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Mi nueva familia y mi prima tímida (2)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Hola a todos soy Luis nuevamente para seguir relatando las vivencias de aquel agitado verano en mi nuevo hogar.

Esa tarde en el trabajo me salió todo bien, comencé atendiendo a unos clientes que dejaron una muy buena propina e incluso llegue coquetear con un par de chicas que frecuentaban el Café, serví todas las bebidas exactas e incluso un cliente nuevo me felicito por el café y dijo que seguirá viniendo más seguido y traería a sus amigos, fue una muy buena tarde para cerrar el maravilloso día que acababa de tener.

Salí a eso de las 8:30 pm de mi turno y me fui directo a casa de mis tíos, a el camino intercambie por whatsapp saludos de mi familia en Estados unidos, habían llegado bien y se pudieron instalar sin ningún problema, mi padre me recalcó varias veces que sea muy respetuoso con mis tíos y sobre todo con mis primas ya que eran el tesoro de esa familia, al leer esto último no pude evitar sonreír de forma maliciosa ya que mi padre no se imaginaba de lo que había estado haciendo las últimas horas, tome un cigarro de mi mochila lo prendí y camine lentamente las última cuadra antes de llegar a la casa, apague mi cigarro en el suelo y sentí una voz que me llamó desde en frente.

– Hola, mi nombre es Karla, te mudaste recién verdad.- Dijo mientras cruzaba la desierta calle para hablarme sin tener que gritar.- El otro día vi que llegabas con varias maletas, ¿cómo te llamas?

– hola Karla mucho gusto, me llamo Luis y soy el sobrino del Sr. Mario, así que por un tiempo viviré aquí.

– Mucho gusto Luis, así que eres el primo de Glenda y Flavia, Flavia y yo íbamos al mismo colegio sabes? éramos muy amigas en ese entonces, pero nos hemos separado mucho y eso que vivimos una al frente de la otra, me imagino algunas cosas cambian con el tiempo…- Esto último lo dijo como con un aire de melancolía lo que me hizo preguntarme qué había pasado entre las dos como para que su amistad terminara.

– La verdad, acabo de llegar y no he tenido mucho tiempo para compartir con ellas.- le respondí mientras recordaba rápidamente lo sucedido hace ni siquiera 24 horas.- Estoy viviendo aquí pero casi todo el día me la pasaré trabajando disculpa si no puedo quedarme a conversar más tiempo, pero estoy bastante cansado.

– Si claro te entiendo, igual espero verte seguido, buenas noches.- Se despidió levantando la mano derecha de forma cómica y dándome una sonrisa muy infantil.

Entre a la casa me encontré con mi tía leyendo un libro en la sala, me acerqué para saludarla con un beso en la mejilla mientras aproveche para deleitarme con una rápida vista de cerca a esos bellos senos, me quizo preparar algo de cenar, pero me negué ya que sentía que ellos estaban haciendo mucho por mi ya con darme alojamiento sin pago alguno, trato de convencerme diciéndome que no era ninguna molestia y que lo hacen con gusto, pero no podía aceptar, le agradecí nuevamente por el gesto y subí por las escaleras hacia mi piso, cuando llegué al segundo piso vi al fondo del pasillo una luz que era claramente de la TV de mi tío quien renegaba por un partido de fútbol, el cuarto de Glenda estaba con la puerta cerrada pero se podía ver un destello de luz por abajo y el cuarto de Flavia también tenía la puerta cerrada pero tenía la música con el volumen alto y se escuchaban golpes como si alguien estuviera golpeando el piso, me pareció muy curioso ya que por lo que ella misma me dijo, a su mamá no le gustaban los ruidos fuertes, así que supongo que habían tenido una discusión o algo así durante la cena, seguí subiendo hasta llegar a mi mini departamento tome una manzana y una botella de agua de la refri en el kitchenet y fui a mi habitación, deje mi mochila a un lado de mi velador y me recosté en la cama a comerme mi manzana mientras pensaba del buen día que acababa de tener, termine mi "cena" tome mi toalla y me dirigí al baño a tomar una larga y bien merecida ducha, salí del baño y recordé lo que ocurrió la noche pasada tome un cigarrillo de mi mochila y salí al balcón, esta vez Glenda no estaba allí, incluso me asome por las escaleras a ver si estaba más abajo pero no era el caso, me empecé a imaginar cosas como si se había enterado de lo que paso entre Flavia y yo o simplemente entro en sus cabales y piensa que abuse de su vulnerabilidad el día de ayer, termine mi cigarro y entre a mi habitación, estaba entre excitado y preocupado por lo de Glenda y que prácticamente no habíamos intercambiado palabra alguna el día de hoy, y entre esas ideas me quede dormido.

Me desperté a las 4:00 am y no pude volver a dormirme, supongo que estaba acostumbrado a dormir como máximo 6 horas y esa noche me había dormido muy temprano, me levanté de mi cama fui al baño y luego tome un poco de agua, regrese a mi habitación tomé un cigarro de mi mochila y me dirigí a mi balcón, fume lentamente y sin ningún apuro mi cigarro pensando en cualquier cosa, mi vida se había desmoronado pero por algún motivo me sentía más seguro desde que llegué a esta casa, mientras estaba envuelto en recuerdos con mi familia lejana solté una sonrisa de melancolía.

– Espero que sonrías por mi… – se me helo la sangre al escuchar a Glenda que me hablaba en susurros acobijada en la oscuridad.

– En serio no vuelvas a hacer eso nunca más.- le respondí levemente mientras me tomaba el pecho con la mano derecha por el susto que me acababa de sacar.

– Lo siento Luis, no era mi intención asustarte.- se disculpó mientras miraba hacia abajo de las escaleras.

– Descuida Glenda, solo no lo hagas de nuevo.

– Te extrañe durante la cena. Pensé que llegarías antes.

– Si, lo siento, pero me tocaba el turno largo en el café, esperaba verte aquí durante la noche, pero no viniste.

Le extendí la mano para hacer que se levante de su escondite sentada en las escaleras, automáticamente mi verga dio un salto como de alegría al sentir el contacto con su suave piel, Ella se levantó lentamente, tenía puesto un camisón de color negro largo a modo de pijama que la cubría desde el cuello hasta por debajo de las rodillas y encima una chaqueta de color verde para cubrirse del leve frio de la noche, me miro con sus hermosos ojos café y me dio un dulce beso en la mejilla.

– ¿No quieres pasar a mi habitación?, aquí hace algo de frío.- Le dije mientras la abrazaba fuertemente para darle un poco de mi calor y como no sentir ese hermoso cuerpo entre mis brazos.

Ella entro a la habitación y yo le hice un gesto como diciéndole que terminaba mi cigarrillo y entraba con ella, le di unas cuantas caladas más y lo apague en la baranda del balcón, me di la vuelta y gire la perilla de la puerta, al entrar nuevamente se me paró el corazón, Glenda se encontraba echada en el medio de mi cama totalmente desnuda con las piernas abiertas tocando con la mano derecha sus hermosos senos y con la mano izquierda frotaba fuertemente su clítoris, era una visión totalmente llena de erotismo, su monte de venus tenía una pequeña capa de vello que hacían ver incluso más deseable su rosada rajita la cual ya se veía muy húmeda, yo solté la colilla de cigarro que tenía en la mano y de un solo movimiento me subí a la cama, al tratar de acercarme a mi hermosa primita me puso el pie en el pecho mientras me decía.- No primito, comencé sola y terminare sola.- me empujó firmemente con su pierna al tiempo que soltó un gemido arqueando su espalda y cerrando los ojos.

– ahhh mmmm…

– Shhh.- Le dije al notar que sus gemidos se hacían más fuertes.- Glenda por favor, no hagas tanto ruido.

– si mmmm…- Me respondió ahogando su gemido mientras mordía su labio.

Yo estaba a mil, me baje el bóxer y tome mi verga con la mano derecha para empezar a hacerme una deliciosa paja con aquel show que me estaba regalando mi prima, se me estaba haciendo muy difícil el no correrme con aquella visión, pero estaba aguantando como un campeón, de pronto Glenda giró rápidamente para darme la espalda dejándome ese hermoso culo directo en mi cara, ese culo que me moría por ver estaba delante mío, no me pude aguantar lo tome con las manos lo abrí lo mas que pude y le di unas buenas lamidas en su pequeño anito. Glenda soltó un fuerte gemido que apenas pude callar enterrando con una mano su cara en la cama, se soltó de mi mano y giró a verme por un instante para luego hundir ella misma su hermoso rostro entre las sábanas de mi cama, yo volví a enterrar mi cara para seguir saboreando ese delicioso culo, no se cuánto tiempo paso pero sentí que Glenda gemía fuertemente contra el colchón mientras sentí una pequeña mano que me tomo de la cabeza jalándome el cabello hacia ese culo como si quisiera que me lo comiera a mordiscos, Glenda termino de venirse y me soltó el cabello, me despegué de ella con la cara empapada y cayó de lado en la cama, Glenda respiraba muy agitada como si acabara de correr un maratón mientras me miraba y se reía entre sus respiraciones.

– Nunca me había corrido tan fuerte, de verdad sabes complacer a una chica.- Mientras me decía esto se mordía el labio mientras recuperaba el aliento y bajo la mirada directamente a mi verga.

– Gracias primita, cuando quieras estoy aquí.- Le dije mientras tomaba con mi mano derecha mi verga y empezaba nuevamente a frotarla.

Glenda me sonrió girando sobre su espalda, se levantó tomando mi mano y me jalo hacia la cama, me subí arrodillándome y ella se acomodó delante de mí, abrió sus bellas piernas y me dijo:

– ¿Te gusta lo que ves ? .- Asentí torpemente con la cabeza mientras pase saliva.- Pues esto te va a gustar más.- al terminar de decir esto tomó dos almohadas y se las puso debajo del culo lo que dejaba a su hermosa rajita a la altura de mi verga, yo tome mi pene con la mano y ella me hizo quitar la mano con un firme movimiento.- Déjame a mi.- Me dijo mientras tomaba mi verga con la mano y la ponía sobre esa hermosa rajita rosada, la lubrico con su propia humedad y empezó a mover su pelvis y mano dándome un delicioso masaje en la verga, no les tengo que decir que estaba totalmente en la gloria, hice mi cabeza hacia atrás y me dedique a disfrutar del roce de su rajita y manos sobre mi verga, empecé a acariciar sus piernas, vientre y senos mientras dirigía mis manos a su cuello y boca, puse mi dedo pulgar en sus labios y lo devoro como si de mi pene se tratase llevándome nuevamente al punto de no poder aguantar más, puse mis manos al lado de mi cuerpo y deje que ella sola me haga correr, solo basto mirarla a esos ojos una última vez más y al ver ese rostro lleno de lujuria sacar la lengua como si pudiera saborear el aire fue suficiente para hacerme correr como un loco, me vine entre sus manos sobre su hermoso monte de venus, sobre su vientre y un potente chorro de leche llego a caer en su frente justo entre su cejas. Me miró con la boca abierta esbozando una sonrisa como si hubiera logrado lo que quería, nos limpiamos como pudimos y nos echamos en mi cama aun desnudos.

– Luis, sé que lo que estamos haciendo no está bien, pero me gustas mucho y disfruto mucho de estar contigo, nunca me había pasado esto con nadie, ayer me la pase todo el día pensando en lo que hicimos la otra noche, y en lo que me dijiste, quisiera que podamos pasar más tiempo juntos durante el día, no quiero que esto solo se trate de liberar nuestros deseos en la noche cuando nadie nos ve, ¿si me entiendes?

Entendía perfectamente lo que decía.

– Glenda, tu y yo somos primos y me deja tranquilo que entiendas la situación, no es mi intención que pienses que te estoy usando porque de verdad me caes bien y me gusta tu personalidad, es más, mañana tengo el día libre en mi trabajo, pensaba encontrarme con unos amigos, ¿qué te parece si los cancelo y mañana pasamos el día juntos tu y yo?

A Glenda se le iluminaron los ojos al escuchar esto, se echó sobre mí al tiempo que me abrazaba por el cuello y me daba un dulce beso en los labios.

– Claro que si Luis.

Me dio otro largo, mi verga empezaba a levantarse nuevamente pero al darse cuenta que el sol estaba saliendo Glenda se puso su camisón se despidió rápidamente con un beso y salió apurada por la puerta del balcón mientras me susurraba.- Mis papas se levantan súper temprano si no me ven en la cama pueden pensar cualquier cosa.

Me quede tirado sobre mi cama y al verla salir mire al techo, solté un suspiro y me fui quedando dormido.

Muchas gracias por leer hasta el final, los relatos que escribo están basados en experiencias propias, por favor si tienen algún comentario o crítica pueden hacerlo en el siguiente correo: [email protected].

Saludos.

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