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Micaela y sus sobrinos (V): Doble éxtasis

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Micaela sale de su cuarto vestida con una tanga roja de encaje diminuto a juego con un corpiño del mismo color con transparencia que revela sus pezones.

Allí decide no solo comer el postre, unas cerezas con crema, sino que lo comparte con sus sobrinos.

Ella se encarga de darles de comer en la boca y luego ella pide que le devuelvan el favor siendo alimentada.

Micaela de rodillas hace que Marcos y Agustín se pongan de pie cerca de ella para comer las cerezas, pero está tan cerca de los boxers de sus excitados sobrinos que al asomarse el enorme glande de Marcos por debajo de su prenda interior, su tía termine con su lengua probándola para que luego sus labios se ofrezcan a cubrir el enorme glande de su joven sobrino de 21 años.

Por otro lado con su mano derecha se mete por debajo del bóxer de Agustín de 19 años, y sus dedos tocan las bolas calientes, grandes y llenas de adolescente leche.

De fondo está el sonido de la película erótica que al no ser una porno solo lanza imágenes sugerentes, con música de blues ambiental y con gemidos suaves.

Micaela aprisiona con sus labios el glande de su sobrino y con su lengua se lleva todo el líquido preseminal que es abundante.

Su mano izquierda apoyada en el muslo de Marcos aprieta, y araña como tratando de expulsar la tensión de erotismo y excitación que tiene.

La mano derecha ya jugando con los huevos grandes de Agustín comienza a subir descubriendo sus delicados dedos que el tronco que esconde su sobrino menor es muy ancho y caliente.

Intenta rodearlo con su pequeña y delicada mano y por su mente se disparan los sentidos intentando calcular cuán grueso es que le cuesta rodearlo.

Su mano derecha sigue subiendo lentamente por el falo de Agustín y se sorprende de que aún no llega al final, no solo es ancha sino que parece ser larga.

Todo desde abajo arrodillada, con la mano por debajo del boxer de Agustín, metiendo su delicada mano que roza la entrepierna y se pierde por dentro. Nadie puede ver que hace su mano, solo lo sienten, Micaela y Agustín.

Su movimiento hacia arriba de la mano corre de costado el bóxer liberando por debajo las enormes bolas de Agustín que caen haciendo su presentación a la vista de su tía, su mano sigue tensionando el boxer hacia arriba porque ella quiere llegar hasta la cabeza de ese enorme tronco.

Ese movimiento hacia arriba hace que también inconscientemente o no su boca trague un poco más que el glande de Marcos. La boca bien abierta para poder cubrir la anchura ahora se acomoda para poder meter más centímetros en su interior.

Su boca, por ende su cara se elevan y empujan el boxer de Marcos buscando tragar un poco más de carne.

Solo ha cubierto un tercio del miembro de su sobrino mayor y ya parece que no le entra más en la boca.

Pero como Micaela tiene recuerdos de su juventud sabe cómo seguir adelante, sigue subiendo y sigue tragando carne, desde esa posición pone el cuello en forma vertical en línea con el enorme falo de su sobrino.

El enorme y joven glande de Marcos quiere pasar hasta la garganta y Micaela siente con detalle los olores de la pija y las bolas de su joven sobrino.

Su mano derecha llega al fin a la cabeza de la pija de Agustín y se encuentra con que está llena de liquido preseminal, ese ungüento le da electricidad que llega hasta su himen, haciéndola temblar.

Se da cuenta que los olores que siente de Marcos también activan lubricación en su vagina y su mente comienza a lanzar señales por todo el cuerpo.

Se le eriza la piel, se erizan sus pezones, se intenta acomodar mientras sigue de rodillas y mientras lubrica la cabeza del miembro de Agustín con su propio precum, siente nuevamente la electricidad por todo el cuerpo que se posiciona en su vulva y con la boca llena de la pija de Marcos explota de placer, temblando sus piernas y perdiendo fuerzas mientras se desliza a través de la delicada tanga de encaje los jugos vaginales que muestran que ha tenido un orgasmo.

Pero ese orgasmo sigue y busca sostenerse arañando la pierna de Marcos y apretando la pija de Agustín, mientras con su boca sus dientes muerden un poco el miembro de su sobrino.

No da fruto su esfuerzo, porque se vencen sus piernas y termina dejándose caer al suelo.

Tiene la boca llena de saliva que cae por el costado de su cara, está con ese brillo de transpiración por todo el cuerpo, producto del calor del momento.

Está acostada en el suelo agitada, su pecho sube y baja, intenta tomar aire y mira a sus sobrinos desde el suelo, pero necesita unos segundos para reponerse.

Sus sobrinos no saben que hacer, la ven ahí tirada y se miran entre ellos como si hubieran cometido un crimen.

Micaela está acostada en el suelo debajo de ellos parados, sus piernas están mojadas, pero su tanga está empapada.

Micaela intenta reincorporarse levantando la cabeza y al alzar su vista tiene las bolas de Agustín bamboleándose y la pija de Marcos saliendo por debajo del boxer intentando escapar de esa tela.

En eso una gota, mezcla de líquido preseminal y saliva de Micaela, cae desde la punta de la gorda y gran cabeza de pija de Marcos.

Cae en los labios de Micaela.

Quiere levantarse pero sus músculos han temblado mucho, se ríe por no tener fuerzas para nada, nunca se había sentido así.

Marcos y Agustín se miran nuevamente y parece haber cambiado algo en sus caras, su tía les ha robado su inocencia.

A la misma vez se sacan sus boxers, y lo dejan caer al suelo.

Allí Micaela que sigue tratando de encontrar oxígeno ve borroso, pero ve esas enorme pijas, puede ver que son mucho más grandes que las de su esposo, y más anchas.

Deben andar por los 20 centímetros y los 6 o 7 de ancho, con razón con solo tocarlas y probarlas tuvo ese orgasmo.

Ella se quiere reincorporar, pero aún no puede.

Marcos le dice:

"tía, no te muevas, te vas a desmayar sino"

Micaela obedece, pero sus considerados sobrinos en realidad la quieren ver así, en el suelo toda mojada, caliente, despeinada.

Y comienzan a masturbarse con furia.

Ambos sobrinos se masturban mirándola, se escucha el chaqueteo por toda la casa, y Micaela solo mira, mira esas enormes pijas siendo estimuladas por las propias manos de sus sobrinos.

Realmente aún no se puede incorporar y pestañea seguido para poder dejar de ver borroso, no sabe cuanto tiempo está pasando, pero cuando logra ver con nitidez ve cómo se contraen las enormes bolas de sus sobrinos.

Y como comienza a temblar cada uno de sus enormes falos, a la vez.

Habían hecho un trabajo de coordinación tal que acaban al mismo tiempo.

Explotan como una planta petrolera, y escupen chorros de leche que caen hacia todo el cuerpo y la cara de su tía.

Micaela siente todos los impactos a lo largo de su cuerpo, es mucha leche joven. Cae en su panza, en su cara, en su pecho, hasta en su tanga, en sus piernas, rodillas, brazos y pies. Se encargan de regar a toda su tía.

Ella se siente homenajeada y cuando está por decirles gracias una última gran gota de Marcos sale expulsada y cae directo en la boca de Micaela.

Su cerebro vuelve a enviar señales eléctricas al cuerpo regado de leche, y al sentir la tibieza y mirarse a sí misma toda enlechada, vuelve a erizarse y espasmos más fuertes se producen dentro de su cuerpo, de su vulva.

Tiembla con más fuerza, y grita de placer. Ha tenido un segundo orgasmo y aún nada ha pasado.

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¿Qué les ha parecido esta entrega? ¿Tienen alguna sugerencia sobre este relato? ¿Qué otros relatos les gustaría leer de parte mía? Gracias por sus comentarios.

(9,11)