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Que putas son la mamá de mi esposa y su cuñada

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Una tarde por orden de mi esposa debía ir a la casa de mi cuñado, obvio que también mi suegra estaría allá, ya que estaba cuidando de su nuera porque había tenido un virus de gripe algo fuerte y ayudaba a cuidarla mientras su hijo trabajaba.

Inmediatamente al llegar a la residencia fui recibido por mi suegra, ella sin perder tiempo me agarra por la mano y me lleva hasta la habitación que ocupaba, me dijo que la esposa de su hijo estaba bien dormida gracias a unos medicamentos ingeridos para su malestar, que no me preocupe que teníamos como mínimo dos horas para coger, bajó el mono y el bóxer dejando a la vista mi pene el cual engulló con gusto, rápidamente estaba bastante erecto al colocarse de manera cómoda para que yo la pudiera penetrar por el culito, algo que ella adoraba, hizo un sonido feo, era su nuera que no estaba dormida un carajo, se nos vino el mundo encima, pensé yo. Pero todo tiene solución.

Mi suegra no articulaba palabra alguna, hasta que la cuñada de mi esposa nos preguntó de manera relajada que se debía todo eso, lo cual de forma franca le respondí, cojo a tu suegra desde hace algún tiempo, ese era nuestro secreto, estaba a punto de cogerla por el culo, que a ella le encantaba, mi suegra permanecía muda, a lo que mi interlocutora me dice con eso tan grande entra por algo tan pequeño, ver para creer.

Sin pensar mucho le abrí las nalgas a mi suegra y apunté la cabeza al estrecho orificio de su ano, la metí no tan duro, pero tampoco tan suave, la mujer gimió con fuerza y me decía que era mi puta, que la cogiera las veces que yo deseara, la nuera ante ese espectáculo y al no reconocer la señora recatada que ella había conocido años atrás y viendo lo puta y zorra en que se había convertido, hizo que se calentara brutalmente.

Yo embestía con fuerza el ano de mi puta, mientras la otra se tocaba sin pena ni vergüenza, con una de mis manos la empecé a acariciar, estaba bastante mojada, con un dedo lubricado por sus jugos, hurgué dentro de su esfínter, cediendo este poco a poco, sin esperar mucho saqué mi pene del culo de mi zorra y bajándole las pantaletas a mi concuñada, pude ver el tremendo culo que se gastaba, antes de que viniesen los arrepentimientos la coloqué algo inclinada con el culo apuntando a un lateral de la habitación, besé las nalgas y penetro con mi lengua ese culo virgen.

Ella se dejaba hacer, estaba sumisa, le fui introduciendo mi pene despacio hasta que el esfínter cedió, fui acelerando de a poco y en cada embestida chillaba y gemía hasta que obtuvo un orgasmo, se la retiré y continué con mi suegra. Cambiamos de posición, ya la mujer de mi cuñado algo recuperada se acostó en la cama con las piernas abiertas invitándome a que la cogiera, no me hice de rogar y la empalé, aceleraba y ella gemía como una perra, mi suegra metiéndose mano, eso me excitaba, cuando me iba a correr, la nuera de mi suegra me dijo que quería que le acabara en el culo, me dio la espalda, quedamos en cucharita y así la clavé, esta vez hasta el fondo, gritó y empecé las embestidas fuertes hasta que le llené el culo de leche.

Los tres ya bastante descansados y reposados, hablamos de lo sucedido y que lo repetiríamos, pero si era posible en un hotel o sitio más tranquilo, también me dijo que quería que el día siguiente la cogiera a ella sola porque quería disfrutar más y mejor, que le había desvirgado el culo y le había gustado y disfrutado bastante. Mi suegra estuvo de acuerdo mientras no la descuidara a ella.

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