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¡Lluvia de vergas!

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Pasaron 6 meses y mi obsesión por el esperma de mi papá seguía creciendo. Hasta que un día en su trabajo me cambió la vida.

Salí de la universidad y estaba muy cachonda pensando en la verga de mi papá viniéndose en mis pies y penetrándome el ano. En ese momento deseaba tanto tener su verga adentro de mí, que no pude esperarme a que llegara la noche, así que decidí visitarlo a su trabajo. Mi papá trabaja en un estudio de fotografía y se dedica a fotografía de modelaje.

Llegué al estudio y mi papá estaba en medio de una sesión. Me vio de lejos y se puso muy contento, y se acercó corriendo hacia mí. Me abrazó pero yo lo abracé más fuerte, y le dije al oído: “Papi ya no puedo esperar, necesito tu verga ya, la necesito ya aquí adentro”. Le agarré la mano y se la bajé hasta mi cuca para que pudiera sentir lo mojada que estaba. Yo llevaba puesto un vestido corto de color verde olivo, unas sandalias marrones y no llevaba bragas puestas.

Cuando sintió que mi vagina estaba muy mojada, inmediatamente se calentó y pude sentir cómo su verga poco a poco se ponía dura. Seguíamos abrazados, él tenía su brazo derecho alrededor de mi cuello y su mano izquierda metida debajo de mi vestido metiéndome los dedos, mientras yo lo abrazaba de la cintura y le empecé a acariciar la verga con mi mano derecha. Aunque estábamos detrás de un escenario, tratamos de ser muy discretos fingiendo que sólo nos abrazábamos. Pero sin poder resistirme a las caricias de mi papá, me vine con un squirt muy fuerte pero muy rápido que mojó el suelo, y se me escapó un gemido que se escuchó en todo el estudio.

Mi papá se asustó mucho, me tapó la boca con su mano llena de mis fluidos y empezó a voltear hacia todos lados para ver si alguien nos había visto. Pasaron uno o dos minutos y nadie apareció cerca. Entonces yo caminé hacia atrás, me senté sobre una mesa que estaba cerca, extendí mis pies hacia mi papá y le dije: “Por favor papi, estos dedos necesitan que los llenes de leche”. Empecé a mover mis dedos y a abrirlos y cerrarlos para provocarlo. No me importó estar tan expuestos a que nos descubrieran, yo estaba demasiado caliente. Mi papá se acercó y me dijo que estaba loca, que podían vernos y lo podían echar de su trabajo. Entonces me giré sobre la mesa, me puse en 4, me levanté el vestido mostrándole mi culo, me abrí las nalgas y le dije con un gemido: “Por favor papi”. Nadie puede resistirse a mi culo y a estas caderotas.

Se bajó el cierre del pantalón, se sacó la verga y me la metió directamente en el ano. Me agarró de los tobillos con ambas manos, me separó las piernas con mucha fuerza, y su cuerpo chocaba contra mis nalgas una y otra vez mientras su verga entraba profundamente en mi culo. Podía sentir toda la cabeza de su pene abriéndome el culo por dentro cada vez que entraba y salía. Después soltó uno de mis tobillos y empezó a frotar mi clítoris con la punta de sus dedos. Mi cuerpo estaba como loco disfrutando del sexo con mi propio padre, cuando de lejos vi que alguien del estudio nos estaba observando atrás de una columna, y se estaba masturbando. Él no se dio cuenta de que lo vi, pero yo me puse mucho más cachonda. Tenía mucho morbo de saber que un extraño nos veía follar a mi papá y a mí.

Después vi hacia otra dirección y otro chico también nos miraba. Poco a poco los fotógrafos del estudio se empezaron a dar cuenta de lo que pasaba pero miraban desde lejos, y mi papá estaba tan enfocado en mi culo que no se dio cuenta, pero yo sí.

Entonces mi papá me dijo que se iba a venir, y sentí la necesidad de que se viniera en mis pies. Así que le pedí que me la sacara del culo y que acabara en mis pies. Me giré otra vez frente a él, le extendí mis pies y se vino justo sobre mis dedos. Pero yo estaba demasiado caliente y no me conformé con eso. Así que volteé a ver a los que nos miraban y grité: “¡Vengan, también quiero sentir su leche! ¡Quiero que me llenen toda!”.

Mi papá se asustó, pero todos los que estaban viéndonos se acercaron corriendo sin dudarlo y se empezaron a masturbar alrededor de mí. Hicieron a mi papá a un lado y trataron de acercarse para metérmela, pero les dije que solo los iba a dejar verme y venirse encima de mí, pero nada de follarme. Me quité el vestido y lo tiré al piso. Y ahí estaba, sentada sobre una mesa fría rodeada de hombres jalándose la verga. No sé cuántos eran exactamente, pero imagino que eran cerca de 15 o 20 chicos. Los primeros empezaron a venirse en el suelo pero les dije: “¡No lo tiren! Pueden acercarse a venirse encima de mí”. Les extendí los pies y poco a poco empezaron a eyacular encima de mis pies y mis piernas. Uno de ellos se subió a la mesa, se paró sobre mi cabeza y se vino en mi cabello. Otro de ellos me pidió que extendiera la palma de mi mano, la extendí y se vino en ella.

Mi sueño por fin se había realizado, completamente cubierta de semen por todo el cuerpo. Desde los dedos de los pies hasta las rodillas, los muslos, la cadera, el abdomen, los pechos, mis hombros, el cabello y la cara; tenía esperma escurriendo por todo mi cuerpo. El último chico se vino en mi pierna izquierda, en mi muslo, y el semen se escurrió por el interior de mi pierna hasta llegar a mi vagina. Entonces mire al frente y vi a mi papá parado frente a mí con su cámara de fotos en una mano, apuntándome, y con la otra mano jalándose la verga. Todo terminó con el flash de su cámara deslumbrándome.

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