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Quedando a deber por sexo

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Siempre fui muy tímido con las chicas, nunca tuve novia y debido a eso permanecí virgen hasta los 21 años, donde después de tanta urgencia de mi parte por perder mi virginidad y tener a una hermosa chica que follar, ahorre lo suficiente para pagar por sexo.

Ahorre por casi un año, tanto dinero de becas escolares, salarios y demás, tanto que incluso ahora me da vergüenza recordar la cantidad, exageradamente alta. Aun así, la mujer con la que estaba haciendo el trato y la forma en que lo haríamos me parecía muy excitante, todo lo que involucraba que iba a suceder, el tiempo, accesorios y demás cosas que volverían perfecta mi primera vez estaba bien planeado, quería que esa primera vez fuera especial para mí como para poder presumir la después a mis amigos, aunque claro, sin decirles cuánto me costó.

El acuerdo de la chica era tan estricto que debía quedar casi en un contrato, mismo que perdí no recuerdo en qué momento, supongo yo, fue en el momento en que estaba por realizar el pago.

Era un sábado cuando volvía a mi casa muy exhausto, mi pene estaba cubierto de sudor y tan flácido que casi ni lo sentía. Al llegar a mi casa me encontré que la única que se encontraba en ella era mi prima Adriana, ella me saludo con normalidad e incluso me chuleo la forma en que iba vestido. He de admitir que ella siempre me atrajo sexualmente, su cuerpo siempre fue perfecto para mi, sobre todo por su estatura de 1.80, midiendo yo 1.70, su trasero es redondo, algo ovalado pero bien formado, delgada con un poco de curvatura en sus caderas además de sus piernas un poco gruesas.

Ella me hizo plática de algo, no recuerdo muy bien de que, luego me pidió que la acompañara a su habitación un rato y cuando estábamos allí no tardó en ir al grano de porque tanto misterio de querer hablar conmigo.

Me comentó que encontró el contrato de mi cita con la mujer que me quitaría la virginidad, lo leyó por completo, cada detalle de lo que yo quería que ocurriera y cada petición mía hacía los tipos fetiches que quería que cumpliera. Comentó, que lo que más le impresionó fue la cantidad que estaba dispuesto a pagar y mientras lo hacía, sobre sus jeans ajustados color azul claro, comenzó a frotarse vagina.

¿No quieres gastar ese dinero en mi? Me preguntó sin vacilar, luego insinuó que hace tiempo llegó a darse cuenta cuando yo la espiaba mientras ella lavaba los trastes o cuando yo subía a la azotea para masturbarme con sus bragas. Ambas cosas eran reales.

Le comenté que no, no quería gastar tanto dinero en ella porque la mujer a quién contrataría era más hermosa que ella. Se lo dije sin vacilar pero antes de dejarme terminar de explicarle me dijo que podría aceptar un poquito menos de la cantidad acordada.

Se indignó un poco, después de hacerme esa oferta pero luego trato de chantajearme, pero al ver qué yo seguía sin querer hacerlo con ella, aunque siempre lo he deseado, se puso de pie, me dio la espalda y se inclinó para mostrarme su increíble culo en eso jeans que le quedaban fantásticos, volvió a erguirse, se desabrochó el pantalón y se lo bajo hasta los tobillos dejando al descubierto unas lindas bragas verdes.

Volteo a verme, me dijo “vas a darme tu dinero por mi y te va a gustar, solo no le digas a mi esposo ni a nadie”, como si hiciera falta que pidiera eso. Me sentó en su cama, me abrió de piernas, ella se puso en cuclillas para desabrochar mi pantalón y sacar mi polla de mi bóxer. Continuaba teniendo aún los jeans en sus tobillos y su culo grande en esa posición me excitaba tanto que mi pene al ponerse erecto me comenzó a doler.

Ella tomó mi pene con sus manos, al tocarlo sentí una vibración en todo mi cuerpo y me estremecí de placer, “está pegajoso…” me dijo luego comenzó a lamerlo con delicadeza como si no quisiera lastimarlo, “...y sabe un poco salado” comentó al momento en que se lo metió todo en la boca, iniciando así unas ricas mamadas profundas que me hacían sentir que tocaba su garganta.

Terminé eyaculando en su boca, ella solo trago un poco del semen y dejó caer el restante en la palma de su mano para embarrarlo en su cara, aunque mi corrida fue algo poca. Se puso de pie y se quitó los jeans de sus tobillos, me acosté en su casa mientras me masturbaba, se quitó también la blusa que llevaba puesta y el sostén para luego preguntarme si quería que se quitará las bragas, le dije que no.

Se subió sobre mi y comenzó a cabalgarme después de que me quitó el pantalón y los boxers, luego se dio la vuelta para que pudiera ver su culo rebotar sobre mi mientras me seguía cabalgando, esto mientras yo no paraba de darle nalgadas en su culo hasta con las dos manos al mismo tiempo.

Sentí como se corrió un par de veces, hizo varios tipos de movimientos e incluso algo de twerk sobre mi con mi polla dentro de su vagina, luego se levantó y volvió a chuparme la polla según ella para limpiarla y mantenerla lubricada para lo siguiente. La masturbo con sus tetas solo un poco y aunque no eran muy grandes eran lo suficiente como para que la mamada rusa se viera bien. No paraba de retratarse mi pene en su cara ni de decirme varias cosas que sabía que me excitaría gracias al contrato que leyó.

Me levanté de la cama, ella se puso en cuatro y en ese momento le di una fuerte y rica nalgadas provocando que soltara un fuerte grito de placer y dolor al mismo tiempo, la follé por la vagina y me dijo que era algo bueno para ser virgen, no le hice caso. Luego me detuve un momento para lamerle la vagina y lubricar su ano con mi saliva, para después meter mi verga entera en él.

El contrato decía que podría durar lo que fuera, máximo tres horas, pero con ella solo me importo follarla de varias posiciones hasta casarme y ya, no necesitaba más. Volví a meter mi pene en su vagina y volví a eyacular, drenando mi poco semen restante de mis bolas en su vagina. Ella se estremeció y tembló un poco.

Saque mi polla y la acerque a su boca diciéndole que la limpiará, ella lo hizo y la dejo reluciente aunque pegajosa, pero después volví a la realidad, saqué mi polla de su boca y la volví a meter en su vagina.

Le dije, “ahorraré el dinero entero otra vez”, ella se burló y me preguntó ¿Para follarme otra vez?”, en ese momento metí lo más profundo que pude mi polla en su vagina provocando que ella soltara un suspiro. Me puse nervioso.

Solo le dije: ‘no… hace rato regresaba de haber perdido mi virginidad con la mujer del contrato”. Mi prima se movió con brusquedad y me hizo a un lado, lastimando así mi pene tanto que me empezó a doler. *Por eso mi pene estaba pegajoso y sabía salado, por la corrida de ella, la mía y nuestro sudor…” ella me miró con odio y desconcertada “... por eso te había dicho que no quería hacerlo contigo”.

Se levantó y me dio una patada en el estómago, me dijo que no le dijera nada a nadie, mucho menos a su esposo, me lo dijo con tristeza y enojo mientras se sacaba mi semen de su vagina pero lo que hizo, me dejó la idea de que algo más podría pasar después.

Saco un poco de mi semen de su vagina y lo lamió, al hacerlo entrecerró los ojos como con placer por el sabor.

Luego se metió los dedos de nuevo en su vagina pero ahora no con intención de sacar más semen, si no con intención de empezar a masturbarse, me dijo con excitación, pero tratando de disimular, que me fuera, que hablamos luego. Y ese luego fue mucho mejor.

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