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Nuestras aventuras con la prima Elvira (III)
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Después de aquel día que por fin, pude cogerme aunque sea a la prisa a Elvira, y pude derramar toda mi leche en su boca, quería tener más tiempo para disfrutarla a mi antojo y en una cama, así que le propuse si al día siguiente nos íbamos a un motel por la tarde, diciéndome que sí, así que hice varios preparativos para esa tarde.

Serían las 5 cinco de la tarde cuando me tome media pastilla amarilla con agua mineral, porque sabía que estaríamos por lo menos hasta las 11 o 12 de la noche, y quería poseerla a mi antojo varias veces, así que estaba en mi oficina esperando el mensaje de Elvira, sería como las 5:40 de la tarde cuando me llega un mensaje diciéndome que ya fuera por ella, pidiéndole que se pusiera el pantalón y la blusita que traía el día de la exposición, y que ya estando afuera le mandaría un mensaje para que saliera, así que tardaría unos 10 minutos en llegar, puesto que mi oficina se encuentra muy cerca de su casa, le mandé mensaje y salió de inmediato, vestida con ese pantalón blanco y esa blusita, y se veía muy bien arreglada, oliendo muy rico, así que subió al carro nos saludamos y nos fuimos.

Ya en el trayendo al motel, le pregunté que cual había sido el pretexto que le había dado a su mamá de que iba a llegar algo tarde, diciéndome que le había comentado que se iba a reunir con algunas amigas y que al salir yo iba pasando y me pediste un aventón, pidiéndome solamente que no fuéramos a determinado motel, porque sabía que el hermano de una amiga de ella trabajaba en la entrada cobrando, así que me la llevé a otro motel relativamente más cerca del que acostumbraba ir con mi secretaria.

Llegamos al motel, pagué y nos asignaron habitación, así que al cerrar el portón del estacionamiento, le dije que se veía muy guapa y me dio las gracias, “Que rica te ves con esa ropa que traes” le comenté y ella me dijo “Antes que me pidieras que me la pusiera, ya la traía, porque quería complacerte”, bajamos del carro y deje que ella primero subiera las escaleras porque quería aprovechar la oportunidad de ver en casa escalón como se le veía el tremendo culo que se cargaba, inclusive cerraba mis puños como señal que en unos momentos le iba a dar una cogida monumental, al llegar a la puerta de entrada de la habitación, la cerré y de inmediato me le abalance para tomar su cintura y pegarme ese rico trasero en mi falo y empezarla a besar en la parte trasera del oído.

De inmediato ella me dice “Primo no pierdes tiempo, a lo que te traje Chencha, diría el indito”, “Claro mamacita, hoy te voy a dar mucha verga ya verás” le conteste, “la tienes muy grande y me imagino como me vas a dejar, de por sí ayer me diste de lo rico” respondió, “Y más grande la vas a ver y sentir y lo de ayer no fue nada, vas a ver que cada rato vas a querer mi verga” le dije, así que al tener mis manos sobre su cadera, la jalaba hacia mí, para seguir sintiendo el culazo y repegarlo a mi verga, la cual rápidamente empezaba a reaccionar, mientras con mi boca y lengua ya exploraban el interior de su oído, y con mi mano derecha la subía hasta sus senos y los estrujaba.

Estuvimos así unos 5 minutos, y la voltee hacia mí, empezándola a besar metiendo lentamente mi lengua en su boca, la cual recibía suplicante, mientras con mis dos manos le agarraba sus nalgas, las cuales a esa fecha aún las tenía sabrosas y todavía algo duritas, y mi verga ya durísima se la pegaba fuertemente a su sexo, notando que ella ya empezaba a jadear, “oohh, mmm, qué rico” y su respiración se hacía más rápida, y sus pechos se empezaban a expandir, así que empecé por desabrochar su blusita, bajándole el brassiere y mi boca empezó a chupar sus pezones, los cuales ya los tenía duritos y unas lindas aureolas, las cuales de tanto chuparlas, besarlas, lamberlas las llené de saliva, mientras ella se calentaba más, así que con una de mis manos le desabroche su pantalón y lo empecé a bajar, viendo que traía un bikini del mismo color, así que la senté en la cama y le quite completamente el pantalón con todo y calzón, y la deje completamente desnuda, puesto que ella misma se quitó el brassiere, así que la abrí de piernas y con dos de mis dedos le empecé a penetrar su rica pucha, la cual estaba bien depilada.

Elvira para ese entonces ya respiraba a mayor velocidad, y su cara se descomponía, empezando a suspirar y gemir más rápidamente “mmm, uff, agg…” para eso mis dedos los doblaba un poco para posteriormente recorrer la parte superior de tremenda rajita, y llegar al punto g, lo que hacía que ella se retorciera arqueando su espalda, mientras con mi lengua lamía su clítoris, el cual de momentos le daba pequeños mordiscos, lo que hacía que ella se pusiera súper caliente, “Paco que rico lo haces, auff, grr, me tienes toda mojada”, así estaríamos unos 10 minutos, mientras ella a momentos gritaba como loca “Cabrón, ya cógeme, no ves cómo me tienes?, uff, métemela”, así que yo sintiendo mi verga toda dura, ya con bastante líquido pre seminal, me arrodille en la cama y me senté sobre mis piernas, pasando las de la prima sobre mis caderas, y tomé mi falo y le empecé a pegar por fuera de su rica raja dándole golpes leves, provocándole que empezara a salir bastantes fluidos de su puchita, sentía que mi verga fácil traía unos 18 a 20 centímetros porque al tomarla con mi mano y pegarle en su pucha todavía había muchos centímetros de más.

Al tenerla en esa posición, empecé por meterle mi glande a su cavidad el cual entró sin mayor problema, para tomarla de la cintura y levantarla levemente y de un tirón meterle la mitad de la pija, lo que hizo que inmediato ella reaccionara diciendo “Que rico, la tienes bien larga y gruesa, duele un poco” “Espera mamacita, aún no entra toda, es la mitad” le contesté, y sin decir nada más, de un solo empujón se la ensarté toda porque sentía como la base de mi verga pegaba hasta la entrada de su pucha y como mis huevos quedaban por fuera colgando, a lo que ella solo exclamó “Güey, me vas a perforar, no friegues, esta grandísima, me lastimas, uff, ayy”, “Deja que se amolde, y te va a entrar hasta mis huevos” le dije, y empecé a darle durísimo, hasta que sentí que su raja recibía con mayor facilidad toda mi verga, mientras ella gemía y gritaba a momentos de placer.

En esa posición la tuve alrededor de unos 10 minutos, así que ante cada arremetida que le daba oía un “cloc, cloc, cloc”, puesto ambos sexos tenían abundantes líquidos, para ese momento Elvira, abría y cerraba sus ojos, y se notaba que estaba en un trance de éxtasis, porque solamente respiraba y pujaba, gemía y sus ricos senos rebotaban ante cada arremetida de mi verga; Yo me sentía algo cansado, así que tomé una de sus piernas y la puse sobre mi hombro, lo que hacía que mi cuerpo se apoyara y así volver a penetrarla, teniendo nuevamente su rica almeja a mi entera disposición, dándole nuevamente unos 5 cinco minutos, para posteriormente abrirle ambas piernas ampliamente para subirme arriba de ella en la posición del misionero y apoyarme con mis pies para seguir con una penetración profunda, mientras ya para ese entonces ya habrían pasado alrededor de unos 40 minutos de estar cogiendo, y nuestros cuerpos a pesar del aire acondicionado sudaban al por mayor, es decir, ya no solo nuestros fluidos íntimos y saliva se mezclaban, sino también nuestro sudor.

Ella solamente se limitaba a gemir y suspirar, “Paco, eres un semental, que posiciones me pones, me estás dando el cogidón de mi vida” decía, mientras yo la cambie de posición y le dije “Mira mamacita, ahora tú me vas a cabalgar, quiero que te subas arriba de mi”, así que me acosté boca arriba y puse dos almohadas sobre mi cuello y cabeza, haciendo que ella pusiera sus piernas alrededor de mi cadera y de inmediato ensarte mi verga en su pucha, y la puse a que subiera y bajara para que su raja se clavara completamente en mi falo, mientras yo disfrutaba de sus senos besándolos y apretándolos levemente con una de mis manos y a ratos besándola y disfrutando en meter mi lengua en su boca, mientras mis manos tomaban sus ricas nalgas para apoyarla en seguir subiendo para posteriormente bajar para ensartarse en mi verga, “Que rico, primo donde estabas, me estás dando una santa verguiza” diciéndome, a lo cual yo le dije “Espera primita, todavía tenemos mucho tiempo por delante, te voy a disfrutar como nadie lo ha hecho, y vas a sentir cosas que nunca imaginaste”, volviendo a besarla apasionadamente en su boca, mientras con mis manos tomaba sus nalgas y las estrujaba a mi antojo.

Después de alrededor de unos 20 minutos de estarle dando durísimo y en esa posición, ella solamente se limitaba a pujar y gemir “uff, mmm, ayy, me vengo” sintiendo como nuevamente de su rica puchita salía bastante líquido, así que yo con mi boca volví a chupar sus senos, lambiendo sus pezones todos duritos, y de repente le succionaba alrededor de las aureolas, así que de repente me grito suplicándome “Paco ya no puedo, mi cuerpo se está estremeciendo, ya sácamela por favor”, sentir como su cuerpo se empezaba a convulsionar y los chorros de líquido que salían de su puchita, hizo que me calentara más y con mis brazos la atraje hacía mi, tomando sus hombres con mis manos para hacer más palanca y empecé a penetrarla más rápido y profundamente sintiendo como la base de mi verga chocaba completamente con su chocha, y nuestras pelvis se juntaban, mientras ella me decía “Paco me estas matando, siento como todo mi cuerpo se convulsiona, ya para por favor”, “No mamacita, siente todo el poder de mi verga, quiero que te vengas nuevamente”, le contesté y seguí con mi acometido de darle más duro y rápidamente, hasta que pasarían otros 10 minutos y sin importar sus suplicas, le seguía dando de lo lindo, porque a momentos gritaba “Que placer, que rico, me desmayo” yo sentí que no tardaría en venirme, así que le dije que me iba a venir, sintiendo como salían chorros de semen los cuales entraban en su puchita, diciéndome “Papito dámelos todos, que rico se siente, ahh, mmm, uff”.

Cuando terminé de irme serían las 8:30 de la noche, ella después de unos tres minutos de descanso, me dijo “Paco, no sabía que cogieras tan rico, que vergota tienes y que bien lo haces, mira como me tienes empapada de sudor, de su saliva y tu semen”, “ya vez primita de lo que te estabas perdiendo, ahora vamos a descansar un rato, porque quiero seguir dándote verga”, así que nos recostamos y ya en la plática me dijo que la había dejado impresionada de la forma de coger, a lo cual yo le dije que acaso su esposo no la cogía de tal manera, diciéndome que aunque pareciera un hombre fuerte y grandote, no tenía la más mínima idea de lo que era coger, y que hasta este momento ella se sentía completamente satisfecha en la cama, así que le dije que a partir de ese momento quería cogérmela por lo menos una vez a la semana, diciéndome que ella sería feliz de recibirme cada vez que yo quisiera estar con ella.

Ya repuestos de la refriega, le dije “Elvira quiero darte por tu chiquito” de inmediato respondió “No Paco, no me va a caber, la tienes bien grande y bien gruesa, me vas a reventar”, “Claro que no primita, veras que te la vas a comer todita, tu déjame a mi hacer el trabajo” le respondí, así que de inmediato la empecé a besar, la cual me respondió metiendo su lengua en mi boca, para con mis manos manosear nuevamente su rico cuerpo, sus senos y sus nalgas, hasta que sentí como sus pechos volvían subir y bajar de la excitación que tenía y mi verga ya empezaba a volver a revivir, diciéndome que ocupaba ir antes al baño, lo que yo aproveche para sacar de mi pantalón una crema para engrosar el pene, el cual me unté y al cabo de dos minutos salió del baño, completamente desnuda caminando hacia mí, así que la tome de la cintura y empecé a besarla lentamente, mientras con una de mis manos frotaba suavemente sus nalgas y con la otra la atraía de la cintura para conmigo, sintiendo que esos besos y esas caricias empezaban a parar más mi falo, el cual repegaba con su sexo, mientras ella en un acto de entrega total, dejaba que mi lengua penetrara su boca y sus manos me tomaban de mi espalda, para pegar sus pechos a mi.

Después de algunos minutos del faje que nos estábamos dando, le pedí que se acostara de lado sobre la cama y yo me acomodé detrás de ella, en esa posición subí pierna derecha y acomodé mi falo en su puchita, no sin antes dedearla para confirmar que su almeja ya estaba lo bastante lubricada, mientras suspiraba “Paco, que rico le haces, uff, ugg, mmm”, así que le pedí “Acomoda mi falo en tu cosita sabrosa”, la cual al tomarlo con una de sus manos me dijo “Pinche Pacho, está bien grueso y duro, parece tubería, me vas a partir”, “Tu tranquila, ya estás bien mojadita, te va a entra todo” le respondí, así que ya estando la punta de mi verga en medio de sus labios externos, comencé a empujar levemente, sintiendo como los pliegues de su puchita empezaban a ceder, “Paco, está bien gruesa, me vas a lastimar, uff, aug, aug”, sus palabras provocaban más excitación, así que decidí seguir empujando hasta que después de varias entradas y salidas, sentí como mi verga topaba con algo en el fondo de su vagina, mientras ella suspiraba, gemía y gritaba, a veces de placer y otras de dolor, pidiendo que lo hiciera más lento.

Yo teniéndola de tal manera y ayudándola a sostener su pierna seguía el entre y saca, mientras volteaba su cara para besarla, viendo la cara de placer y de dolor ante cada arremetida en su cavidad, ella ya en esos momentos estaba a mi completa voluntad, así que le dije “Elvira quiero darte de a perrito”, la arrodille sobre la cama y me acomodé detrás de ella, así que de inmediato metí mi verga toda durísima y gorda, y agarré sus brazos con mis manos para tenerla como una carretilla empujándola hacía mí, mientras ella pujaba muchísimo y me decía “Paco, me la estas metiendo toda, uff, ayy, siente como chocan tus huevos con mi chochita, mmm”, así que a pesar de sus gemidos y suplicas yo seguía con mi acometido y le daba más duro, quizás así la tuve alrededor de unos 10 minutos, y le solté sus brazos, para ponerme arriba de ella y apoyado en mis pies, para sostenerme en sus caderas y así mi falo como una banderilla de toro, estarla penetrando más duramente, mientras ella ahorita si gemía "augg,“ayy, para cabrón, me estas partiendo, por favor para”, yo sin hacer caso, seguía dándole durísimo, mientras con una de mis manos le empezaba a dedear su rico culito.

Ella al sentir que mis dedos empezaban a tratar de penetrar su chiquito, me dice “No Paco, me vas a reventar mi culo”, yo le conteste “Claro que sí prima, pero verás que te vas a hacer adicta”, “Está bien, pero ponme algo para que resbale por favor” me contesta, así que yo ni tardo ni perezoso, fui al baño y tomé una crema que están de regalo y le dije, “Quédate así como estas, deja que estimular tu esfínter”, así que le unté la crema sobre su hoyito, y con dos de mis dedos empecé a meter poco a poco, al ver ya que empezaban a entrar ambos dos terceras partes, intenté con un tercero, mientras ella pujaba de dolor y me decía “Paco, me duele, mejor otro día”, “Claro que no, quiero dejarte toda mi leche en tu culito” le contesté siguiendo con mi acometido de dedearla, hasta que noté que mis tres dedos ya empezaban a entrar por completo y al salir traían liquido lleno de la crema, así que le dije “Elvira no te muevas mucho, voy a empezar a meter mi verga”, así que la llevé hasta que casi su cabeza topara con la cabecera de la cama, para que al irla metiendo ella no tratara de sacar su cuerpo y así dejarla acorralada y no pudiera hacer ese movimiento, así que primero empecé a meter la punta de mi verga lentamente mientras ella pujaba “Uff, está bien gruesa y dura, me vas desangrar, grr, mm”, así que poco a poco empezaba a seguir penetrándola, viendo como ese rico culito se iba comiendo poco a poco cada parte de mi verga, y sintiendo como sus pliegues anales iban cediendo ante mi lenta envestida, hasta que después de unos 3 minutos de estar poco a poco y ella gimiendo, pujando y hasta gritando, sentí que esos 19 centímetros ya los tenía todos adentro, y solamente se limitada a decir “Paco, me partes, me estas culeando muy fuerte, uff, no manches, esta durísima”, así que aproveche para sacar medio falo y volverlo a meter ante cada arremetida.

Así estuve alrededor de unos 30 treinta minutos sacándola y metiéndola, viendo como mi verga salía llena de sangre, líquidos e inclusive algo de excremento, mientras ella ya para ese momento me decía que le dolía pero que empezaba a sentir sensaciones extrañas, “Ver como chocan mis huevos con tu puchita”, “Si Papito, que grande la tienes y durísima, nadie me había dado por el culo, uff, agrr, ayy, ya termina”, me contestaba entre gemidos y suspiros, “Eso significa que te la estas comiendo enterita, que rico coges primita, te los voy dejar todos en tu culito” le dije, y después de unos 5 cinco minutos más le dije “Me voy chiquita, siente mi leche toda caliente”, sintiendo como salían de mi verga chorros y chorros de semen, mientras ella me decía “Dámelos todos, uff, agg, mmm”, cuando se la saque después de irme dentro de ella, ella cayó rendida en la cama, diciéndome que sentía raro su culo, que lo sentía súper abierto, y vio como salía sangre del mismo lleno de semen.

Ya como a la 1 de la mañana camino a dejarla en su casa, me dice que cuando nos volveríamos a ver y le dije que si quería al día siguiente, diciéndome que mejor hasta el sábado porque la habia dejado muy abierta de su puchita y de su chiquito, y me preguntó que cual era mi fantasía sexual, “Me la cumples”, le pregunté, “Depende” contestándome, me gustaría cogerte junto con tu amiga “Mónica”, diciéndome “Mira que cabrón eres”, bueno tu piénsalo y me dices, -su amiga es una mujer guapísima, lindo cuerpo que siempre le había gustado-, así que lo que pasó entre esas dos mujeres será motivo de otro relato.

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