “esa no es manera de hablarle a una colega arqueóloga”, “¡déjate de juegos y dime donde esta Mila!”, “tu amiga indiecita, pues está bien aquí cerca la tenemos como invitada de honor, tiene un fuerte carácter”, “¡si le haces daño te juro….!”, “Lara por favor ahórrate tus amenazas, si la quieres de vuelta deberás hacer lo que te digo” Lara respira hondo y se calma un poco, “¿Qué quieres?”, “tú te llevaste información muy sensible así como algunas piezas valiosas, a estas alturas estoy segura que ya debes saber donde están esas ruinas que hemos estado buscando, así que me vas a traer el artefacto que ahí se encuentra”, “¿y qué te hace pensar que ya localice ese lugar?”, “porque esa será la única manera de salvar a tu amiguita” le responde Ilsa de manera amenazante, “tienes dos días, una vez que los tengas hablaremos de nuevo y te diré donde llevarlos, si no cumples o algún otro indio aparece o merodea cerca, tu amiga servirá de entretención a los soldados, los cuales están bastante estresados con tanto trabajo, dos días Lara, el tiempo corre” e Ilsa corta la transmisión dejando a Lara hirviendo de rabia.

Rápidamente Lara explica la situación a los líderes de la tribu, “debo ir sola, si ven a alguien más le harán daño a Mila”, “¿sabes dónde ir?”, “así es, un lugar llamado las cuatro caras”. El anciano quería enviar a Lara con una escolta, pero ella lo rechaza, al final aceptan lo que Lara les dice, “tráiganle sus cosas” le ordena a alguien y Lara de inmediato se arregla y se prepara para salir. Al mismo tiempo comienzan a llamar de vuelta a los guerreros y se preparan para defender la aldea ya que Lara teme que la puedan haber localizado. “Le prometo que traeré a Mila sana y salva” le dice al chaman y este solo asiente con la cabeza, nuevamente en sus ojos se le nota que está muy preocupado por su hija.

Con un profundo sentimiento de culpa Lara se pone en marcha una vez más. Se siente responsable por lo sucedido ya que sus acciones han convertido a esta gente en blanco de estos criminales, pero Lara pone a un lado este sentimiento ya que tiene bastante claro en que debe enfocarse. Debe encontrar esas ruinas, recuperar ese artefacto y llevarlo de vuelta, todo en dos días o de lo contrario Mila pagara las consecuencias.

Con sus fuerzas de regreso Lara se mueve ágilmente una vez más. Tiene claro cuál es la ruta que debe seguir, su única duda es el tiempo, dos días es bastante ajustado, pero sabe que no le darán más tiempo aun si se los pide. Tras avanzar por varias horas tiene la impresión que alguien la sigue. El sonido de unas ramas quebrándose le confirma esa creencia y rápidamente se esconde entre la vegetación en absoluto silencio. Claramente no pueden ser nativos, ellos cuando se mueven son casi imperceptibles. Con un cuchillo en sus manos Lara se pone al acecho y pronto observa dos siluetas moviéndose. “Los tengo” piensa ella.

Saliendo rápidamente de entre vegetación Lara atrapa a uno de sus perseguidores y se lleva una tremenda sorpresa al notar que en efecto son dos nativos, dos jóvenes quienes la vienen siguiendo. Pronto los reconoce, son los dos rufianes que la asustaron a ella y a Mila cuando estaban en la cueva cerca de la aldea. “¿Qué rayos hacen aquí?” les pregunta a ambos muy enojada, ellos quieren ayudarla, pero Lara lo rechaza en el acto, “¡no necesito ayuda, quiero que vuelvan de inmediato a la aldea!”, pero se rehúsan y Lara se enoja aun más, “sabemos dónde vas” dice uno, “y como llegar más rápido” agrega el otro. “Bueno díganme entonces”, pero los dos insisten en acompañarla, al final Lara acepta, aunque no muy convencida.

Siguiendo otra ruta guían a Lara hasta unos enormes arboles, “aquí arriba, por los arboles” le dicen y los tres suben a las enormes ramas y las usan para moverse por la jungla. Tenían razón, aquí arriba es mucho más fácil moverse, y avanzan más rápido. También guían a Lara a través de una serie de cuevas que les permiten acortar terreno y ganar tiempo. Inicialmente Lara esperaba llegar a su destino ya a media noche, pero consigue llegar justo antes del anochecer, con luz de día lo que le permite examinar el sitio.

Es una confluencia de varios ríos donde justo en el medio hay una isla en la cual se observa una extraña formación rocosa cubierta por la vegetación. Lara se acerca tanto como puede a observar y advierte que hay cuatro enormes caras humanas talladas en la roca. La orientación de las mismas calza a la perfección con los puntos cardinales. Ahora Lara debe determinar cuál es la entrada a las ruinas que se supone hay bajo tierra por lo que debe esperar hasta el anochecer ya que necesita ver las estrellas para orientarse y descifrar el puzzle.

Con una noche despejada y las estrellas brillando Lara comienza a analizar la posición de las mismas usando el medallón que robo del campamento así como la información del mural en la cueva cerca de la aldea. Le toma tiempo descifrar todo y se percata que dicha construcción debe tener varios miles de años, algo que la sorprende enormemente. Al final la entrada por el este es la que debe usar, sin embargo Lara decide esperar hasta las primeras luces del amanecer antes de cruzar el rio y entrar, de noche es demasiado peligroso.

Sus acompañantes en el intertanto armaron un pequeño campamento con todo y una fogata. Lara apenas come algo y revisa continuamente las anotaciones en el cuaderno que le robo a Ilsa buscando cualquier pieza de información que le pueda servir. En ese momento uno de los jóvenes se le acerca y le pregunta por el mapa. Lara le explica lo que significa y él lo acerca hacia la fogata para ver mejor los símbolos y anotaciones. Sorpresivamente Lara atrapa la mano del otro joven en el momento en que iba a arrojar algo al fuego y Lara se percata que son hierbas secas las cuales tienen un particular efecto en las mujeres. “¡Par de rufianes que se han creído, sé muy bien lo que le pasa a las mujeres con el humo de esas hierbas, querían drogarme!” ruge llena de rabia y ambos muchachos se ponen de rodillas ofreciendo disculpas, “¡como si no tuviera suficientes problemas ahora esto!” agrega indignada mientras los dos chicos se mantienen a distancia aun ofreciendo disculpas por lo sucedido.

Le toma un buen rato calmarse tras ese incidente. Los dos se mantienen lejos y Lara los mira de reojo, “en otra ocasión tal vez” murmura ella, pero por ahora sabe que tiene que concentrarse en su trabajo y por lo mismo decide descansar, “mañana será un largo día”, se dice a sí misma.

Apenas el sol asoma por las montañas Lara se pone en marcha. Sus acompañantes la miran de lejos y le hacen toda clase de reverencias a modo de disculpas. Ella aun no se olvida de lo sucedido anoche y por lo mismo les habla de una manera cortante y fría. Con bastante dificultad cruzan hasta la isla donde está la entrada a las ruinas, “la cara este” murmura Lara y luego comienza a escalar la estructura de piedra hasta llegar a la boca de la misma. “Muy bien ustedes se quedan aquí, por ningún motivo van a entrar y si yo no salgo en unas horas, regresan a la aldea” y los dos le asienten con la cabeza. Lara despeja la vegetación de la entrada y con su linterna en mano se abre paso en su interior.

Tal como en la cueva alrededor de la aldea la oscuridad es tal que parece succionar la luz. Lara vigila cada paso que da por miedo a alguna trampa o algún mal paso que pueda dar. El suelo de roca esta resbaladizo y el descenso es bastante pronunciado en los primeros metros hasta que una escalera de piedra hace que bajar hasta el fondo sea algo más fácil. Nuevamente una serie de grabados se aprecian, y nuevamente no tiene manera de traducirlos. Un lenguaje que jamás había visto antes y muy diferente al usado por los aldeanos. Las estructuras tienen complejas formas geométricas, es evidente que los creadores de todo esto tenían avanzados conocimientos de astronomía, matemáticas e ingeniería. Lara sigue avanzando hasta llegar a una enorme sala donde se aprecian toda clase de artefactos de oro.

Explorando el interior sobre un altar encuentra un disco, de unos 60 cm de diámetro y casi diez de espesor. Tiene un orificio al medio y una serie de relieves que ella jamás había visto. Tímidamente trata de levantarlo y se asombra al notar que pese a su aspecto macizo es increíblemente liviano, una aleación nunca antes vista. Mira la hora y ya se le hace tarde, Lara fotografía todo lo que puede y recoge algunas piezas de oro para luego comenzar a salir del lugar. La salida es más compleja debido a lo que lleva consigo, ahora debe contactar a Ilsa y rescatar a Mila, Lara está convencida que va a ser una trampa, pero sabe que no tiene opción.

“Vaya, vaya pensé que no llamarías” dice Ilsa cuando Lara activa la radio, “tengo lo que quieres, deja ir a Mila”, “no tan rápido, nos encontraremos en un claro de la jungla en las siguientes coordenadas, llegaras sola, si alguien te sigue te vamos a liquidar y tu amiga será la diversión de las tropas, tienes hasta esta noche para llegar ahí”, “maldita perra” murmura Lara cuando Ilsa termina el contacto. Lara chequea las coordenadas en su mapa y nota que es un punto a varios kilómetros del campamento, sin otra opción se pone en marcha nuevamente.

Cuando ya se va aproximando al punto de encuentro Lara le pide ambos chicos que regresen de inmediato a la aldea, ambos se rehúsan, pero Lara insiste, “ya me han ayudado bastante, vuelvan a la aldea y pónganse a salvo, no sé qué va a ocurrir ahora” no muy convencidos ambos se retiran y Lara sigue avanzando con el bolso a cuestas. Cerca de las coordenadas que le dieron llama a Ilsa nuevamente. “Camina tranquilamente, ya te tengo en la mira, avanza hasta el centro del claro, cualquier movimiento extraño y te vuelo la cabeza” le advierte y Lara así lo hace. “Muy bien detente, ahora deja el bolso en suelo y tira tus armas lejos, después levanta tus manos donde pueda verlas”, nuevamente Lara le hace caso y pronto escucha unos pasos acercándose.

“Nos volvemos a ver” dice Ilsa sonriendo, “¿Dónde está Mila?”, “cerca, no te preocupes por ella”. Ilsa revisa el bolso de Lara y se muestra satisfecha con el artefacto y las piezas de oro. Lara nota algo raro, no está Víctor y solo tres mercenarios la acompañan, algo no anda bien. “¡Miren esto chicos, seremos millonarios!” exclama Ilsa. Lara esta de rodillas con sus manos en la cabeza sin poder moverse ya que la tienen bien vigilada. Un golpe se escucha y uno de los mercenarios cae al suelo con su cabeza sangrando, rápidamente todos miran a su alrededor y otra piedra cae cerca casi golpeando a Ilsa. “¡Ahí están!” grita uno de ellos y comienzan a disparar a diestra y siniestra, Lara observa que se trata de los dos hermanos que la siguieron, al ver a los demás distraídos de inmediato se pone en acción y desarma a uno de los mercenarios y golpea a Ilsa con suficiente fuerza para enviarla al suelo, rápidamente carga contra el ultimo mercenario y lo azota contra el suelo y usa una roca para golpearlo y liquidarlo, “¡corran, vuelvan a la aldea!” les grita Lara y ellos así lo hacen.

Llena de rabia se abalanza sobre Ilsa y comienza a golpearla en la cara, en ese momento Lara recibe un fuerte culatazo en la nuca y cae inconsciente al suelo. “Parece que llegamos a tiempo” dice Víctor que aparece con varios de sus hombres, “así parece” dice Ilsa que está visiblemente nerviosa. “Amárrenla y súbanla al camión”, varios hombres recogen a Lara y se la llevan. Víctor recoge el bolso y revisa las piezas de oro, “nada mal, pero se suponía que ella vendría al campamento” dice sin mirar a Ilsa, “bueno hubo un problema así que tuve que improvisar”, “ya veo” responde él. Ilsa hace un intento de tomar un arma, pero Víctor es más rápido y de un puñetazo la noquea también. “No me gustan los traidores” y hace que sus hombres ejecuten a quienes venían con Ilsa y la cargan a bordo del camión, “vamos al campamento”.

Muy aturdida Lara comienza a abrir los ojos y además siente un fuerte dolor de cabeza producto del golpe. Lo primero que ve, cuando ya puede enfocar bien, es el techo de una cabaña. Trata de moverse pero sus manos están atadas a su espalda y a su vez esta inmovilizada sobre una mesa. “Despertaste, me alegro ya que tenemos una charla pendiente” dice Víctor sonriendo. Lara se mantiene silente y lo mira con una evidente expresión de rabia. “Sabes, en un principio estaba muy molesto por la herida que dejaste en la cara” y se acerca mostrándole la cicatriz, “pero sabes que, llegue a la conclusión que me veo más guapo ahora”, “me alegro que te guste, sácame las amarras y te hare otra” Víctor se ríe a carcajadas, “me gustan las mujeres con carácter, así se disfruta más cuando las tengo sometidas” responde con una siniestra expresión en su rostro.

“Me has dado un montón de problemas. Mataste a varios de mis hombres, dejaste escapar a la mano de obra, me robaste valiosa información, trataste de matarme, entre muchas otras cosas, pero aquí estas, a mi merced. La pregunta es, ¿Cómo me las vas a pagar?”. En ese momento saca un enorme cuchillo y se acerca a Lara con el mismo. “¿Podría regresarte el favor y hacerte más guapa también?” y le pasa la hoja en el rostro, pero sin cortarla, “sin embargo sería una lástima dañar una cara tan bonita, o un cuerpo tan curvilíneo como este” y ahora pasa la hoja sobre el peto de Lara y después se lo levanta dejándole al descubierto sus senos, “pero que hermosura” dice mirándole los pechos y pasa la hoja sobre los mismos y después le roza delicadamente los pezones. “Veamos más abajo” y le abre los shorts y se los baja dejándole su coño al descubierto. Lara forcejea con las amarras, pero no puede moverse. “Mira nada más que coño tan precioso” y entonces comienza a pasarle los dedos encima, para luego hundirlos brutalmente y comienza a follarla o mejor dicho a violarla con sus gruesos dedos, “¡quítame tus asquerosas manos de encima!” ruge Lara llena de furia e impotencia. “¡Apenas estamos empezando, esto será solo una muestra de lo que viene!”.

Lara siente las manos sobre su cuerpo, salvajemente le mete los dedos en su coño le toma sus pechos apretándolos de tal manera que le resulta doloroso, pero ella no grita ni nada, sabe que eso es lo que Víctor quiere y no está dispuesta darle esa satisfacción, ni siquiera cuando le hunde casi toda la mano en su coño, “umm, sabroso” le dice él lamiendo los jugos. Se abre los pantalones y saca su miembro, no es tan largo como el anciano de la aldea, y casi igual de grueso. Toma a Lara de las piernas y brutalmente la penetra de una vez. La pone con su culo al aire presionando las rodillas sobre sus pechos, lo hace de forma tan brutal que a Lara le cuesta respirar y cree que le va a romper la espalda, “¡aquí vamos!” le dice y le hunde el miembro de una vez y la viola con todo mientras Lara presiona con fuerza sus labios para no gritar, no está dispuesta a dejarse quebrar.

“¡Vaya que se siente bien ese coño, podría acostumbrarme a follarte todos los días y creo que así va ser!” le habla mientras la sigue ultrajando sin que Lara pueda oponer resistencia. De pronto él saca su verga y le lanza un chorro de semen en la cara tomándola por sorpresa, Lara lo escupe como puede, “aun no terminamos” le dice. Corta algunas de las amarras y con gran rudeza la saca de la pone de estomago sobre un mueble cercano. Lara trata de defenderse, pero Víctor no se lo permite y le da una serie de brutales palmadas en su trasero hasta dejarle las nalgas rojas, “hagamos esto un poco más interesante” y de improviso toma una botella y se la hunde en su coño y la usa para violarla. Lara contiene su voz, “¡no voy a gritar, no voy a gritar!” se dice a sí misma. “Mira que culo tienes mujer” y le empieza a meter varios dedos entre sus nalgas mientras le deja la botella metida en su coño. Lara aprieta su trasero, pero Víctor se lo abre a la fuerza para meterle varios dedos.

Durante varios la tiene así, juega con su trasero y la botella solo con el fin de humillarla y quebrarla, pero Lara no cede, no está dispuesta a darle ese placer, pero Víctor tiene tiempo, “esto es solo el comienzo” le dice y luego le hunde su verga en el culo. Con una fuerza descomunal la viola analmente. Lagrimas caen de su rostro, pero no se le escapa ni un sonido. Víctor le da con todo, la jala del pelo y luego la carga sobre el mueble para someterla. Se llegan a caer las coas que hay encima mientras le da unas duras acometidas. Lara aprieta sus labios con toda su fuerza para no gritar, no importa lo que haga. “¡Te voy a llenar!” le dice al oído y Lara lo siente acabar dentro de su trasero. “¡Uff eso estuvo bueno, solo falta mejorar tus modales y nos llevaremos muy bien!”. Le restriega la verga por su trasero y le quita la botella. Le arregla su ropa una vez más, “debes estar presentable para mis hombres” le dice en tono burlesco y luego la lleva a una bodega donde están el resto de sus soldados. En una celda cercana están Mila e Ilsa que luce un moretón en su rostro. Abre la reja y tira a Lara dentro. “¡Lara estas bien!” pregunta Mila, “si estoy bien” responde Lara con los dientes apretados.

“¡Finalmente llego la diversión!” dice uno de los mercenarios que se acerca a la celda. “¡Muchachos, muchachos, ya van a tener tiempo para divertirse, pero ahora les pido que se enfoquen, solo un día más y seremos millonarios!” dice Víctor para desilusión de sus hombres que ya se imaginan algo de entretención con Lara, Mila e Ilsa. “¡Aquí tiene prueba de las riquezas que hay en esta jungla!” dice Víctor que les muestra las piezas de oro que Lara recupero, “¡mañana nos encargaremos de esos indios que tanto nos han fastidiado y después los usaremos para excavar todos estos tesoros que nos repartiremos, todos recibirán su parte y serán ricos, después podrán relajarse con la compañía femenina aquí presente, solo una noche más que mañana será un gran día!” dice Víctor que es aclamado por sus tropas. “Nicolai, que los hombres no beban demasiado esta noche, los quiero en forma mañana y a ellas déjenlas en paz, ya habrá tiempo de diversión” le dice a su segundo al mando y él sale de la bodega, “¡vaya con la zorra esta!” dice Nicolai, “¡pensó que podía traicionar al jefe tras seducir a unos idiotas y ahora aquí esta!” dice él riéndose de Ilsa que apenas levanta la cabeza.

Lara aun masca la rabia por lo sucedido, pero ahora debe enfocarse en lo más urgente, salir de ahí a como dé lugar. “Lara, ya saben dónde está la aldea, la van a atacar”, “lo sé, por eso le pedí a esos chicos, hermanos que nos encontramos en la cueva, que dieran el aviso”, “¿los gemelos?”, “así es, ellos me siguieron hasta las ruinas”, “Lara, me temo que no alcanzaron a llegar, por lo que escuche los mercenarios los encontraron antes” dice Mila con su voz entrecortada y Lara cierra los ojos, “¡maldición!” dice en voz alta, “¡hey, cierra la maldita boca y dejen de molestar!” grita uno de los soldados de Víctor mientras beben a la distancia. Nicolai les dice que no beban demasiado, pero al final hasta el mismo termina con una cerveza en las manos. “¡Vaya con esas zorras, con que ganas las follaria a las tres!”, “ni que lo digas, podríamos darles una probada” y todos parecen de acuerdo, “olvídenlo, órdenes del jefe”, “¡oh vamos, el jefe ya se divirtió con una!” reclama otro y la discusión continua mientras siguen bebiendo.

“Genial, nos van a violar un montón de borrachos” dice Ilsa, “habiéndote conocido capaz que lo disfrutes” le responde Mila que la observa llena de odio, “si no fuera porque tengo mis manos atadas, te arrancaría la cabeza” agrega después. “¡Silencio!, ahora lo más importante es salir de aquí” insiste Lara, “Ilsa, no hay nada que puedas hacer para convencerlos, ofrecerles algo”, “nada, no me van a escuchar”, “lo que sucede es que ella decidió traicionar a ese matón, se suponía que ibas a venir al campamento, pero Ilsa cambio el punto de reunión para quedarse con las piezas y luego escapar, pero Víctor lo supo”, “eres una india bocona”. “Genial” dice Lara. A la distancia sigue la discusión entre Nicolai y sus compañeros acerca de qué hacer con ellas, a estas alturas ya han bebido bastante y los indicios no son muy alentadores acerca de cuál será su suerte, “al menos un hombre borracho no dura demasiado” comenta Ilsa aludiendo a lo que ellos quieren hacer, “¿hablas por experiencia?” le dice Mila con sarcasmo, “pues si” responde Ilsa, “no duraran mucho” dice Lara en voz baja y de forma pensativa, “tal vez esa sea la manera de salir de aquí” y ambas la miran con cara de no creer lo que está diciendo.

“Sospechaba que eras una zorra, pero no te creía tanto, aun si estuvieran bien borrachos ya te diste cuenta cuantos tipos hay ahí, son como treinta por si no te has dado cuenta, nosotras no duraríamos tanto” dice Ilsa, “¿Qué estas pensando?” pregunta Mila, “en condiciones normales no, pero tal vez haya una manera de sacar ventaja”. Mila e Ilsa no le entienden nada a Lara. “Mila, cuando tu padre me encontró con un grupo de nativos ellos, pues, me drogaron, me expusieron al humo de unas hierbas que tenían un potente efecto afrodisiaco, no pude controlarme”, Ilsa levanta las cejas al escuchar esto, “antiguamente había un ritual que ahora ha sido abandonado. Antes se decía que solo los hombres más fuertes podían tener esposa e hijos así que debían pasar por varios rituales. De guerrero, cazador y por último el de hombría”, “¿de hombría?” dice Ilsa intrigada, “así es, una mujer se exponía a ese afrodisiaco y se volvía, bueno, insaciable. Si el hombre era capaz de satisfacerla en ese estado entonces se le consideraba un hombre de verdad y se le permitía tener esposa e hijos, de lo contrario no se le permitía tener familia, pero como el numero de nuestra gente descendió, el ritual fue abandonado, también sucedía que a veces el hombre se desmayaba o incluso algunos fallecían en el esfuerzo, pero de todos modos de donde vamos a sacar esas hierbas” explica Mila, “yo las tengo” agrega Lara y ambas la miran asombrada, “esos gemelos de la aldea que me siguieron trataron de drogarme, pero me alcance a dar cuenta, les quite las hierbas y las puse en el bolsillo trasero de mis shorts, si las arrojamos al fuego…”, “darán el humo espeso”, “¿oigan, pero eso no los afectara a ellos?”, “no, solo afecta a las mujeres” responde Mila.

“Entiendo que este no es el mejor plan y la idea no me agrada en absoluto, pero o lo hacemos bajo nuestros términos o ya sabemos lo que se nos viene” les dice Lara, “si hay que hacerlo, hay que hacerlo” agrega Mila, “no puedo creer que me vaya a prestar para esto” dice Ilsa. Con la decisión tomada Ilsa se acerca a Lara y le saca las hierbas de los bolsillos y como puede se las pasa a Mila que se acerca a la fogata, “esperemos un poco más, que beban más aun” dice Lara. De forma nerviosa las tres esperan a que los soldados sigan bebiendo. Es una espera tensa e incómoda, “este debe ser el plan de fuga más descabellado de la historia” dice Ilsa. Finalmente y tras casi una hora, Mila arroja las hierbas al fuego, “aquí vamos” dice Lara.

Pronto un espeso humo comienza a emanar de la fogata. Las tres respiran profundamente exponiéndose al poderoso afrodisiaco. “¡Oigan qué demonios pasa ahí!” dice alguien al ver el humo y rápidamente todos se ponen de pie con bastante rapidez y se acercan. Tan rápido como el humo aparece se dispersa y en poco tiempo comienza a surtir su efecto en Lara, Ilsa y Mila. “¿Qué rayos están haciendo esas tres zorras?” comenta otro soldado que se acerca a mirar. Las tres comienzan a sudar profusamente, Lara siente ese ardor tan familiar entre sus piernas, Ilsa y Mila pronto están bajo el mismo efecto. Jadean y suspiran y en sus ojos se aprecia una mirada llena de lujuria. En el peto de Lara se marcan sus pezones de manera bien visible, el roce de la tela solo excita aun más, a Ilsa le ocurre lo mismo con la blusa que lleva y el ardor entre sus piernas es tremendo. Mila es la más joven de las tres y la que viste de manera más ligera, pero aun así su cuerpo simplemente está que arde, “necesito follar, necesito una verga” dice en voz baja sin poder controlarse.

Ante la atónita mirada de los mercenarios ahí presentes las tres comienzan a besarse entre sí. Ilsa tiene unos labios carnosos, es pelirroja de cabello largo y ojos verdes. Se besa con Mila metiéndole la lengua en la boca y Lara le abre la blusa casi a mordiscos ya que las tres tienen sus manos atadas. Las tres intercambian lamidas y como pueden tratan de frotarse sus cuerpos que están ardiendo, pero las amarras les impiden hacerlo, sin embargo pronto se percatan de la audiencia que tienen ante ellas y notan una serie de bultos en esos pantalones.

“Vamos que esperan” dice Ilsa, “me muero de ganas de tener una verga en mi boca, o varias” agrega Mila, “estoy ardiente, quiero que me follen con todo” dice Lara y ellos se miran entre sí. “Es una trampa” dice Nicolai sabiendo lo astutas que son, “lo que es yo me voy a arriesgar” y uno de los presentes saca su verga y temerosamente la pasa a través de la reja como si ellas se la fuesen a arrancar de una mordida. Las tres se lanzan sobre la misma y se la empiezan a chupar y lamer. Se empujan entre ellas peleándose por poder darle una mamada y sentir su sabor, “¡guau esto es increíble!” dice el sujeto que apenas puede contenerse al sentir las tres lenguas y bocas sobre su verga. Se lo hacen tan bien que pronto se corre sobre ellas que apenas lucen satisfechas, “más, quiero más” dice Mila, “cierren la puerta, vamos a divertirnos esta noche” dice Nicolai entre los vítores de sus hombres.

Con bastante rudeza las sacan de la celda. A Ilsa la tiran sobre una mesa y a tirones le quitan la ropa dejando sus bien formados pechos al descubierto y le bajan sus pantalones. Los hombres están tan ansiosos por cogerla que ni siquiera le sueltan las manos antes de darle verga. A Ilsa le hunden vergas en su boca y en su coño apenas dejándola respirar, todos tiene su turno mientras la follan y ella se entrega completamente al igual que Lara que la tienen entre varios. La obligan a inclinarse y le sacan su ropa dejando sus grandes senos a la vista. La penetran furiosamente mientras su boca se llena de semen a medida que los hombres se corren, “¡oh si rómpeme el culo!” dice totalmente excitada cuando le abren sus nalgas y la penetran por detrás. Mila siendo la más joven y pequeña la tratan como si fuese una muñeca. La sujetan en brazos mientras un tipo le rompe el culo y otro le abre su coño metiéndosela hasta el fondo en medio de ardientes quejidos. El sentir como le violan su apretado trasero la hace delirar y gime descontroladamente, más aun cuando su coño es penetrado por dos vergas al mismo tiempo. Mientras algunos esperan su turno el alcohol sigue corriendo entre los presentes. Se escuchan los ahogados gemidos de las tres mientras son brutalmente folladas, pero aun así el efecto del afrodisiaco es tal, que no son capaces de calmar su enorme excitación y siguen montándose con cuanta verga queda a su alcance.

Los hombres se agolpan sobre las tres mujeres a las cuales usan como si fuesen simples juguetes sexuales sin que ellas opongan ningún tipo de resistencia, al contrario, se entregan voluntariamente y reciben cuanta verga tienen a su alcance. Lara grita descontroladamente cuando le abren el culo con dos vergas a la vez, la abren por completo y en su boca pasa una verga tras otra. Lara se esmera por atenderlos a todos usando todo su cuerpo. A Ilsa la violan salvajemente sobre la mesa, pero ella lo disfruta como una fiera. Chupa cuando verga queda a su alcance y cada momento la cambian de pose para penetrarla mejor abriéndole sus nalgas y rompiéndole el culo. Mila la llevan de un lado para otro cogiéndola brutalmente para su total deleite, siendo la más joven de todas la cogen con bastante rudeza montándola sobre una verga tras otra, su boca se desborda de semen y se traga todo lo que puede. Ellos las dominan a placer y las hace mamar varias vergas al mismo o ser penetradas por varios miembros. Los hombres están deseosos por follarlas y descargan toda la rabia y las frustraciones contenidas después de pasar tanto tiempo en la jungla, sin embargo el esfuerzo y el alcohol les comienzan a pasar la cuenta, pero ellas siguen totalmente insaciables y comienzan a tomar el control de la situación.

“¡Oh ya no doy más, estoy seco!” exclama uno mientras Ilsa le hace una mamada hasta sacarle la última gota. Lara se monta salvajemente sobre un sujeto y lo folla hasta dejarlo inconsciente y luego sigue con otro así como Mila pronto tiene dominado a un grupo de hombres que no pueden escapar de su salvaje lujuria. “¡Vamos, follenme, háganme delirar!” dice Lara mientras le cabalga a uno y le chupa el miembro a otro. Rápidamente alguien se anima y le abre el culo metiéndole otra verga más, Lara ya ha perdido la cuenta de cuantos hombres la han follado y ni siquiera se fija solo quiere coger y coger.

Poco a poco ya no van quedando hombres disponibles. Los que aún se mantienen en pie quedan a merced de estas tres insaciables mujeres. Ahora los papeles se voltearon y son ellas quienes los violan. Mila le brinca encima a un sujeto y lo folla hasta dejarlo inconsciente, Ilsa hace lo mismo con otros dos y pronto Lara liquida a los que estaban con ella. La escena de hombres semidesnudos con sus vergas flácidas al descubierto, alcohol, sexo y mujeres follando como ninfómanas parea sacada de la más brutal película porno.

Pronto ya no quedan hombres disponibles, todos ya están inconscientes o peor aún, sin embargo el efecto del poderoso afrodisiaco aun no se termina y sin más vergas a la mano, Mila, Lara e Ilsa se lanzan la una sobre la otra.

Desenfrenadamente se besan y se lamen sus cuerpos impregnados en sudor, alcohol y semen. Se besan y se manosean entre ellas. Lara se sienta sobre una mesa con sus piernas abiertas e Ilsa se dedica a comerle el coño y follarla con sus dedos. Mila quería estrangular a Ilsa, pero ahora le abre el culo y le mete su lengua bien adentro y sus dedos se los mete en su sexo que reboza de semen. Lara se recuesta en la mesa y abre bien sus piernas y se acaricia sus grandes senos mientras Ilsa pasa su lengua en todo su coño, la desliza y le envuelve el clítoris y le hunde furiosamente los dedos. “¡Vamos indiecita, lo haces bien!” le dice a Mila que ahora le hunde su mano en el coño, furiosamente le hace un fisting y pronto Lara se instala a su lado y comienza a besarla. Ilsa y Lara se besan y lamen mientras Mila las folla a ambas, mete su mano y la retuerce dentro provocándoles espasmos a ambas mujeres que no paran de besarse entre sí.

“¡Ven acá que ahora nos toca a nosotras!” le dice Ilsa que junto a Lara comienzan a besar a Mila y a manosearla con todo. La atrapan entre ambas y le hunden los dedos en ambos agujeros y se los empiezan a abrir poco a poco hasta que con rudeza la hacen ponerse en cuatro sobre una mesa. “¡Ahhhhh, así bien adentro!” dice Mila cuando Ilsa se abre el coño y le regresa el favor metiéndole su mano bien adentro, “¡ya sabía que eras una pequeña zorra y ahora lo demuestras!” le grita mientras la folla salvajemente. Lara no se queda mirando y también decide divertirse con Mila, le va abriendo el culo hasta que le inserta una botella de cerveza vacía, “¡oh mira como te abres, te gusta verdad!” le dice mientras se la va metiendo toda. Sobre la mesa Mila aprieta los puños y grita de placer al ser follada así. Lara e Ilsa siguen intercambiando besos y lamidas entre ellas mientras abren a la joven aborigen que disfruta la forma en que la cogen.

En el suelo siguen revolcándose y montándose entre ellas. Se besan y se manosean sin parar, se comen el coño entre ellas hasta que el efecto del afrodisiaco, finalmente, comienza a pasar tras esa monumental orgia. Sus sentidos comienzan a volver y retoman el control de sus cuerpos. “No importa lo que pase ahora, pero nadie debe saber nada acerca de esto” dice Ilsa sacudiendo su cabeza y mirando a su alrededor, “bueno al menos estamos libres” agrega Lara que recoge lo que queda de su ropa. “Debemos irnos de aquí, de inmediato” insiste Mila y las tres salen de la bodega y la cierran con llave.

En ese momento dos camiones cargados con soldados vienen llegando, “problemas” alcanza a decir Lara antes que comiencen a dispararles. “¡hey, ahí está, fuego, dispárenle!” grita Ilsa y se desata una infernal balacera. Lara toma a Mila y ambas se esconden detrás de un vehículo. Lara consigue hacerse de un rifle y responde los disparos, pero no sabe por cuánto tiempo va a aguantar ya que no tiene mucha munición. Ilsa aprovecha de desaparecer y Lara busca desesperadamente una manera de huir, pero ambas están rodeadas.

“¡Las tenemos, las tenemos!” grita alguien justo cuando una flecha le atraviesa la garganta. Todos miran a su alrededor sin saber de dónde vino esa flecha, incluso Lara y Mila se quedan expectantes, pero más flechas comienzan a caer y una lanza le atraviesa el pecho a otro, Lara no puede evitar sonreír, “¡llego la caballería!” le dice a Mila. Los guerreros de la aldea llegan al campamento y se aprovechan de la oscuridad y el caos reinante para atacar a los soldados de Víctor que se ven totalmente confundidos. Pronto se desata una pelea cuerpo a cuerpo entre los aborígenes por un lado y los soldados de Víctor por otro.

Lara se escabulle entre los disparos y las flechas que vuelan por todos lados. Tiene cuentas que saldar y pronto observa a Víctor con pistola en mano disparando sobre un grupo de aborígenes. Lara se lanza a toda velocidad y le propina una feroz patada enviándolo al suelo, Víctor rápidamente se pone de pie y ambos se trenzan en una dura pelea intercambiando fuertes golpes. Lara demuestra lo fuerte que es y está más que ansiosa por desquitarse luego que Víctor la violara cuando la tuvo amarrada.

Justo en el momento en que le iba a dar la estocada final varios de su hombres llegan al rescate dejando a Lara contra la pared y totalmente rodeada, “¡una pena, nos abríamos llevado muy bien!” le dice con cinismo, pero antes que ellos la puedan liquidar aparece el anciano de la aldea que deja en claro porque tiene una reputación de ser un formidable guerrero. Con una rapidez asombrosa mata a los hombres de Víctor usando una lanza que maneja con total maestría. Ni siquiera alcanzan a disparar un tiro antes que él los liquide de manera precisa y metódica y rápidamente pone a Víctor a la defensiva a pesar de la gran diferencia de tamaño entre ambos. Aprovechando un paso en falso de Víctor le clava la lanza en el pecho. “Creo que esto es tuyo” le dice a Lara devolviéndole la daga que le había dado en la aldea, pero que le habían quitado cuando la capturaron, luego da un paso atrás dejándole dar el golpe definitivo. Llena de rabia Lara coge a Víctor del pelo y le corta el cuello de oreja a oreja, “¡ahora estamos a mano maldito bastardo!” le dice.

La pelea está totalmente a favor de los aborígenes que proceden a liquidar a todos los sobrevivientes. Se escuchan algunos disparos espontáneos y pronto comienzan a incendiar el lugar como una forma de venganza por toda la gente de su tribu que murió ahí. Lara por su parte busca desesperadamente a Ilsa antes que se escape en medio de la confusión y pronto la encuentra en las afueras del campamento ensartada en las estacas de una trampa que ella activo tratando de escapar. Lara se limita a recuperar el bolso donde iban varios artefactos y luego regresa con los demás.

“¿Segura que eres una arqueóloga preciosa?” le dice una voz familiar y Lara se sorprende al ver a Joe ahí, “¿Qué rayos haces aquí?” le pregunta sorprendida, “pues supe lo que estaba pasando y vine con algunos amigos a dar una mano, quedan algunos tipos sueltos pero no saldrán de esta jungla con vida” le asegura, “demasiada gente a sufrido por estos malnacidos, pero por fortuna esto se termino finalmente” agrega Joe, “si, por fin termino, pero como se enteraron”, “pues estaba haciendo un seguimiento a los movimientos de Víctor en estos días cuando junto a unos amigos encontramos a dos chicos, ambos heridos a bala que decían que te habían capturado y te llevaban al campamento, de inmediato los lleve a la aldea y el anciano decidió venir a este lugar y aprovechar que habían pocos soldados en el área y rescatarte a ti y a Mila”, Lara tiene una enorme expresión de alivio en su rostro, “pensé que estaban muertos”, “están vivos, heridos, pero vivos” le dice el anciano mayor que observa a Joe quien le hace una pequeña reverencia, “ahora, volvamos a casa” agrega después.

Junto a los aborígenes regresa a la aldea donde la gente celebra la victoria. También observa que trajeron varios trofeos con ellos e incluso le ofrecen la cabeza de Víctor para que se la lleve, “¡gracias, pero creo que aquí se ve mejor que en mi mansión!” responde. “¿Qué harás ahora?” le pregunta Mila, “pues vine con la intención de explorar y eso pretendo hacer, hay varios lugares que quiero visitar, pero antes quiero descansar un poco, realmente ha sido una expedición mucho más dura de lo que había anticipado”.

Con la calma restaurada Lara aprovecha de seguir con su trabajo. Revisa todo lo que recupero del campamento de Víctor y las notas de Ilsa sorprendiéndose de la cantidad de información que tenia disponible y preguntándose de donde la obtuvo. El jefe de la tribu le permite a Lara llevarse todo lo que desee en señal de agradecimiento, pero ella solo decide llevarse las tablas encontradas y el artefacto que recupero, así como una considerable cantidad de fotos que tomo en las ruinas cercanas a la aldea. Lara también asegura que investigara quien envió a Ilsa y Víctor a la jungla y que mantendrá el trabajo en reserva a fin de evitar más visitas. Se contacta con Joe que se ofrece a acompañarla a unos sitios más distantes, “creo que ya he abusado demasiado de su hospitalidad” le dice a los líderes de la tribu, pero antes de irse hay algo que Lara quiere hacer.

“¿Y para que quieres hablar con los padres de ese par de rufianes?” dice Mila que aun no se olvida del susto que le dieron en esa caverna, “pues quiero darles las gracias y disculparme, fue mi culpa que ambos resultaran heridos, además sin ellos jamás habría llegado a tiempo a las ruinas y recuperado el artefacto”, “por desgracia eso no es posible”, “¿Por qué?” se pregunta extrañada, “ambos son huérfanos, sus padres fallecieron hace ya varios años, el anciano ha sido quien los ha criado, pero incluso así, los dos hacen lo que quieren”. Lara se queda pensativa ante la respuesta. “Tiempo atrás me dijiste que era deber de los padres con verter a sus hijos en adultos”, “así es”, “¿y qué pasa si los padres no están, si la madre no está?” pregunta Lara, “pues en ese caso otra mujer de la aldea puede hacerlo”, “¿cualquier mujer?” pregunta Lara sonriendo y Mila le asiente, también sonriendo, “cualquier mujer”.

Ya es de noche y en una choza los dos chicos se recuperan de sus heridas. Por orden expresa del anciano tienen prohibido salir de ahí y él les dejo en claro que si lo desobedecían, habría consecuencias. Sorpresivamente un grupo de mujeres entra a la choza, son siete en total incluyendo Mila y se sientan alrededor de los dos. Todas llevan lo que parecen ser velas y que ponen formando un círculo. Los dos se miran sin entender nada hasta que Lara aparece en la choza. Ella les sonríe a ambos y nota la expresión de sorpresa en sus rostros. Viene cubierta con una serie de pieles, como las que usaba mientras se recuperaba de sus heridas en la aldea. Ambos la observan totalmente estupefactos. Lara camina hacia ellos y se quita su ropa quedando desnuda dejando a ambos atónitos. Entre ambos ella se hinca y los dos hermanos se le acercan y casi se abalanzan sobre ella, “calma, calma hay tiempo” les dice controlando las ansias y las ganas de los dos. Se besa con ambos y ellos comienzan a acariciar su cuerpo, ese cuerpo que tanto desean y por el cual quisieron hacerle un truco sucio, pero ahora Lara se entrega a ambos muchachos.

Con paciencia y habilidad Lara los maneja a los dos. Se besa con ellos mientras acaricia su cuerpo sintiendo la firmeza de sus pechos y frotando su entrepierna. Por su parte Lara les masajea las vergas a los dos notando lo duras que están. Ambos se ponen de pie y Lara, aun hincada, comienza darles sexo oral por primera vez. Frota ambas vergas y luego las acariciando con su lengua. Pone ambas en su boca y juega con ellas notando la expresión de placer que ambos tienen al recibir sus caricias. Las demás mujeres observan todo lo que sucede, pero no pueden intervenir, esto es solo entre Lara y ambos jóvenes. Usando hábilmente su boca les da una mamada a ambos. Se turna poniendo ambos miembros entre sus labios envolviéndolos por completo y recorriéndolos de arriba abajo. Ella misma lo disfruta bastante sabiendo que es la primera mujer que ellos van a tener. “Tranquilos, no se corran aun” les dice siempre controlando las ansias de los dos.

“Ven acá” le dice a uno y se le monta encima poniéndolo su coño en la cara, “usa tu lengua” le dice ella mientras sigue dándole sexo oral a su hermano y pronto lo siente moviéndose en su sexo provocándole una serie de espasmos y gemidos. Mila y las demás mujeres siguen observando cada vez más excitadas. Lara se mueve sobre el joven que sigue lamiendo su sexo de manera cada vez más hábil. Lara se frota su clítoris mientras siente esa lengua moverse al tiempo que sigue dando una mamada, todo bajo la atenta mirada del resto de las mujeres ahí presentes.

De espaldas se pone sobre la cama hecha de pieles y paja. Les hace un gesto a los hermanos y ahora el otro se dedica a lamer su sexo mientras el otro se pone sobre ella metiendo su verga en la boca de Lara que con ansias se la empieza a chupar a medida que él la mueve en su boca como si la estuviera follando. Su coño lo siente bien mojado y ardiente mientras siente una lengua moverse de manera algo torpe al principio, pero con más habilidad a cada momento. “Vamos, ahora viene lo mejor” les dice.

Lara se monta sobre uno de ellos y le pide al otro que se ponga detrás. Las mujeres están expectantes observando todo y la expresión de excitación en sus rostros es más que evidente. Lara se besa con ambos chicos que no dejan de acariciar su cuerpo, “muy bien, aquí vamos” les dice y con una mano coge ambas vergas y las guía hacia su coño el cual está totalmente mojado y hace que la penetren al mismo tiempo. Ellos se muestran extasiados al sentir el coño de Lara envolviendo sus vergas por primera y ella deja escapar un profundo gemido ante la mirada lujuriosa de las mujeres ahí presentes. “¡Un poco más, un poco más!” dice Lara hasta que ambas vergas las tiene bien metidas en su sexo.

Durante unos instantes los tres se quedan ahí, sin moverse. Lara busca maximizar el placer que ellos sienten y lentamente comienza a moverse haciendo sus vergas recorran su sexo. Ellos instintivamente reaccionan y la sujetan de sus caderas moviéndose junto a ella. Las mujeres que están ahí presentes observan todo y en sus rostros se aprecia una evidente expresión de excitación, les encantaría participar, pero no pueden. Con más fuerza comienzan a penetrar a Lara cuyos gemidos se escuchan con claridad. Lara intercambia besos con ambos y le pone sus pechos en la cara al chico que está debajo mientras siente las vergas de ambos metidas en su coño.

Sorpresivamente el que la tiene por detrás saca su miembro y lo presiona entre las nalgas de Lara, “¿quieres probar mi trasero?” le pregunta ella gustándole la idea y él solo asiente con la cabeza. Lara separa sus nalgas y Mila se inclina ligeramente a mirar como se la meten por detrás poco a poco, centímetro a centímetro hasta que la tiene toda bien enterrada. Él abraza con fuerza a Lara, “así es, se siente tan bien cierto”. Ella comienza a moverse con fuerza hace que los dos la cojan bien duro, “¡no te preocupes, tu también lo probaras!” le dice Lara al otro chico mientras le cabalga encima. Las mujeres que observan la escena se saborean los labios, ver a Lara follar es todo un espectáculo.

“Muy bien, tu turno de follarme por detrás” dice Lara que se sienta sobre el otro chico y guía su verga entre sus nalgas hasta que se hunde por completo, “te gusta verdad” le dice notando la expresión en su rostro. Ella separa ampliamente sus piernas e invita al hermano a que la penetre, “eso es, nada mejor que dos vergas al mismo tiempo”. Entre los dos la cogen bien duro, ambos aprenden rápido y Lara demuestra ser una excelente maestra. La abrazan la besan y Lara disfruta de sus vergas en su boca o teniéndolas bien metidas en su coño o en su trasero, “¡ahora se van a correr con todo!” les dice a los dos que pronto comienza a acabar de una manera increíble, sacan sus vergas y están lanzan chorro tras chorro de semen que se esparce en el cuerpo de Lara, todo mientras son observados por las mujeres que atienden este “ritual”. Tras acabar Mila y el resto de sus acompañantes recitan un canto y una de las mujeres, la mayor de todas las presentes, se acerca a los jóvenes y les hace un tatuaje a cada uno indicativo de su nueva condición de hombres adultos y luego todas se retiran, “espero que lo hayan disfrutado” les dice Lara con una sonrisa, pero ellos apenas pueden hablar después de semejante experiencia.

Es casi medio día cuando Lara finalmente deja la aldea, promete volver ya que aun esta intrigada por todo lo que encontró, pero ahora desea completar su trabajo de exploración y después regresar a Inglaterra donde seguir con la parte académica. “¿De regreso a la civilización?” le pregunta Joe que la espera en su jeep a la orilla del camino, “no todavía, quiero que me lleves a este lugar” y Lara le indica en el mapa, “¿y qué hay ahí?”, “no lo sé, pero aparece en los mapas que tenia Ilsa, quiero saber porque”, “bueno esto te va a acostar extra” le dice Joe medio en broma, medio en serio, “no te preocupes, tengo dinero de sobra”.

Los siguientes días Lara explora los sitios marcados en el mapa. Lo que encuentra la deja atónita. Ruinas enterradas en la jungla, columnas de piedra de casi 50 metros altos llenas de símbolos y restos de lo que parece ser un complejo de templos e incluso parte de una ciudad perdida enterrada en la jungla. En el diario del explorador no figura nada de eso, pero si en el cuaderno que Ilsa tenía en su poder. Lara se pregunta si en el pasado habría otra expedición similar en la zona, “voy a tener mucho trabajo en casa” se dice a sí misma.

Joe la acompaña y le ayuda en lo que puede. No entiende mucho de lo que Lara hace, pero ciertamente se sorprende con las ruinas que encuentra, también aprovecha de observarla con más detalle apreciando sus curvas, Lara luce simplemente espectacular usando un peto bastante ligero y ajustado así como sus shorts. “¡hey, despierta!” le dice Lara en más de una ocasión, “trata de enfocarte en lo que estás haciendo” agrega. Charlando con Lara Joe admite que jamás había visto algo así, aunque menciona algunas historias que han pasado de generación en generación entre las diversas tribus que habitan en la jungla, “si bien hay diferencias, todas tiene el mismo elemento en común, un pueblo, una raza muy avanzada que vivió aquí hace mucho años”, “¿ninguna tribu visita estos lugares?”, “no, la gente de la jungla es bastante supersticiosa o religiosa, algunos ven estos sitios como sagrados, otros los ven como lugares prohibidos que no deben ser molestados, en todo caso es increíble que nadie haya descubierto esto antes”, “como arqueóloga debo decir que jamás espere encontrar algo así en este lugar, en realidad de no ser por el diario de un explorador que fue escrito hace cientos de años, jamás se me habría pasado por la mente visitar esta zona”.

Con bastante detalle Lara documenta todo lo que puede y fotografía todo lo que encuentra. Hay algunos símbolos que se le hacen familiares, pero deberá buscar en su base de datos en su hogar para confirmar. Mientras Lara termina con su trabajo Joe se dedica a cargar su vehículo preparándose para volver a al pueblo. “Una vista maravillosa” comenta Lara notando como el sol se oculta tras las ruinas, “ni que lo digas” responde Joe que está más atento al esplendido cuerpo de Lara que a la puesta de sol, algo de lo que ella se percata de inmediato, pero no dice nada.

Es su última noche en la jungla y Joe le ofrece a Lara una cerveza, “no es tan fina como las que hay en tu país, pero es lo que hay”, Lara coge la botella y la bebe casi toda de una vez, “vaya realmente necesitaba una cerveza” y luego sigue bebiendo lentamente jugando con la botella en sus labios. Joe apenas bebe de la suya mientras observa a Lara y se imagina otra cosa entre sus manos y en su boca. Ella lo nota y sigue con su juego, cuando quiere serlo puede ser extremadamente provocadora. “¿Y bien?” dice Lara en voz alta asustando a Joe, “¿Cuánto me vas a cobrar por todo este viaje?”, “bueno, estaba pensando en un bono extra de un 25 % solamente”, “¿solo pensabas en un bono y nada más?”, “eh….”, “tal como creía” responde Lara con una sonrisa y termina de beber su cerveza para después ponerse de pie y dirigirse hacia el jeep buscando su bolso. Joe la observa y no saca su vista de su trasero bien marcado en sus shorts.

Lara busca en su bolso el dinero para pagarle a Joe cuando siente que alguien la toma de las caderas y le restriega un duro bulto en su trasero, ella no se opone y lo deja actuar. “Vaya pensé que querías solo dinero”, “bueno como tu dijiste, dinero y algo más” dice Joe que continua restregando su miembro contra el trasero de Lara que disfruta del momento. Con fuerza la sujeta de sus caderas y le da unas fuertes acometidas como si la estuviera penetrando y luego la jala hacia su cuerpo besándola en el cuello y buscando sus labios mientras le pasa las manos sobre sus pechos y entre sus piernas haciendo que Lara deje escapar unos ardientes suspiros.

“Desde que te vi que tenía unas ganas de cogerte”, “¿y qué demoro tanto?”, “bueno, digamos que la idea de recibir una bala en la cabeza me retrasó un poco” y Lara se ríe al escuchar semejante cosa, “pues te aseguro que no te voy a disparar ahora” le dice ella. Con fuerza Joe desliza una mano los shorts de Lara frotándole su sexo, hábilmente mueve sus dedos acariciando su coño y sintiendo los jugos que se escurren mientras le sube su peto y masajea sus senos y juega con sus erectos y pezones. Lara gime profundamente, suspira y cada vez que respira sus pechos se levantan majestuosamente.

En medio de apasionados besos Lara se deja manosear por Joe que la recorre con sus manos acariciando su atlético y curvilíneo cuerpo. Le estruja sus pechos y desciende entre sus piernas y también entre sus nalgas jugando con su trasero. Lara le soba el bulto notando lo grande que es y se aprieta con fuerza mientras le hunde un dedo en su coño. “Ven preciosa, ponte aquí” le dicen y Lara se pone en cuatro en la parte trasera del jeep. Joe le quita sus shorts observando su coño y cuando ella separa los labios de su vagina se aprecian los jugos escurriendo.

“¡Eso, así es, más adentro!” exclama Lara al sentir una lengua moviéndose en su sexo. Joe se lo devora con ansias y la deja sin aliento mientras su lengua recorre las partes íntimas moviéndola de arriba abajo y le separa las nalgas presionando sobre su ano y usando sus dedos metiéndolos en su sexo. Lara trata de hablar, de decir algo, pero solo gemidos y jadeos salen de entre sus labios, “¡vamos, no pares!” se le entiende por momentos y Joe no tiene pensado detenerse mientras su lengua se la pasa con fuerza. “Realmente te gusta, eres una mujer ardiente” le dice Joe y luego vuelve a hundir su lengua en el coño devorándoselo y saboreando su ardiente sexo.

Con fuerza le mete los dedos en ambos agujeros a la vez, a Lara le encanta así y se mueve haciendo que sus pechos se balanceen rítmicamente. Los dedos de Joe se hunde en su sexo y en su trasero, el los mueve y se los retuerce dentro dejando a Lara en completo éxtasis, “¡eso es Joe, más adentro, bien adentro!” le pide y él redobla sus esfuerzos y se los hunde bien profundo. Luego la abraza con fuerza y le pasa los dedos en la boca, “ahora te daré algo especial”, “pues qué esperas, dámelo todo” dice Lara que mueve su trasero de un lado para otro.

Joe se quita su polera y sus pantalones. Tiene un físico delgado, pero con músculos marcados sin duda consecuencia de una vida en la jungla. También tiene una serie de tatuajes en su pecho, sin embargo Lara se muestra más interesada en lo que se asoma entre sus piernas al bajarse los pantalones. Una verga de buen porte que él comienza a frotar hasta ponerla aun más dura y tiesa, “pues métela toda, aquí te espero” le dice Lara separando los labios de su vagina con sus dedos. Joe desliza su miembro entre las nalgas y se la pasa por su sexo. Juguetea con ella, le roza su coño con la punta de su verga y luego la desliza sobre su clítoris haciéndola gemir, “bien preciosa, aquí vamos” y Lara cierra sus ojos al sentir ese miembro hundiéndose en su coño. Joe la toma de las caderas y presiona su verga metiéndola lentamente, poco a poco, en el mojado y caliente sexo de Lara que se muerde sus labios de placer, “una entrada triunfal” le dice Lara al sentir el miembro bien enterrado en su sexo.

A Lara le encanta esa pose, le gusta ponerse en cuatro y sentir un miembro dentro, le gusta mover sus caderas y restregarlo en su sexo mientras se mueve con fuerza sobre su compañero para que se meta bien adentro. Joe la deja actuar, la deja tomar la iniciativa y disfruta de cómo se mueve con habilidad y soltura sintiendo su ardiente coño envolver y tratar su verga. “Si que sabes moverte” le dice a Lara abrazándola con fuerza y buscando sus labios.

Junto a la fogata ambos continúan follando haciendo un 69. Lara mostrando sus habilidades orales dándole una jugosa mamada mientras Joe le sigue devorando el coño. Ella estruja la verga entre sus manos, la frota con fuerza y la desliza entre sus labios poniéndola toda en su boca mientras siente una lengua y dedos acariciando su sexo, “preciosa tu sí que sabes dar una mamada”, pero ella no responde estando ocupada con el miembro en la boca.

Montada encima Lara le da una dura cabalgata, sus grandes y firmes pechos se agitan vigorosamente y mueve sus caderas para sentir mejor el miembro. Joe la abraza y hunde su rostro entre sus magníficos senos chupándolos con ganas. “Eso es así, chupa bien mis tetas” le dice ella. Joe pone a Lara de espadas y ella separa ampliamente sus piernas para envolverlo con las mismas. “¡Ven aquí!” le dice y Joe la penetra furiosamente en medio de los ardientes besos de ambos los gemidos de ambos y el ruido de la fogata se mezclan con los sonidos típicos de la jungla.

“¡Vamos Joe, dámelo todo!” le pide Lara que ya se ha corrido y quiere hacer acabar a su amante. Joe saca su verga y la pone entre los senos de Lara que la aprieta entre los mismos. “¡Eso es así, frótala con fuerza!” le dice él que se mueve restregando su miembro. Ella abre su boca y saca su lengua preparándose para recibir la descarga y Joe no la decepciona corriéndose de manera abundante. “¡Oh Lara tu si eres toda una mujer!” exclama más que satisfecho mientras ella le hace una mamada, “¡y tu no lo haces nada mal, para un chico citadino!” responde ella haciendo burla del hecho que Joe vive en el pueblo y no con su gente en la aldea. Ambos se quedan ahí un rato, bebiendo otra cerveza y Lara comentando acerca de todo el trabajo que va a tener al volver a Inglaterra. “¿Con lo que he visto de ti me cuesta verte como una científica?”, “las apariencias engañan” responde Lara que pasa la noche junto a Joe.

Por la mañana se visten rápidamente, el avión que recogerá a Lara está por llegar. Mientras se arreglan, Lara nota unos tatuajes que se le hacen familiares en el cuerpo de Joe. “¿Dónde te hiciste esos tatuajes?”, “estos, en la aldea, los tengo ya que mi padre es el anciano jefe” y Lara queda asombrada, “¿tu padre es el anciano?”, “así es, porque”, “por nada, eso explica algunas cosas” responde sonriendo ante un desconcertado Joe.

De regreso en el pueblo el avión la está esperando, Lara carga sus cosas y luego se le acerca a Joe y le entrega un papel con un número de teléfono, “en caso de problemas, me llamas”, “así lo hare, realmente te voy a echar de menos” le dice Joe que trata de abrazarla, pero Lara no se lo permite, “lo disfrute anoche, pero no te hagas ilusiones”, “me encantan las mujeres difíciles” y Lara se despide dándole un beso y luego sube al avión.

Ya en su hogar Lara se pone manos a la obra usando su extensa red de contactos y buscando toda la información que tiene a su disposición, pero sin mucho éxito. En los archivos de su padre encuentra muy poco y buscando en diversas universidades tampoco hay mucho. Quien le dio la información a Ilsa es la clave del misterio, pero tampoco hay una pista de quien la envió e incluso de la propia Ilsa no hay mucho para investigar. Lara se pasa las siguientes semanas investigando este enorme misterio, pero en ocasiones siente que está dando vueltas en círculos persiguiendo su sombra. Sin embargo una carta que recibe le llama profundamente la atención.

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