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Mi casi sobrino inválido

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Durante esta pandemia me despidieron de mi trabajo y me las vi muy difícil, mi esposo conservó el suyo, pero su sueldo no nos alcanzaba para todos los gastos así que estuve buscando un buen rato y justo cuando ya apenas completábamos para los gastos y nos habíamos acabado los ahorros una amiga me platicó sobre un trabajo.

Afortunadamente su esposo conservó su trabajo, en el otro lado de la moneda sus padres de mi amiga se contagiaron y al ser grandes no tenían a nadie que les ayudara y al mismo tiempo su hijo había tenido un accidente tenía las piernas muy lesionadas y no tenían quien les ayudara, así que mi amiga me propuso ayudarle con las cosas del hogar mientras ella no estaba. Lamento decirlo, pero esa situación me salvó de muchas más cosas.

Como ya llevamos años de ser amigas me dio llave de su casa por la confianza pues ya éramos casi familiares, de hecho conozco a su marido y él al mío. Y bueno yo conozco a su hijo por lo que me sentí muy mal al enterarme de su accidente y aún más que por el trabajo le hubiera ayudado con sus cosas.

El primer día llegue y la casa estaba en completo silencio, Fernando su esposo se había a trabajar y mi amiga Claudia ya había salido a la terminal de autobús para ir con sus papás. Escuché una voz decir Por acá!, así que camine hacia allá al cuarto que después sabría era de Marco.

-hijo pero mírate nada más cómo estás —me acerque a darle un beso—

-Tía cómo está —no soy su tía pero siempre me ha dicho así.

-Bien hijo mira como te dejaron—mientras le sostuve el hombre pude sentir su cuerpo ya más grande, ya no era un niño.

-Si es que se pasaron un alto y venía en la bicicleta y pues no me fije, afortunadamente no se dio a la fuga.

-Solo faltaba eso hijo

-Hace tiempo que no la veía tía.

-Hijo pues tu que andas en la calle solamente yo si he venido

-Si es que la universidad y las fiestas ya sabe

-Si te entiendo, también tuve tu edad he

-Jajaja seguro que si, pero que dice tía si está joven

-Ya no soy una jovencita.

-Eso si tía ya es una mujer jajaja

-Si he y tu hombre mírate todo guapetón

-Jajaja

No sé porque dije eso último, pero me sonroje y solo pude decir que iba hacer el quehacer que si quería algo me dijera.

El día transcurrió tranquilo le ayude a comer, hablamos de tonterías y ya hasta que me pidió que le ayudara a ir al baño. Ahí le ayude a pararse con mucha dificultad y con pasos pequeños agarrándose de mi lo lleve hasta el baño. Ahí al cerrar la puerta lo pude ver ya crecido y con un cuerpo joven y fuerte, a su manera porque no era musculoso, pero tampoco débil.

Aquí haré un paréntesis de porque creo qué pasó lo que les contaré y seguro ya se suponen. Un matrimonio termina siendo más una amistad con el tiempo, y aunque hay sexo si no se sigue sorprendiendo se convierte más en una obligación y también es cierto es que el cuerpo de uno no es el mismo. En mi caso mi esposo no está tan mal, tiene barriga un poco, pero no es el hombre de hace muchos años, y yo no soy esa mujer que tenía todo en su lugar, ahora soy una mujer de 45 con senos grandes si, pero ya no tan parados y aunque tengo aún nalgas también están un poco flácidas.

Y pues yo siempre he sido muy curiosa y morbosa la verdad, de hecho con mi esposo solíamos hacer muchas cosas, en lugares públicos o mirando porno o comprando juguetes pero poco a poco eso se fue terminando pero una se queda con todo ese fuego dentro, supongo algunas mujeres me entenderán, y por más que te consueles a ti misma eso no se apaga. Pues eso creo que me paso, con el transcurso de los días por mi mente fueron pasando muchas cosas y no fue sino hasta como por el quinto día que empezaron a pasar más cosas. Ese día lo recuerdo iba con leggings y se me marcaban mis nalgas y lleve una blusa también cómoda, en parte porque iba hacer el aseo de la casa. Y constantemente notaba las miradas de ese joven ahí tendido.

-Bueno días hijo cómo estás?

-Bien bien tía que bueno que llego, me ayuda ir al baño que ya me anda mucho

-Si hijo claro — le ayude rápido a pararse pero con cuidado.

-Perdone tía es que en verdad estoy que casi me orino

-No te preocupes hijo entiendo

Lo deje ahí rápido parado y en cuanto cerré la puerta unos segundos después oí un golpe fuerte y entre.

-hijo pero que…

Rápido lo levante para sentarlo, solo escuchaba sus quejidos

-estás bien hijo?

-Si si tía perdone

En ese momento lo mire hacia abajo y ahí fue mi perdición, vi su pene, un miembro grande la verdad como pocos que he visto, una tranca negra de unos 15 cm diría yo, gruesa apenas lisa por un par de venas que se le miraban, cabezona por su circuncidado. Hasta olvide o pase por alto que estaban sus piernas aún moradas y se había orinado en el suelo y en la bata.

-perdone tía —apenado se cubrió como pudo con la bata mojada— me da mucha pena déjeme limpiar a mi

-Hijo pero apenas y puedes —yo un poco ya recobrada de la impresión.— ven puedes levantarte?

-Si creo que si… oh no tía no puedo me duelen aún mucho

-No te preocupes, siéntate bien que ya vengo

En eso salí rápido, fui por una jerga y agua en una cubeta que tenía para limpiarle y tome otra bata. Pero en ese momento llenando el agua cruzó de nuevo mi mente esa imagen, me excito, sentí un calor recorre mi cuerpo tanto que mi corazón empezó a latir fuerte y empecé a tocar mi concha encima de mis leggings, solo en ese momento me intenté tranquilizar y fui rápido a con él.

-a ver hijo voy a limpiar aquí, como te sientes?

-Ya se me está pasando tía —me dijo ahí sentado mientras limpiaba al rededor.

-Ahora si ya te levantas?

-Si creo que si tía

-Vamos a intentarlo —se levantó.

-A ver hijo ahí está esa bata póntela mientras limpio crees poder?

-Mejor ayúdeme

-Está bien. —lo tomo mientras se quitaba la bata y yo me volteé pero veía de reojo ese palo colgándole.

-Listo tía gracias.

-Acuéstate hijo deja termino de limpiar.

En ese día ya no paso a más pero al llegar a mi casa cogí con mi marido como nunca. Hasta me dijo que parecía que llevábamos meses sin hacerlo, el muy desgraciado me lo había hecho hace 15 días. Y a pesar de que lo habíamos hecho yo quería más y más pero mi esposo ya no pudo, yo todavía intenté chupársela así blanda para que se le parara pero nada, solo imaginaba hasta donde se le pararía a Marco si ya estaba de ese tamañote y fui así como chupándosela a mi marido y metiéndome los dedos me corrí tan rico.

Al día siguiente me encontré con su papá y me disculpe muy apenada, pero el señor fui muy comprensivo y me dijo que solo había sido culpa de él y que no tenía nada que disculpar.

-cómo sigues?

-Ya mejor tía gracias, perdone por lo de ayer

-Nada que no paso a mayores

-Como no tía si ya me vio en el suelo orinado y no tenía copas encima

-Jaja que dices hijo

-En serio perdone que pena tía

-No te preocupes hijo.

-Tía, cree que pueda ayudarme de nuevo?

-Si hijo no te preocupes vamos —y en ese momento apenas un día después yo seguía caliente y con esas imágenes rondándome en la cabeza— pero si quieres te ayudo

Hubo un silencio mientras se ponía de pie y se apoyaba en mi, y justo cuando iba yo a intentar arreglarlo supongo que lo capto.

-si tía está bien

Ahí en el baño con mi corazón al mil y al lado de Marco, le abrí la bata y le saqué su miembro, se lo sostuve con mi mano completa que delicia apenas y me cerraba mi mano y eso que no estaba dura, empezó a salir un chorro abundante y sentí como su pene reaccionó. Y producto de mis nervios.

-ya hijo si que has crecido —y me reí nerviosa

-Si tía jajaja

Pasaron segundos eternos y poco a poco su pene empezó a crecer y yo mirándola como se hinchaba y mi mano ya no alcanzó a rodearla y no sé cuánto creció, pero más de 20 cm si eran y yo no cabía en mi, mire a mi sobrino.

-perdone tía es que… su mano y bueno…

-No digas nada hijo, mira todo lo que te creció, a poco es por mi?

-Si es que bueno tía es muy guapa también —ya había dejado de mear.

-Vamos ya terminaste —lo limpié y regresamos a su cama, pero él seguía con su enorme miembro parado.

-No te quedarás así o si?

-Ahorita se me pasa tía creo

Yo ya no pude más y me acerque a masturbarlo, sólo lo miraba a los ojos y después veía su polla gruesa más venuda, grande y ancha con una mano de la sostenía y con la otra se la jalaba, un olor entre orina y sexo se desprendía de su polla quizá hasta de semen, solo se escuchaba como lo masturbaba, entre suspiros de él y míos entre miradas entre nosotros y a su pene me lance a comerlo, apenas me cabía como un cuarto de su verga, intente con mi lengua rodearle su glande, chuparlo, apretarlo con mis labios, comiéndole como nunca antes había comido.

Sentía mi boca llenarse de tanta verga que solo vino a mi mente la palabra puta pero era demasiado tarde seguía y seguía y ese chico no se corría entonces tome su verga y me empecé a pegar con ella en la cara mientras le miraba, el gruñía y gemía mientras yo le pasaba mi lengua por toda su polla hasta sus bolas y decidida regrese a comerle esa cabezota y minutos después de meterla casi hasta mi garganta me tomo del cabello y empezó a follarme la garganta, escuché más gruñidos y empecé a recibir lechazos calientes en mi boca y mi reacción como si se me callara algo de la boca fue inevitable que me llene las manos también de su leche abundante y yo empecé a pasarme su leche y a limpiarle toda su verga.

-que rica hijo —le dije llevando los restos a la boca

-Tía eso fue muy rico

-Tienes una verga grande hijo

-Pero quiero que me comas también tú ya que no me puedes follar

Me baje los leggings y la tanga y abierta de piernas me senté en su cara y me empezó a comer mi vagina con tal hambre, con tal ansiedad que en cuanto me tomo de las nalgas apretándolas me corrí al sentir como su lengua y su boca inexperta me la comía. Mis piernas temblaban, pero solo me deje caer un poco sobre su boca y el me sostuvo de mis nalgas y siguió, yo empecé a convulsionarme un poco, mi cadera mis piernas temblaban y yo me desvanecí literal en su cara de lo rico y apenas tirándome a un lado de él. Cuando me recobre solo lo mire.

-hijo creo que debo de ir, podrás cuidarte? —dije vistiéndome aún con todo el placer.

-Si tía.

Ambos agitados, sudados, llenos de nuestros fluidos.

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