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Más de diez años de matrimonio, buen sexo pero...

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Me llamo Alejandra. Lo que les voy a contar pasó hace más de un año. Estoy felizmente casada hace ya 11 años, aunque este último tiempo ando algo confusa, les platico por qué:

Tengo 35 años y soy muy activa, gimnasio y caminatas dirías como para cuidar mi cuerpo además de una dieta sana sin exagerar. Mido 1.7 m y de unos 59 k. Me gusta cuidarme no soy muy exigente, me gusta resaltar mis curvas, en especial mis pompis. Hace un año me hice un pequeño retoque en las bubis, lo cual me puso en mi mejor momento. Cuando salgo a la calle me gusta exhibirme un poco, provoco y me gusta, también andar con escotes algo atrevidos, Saber que hay alguien siempre mirándome me llena, la verdad esto antes me incomodaba.

Pero bueno, la razón de todo esto surge hace un año atrás meses más meses menos, con mi marido empezamos con la idea de ponerle más sabor al lecho de amor, necesitábamos hacer “algo” que matara la rutina, se nos ocurrió que lo más intenso y morboso seria que alguien más estuviera en nuestra cama. Siempre que hacíamos el amor, platicábamos y en el momento más álgido del acto, siempre traía a mi mente la imagen de alguien más nos acompañaba en la cama.

La fantasía empezó con la idea de el invitado solo nos miraría y esa sería solo su participación, el vernos eso me llenaba de lujuria y curiosidad… o… solo que yo lo permitiera tendría un roce con el invitado, pero tiempo después ya empezó a ponerse más candente la idea creció con algo más atrevido, lo nuevo seria mi marido viendo y el invitado haciendo lo que le correspondería a mi esposo, o sea, tocarme besarme e indudablemente penetrarme!

Poco a poco fue metiéndome en la mente la lujuria y prendiendo mi libido por sentir algo nuevo, a tal punto que yo empecé a pedirle que me hable de esas situaciones para fantasear y prenderme en el sexo.

Me calentaba la situación, Llegaba al punto de tener orgasmos muy intensos y él… excitadísimo!! Me sentía como transportada a otro lugar, disfrutando y gozando de esas hermosas cogidas.

Me hacía gemir demasiado y eran tantas las ganas de esos orgasmos que no podía callarlos. En casa últimamente se escuchaban mis ruidos y eso que siempre fui reservada para eso de gemir jajaja.

Pasaron días y semanas, llegué a pensar que la curiosidad se estaba “durmiendo” los grandes planes del famoso amigo lo empezábamos a dejar de lado? Me veía regresando al sexo “normal” entre cónyuges y aunque ya no mencionábamos el plan para hacerlo realidad, la fantasía seguía siendo un afrodisiaco muy efectivo.

Una noche de fin de semana estábamos viendo una película muy hot Javier se me acerco al oído y suavemente me dijo; quieres hacer realidad la fantasía del invitado nuestra cama?

Me tomó de sorpresa y mi corazón se aceleró, Muy hábilmente acariciaba mi raja que ya para entonces estaba muy húmeda y palpitante de deseo y tocaba todo el contorno de mis pechos, con lo exaltada que estaba le decía que "Siii... hagámoslo mi amor... dame la oportunidad de sentir otra verga, déjame sentir algo diferente!!... ahhh".

También llegué a decirle que me gustaría hacerle sentir a alguien lo que soy en la cama pero, había una gran duda que me asaltaba; que pasaría por la mente de mi marido cuando viera que alguien me tocara? cómo reaccionaría?

Él decía que de eso no me preocupara, que ya lo tenía muy madurado, que no negaba, es más, estaba seguro que estaría celoso de ver a su mujer con otro, sin embargo también estaba muy consciente que era la oportunidad de experimentar la más grande excitación, morbo y lujuria, que si la manejamos bien la situación nos llevaría a un final feliz en esta aventura.

Estábamos ya muy descontrolados, nerviosos sumergidos en la fantasía e hicimos el amor con ansia, con fuerza, con mucha pasión con solo pensar en el momento que estuviera por penetrar el amigo desconocido ya estaba por estallar en un orgasmo, eran esas platicas una verdadera inyección a nuestra relación nunca antes en los años de casados nos la pasamos mejor!

Poco a poco cuando salía a la calle empezaba a mirar de otra manera a los hombres.

Lo que empecé a notar es que me gustaba los maduros me llamaba mucho la atención, sus miradas me ponían muy cachonda.

No sabía exactamente que me llamaba la atención de los hombres maduros, si el pensar e imaginar que ellos son poseedores de más experiencia y por ende saben tratar mejor a una mujer no lo sabía exactamente, el hecho es que casi sin pensar al ver un hombre ya entrado en años empezaba a despertar mi imaginación lo veía besándome o dejándome tocar por él y literalmente terminaba mojada y mis pezones muy duros!

Lo sentía en el respirar y en mis muslos estaba nerviosa, me quedaba muy claro, en ese momento tome una decisión “si alguien entraba como tercero en mi cama sería un hombre maduro” esta noche le platico a Javier!

Hacer planes y fantasear es una cosa y la realidad es muy diferente, a Javier le encantó la idea que yo misma marcara mis preferencias por que eso me llenaría totalmente cuando lo hiciéramos, me provocaría más.

Pero el siguiente paso estaba “tan cerca y tan lejos“ nadie nos podrá acusar de no hacer el intento ,teníamos pequeños esbozos de acercamiento con personas prácticamente desconocidas, por ejemplo: una noche salimos a un bar de un hotel de lujo no muy lejos de donde vivimos, Fuimos con la idea fija de hacer algo para “el plan” con la idea de no manejar de regreso por si tomábamos unas buenas copas fuimos caminando, teníamos referencia que se hacían noches de bohemia y buen ambiente, era un lugar perfecto para encontrar personas mayores que eventualmente llegan hacer candidatos.

Me gustó mucho que el bar que era de los llamados de media luz, con una buena barra y mesitas con parejas y el ambiente romántico amenizado por un señor que tocaba la guitarra por cierto muy atractivo de personalidad agradable, es más, bastante ocurrente para conducirse en ese pequeño escenario, cuando dimos los primeros pasos dentro del bar me temblaron las piernas de imaginar que podía pasar algo, nos sentamos en la barra para dominar más el lugar, nos dimos cuenta que las mesas estaban ocupadas por algunas parejas jóvenes, en otras unas señoras solas y un par de mesas estaban parejas ya entradas en años y en la barra estaban un grupo de señores.

Cuando me acostumbre a la luz del lugar me sentí desnuda ante la mirada de un par de señores compañeros de barra que no perdían oportunidad de ver mi escote o el buen tramo de muslo que dejaba ver al sentarme en esos bancos altos de la barra, en un acto de instinto baje del banco y Javier adivino el por qué y me convenció que estábamos bien en la barra que me veía muy bien, reflexione y me dije a mi misma: pues sí, veníamos precisamente a esto, a que alguien se fijara y lo dejáramos filtrar ahora solo esperemos que la suerte nos sonría.

La pasamos muy a gusto, tomamos tres o cuatro copas el nervio se relajó y después de más de una hora Javier me dijo lo de los compañeros de barra que no me quitaban la vista de encima y que haríamos una pequeña prueba para conocer a alguien.

La prueba consistía en que él se despediría como que ya abandonara el lugar y me dejara sola en el bar y que después de un tiempo regresaría, dando oportunidad que alguien se acercara hacerme platica y veríamos si era candidato.

Y así lo hicimos y tal parece que estaba marcada con una cinta que decía “mujer prohibida”, porque muchas miradas y hasta algunos brindis desde lejos pero en más de una hora que mi marido estaba ausente aunque pendiente por un cristal desde la calle, nadie se levantó a saludarme o tratar de entablar una plática y aunque que llegaron más caballeros al bar y sonreían parecía que se animaban a entablar algo, pero nadie se acercaba, utilicé el tan recurrido truco de poner un cigarrillo en mis labios y hacer como que buscaba un encendedor en mi bolsa y mejor el cantinero se ofreció a encenderlo que los tres o cuatro caballeros que estaban muy pendientes de mi, pero muy miedosos para atreverse a abordarme.

En nuestro regreso a casa nos dábamos ánimos mutuamente y nos consolaba el hecho que era la primera experiencia y tendríamos más chances de realizar nuestra fantasía mi esposo me comento que mientras veía desde la calle a esos hombres viéndome repetidas veces él estaba muy excitado con la situación y que le palpitaba a mil el corazón de pensar que se me acercaran.

El fin de semana Javier me invitó a un balneario para broncearnos y salir de la rutina, fue un buen paseo rica comida y estando fuera de la alberca en los jardines veía que no pasaba desapercibida para el sexo opuesto varios jefes de familia no perdían la oportunidad de recorrer mi cuerpo de una manera discreta pues el ambienté era muy familia, me comentó Javier que estaba como miembro en una páginas en internet en unos chats de parejas y que eventualmente había forma de contactar con miembros que fueran a fines a nuestras expectativas y finalmente podríamos hacer realidad la fantasía.

Durante la semana Javier se contactó con algunas personas y platico con algunos candidatos finalmente determino que una persona de 49 años de agradable conversación y que estaba muy cerca de nuestra ciudad podría eventualmente ser la persona que estábamos esperando.

Hicimos una cita en un centro comercial en el área de comida rápida para el primer contacto y de ahí nos pasaríamos a un bar según se diera la plática, la cita era a las 7:30 de la tarde noche, según lo planeado y convenido esa cita era solo para conocernos y charlar pero mi vulva no entendía eso estaba palpitando y mojada como nunca, eran la cuatro de la tarde y ya estábamos listos se me hacia una eternidad hasta las siete y media pero se supone que el hombre salía de trabajar a las seis y él lo que llegaba la hora perfecta era a la 7:30.

Nos sentamos a ver una película que la verdad casi no le puse atención, estaba muy tensa con la cita y aunque me repetía que ese día era solo conocer no podía aplacar mi emoción.

Finalmente estábamos en el área de comida rápida del centro comercial eran las siete con diez minutos, estaba a mil mi corazón y faltaba poco para “solo platicar “ con una persona que sería lo más cercano a lo que en nuestras fantasías daban nuevos colores a nuestra relación.

¿Pues nada que dieron 7:45 y no llegaba nadie cuando dieron 7:50 le dije a Javier llámalo para ver si todavía viene o que plan?

Llamo varias veces y nada que contestaba no tomaba la llamada y se iba a buzón lo peor fue cuando en los últimos intentos ya tenía apagado el teléfono celular ya eran caso 8:40 de la noche era evidente que nos plantó el candidato.

El regreso a casa fue francamente en un ambiente de decepción no cruzábamos palabra, solo escuchábamos sin hablar la radio del coche.

Javier me dijo que así debe ser como todo en la vida hay personas buenas y personas que solo se dedican a perder el tiempo de los demás y trato de darme ánimo y bueno ese evento hizo que dejáramos pasar varias semanas.

Javier siguió con la idea de entrar a unas páginas del internet específicamente a una sala de chat en donde había interesados de hacer las parejas tríos e intercambios, en varios días o semanas de estar investigando ya tenía como a cinco candidatos fuertes y que llenaban el perfil de lo que sobre todo a mi me llama la atención él sabia y fue entonces cuando se decidió a contarme.

-Ale tengo a alguien, espero no te moleste iniciar nuevamente con la búsqueda de alguien especial y hablando de, mira -me mostro el monitor de su computadora seleccioné a un señor llamado Fernando, me llamó mucho la atención educación, forma de escribir, el concepto de respeto, limpieza discreción y el morbo con que se refería a un encuentro con una pareja, en fin, me convenció para ir a tomar una copa para desengañarnos o prendernos definitivamente.

Le comenté -mira, si tú ves que es una opción real y no terminaremos decepcionados como la última vez y te late para un encuentro ya sea para tomar la copa y hablar del tema, pues adelante has la cita.

¡En efecto, se hizo la cita y cómo no! Para variar estaba nerviosísima a tan solo unos minutos de llegar al bar me sudaban las manos fui al servicio de baño dejé a Javier solo con la esperanza de que si llegaba el invitado él lo recibiera y le diera el visto bueno.

Finalmente llego Fernando, un hombre alto, moreno de cabello casi blanco un poco de panza de voz grave, todo un caballero que beso mi mano, la tarde estaba muy agradable la cita era a la cinco y estábamos en la terraza, el atardecer estaba espectacular la plática entre los caballeros muy amena y ninguno de los tres nos atrevíamos a tocar el tema que nos reunió, los escuchaba casi sin entender, estaba meditando en Fernando que a sus 52 años parecía de un poco más como de sesenta y para ser honesta era un muy buen ejemplar del sexo masculino ,me preguntaba que si para estar en esta cita nos dijo una mentira piadosa como la que si era divorciado etc., eso no importaba, lo verdaderamente importante es que me gustaba y mucho que superaba por mucho mis expectativas es agradable con una amplia sonrisa, me saco de mis pensamientos un nuevo brindis, Fernando no sé si por accidente rozaba con su rodilla la mía y sentí como un choque eléctrico, me gustó mucho lo que me transmitía, se puso sus lentes para leer la carta del menú y yo lo veía por encima de la mía, se veía muy interesante con ese bigote cuidado y ya un poco chapeado por las copas, brindo por mí y por mi belleza etc. tiene muy buen humor y nos hacía reír bajando un poco los nervios.

Después del brindis me levanté nuevamente al baño, primero por la necesidad y segundo para que nuestro nuevo amigo pudiera ver mi cuerpo y se diera una idea de lo que estaba a su lado, con el rabillo del ojo pude ver cómo me recorrió con la mirada completamente y le salió una expresión muy espontánea y sincera.

-Javier en hora buena tienes una mujer que es un verdadero monumento señora es usted un monumento de mujer! Con todo respeto.

Llegué al baño con un dolor en la boca del estómago y con un cosquilleo en la espalda, de alguna forma me quede pensando para mi este señor es un muy buen candidato y solo espero le caiga bien a Javier, el perfil que a mi me atrae mucho, sentada baje mis pantaletas y vi algo mojadas inmediatamente toque mis labios superiores… estaba mojada!

Pensé en que sería lo mejor no tocar el tema o dejar esta cita en solo conocernos y del tema trio mejor ni hablar tal vez sería lo más adecuado.

Las emociones y las ideas me daban vueltas en mi cabeza, durante la cena cruzaba la mirada con Fernando y sentía que me dominaba, eso me daba coraje por que por lo general yo pongo nerviosos a los hombres y de alguna forma sabia Fernando que estaba ganado terreno se veía más dueño de la situación con más aplomo, Javier estaba muy nervioso y ya con los efectos del licor.

Pedimos el postre y Fernando pidió un “digestivo” un licor delicioso, la plática y las anécdotas nos tenía muy absortos, tanto que nos avisaron que el restaurant cerraban. pero que nos invitaban a pasar al bar para continuar la velada.

Fernando tomo la palabra y nos dijo, permítame invitarles a una suite que rente en este hotel y en donde podemos terminar esta amena charla y tomar una copa de champaña, tome la mano de Javier y se la apreté, de golpe el nervio y emociones a la cabeza y al estómago trate de que de la manera más natural se vieran mis movimientos, al caminar sentía la necesidad de bajar un poco la falda pues sobre salía mi muslo por una abertura y llamaba mucho la atención así como mi escote, Javier estaba igual de emocionado y con los ojos muy inyectados.

Estando en el elevador podía claramente oler la loción de Fernando y a través de los espejos sentir el recorrer su mirada por todo mi cuerpo, me cheque en el espejo y también podía ver mis mejillas encendidas, no podíamos ocultar los tres la emoción del momento y aunque nadie tomo el tema calladamente los tres sabíamos que podía ocurrir.

La suite estaba a todo lujo con una vista espectacular de la ciudad, una sala de estar a la entrada con sillones en piel, totalmente alfombrada un baño con jacuzzi, aire acondicionado, frigo bar y en la mesa una botella y tres copas velas y música ambiental frente a la gran cama una gran pantalla.

-Brindo bohemos por la belleza -repitió Fernando y sirvió las tres copas- y dígame señora Alejandra como le gusta la ciudad? de noche o en el día?

En ese momento repare que casi no había cruzado palabra con Fernando la plática se concentró con Javier, le respondí también hablándome de usted y aclarando que para mis actividades, mi vida transcurre de día por todo lo que hago, él se adelantó diciendo que se nota que hago mucho ejercicio pues se ve en mi cuerpo, la plática transcurrió sentados en la sala mientras Javier fue a ver una noticia importante a la cama recuerdo que dieron en el noticiero el notición que mataron a Osama Bind Laden y los pormenores de la gran noticia la estaban dando.

Yo no terminaba de descifrar la mirada de Fernando en momentos me parecía tierno y en momentos lleno de lujuria como si quisiera arrancarme el vestido, se refería a mi persona con un respeto paternal aunque en su plática le inyectaba algo de picoso cuando tocamos el tema de las relaciones y matrimonio, platicamos por largo tiempo me sentía muy a gusto, en confianza, me sirvió más champaña y cuando quiso llenar la copa de Javier él se encontraba profundamente dormido sobre la cama, lo disculpe diciendo que en su trabajo había tenido una semana muy dura con la presentación de un presupuesto y que él era el líder del proyecto y que dos días casi llego de madrugada seguramente cansancio y el vino estaban pasando factura.

Muy caballeroso Fernando dijo; señora Alejandra no se preocupe lo dejamos descansar yo les dejo la habitación para que la disfruten pueden dejarla mañana hasta después del mediodía, nos terminamos la copa disfruto un momento más de su belleza y me retiro.

Se sentó muy cómodo en la sala en un sillón frente a mí y platicamos no se cuánto tiempo, la verdad fue una velada esplendida nos terminamos la champaña y él se levantó para despedirse, no sabía cómo decirle que su compañía y forma de ser me tenían cautivada, me tomó de mi mano y tal y como cuando se presentó la besó, lo acompañé a la puerta y cuando estaba a punto de salir se dio la vuelta muy rápido o yo no lo esperaba ese movimiento, el caso es que nuestras caras quedaron muy cercanas y solo escuche decir “señora es Ud. una preciosa dama encantadora, espero verles muy pronto” y me dio su tarjeta de presentación junto con un beso en la mejilla muy cerca de mis labios tanto así que sentí la comisura de los suyos.

Javier estaba en el quinto sueño y yo estaba que ardía de ganas o de nervios por que nuevamente la boca del estómago me dolía y temblaba un poco, el invitado a nuestra cama ya tenía rostro! estaba encantada que fuera Fernando y estaba frustrada que no termino la noche como lo planeamos, prepare el jacuzzi y me di un relajante baño de burbujas.

No podía dejar de imaginar cómo sería el probar los labios de nuestro nuevo amigo y también como seria en la cama, casi sin pensar estaba acariciando mis labios y tocando mi botón, mi ansioso clítoris.

Con una mano me acariciaba mi pecho y con otra ya estaba dándome un inmenso placer, no podía dejar de tocarme, introduje dos dedos en mi resbalosa vagina y mi cuerpo se arqueo de la deliciosa sensación que estaba pasando, no tarde mucho a ese ritmo en que llegara un fabuloso orgasmo intenso y deliciosamente interminable desde luego dedicado en honor y con la imagen de Fernando en mi mente!

Termine agotada y temblorosa después de tan tremenda sesión de autosatisfacción y envuelta en una toalla me recosté junto a Javier, quede profundamente dormida, me levante con mucho ánimo y de muy buen humor, no así Javier que tenía una resaca del tamaño del mundo, de hecho todo el día siguiente anduvo mal.

Paso una semana entera y no lo veíamos conectado en el chat y aunque no lo comentábamos, secretamente cada vez que nos conectábamos en la computadora esperábamos verle, faltaban diez días para celebrar mi cumple años y pensé que sería una muy buena forma de celebrar convocar a una reunión con nuestro amigo, pero como hacerle saber que estábamos muy interesados?

Bueno el último recurso seria llamar a los teléfonos de su trabajo, datos que podía obtener de su tarjeta de presentación y en efecto así lo hice, esa misma tarde me dispuse a llamar a su oficina, me contesto una voz femenina muy amable y me comento que el Ing. Gutiérrez estaba fuera del país y que regresaba el fin de semana y con gusto le dejarían mi mensaje para que me devolviera mi llamada.

Los días pasaron muy lentos, Javier sabia o intuía que no quería buscar a mas candidatos para llevar a cabo el plan, armados de mucha paciencia y con noches muy largas matando el tiempo con rutina diaria el viernes en la noche recibí la llamada de Fernando, el corazón medio un vuelco cuando escuche la voz grave casi ronca en el teléfono.

Con mucho gusto acepto vernos el sábado en la noche, tenía todo el día para prepararme, contaba las horas para la cita, en mi vagina sentía pequeños piquetes y un escalofrió me recorría todo el cuerpo el lugar seria el mismo restaurant del hotel y llegamos con anticipación Javier estaba muy nervioso y excitado al igual que yo.

Finalmente llego Fernando enfundado en un traje azul marino con una gran sonrisa y un pequeño presente, era un dije en forma de flor hecha o más bien tallada en una piedra color casi roja muy bonita que trajo de su viaje a Perú, según el especialmente para mí.

Como nos imaginamos la cena fue un éxito y la sobremesa también, en una pausa de silencio que tuvimos nos invitó a subir a la suite a brindar con una botella que tenía previamente preparada para la ocasión.

La suite estaba a media luz y nos pidió que nos pusiéramos cómodos para disfrutar la vista a la ciudad y la música acompañados por la champaña que el mismo nos sirvió, la charla, la música y el vino nos pusieron en ambiente, no sé bien que me provocaba este dolor en la boca del estómago, pero no lo dominaba y el hormigueo en la espalda pienso que era efecto de tanta cosas que se juntaron y estaba muy excitada, el tomo la iniciativa y nos pidió que bailáramos una pieza romántica pero con la salvedad que lo hiciéramos Javier sin sus pantalones y yo sin mi falda y nos dejáramos los zapatos en el caso de Javier y mis zapatillas de aguja que llevaba puestas.

Que espectáculo señora Alejandra! que muslos y piernas tan bien formadas y torneadas de verdad la felicito esta hermosa señora exclamo desde su sillón cuando vio que me despoje de mi falda y me quede en medio de la sala esperando se quitara su pantalón Javier, terminamos de bailar la pieza cuando Fernando estaba listo para pedirle a mi esposo le concediera a la dama bailar un pieza más con él.

Él también se levantó y ya no tenía pantalón, fue casi inevitable voltear la mirada sobre el paquete que se notaba a través de la tela de su trusa estaba ya excitado, me tomo con una mano del talle y la otra de mi hombro, bailamos muy pegados su bulto rozaba mi vientre nos acercábamos más y un poco más, la erección era ya muy eminente estaba excitadísimo y al oído me susurraba con una voz de terciopelo que dejaba mi piel erizada y mi entrepierna ardiendo “señora esto que estamos viviendo se está convirtiendo en una de las mejores experiencia de mi vida”, pero nada se puede hacer contra el instinto, lo decía como disculpando esa pija tan dura que golpeteaba mi vientre y que yo estaba disfrutando su calor y forma, por desgracia termino la canción y le toco su turno a Javier.

Me pregunto mi marido cuando bailábamos también abrazados, que como me sentía con lo que hasta ahora estaba pasando, le comente que muy bien que nuestro amigo se portaba como un caballero, me hacía sentir muy bien y que ya estaba muy excitada y mojada con los nervios de no saber si va a pasar algo más, comento que no me preocupara que si las cosas estaban tan bien como hasta ahora, todo terminaría bien para los tres, que él estaba muy emocionado de verme como estaba.

Fernando se acercó a la “pista de baile“ con una copa en le mano nos separamos un poco y con una habilidad impresionante don Fernando a una mano desabrocho mi blusa la dejo caer y le dijo a mi esposo: “don Javier le invito a tomar esta champaña en la piel de este monumento que la hace honor a las mujeres y que tan cortésmente invito a este mortal a convivir y disfrutar de un momento inolvidable” y acto seguido dejo caer sobre mi hombro un poco de champaña y sin dejar de bailar al ritmo de esa música tan sensual, Javier lamia mi pecho, mi brazo y mi hombro con lo que escurría al frente y Fernando hacía lo propio en la parte de atrás, sentía sus lenguas recorriendo mi entorno y como en un ballet sincronizado y sin ponerse de acuerdo derramo más champaña en mi otro hombro y ahora Fernando lamia lo que escurría al frente lamiendo sobre mi sostén todo el líquido que bajaba tanta excitación de golpe me mareo, mi corazón estaba acelerándose mucho y mi respiración paso de agitada a jadeante, sentía sus lenguas dándome vueltas a mi cuerpo ya no supe que mano desabrocho mi bra, la siguiente imagen era la de los dos hombres pegados a mis pechos, cada uno con su técnica, me sentía muy deseada y con muchas ganas.

Javier se fue hincando suavemente dejando suelto el pecho que tanto acaricio y lleno de besos y ahora bajaba muy delicadamente mis pantaletas, Fernando como niño tomo los dos pechos y jugo, beso, lamio, estrujo con una ansiedad febril subió por mi cuello llenándolo de pequeños besos mientras sus manos no dejaban aquel delicioso masaje, sentí su aliento en mi boca y el inevitable beso nos fundió. Mientras Javier jugaba con mis líquidos vaginales.

El beso fue muy grande húmedo, profundo, estaban nuestras lenguas saboreándose una a otra, jugábamos con la sorpresa del sabor disfrutábamos y nos separábamos solo para iniciar otro más profundo, se escuchaba el rechinar de nuestros labios y cuando por fin nos separamos los tres Fernando me llevo de la mano hacia la cama y sin voltear a ver a Javier me abrazo para fundirnos nuevamente en un beso inclinándome para que cayéramos suavemente como en escena romántica de película.

Me lleno de besos por todo el cuerpo, hizo una fiesta con mi cabello comprendí que lo que seguía era una sesión de sexo oral y abrí para ofrecerle mi húmedo sexo.

Acercó la boca a mi vulva y yo la recibí con un estremecimiento. Empezó a lamerla, hábilmente, mordiendo los labios que se hinchaban excitados, su lengua castigando mi clítoris que mandaba oleadas de placer por todo el cuerpo, hasta la última fibra. Me contorneaba, retorciéndome de gusto y pidiéndole más mientras él no contestaba. Entonces se sacó los pantalones y esos slips blancos clásicos de algodón no podía dejar de ver su miembro me tenía hipnotizada.

Lo estaba deseando con locura no escuchaba bien, estaba como sorda de repente tenía la sensación que se nublo todo de repente estaba en éxtasis y a la vez me daba miedo de que mis fantasías se cumplieran, Lo sentí caliente y húmedo en mi vulva, penetrando poco a poco en mi vagina caliente con su dedo muy suave. Hice como si me retirara y él me dijo con ternura: «tranquila, ya verás». A mí ya me daba mucho gusto y tenía suficiente con ese rozar en el clítoris, pero él, de vez en cuando, daba golpes más fuertes y el gusto se convertía en más placer en algo diferente. Sentía su apremio en forma de sudor que le bañaba. Tenía ese olor intenso y masculino y lo aspiré con deleite, saco del buro un condón, a Javier se le salían los ojos solo acertó en caer en un sillón en la sala, no daba crédito, su esposa estaba a punto de ser penetrada y los tres estábamos en transe como siguiendo el script de una película.

Regreso a mi lado y yo misma le tome el condón de su mano, tenía que probar ese instrumento primero, esa carne tan dura que le colgaba a nuestro amigo, lo bese de entrada la cabeza brillosa y roja y acto seguido le di una mamada que nunca se le va a olvidar ,sentí como se ponía tensa su espalda de tanto placer recibido, lo metía lo más que podía hasta la base de esa pija llena de venas y tan rica para después liberarla, no podía continuar mas era un martirio para los dos, nos urgía hacerlo, temblorosa le coloque el condón que apenas pudo cubrir esa verga tan palpitante y caliente.

Ya no era totalmente dueña de mi cuerpo estaba tomando el control el instinto, totalmente recostada en la orilla de la cama flexionando las piernas ligeramente abiertas y tocándome los pechos con ambas manos los estrujaba restirando mis pezones mientas pasaban los segundos para sentir finalmente a nuestro amigo, sentí nuevamente su suave y caliente lengua en mis labios superiores no pude ni quise intentar mover mi pelvis para enseñarle lo que provocaba y lo aprisionaba con mis muslos y lo tomaba salvaje de sus cabellos para subirlo poco a poco, solo se detuvo en mis pechos para finalmente llegar a mi boca y fundirnos en un beso que prometía no sexo si no lo que sigue estábamos a punto de hacer el amor!

Sin separar nuestras bocas, sentí como su trozo de pija caliente rozaba mis labios y clítoris para que enseguida empezara a penetrar, firme pero delicado, poco a poco, yo lo tome por sus velludas nalgas para ayudar a la penetración y lo jale hacia mí.

Aún faltaba un buen trozo por meter, y siii... me empaló entera cuando dejó caer su cuerpo. La fuerza de la gravedad hizo el resto. Me pilló por sorpresa el tamaño pero lo compenso con su delicadeza. Me abrazó fuerte, dando tiempo a que mi vagina lo aceptara, nuestras caras frente a frente nos besábamos con mucha pasión cada centímetro aceptado lo saboreaba como nunca.

Fluía ese fuego hacia abajo e imaginé en ese instante la cara de Javier. Me apartó el pelo de la cara, echándolo hacia atrás, mientras me mordía el cuello que rozaba con su barba provocándome escalofríos. Le ofrecí mi boca caliente y él me la comió con rabia, y a mí me enloquecían sus vigorosas maneras de penetrarme partiéndome de gusto.

Cada vez estaba más lubricada al ritmo de la jodienda y rotaba la cabeza como una poesía en el aire, incapaz de centrar la vista en un punto concreto. Gemía y sollozaba sintiendo sus dedos abriéndome el ano y entonces me apercibí que ya no era él quien me movía sino que era yo la que hacía el trabajo de movimiento por mi cuenta.

-Ay... qué gusto... ay qué gustazo más bueno... -gemía, sintiéndome cada vez más penetrada por sus dedos en el recto.

Estuvo dándome un buen rato, mis piernas convulsionando entre espasmos y mis pies buscando un punto de apoyo mientras mis flujos salían bombeados por todo ese placer. Mordía las tetas y tiraba de mis pezones con furia loca cuando me ensartó por detrás a traición con la verga. Esta vez aullé sin que nada lo impidiera. Fue un dolor terrible, vi un fogonazo y sentí como si un rayo me partiera. Perdí el control y le clave mis uñas en su espalda, Le gustaba el juego y no paró ni un momento de follarme, agarrándome por la cintura y moviendo mi cuerpo arriba y abajo. Yo sollozaba de dolor y le pedí que se apiadara pero, poco a poco, mi tono desesperado cambió y se hizo más implorante y sentí la mano de Javier en mi cabeza como diciéndome todo está bajo control, por un momento no entendí esto jamás lo platicamos pero…

El placer hacía su efecto y aquello que unos minutos antes era doloroso, se convirtió en gusto extremo sintiendo su capullo en el fondo de mi trasero. Quedé rendida, con mi cara llorosa apoyada en su cuello musculado. Mis lágrimas se fundían con el sudor que chorreaba por su piel y yo me puse a lamer su sabor salado y convertí mis rasguños rabiosos en caricias de agradecimiento. Como el pistón de una máquina, taladraba mi recto sin piedad mientras yo gimoteaba:

-¡Ay qué gusto... ay por favor, no la saque jamás de ahí...! eran una embestidas geniales! con mucho sabiduría de lo que esto provocaba ni muy rápido ni en calma lo justo para que poco a poco me subiera un calorcito a acompañado de un cosquilleo por toda la espalda era la señal inequívoca de que estaba llegando un orgasmo de clase desconocida para mi cuerpo, en ese momento estaba segura que nunca había sentido tal cosa en mi cuerpo, era tan fuerte que medio miedo ese tobogán de sensaciones que estaban llegando.

-Ya ya ya! ahí, ahí Si! Era como doble muy intenso me hacía temblar y se seguía moviendo! Y el orgasmo prolongándose ¡Si! Que cosa ¡sentí que tocaba el techo del cuarto estaba entre flotando y cayendo poco a poco!

No se describir ese súper orgasmo estaba derretirá de placer me hormigueaba los labios estaba un poco mareada, don Fernando era un maestro que bárbaro!

Javier se quedó de una pieza al final del encuentro sexual, pero lo que vio y vivió esa noche nos sirve hasta la actualidad como un refrescante afrodisiaco, resulto muy buena la fantasía o fue mucho mejor la realidad estoy algo confusa jajaja.

Tenemos una cordial amistad con don Fernando y nos juntamos a la copa de ves en ves y claro que ya estamos planeando un nuevo encuentro sexual espero nuevamente rencontrarme con ese orgasmo tan especial, ahora mismo que escribo este relato estoy tan húmeda, nos vemos pronto…

Alejandra

(9,39)