Nuevos relatos publicados: 14

Me llenaron el ano de esperma (2)

  • 5
  • 16.115
  • 8,80 (5 Val.)
  • 2

Como ya les conté, estuve practicando una especie de “ritual” sexual que consistía en masturbar la verga de un chico usando mis pies, y cuando estuviera por venirse yo me debía sentar en su verga y dejar que su leche me llenara el culo. Según Mafer, mi mentora, este ritual me haría dejar la adicción por la verga de mi papá.

El problema fue que yo soy demasiado buena usando mis pies y mis dedos para masturbar una verga, y el chico se venía antes de tiempo sin que yo pudiera meterme su verga en el ano para que él eyaculara adentro. Probamos algo distinto: desde el comienzo del ritual yo me senté sobre la verga del chico y me dejé penetrar el ano con la punta de su verga, mientras que Mafer lo masturbó usando manos y pies en el resto de la verga, pero el chico dijo que no podía venirse porque ahora sólo mis pies le causaban morbo. Decía que le excitaba demasiado que yo fuera tan chaparrita y mis pies fueran grandes. Entonces Mafer me dijo: “Mis pies son muy chiquitos a comparación de los tuyos (ella calza del 4 y yo del 8), necesitamos alguien que tenga los pies igual de grandes que tú Paola. ¿Conoces a alguien con unos pies grandes como los tuyos?” Entonces sólo pude pensar en mi hermana Tania.

Mi hermana Tania es mayor que yo por 4 años. Y sus pies son casi tan grandes como los míos, calza del 7. Así que decidí pedir su ayuda. Sólo le dije que necesitaba ayuda para un ritual, sin darle detalles, pero me dijo que no. Poco después terminó participando, pero no quiero adelantarme.

Decepcionada le pregunté a Mafer qué otra cosa podíamos hacer y me dijo que buscara a alguien de mi confianza que estuviera dispuesta a ayudarme, aunque no tuviera los pies grandes. Entonces llamé a mi amiga Ariadna. Ariadna es una amiga un poco más joven que yo, y en ese entonces ella tenía unos 18 años. Ariadna es muy alta, mide 1.68, es morena, de cabello oscuro y largo y es muy delgada, pero su principal atributo son sus enormes pechos. La llamé por teléfono y le dije lo mismo que a mi hermana, y dijo que me ayudaría con mucho gusto.

Invité a todas a mi casa para hacerlo ahí porque no habría nadie en casa. Primero llegó Mafer y el chico y poco después llegó Ariadna. Los presenté, charlamos un rato y después Mafer nos dijo que era momento de empezar. El chico se paró en medio de la sala y comenzó a quitarse la ropa. Ariadna estaba sentada junto a mí y solo me apretó la pierna de nervios, y le dije al oído: “tranquila, es parte del ritual.” Después se acostó boca arriba en el centro de la sala con la verga parada, y Mafer nos dijo: “Ahora nos toca a nosotras, debemos despojarnos de nuestras prendas como señal de pureza plena”. Entonces Mafer y yo empezamos a desvestirnos. Ariadna estaba en shock, pero le dije que se tranquilizara, que era algo natural y sin connotaciones sexuales.

Entonces Ariadna muy lentamente comenzó a quitarse su ropa. Llevaba puesto un suéter café que disimulaba sus enormes pechos, porque le avergonzaba mostrarlos, y debajo del suéter llevaba una blusa blanca de tirantes. Con mucha vergüenza se la quitó y se quedó sólo con su brasier negro. Después se quitó sus sandalias, comenzó a quitarse sus jeans y quedó únicamente con su brasier y sus panties puestas. Estaba muy sonrojada y se intentaba cubrir con las manos. Entonces Mafer se acercó y le dijo: “No debes avergonzarte de tu cuerpo, debes exponerlo al mundo”. Entonces en un movimiento agresivo Mafer le arrancó el brasier y le bajó las panties hasta las rodillas. Ariadna se asustó, pero después sintió una especie de libertad y se quitó sus panties, quedando completamente desnuda y menos avergonzada.

Después me acerqué al chico que estaba acostado en la sala, me paré sobre él y le dije a Ariadna: “Cuando esto termine no te vas a arrepentir de nada”. Me agaché de golpe, me senté sobre la verga y me entró en el ano hasta adentro. Empecé a subir y bajar dejando que la verga entrara y saliera de mi culo y Ariadna quedó maravillada. Entonces le dije: “Ahora con tus dedos de los pies tienes que masturbar la verga mientras me penetra el ano, hasta que eyacule dentro de mí y me llene toda de leche.” Pero Mafer dijo: No Paola, creo que el punto de energía de Ariadna está en sus pechos, no en sus pies, deja que los use para masturbar la verga”.

Entonces me levanté, me saqué la verga del ano y Ariadna se acercó. Mafer la hizo agacharse y le dijo: “Ahora agarra tus pechos, sujeta la verga entre ellos y empieza a estimularla para que fluya la energía a través de ella.” Y así lo hizo, agarró la verga con sus dos pechos y empezó a masturbarlo. Y mientras Ariadna usaba sus tetas para masturbar al chico, Mafer me dijo que escupiéramos ella y yo entre las tetas de Ariadna para lubricar el movimiento y participar del acto con nuestra energía. Yo no sabía cómo escupir, entonces cuando intenté hacerlo entre los pechos de Ariadna, fallé y le escupí en la cara, en el cabello, en las manos, y al final Ariadna estaba hecha un desastre total, con el maquillaje corrido y llena de saliva por todas partes.

Entonces el chico gritó que estaba a punto de venirse, así que Mafer levantó a Ariadna, yo me senté en la verga, me la metió otra vez en el ano, e inmediatamente después de que la tenía toda metida en el culo, el chico eyaculó de una manera increíble. Me llenó tanto el culo que literalmente su verga seguía adentro de mí y el semen se salía por los lados. Casi podría decir que sentí que su leche me llenó hasta el estómago. Fue una cantidad de semen que pocas veces he sentido.

Pero de manera increíble, cuando me saqué su verga del ano, su verga seguía igual de dura, y el chico le dijo a Mafer: “Mamá, también quiero metérsela a Ariadna”. Hasta ese momento supe que el chico era hijo de Mafer. Entonces Mafer le preguntó a Ariadna qué pensaba, y Ariadna ya estaba tan inmersa en el momento que sin pensarlo dijo que sí. Se acercó al chico, se paró frente a su verga, se sentó sobre ella pero cuando la punta le empezó a entrar en el ano, Ariadna gritó de dolor y se levantó rápido y dijo: “no puedo, no puedo, duele mucho”. Su ano estaba demasiado cerrado, pero yo como toda una experta decidí ayudarla. Me acerqué, la tomé de las manos y le dije: “Tranquila, sólo respira profundamente, agáchate poco a poco, y cada vez que sientas dolor, exhala y piensa en algo placentero.”

Entonces Ariadna se agachó mientras yo le agarraba las manos, y cuando la verga le empezó a entrar comenzó a exhalar con los ojos cerrados. Cada que exhalaba la verga entraba un poco más adentro de su culo, hasta que finalmente la pudo tener completamente adentro. Empezó a subir y bajar poco a poco haciendo muecas y gimiendo de dolor, pero nunca se detuvo, y cuando comenzó a tomar ritmo me dijo: “Si quieres ya suéltame Pao, creo que yo puedo”. La solté, puso sus manos sobre sus rodillas y empezó a subir y bajar como una puta mientras el hijo de Mafer le destrozaba el ano.

Pasaron unos minutos y el hijo de Mafer me dijo a mí: “Paola, ven, necesito que tú también participes, pero quiero que tú uses tus pies.” Entonces me senté sobre el abdomen del chico, estiré mis pies hacia su verga, y mientras penetraba a Ariadna yo empecé a acariciar la base de su verga con mis dedos de los pies. Las dos estábamos demasiado mojadas, pero en ese momento tan caliente, se abrió la puerta de la casa y cuando volteamos, ahí estaba mi hermana Tania…

Continuará...

(8,80)