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Lucerito

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Llevábamos ya un par de semanas solo jugando a calentarnos, besos, mi mano en su vagina sintiendo su humedad, sus orales, pero no habíamos llegado más allá. Veníamos de regreso del trabajo. Ella comenzó a jugar con mi pene como siempre mientras yo al volante con una mano iba desabrochando el pantalón. Ella terminó por sacar el pene ella sola y comenzó a chupar. Hacia eso con la punta de su lengua de meter su lengua en mi uretra antes de engullir el pene por completo cuando ella lo tragaba jugaba con su lengua dentro. A mi me encantaba manejar mientras ella me hacía orales. Sentir su cabello entre mi mano libre, cuando estaba a punto de llegar a su casa simplemente me seguí. Ella masticaba mi pene, subía y bajaba chupaba mientras yo simplemente disfrutaba aunque debía estar concentrado. Me seguí un par de cuadras adelante de su casa y comenzamos a besarnos. Ella como yo estaba sumamente excitada y decidimos pasarnos a la parte de atrás del carro.

Ella comenzó a quitarse el pantalón, unas medias que traía debajo y su hermosa tanga; mientras yo ya había desabotonado mi camisa y mi pantalón. Estaba listo. Ella tardó un poco más pues se quitó el bra por dentro. Tenía solo una blusa y se veían sus enormes pechos y sus pezones grandes, café y listos para mi. Se colocó justo encima. Tomo mi pene y se lo introdujo. Subió su blusa y se la retiró sus pechos callejón de una forma tan fuerte. Eran muy muy grandes por el retrovisor alcanzaba a ver su hermoso trasero y ella comenzó a cogerme. Poco a poco mientras me besaba. El sabor de su saliva era dulce, mezclado por el sabor de su labial. Al final era una joven pero cogia mucho mejor que cualquier mujer. Sentí cómo se mojaba, tanto; que su saliva escurría por la base de mi pene hasta mis testiculos y terminaba en el sillón de la parte trasera del vehículo. Con la mano derecha dirigí uno de mis dedos hasta su ano comencé a masajearlo mientras con la otra mano tomaba su pecho, lo apretaba y lo llevaba a mi boca buscando su pezon. Cuando lo encontré succionaba como esperando que saliera leche de esos enormes y suaves muy suaves pechos. Mientras mi dedo lo iba introduciendo dentro de su ano. Ella gemía me abrazaba apretaba mi rostro contra su pecho y se movía, mientras mi dedo iba entrando hasta que comencé a buscar mi pene dentro de ella y lo sentí. Tocar esas paredes internas y el sentir mi pene con el dedo fue maravilloso.

Dejo de gemir y de moverse. Me beso y comencé a sacar despacio el dedo de su ano. Tomo mi mano con la suya y retiro por completo el dedo de su trasero. Yo estaba sumamente excitado. Puso mi dedo frente a mi y me dijo:

-Que vas a hacer con el.

Inmediatamente lo metí en mi boca, no sabía desagradable. Todo de ella sabía delicioso. Lo chupe y ella comenzó a besarme. Esa mezcla entre el sabor de su saliva y un poco a orina dulce fue no solo delicioso sino excitante. Ahora era yo quien se la cogia fuertemente. Dejo de besarme y yo de tragar de su saliva y del olor delicioso de mi dedo

-Aún no te vienes verdad?

Era evidente que no y comencé a morder sus pechos, lamer su cuello, chuparlo quería esta vez venirme dentro de ella. Comencé a cogermela duro mordiendo ella me ponía su enorme pecho en mi boca. Eran suaves y lisos la nalguee un par de veces y justo cuando sentía que estaba pronto a terminar vi que se dirigía a nosotros un vehículo con las luces intermedia encendidas. Encendió una torreta y se emparejó justo a la ventana trasera del vehículo. Ella se salió y se sentó al lado. Solo se tapo con lo que tenia a la mano. El oficial descendió de la patrulla y me pidió que descendiera como pude me acomode el pantalón y abotone mi camisa.

-Esta usted solo?

-no!

Esta con su novia?

-Si!

De pronto puse cara de tristeza y comencé a fingir tristeza

-Están peleando?

-Si, quiere terminar conmigo

El oficial me dijo:

-Es tarde y esta zona es muy insegura.

Se dio la vuelta, subió a su patrulla y se fueron. Subí al auto y ella ya estaba casi vestida. Ambos nos pasamos a la parte de adelante y nos fuimos. Le iba contando lo que había pasado y ambos reímos.

Llegamos a su casa y me beso

-Lamento que no hayas podido terminar. Toco mi pene y lo saco del pantalón. Metió por completo mi pene en su boca y yo apretaba su cabeza suavemente hasta el fondo. No termino de hacerme el oral. Me dio un beso, se bajo y se metió a su casa.

Yo estaba sumamente excitado conduje camino a casa, mientras me masturbaba. Me desabotone la camisa, conducía y me tocaba. No tarde mucho en llegar, estacione el auto y me masturbe. Aún tenía su sabor en mis labios, su olor seguía impregnado en el auto. Chupe mi dedo nuevamente, ese que había estado dentro de su ano esperando encontrar ese sabor aún allí. Trague saliva e hice un poco para humedecer mi mano. Mientras tocaba mis tetillas con la otra. Frote fuertemente una y otra vez de arriba a abajo mi pene hasta que por fin sentí cómo se iba acercando el momento de venirme. Apunte el disparo al estómago pero era tanto semen el que salió que subió hasta mi garganta, yo quería sacar más pero no me agradaba esa sensación. Apunte un poco a la derecha y el semen se disparó nuevamente pero ahora en el pecho. Dirigí de nuevo al centro el pene y terminó el último disparo en el estómago. Estaba exhausto deje de apretar el pene y lo solté. No pasó mucho tiempo cuando sentí cómo se iba deslizando el semen por mi cuello, mi pecho y terminaba en la base de mi pene. Era demasiado, estaba líquido ya y comencé a limpiarme. Respire una bocanada de aire y pude oler de nuevo ese olor a su vagina húmeda y dulce. A su perfume y ese olor joven que se impregnó en mi piel esa noche, una noche que jamás olvidaré.

Volvimos a vernos un par de semanas después en una situación diferente al trabajo. Veníamos de regreso de una fiesta, llegamos hasta un hotel en un punto medio a nuestro domicilio. Entramos y dejamos lo que traíamos de la fiesta de donde veníamos estábamos cansados y algo sucios. Comencé a desvestirme y entré a la regadera, ella comenzó a desvestirse mientras yo ya estaba dentro. Ella entró detrás de mi cuando yo ya estaba en la regadera. Yo le daba la espalda y enjabonaba mi cabello cuando sentí que me abrazo por detrás. Sentí como pegaba sus enormes pechos calientes a mi espalda y con su mano comenzó a tocar mi pene. Puse mi mano por detrás de mi y sentí su piel blanca desnuda y lisa; Suave y con ese olor maravilloso que la caracterizaba ese cuerpo juvenil.

Di media vuelta y la miré, no había mucha luz en el cubículo de la regadera y solo me dijo:

-Dime que no te dan ganas de hacerme el amor!

Era pequeña de estatura que yo. Enjuague mi cabello y mis manos. Tome su rostro y comencé a besarla lentamente. Mi lengua ya conocía la suya y me encantaba comerme su saliva. Sacaba su lengua y yo comenzaba a chuparla, de afuera hacia dentro una y otra vez. Cuando sentía mis labios húmedos al tocar la base de su lengua metía mi lengua en su boca y jalaba toda su saliva hacia la mía y la tragaba. Ella era muy joven para mi y me encantaba toda la dulce miel que salía de su cuerpo.

Comenzó a besarme el cuello y después mi pecho. Llego hasta mis tetillas y comenzó a morderlas me encantaba eso poco a poco comenzó a bajar hasta que se hincó. Para ese momento mi pene estaba más que duro. Ella me miró a los ojos antes de meterse el pene a la boca, con unos ojos tan abiertos y maravillosos. Tome su cabeza con mis manos hasta llegar a sus orejas. Retire el cabello que las cubría y suavemente tome su cabeza. La miré a los ojos y le dije:

-Te Amo

En ese momento bajo su mirada, miró mi pene. Ella siempre lo lamía para después tragárselo completamente pero esta vez no. Abrió su boca y de un bocado se metió el pene por completo, sentí sus dientes superiores posarse en la base de mi pene y su lengua salía hasta tocar mis testiculos. Solo sentía su lengua se movía mientas ella con sus manos apretó fuerte mi trasero. Sentí un fuego, una cosa tan excitante. Que apreté un poco su cabeza y comencé a meterlo lo más que pude mi pene hasta su garganta. Ella solo gimió y me apretó más fuerte los glúteos. Empecé a moverme más hasta que ella no aguanto la respiración y me hizo un poco hacia atrás en ese momento la levanté y comencé a besarla apasionadamente me bebí su saliva; esta vez no me importaba el sabor solo quería comérmela. Literal! Comencé a besar su cuello y a morder sus enormes pechos. Mientras con otra mano empecé a meter mis dedos en su vagina. Estaba húmeda y se sentía tan bien. La regadera seguía abierta y el agua caía sobre nuestros cuerpos. Comencé a girarla hasta que la pared quedó detrás de ella y mientras la besaba la iba pegando más y más a la pared hasta que quedó su espalda contra ella.

Cerre las llaves y la levante un poco comencé a rozar mi pene con sus labios vaginales. Sentía su humedad sus pies no tocaban el suelo con una mano la cargue y con la otra agarre mi pene y busqué su entrada vaginal. Cuando sentí que entro un poco regrese mi mano hasta su cintura. Ella subió las piernas y todo lo demás fue simplemente el cielo. Mi pene se deslizó hasta el fondo y comencé a arremeter contra ella. Ponía su pecho en mi boca y yo mordía su pezon.

Besaba su cuello y después su boca. Mi lengua hasta el fondo y yo seguía cogiendola tan rapido hasta que sentimos un poco de frío. Bajo sus pies y la baje hasta que toco el suelo. Su boca fue directo hasta mi pene mientras sus manos lo frotaban de atrás hacia adelante. Sabía que me tenía en sus manos. Decidimos salir del baño y nos fuimos hasta la cama. Íbamos besándonos llegamos a la base de la cama. Sus piernas tocaron la base. Se sentó para hacerme un oral y la empuje, abrí sus piernas y me fui directamente hasta su vagina. Comencé a lamer sus labios vaginales. Sentía cómo salía esa delicia de miel de saliva vaginal que recorría sus labios. Mi lengua estaba moviéndose en su clitoris ella levantaba sus caderas un poco y mi lengua bajó hasta sus labios inferiores. Tenía un sabor dulce aunque con un ligero olor a orina pero era tan agradable. Lamia y comía metía mi lengua y la movía hasta que sentía su saliva de nuevo. Lamia y comía. Ella gemía y se retorcía. Sus pezones comenzaron a ponerse duros. Era difícil por el tamaño de sus pechos. Pero estaba muy muy excitada.

Comencé a besarla poco a poco hacia arriba, recorriendo mi lengua por su estómago, sus pechos cuando estuve en sus pechos lamia sus pezones y los succionaba seguí hasta su cuello mientras mi pene buscaba el punto excacto para entrar en ella. Moví mi cadera hasta sentir el punto exacto donde debía entrar. Puse la punta del pene en su orificio de la vagina no lo metí por completo solo estaba la punta en la entrada.

-Te Amo

-yo también te Amo

Le di un beso suave y ella me abrazo sentí sus uñas en mi espalda solo superficialmente. Mi pene estaba listo en la entrada de su vagina, sus enormes pechos tocaban mi pecho y en ese beso tan sutil decidí meter mi pene hasta el fondo.

Ella enterró sus uñas en mi espalda. Eso me fascina. Sentí como se encajaron y me excito tanto. Comencé a cogerla muy duro mientras ella arañaba mi espalda con todas sus fuerzas.

Estaba tan excitado que deje de pegarme a ella seguía cogiendola duro, muy duro. Bajo sus manos y las puso sobre la cama. Con una mano tome una de la mano de ella y con la otra sujete su cuello. Comencé a cortar el flujo de aire de su cuello. Su piel era blanca y comenzaba a ponerse roja. Cuando sentía que le faltaba el aire la soltaba un poco. Lo hice un par de veces y hasta que pensé que había sido suficiente. Iba retirando mi mando de su cuello cuando ella tomó mi brazo y pegó nuevamente mi mano a su cuello. Solté su otra mano y puse ambas manos sobre su cuello. Seguía cogiendola muy duro mientras ella arañaba mi pecho mis brazos. Yo la Cogia una y otra vez hasta que sentí como dentro de ella todo ese líquido chorreaba por todas partes estaba roja y dejo de luchar y de moverse. Poco a poco comencé a soltar su cuello mientras ella no se esforzaba mucho por respirar. Estaba cansada, a un costado de nuestra cama había un espejo muy grande. Ambos volteamos al mismo tiempo. Nos fascinó lo que veíamos. Esa pelea ruda sus rasguños en mi pecho, espalda, brazos. Su cuello rojo, con las marcas de mis dedos y mis manos en el. Los cuerpos sudados mi pene aún sin venirse y dentro de ella y ella cansada de la pelea.

-No terminaste verdad?

Tiempo atrás ya había aprendido que vale más cuando ellas se vienen un par de veces antes de que tú te vengas. Es frustrante llegar con la persona que quieres y no lleves ni 5 minutos dentro de ella y ya te hayas venido.

-No! Respondí.

-Odio cuando haces eso...

estábamos cansados y yo simplemente metí mi brazo detrás de su cuello mientras recargaba distribuía mi peso hacia el otro brazo y la abracé. Ella cruzó sus brazos por mi espalda y la sintió húmeda. Había rasgado tanto la piel que la abrió. Sabía que no me importaba pero ponía cara de preocupación. Es el dolo más maravilloso del mundo.

-Y si nos recostamos bien?

No quería salirme de ella pero lo hice. Me encantaba ver la mueca que hacía cuando ya no estaba dentro de ella.

Se recostó hasta donde estaba la almohada. Posó su cabeza allí. Yo puse mis piernas en sus costillas y acomode mi pene entre sus enormes pechos. Salia de entre el medio de ellos y comencé a masturbarme. Ella ayudo con su boca haciéndome un oral. Mientras me masturbaba con sus pechos. De atrás hacia adelante una y otra y otra y otra vez tocaba sus suaves pechos ella chupaba la punta del pene. Pegaba más sus pechos hasta cubrir mi pene, y lo sacaba más hasta que ella chupara mas que la punta. Sentía su saliva y lo suave de sus pechos en mi pene lo hacía más y más rápido hasta que no aguante más apreté muy fuerte sus pechos mi pene estaba dentro de su boca y me vine. No solo fue mucho semen sino que se puso tan duro. Yo no sabía que a ella no le gustaba el sabor del semen. Solo sentí como cuando se puso duro para expulsar todo el semen ella me mordió. Fue doloroso pero delicioso. Espero a que terminara y me empujo. El semen salía de su boca y escurría por su cuello y pechos.

-Pensé que te lo comerías?

-Odio el sabor de esa cosa me dijo.

Me quite de encima y se fue al baño a limpiar.

Estaba cansado mire mi espalda por el espejo que teníamos enfrente. Sangraba pero solo un poco. Me recosté y ella regresó. Tenía un poco de semen en su boca. Ahí lo guardo hasta que se acercó a mi y me beso. Sabía que me comía todo lo que salía de su boca y me dijo. Ves porque odio el sabor de esa cosa. Sabía cómo a saliva pero espesa. No quise decir nada más y simplemente me recosté. Ella se recostó a mi lado. Puso su cabeza en mi pecho. La abrace, así permanecimos un rato.

-Te Amo

-Yo también te Amo

Nos cobijamos, nos dimos un beso y comencé a acariciar su cabello. Sentir su cabeza en mi pecho me hacía sentir tan feliz...

Seguíamos un poco cansados. Tocaba mi pene con sus pequeñas manos. Comenzó a ponerse erecto. Yo acariciaba su cabello ella estaba en mi pecho y comenzó a mover su cabeza hasta donde estaba mi pene. Comenzó lamer la punta con su lengua. Ponía la punta de su lengua justo en el medio de mi uretra y la movía. Eso me volvía loco. Jale con mis manos sus caderas hacia mi rostro insinuándole que quería hacer un 69. Acomode el par de almohadas bajo mi cabeza para elevar mi cuello. Ella acomodó su hermoso trasero y su vagina justo frente a mi boca. Comencé a lamer su clitoris y después sus labios vaginales. Comencé a sentir como comenzaban a salivar y yo a comer esa miel de sus labios. Comencé a meter mi lengua por su vagina y la movía cuando estaba dentro de ella. La sacaba y lamía sus labios. Me comía todo. Baje un poco más sus caderas hasta que su ano quedó frente a mi comencé a lamerlo poco a poco, sentía mi barbilla húmeda. Abría sus nalgas con mis manos mientras ella chupaba y se comía mi pene por completo. Comencé a abrir un poco su pequeño y estrecho ano y ella solo hacía ruidos y gemidos

-Por allí? Ahhh

Comencé a meter mi lengua poco a poco por el estrecho y apretado orificio.

No olía mal y el sabor era fuerte pero delicioso. Metí mi lengua más y más hasta que sentí que ya no podía entrar más y comencé a moverla. Pensé que le disgustaría y le dolería pero ella comenzó a hacer sus caderas hacia atrás para que entrara más mi lengua. Yo la metía hasta donde más podía y la movía. La saqué para respirar un poco y la metí por su vagina ella dejó de hacerme el oral y se dedicó solo a disfrutar el oral. Metía mi lengua de su vagina a su ano y me comía todo lo que sentía que salía de ambos. Fue tanto lo que se excitó que se volteó tomó mi pene con sus manos y lo introdujo en su ser. Comenzó a cogerme y puse su mano en su clitoris y comenzará a masturbarse ella comenzó a hacerlo y con la otra mano tomó uno de sus pechos, lo levando hasta su boca y lo comenzó a chuparlo. Se veía tan sexy estaba muy excitada, dio la media vuelta y me dejo al descubierto la espalda. Moje mi dedo con mi saliva y lo comencé a meter por su ano. Se excitó tanto que me comenzó a coger muy muy fuerte. Tomo su mano y comenzó a masturbarme. Sentí como sus líquidos escurrían desde la punta de mi pene hasta los testiculos gritaba y gemía y yo metía mi dedo hasta el fondo. Hasta que sentía mi pene dividido por su piel interna. Grito tanto y sudo hasta que por fin se detuvo. Saque mi dedo de su ano suavemente y volteo de una forma tan sensual y me dijo.

-Mete ese dedo a tu boca.

Lo hice sin pensarlo, ella me miraba mientras se giraba se acercó a mi y me dijo. Déjame probar eso. Mezclamos saliva y esta vez ella se la trago yo estaba muy duro y le pregunté

-Como te gusta que te lo hagan?

-Ponerme en 4

Me levante y la puse en 4 teníamos de frente el espejo, moje su vagina con mi saliva, metí mi lengua en ella y me subí hasta su ano. Estaba menos estrecho mi dedo había estado allí. Entro más fácil que antes. Ella gimió, le gustaba! Yo succione su ano mientras jugaba con mi lengua al rededor. Ella hizo un ruido maravilloso como de placer. Me levante y metí mi pene en su vagina. Ambos miramos el espejo, yo veía su rostro excitado, sus enormes pechos colgaban y casi tocaban la cama. Mientras yo me veía los araños en el pecho y los brazos y comencé a cogerla suavemente poco a poco. Me canse pronto y levante una pierna y comencé a cogerla más fuerte.

Ella comenzó a mojarse tanto, a sentir tanto que bajo sus pechos hasta tocar la cama y levantó el culo pars que pudiera penetrarla mucho más. Metí todo mi pene, hasta el fondo metía y sacaba solo un poco duro más duro. Comencé a nalguearla sus nalgas comenzaron a ponerse rojas y ella más excitada. Fue tan duro que comenzaron a temblar sus piernas. Yo seguía metiendo el pene hasta el fondo y ella simplemente temblaba las piernas. Gemía y gritaba, apretaba sus pechos y veía sus rostro en el espejo. Completamente roja y vibrante me la cogia duro, muy duro hasta que por fin lanzó su último grito quiso que mi pene saliera de ella y yo tomé sus cadera y me metí tan a dentro que por fin pudimos venirnos al mismo tiempo. De ella salían tantos líquidos mientras que de mi, metía mi pene cada vez más cada que me venía hasta que termine hasta adentro de ella. Estábamos cansados sudando y yo sentía como mi pene iba perdiendo su fuerza. No me salí de dentro de ella solo me recosté en su espalda y abracé sus enormes pechos. Besaba su espalda y su cuello pero no queríamos más sexo estábamos exhaustos...

Yo abrazándola por detrás mi pecho contra su espalda uno de mis brazos la abrazaba por el hombro mientras el otro rodeaba sus pechos. Una de mis manos estaba justo apretando su pecho, tocando uno de mis dedos su pezon. Cansados y sudando nos cobijamos estábamos exhaustos y nos quedamos dormidos profundamente. No se cuánto tiempo había pasado pero me desperté de repente, sentía que su trasero rozaba mi pene y estaba sumamente duro. Ella estaba dormida y lo hacía supongo que sin intención pero yo ya estaba excitado. Con mi mano comencé a buscar su vagina, estaba húmeda. Era raro estaba dormida y le encantaba replegar su culito contra mi pene. Moje su pene con su humedad y busque su ano con mis dedos. Abrí su glúteo y apunté mi pene hasta su ano. Comencé a meterlo poco a poco mientras mi mano tocaba su clitoris. Ella seguía dormida y seguía aventando su ano hasta que sintió que ya estaba muy dentro y se despertó del dolor. Quiso quitarse rápido pero mi mano detuvo su movimiento. Con mi brazo que estaba bajo su cuello y cabeza comencé a tocar sus pechos. Ella me dijo:

-no quiero que me duela

-lo haré despacio! Susurre!

Poco a poco lo fui metiendo mientras mi otra mano iba masturbandola. Se encorvó un poco y ella misma iba metiendo mi pené en su colita. Entro tan profundo. Cuando por fin estaba hasta el fondo pegue mi pecho a su espalda y comencé a tocar sus pechos. Su piel era tan suave. Besaba sus hombros, tocaba sus lisos pechos y mi pene estaba más que duro dentro de ella. Comencé a mover mi cadera de atrás hacia adelante muy despacio. Tome una de sus manos y y la puse en su clitoris. Comenzó a masturbarse y yo soy pésimo haciendo anales. Comencé a cogerla suavemente y ella solo gemía, de verdad le gustaba. Parece que ya se había acostumbrado a sentir mi pene dentro de su recto. Seguía moviéndome suavemente hasta que por fin sentí esas ganas de terminar. Fue tanto lo que sentí que comencé a hacerlo más rápido. Apretaba su pecho, mordía su espalda y la cofia más fuerte. Ella gemía sutilmente mientras más rápido lo hacía. Una y otra vez cada vez más duro y ella solo gemía y gemía. Hasta que por fin no pude más. Estalle! Cuatro veces sentí que salió semen de mi pene. Mi pene estaba hasta el fondo y sentía cómo se espacia por doquier allí dentro. No quería salirme ya había tenido una experiencia algo desagradable anal anteriormente. Sin embargo era una joven y ya había probado mucho de eso. No deje que saliera si no fue porque de lo que llevábamos uno de los frascos se cayó de la mesa. Nos levantamos rápido y fuimos a ver. Fue muy gracioso ambos desnudos limpiando la alfombra del hotel. A pesar de ser la mejor noche de nuestro noviazgo fue la última. Ella fue el pequeño Lucero que brilló en mi interior por muy poco tiempo y sin embargo ella brilla aún en mi memoria con su hermosa sonrisa y su sensual voz.

(9,50)