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Mi mamá abriéndose a nuevas experiencias

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Hola, soy Yesica. Les voy a contar lo que pasó al día siguiente de que mi mamá, Melinda nos dejara por primera vez a mi novio Gery y a mí, tener una noche deliciosa haciéndole sexo anal.

Cansados del día anterior por haber subido el cerro en Tepoztlán, el sexo que tuvimos en la cima con nuestro amigo Mario y la deliciosa noche con mamá, no nos levantamos para ir a trabajar. En la mañana me despertó el olor de un rico desayuno que preparaba mamá mientras oía a Gery bajo la regadera. Cuando él entró a nuestro cuarto, envuelto en una toalla, desnuda me abrí de piernas estirando mis brazos para que viniera a abrazarme y darme un beso, se sentía muy fresco su cuerpo sobre mi caliente piel, así que retiré la toalla de su cintura para sentir su rica verga dura sobre mi abdomen, mi intención era cogérmelo en ese instante, pero mamá entró para decirnos que el desayuno estaba servido, se disculpó entre risas por la interrupción y se fue a la cocina. Nos debíamos levantar, así que me metí de rápido a la regadera mientras Gery se vestía.

Cuando entramos en la cocina mamá ya estaba sentada, así que me acerqué a ella para darle los buenos días y al mismo tiempo un beso en la boca que me correspondió entrelazando nuestras lenguas, luego Gery hizo lo mismo.

Platicamos que ese día nos quedamos dormidos, contentos por lo que había pasado y lo cansados que estábamos. Desayunamos muy rico. Luego nos pusimos a hacer un poco de limpieza en la casa, aprovechando que Gery estaría esa mañana con nosotras para mover algunas cosas pesadas y muebles que cambiamos de lugar, pues él en la tarde se iba a trabajar la combi de servicio público.

Yo seguía muy caliente por lo que habíamos hecho el día y la noche anterior, mejor dicho siempre ando caliente. Así que antes que Gery se fuera a trabajar mientras se metió a bañar me metí con él, uno al otro nos frotábamos jabón en nuestros cuerpos, siempre me ha encantado lavar su verga, así que le jalaba la piel para dejar libre su cabeza, provocándole un poco de dolor mientras él se ponía más duro, mi panocha estaba muy húmeda, lista para montarlo en un posición que me encanta.

Al ser en estatura él más alto que yo y más fuerte, me encanta que me levante de las piernas con sus brazos, mientras yo rodeo su cuello con los míos, sin dejar de besarnos, él me levantó con cierta facilidad, poniendo mi rajita en la cabeza de su verga, dejándome bajar poco a poco y llevando él el ritmo de subida y bajada, como si fuera yo una muñeca, disfrutaba sentir su fuerza y las ricas metidas de verga que me daba. Literalmente, disfrutaba sentirme una muñeca, siendo penetrada en esa posición.

Me vine delicioso y lo mejor era que él podía seguir usándome a su gusto, hasta que se cansara de los brazos o se vaciara dentro de mí, mientras yo me quedaba recargada en su hombro y abrazada a su cuello. Pasó lo primero, se cansó de estarme subiendo y bajando. Así que con delicadeza bajó primero una y luego la otra de mis piernas, nos besamos y para agradecerle el rico orgasmo, lavé con delicadeza su verga, masturbándolo, pero ni así lo hice venir.

Salimos a vestirnos a nuestro cuarto, mientras mi mamá estaba en el suyo. Así que se me ocurrió darle también un orgasmo rico a ella y que Gery no se fuera a trabajar con la verga parada o con algún dolor de huevos por no haberse venido. Se lo propuse a mi novio y él encantado aceptó. Le pedí que fuera por ella y le dijera si nos podía ayudar con algo, pero que fuera así envuelto en la toalla.

Regresó con ella de la mano, ya sabía a qué venía. Gery la tomó de la cintura y comenzó a besarla en la boca, al tiempo que la desvestía parados frente a la cama en donde estaba yo. La única prenda que le dejó puesta fué su brasier y encontró el modo de sacar sus pezones para chuparlos, se veían hermosos, ella tan hermosa y hasta cierto punto tan frágil, siendo acariciada por mi novio, con un cuerpo más grande que el de ella, chupando sus pezones mientras su manos se agasajaban con las nalgas de mamá. Ella no dejaba de gemir y buscaba los labios de mi novio.

Ya muy calientes, Gery la levantó con sus brazos como si fuera una novia que va al lecho matrimonial, me encantó ese detalle y yo no podía dejar de verlos, con lo mucho que me ha gustado ver porno, para mí en ese momento era algo parecido a una película porno, quería seguir viendo más. La acostó boca arriba, se besaron un buen rato y luego de esto él fue bajando por sus hermosas tetas, las apretujaba con sus manos al tiempo que las acariciaba y de algún modo disfrutaba de la textura de su prenda, sorbió de sus pezones en forma delicada mientras mamá ya tenía abiertas las piernas, Gery siguió bajando hasta colocar su boca en sus labios vaginales y así se empezó a retorcer de placer. Ahí ya no aguanté más y me coloqué a un costado de ella para morder sus labios con los míos, me besaba de manera desesperada y me abrazó muy fuerte mientras se venía en la boca de mi novio.

Él bebió todo de entre sus piernas hasta dejarla casi limpia, luego la acomodó en la orilla de la cama, colocando sus piernas sobre su pecho. Metió su verga en la panocha de mi mamá sin dificultad, de ella salió un ligero gemido de sus labios, mientras él comenzó unas metidas lentas al principio, sacando casi por completo su tronco, para meterlo de nuevo, así varias veces y de a poco aumentó la velocidad. Yo veía cómo él tenía tomados sus tobillos con las manos mientras cerraba sus ojos. Mamá disfrutaba y yo tenía mi mano entre mis piernas, disfrutaba verlos así.

La estuvo penetrando un buen rato, ella también movía su cadera en círculos, buscando darle y sentir más placer, los gemidos de ambos me tenían muy caliente, tanto que recostada de espaldas en la cama, cerré mis ojos y me concentré en tener un orgasmo mientras me masturbaba, sentir una de las manos de mi mamá, acariciando mis piernas, ayudo a venirme más intenso. Gery seguía bombeando en la vagina de mamá, ella también gemía fuerte en señal de que se estaba viniendo y mi novio unos instantes después, se salió de manera violenta de la panocha de mi mamá y abriéndole las piernas, nos regaló una salpicadera de esperma que cayó sobre el torso de ella y sobre la cama, fue delicioso verlo venirse así. Mamá se dedicó a esparcir el semen por su cuerpo, Gery se dejó caer sobre su cuerpo para envolver sus bocas en un rico beso, no quiero decir que haya sido de amor, pero sí de mucho morbo y calentura.

Él tenía el tiempo justo para llegar a relevar a su compañero en la combi, así que se vistió rápido, nos dio un beso en la boca a ambas y salió casi corriendo. Feliz, pues no me puedo imaginar que se haya ido de otro modo. Él siempre diciéndome cuánto me ama y yo encantada con él, amándolo a más no poder. Feliz de tenerlo en mi vida.

Mamá y yo nos quedamos recostadas un rato más en la cama. Platicamos de lo mucho que disfrutamos hacer el amor los tres, de lo afortunada que yo era y soy por tener a un hombre así a mi lado. Ella se lamentaba un poco por estar sola, pero yo la animaba, diciéndole que en la cama no debía tener pendiente, pues tanto Gery como yo estaríamos ahí con ella.

Me preguntó qué cómo habíamos permitido que pasará lo de un día anterior, en el que me cogí a Mario y Gery había estado de acuerdo. Aunque le tenía mucha confianza a mamá, no le había contado muchas de las cosas que anteriormente ya habíamos hecho en cuanto al sexo. Sólo le dije que, con Gery no veíamos mal en experimentar y que lo de un día antes pasó sin planearlo, pero que todos lo habíamos disfrutado. A lo que ella contestó que aunque se le hizo raro, no dijo nada, pues ella estaba muy contenta atendiendo a mi novio, para ella eso fue algo así como una orgía, lo cual me causo un carcajada, pues más bien fueron dos parejas cogiendo. Ya más adelante le mostraríamos lo que sería su primer orgía, pensé.

Me preguntó si se volviera a presentar la oportunidad de ver a nuestro amigo Mario, a Gery no le molestaría si ella también lo probara, a lo que le contesté que seguramente no, pues siempre habíamos pensado que lo principal era disfrutar todos, sin celos ni nada por el estilo. Me confesó que entonces sí le gustaría montarse a Mario y de algún modo se dijo dispuesta a que se diera la oportunidad, le dije que seguramente así sería.

Nos metimos a bañar juntas, lavamos una a la otra nuestros cuerpos, nos besamos también sin llegar a calentarnos. Nos vestimos y salimos a comprar las cosas que necesitaríamos para las tortas del siguiente día. Mientras comprábamos había muchas miradas sobre nosotras, mi mamá y yo tenemos casi el mismo cuerpo llamábamos mucho la atención de los hombres. Entre esos hombres estaba Josué, el esposo de Génesis, la pareja con la que tuvimos algunos intercambios y de quienes nos falta algunas cosas por contar en los siguientes relatos. Cuando regresamos a la casa, mi mamá me preguntaba con algo de insistencia por ese muchacho y me confesó que le había gustado mucho.

Obviamente yo no le conté nada de lo que ya había tenido yo con él y Gery con su esposa. Le dije que sólo sabía que estaba casado con la chica que lo ayudaba en su negocio y que era nuestro cliente, pues casi diario nos compraban tortas. Me pidió que no le fuera a contar a Gery lo que ella me había dicho y le dije que no se preocupara, eso quedaría entre nosotras.

Vinieron cosas buenas después de esta confesión, se las seguimos contando en los siguientes relatos.

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