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¿Quito el cinto o te doy de otra modo, pajillera?

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Yo tenía en la cabeza la visera con el escudo del Real Madrid echada haca atrás, un Chesterfield en los labios y estaba a pecho descubierto, Lolita tenía una cinta azul en el pelo que pasaba por su frente y se anudaba atrás. Estaba echada sobre la hierba con otro Chesterfield en la mano. Estábamos en medio del monte entre acacias y al lado de una fuente. Yo tenía pastando a nuestra burra y ella a sus dos cabras. Le dije:

-Sé un chisme, pero es muy caliente.

Le echó una calada al cigarrillo, y después me dijo:

-¿Quién te lo contó?

-Juanito.

-¿El de la Lercha o el de Mucha?

-El de Mucha.

-¿Es sobre Petra?

-Es sobre Petra y él, pero ya te dije que es muy caliente.

-¿Qué te contó?

-Me contó con pelos y señales cómo lo sedujo.

-¡¿Petra?!

-Sí, Petra.

Lolita era una chavala de mi edad, de cara redondita, ojos negros, cabello largo de color rubio, tetas medianas, culo redondito, cintura estrecha, caderas normales, que no llegaba al metro sesenta de estatura, era flaca y muy bonita. Desde niños nos llevamos bien. Nos contábamos nuestras penas y también nuestras alegrías. Nunca se nos pasara por la cabeza darnos un beso, y mucho menos echar un polvo, por lo menos a mí no se me pasara. Me dijo:

-Cuenta.

-¡Qué es muy caliente!

-No creo que sea más caliente que el chisme que me contó Fita.

-¿Se lo montó con alguien?

-Cuenta y te cuento.

Había que contar.

-Juanito me lo contó así:

-"Mi hermano Manolo se fuera ese día para Alemania y yo venía de guardar las ovejas. Entré en casa y encontré a Petra llorando. Vino a mi lado y me abrazó. Al juntar su cara con la mía mojó mis labios con sus lágrimas. Lamí los labios. Sentí el sabor salado y sus grandes tetas hundidas en mi pecho y me empalmé. Sintiendo mi polla en su vientre, me dijo":

-"¡Voy a estar muy sola!"

-"Miró para mis labios y después para mis ojos. Le di un beso y al momento se separó de mí."

-"¡No! Sabes que estoy sentimental y te quieres aprovechar."

-"Se fue llorando para su habitación. Cené un poco de pavo que sobrara del mediodía, me mandé dos vasos de vino tinto y cómo no tenía con quien hablar también me fui para cama. A los diez minutos vino Petra y se metió en mi cama."

-"Me da miedo dormir sola."

-"Se echó dándome la espalda. Me di la vuelta, encendí la luz y vi que llevaba puesta una enagua de seda transparente y muy corta. No llevaba bragas. Le levanté la enagua. Cruzó las piernas y vi todo el coño con los pelos saliendo por los lados bajo su hermoso culo. Tenía una raja pequeña. Quité el calzoncillo, le metí la polla dentro de la raja y se la froté."

-"Estate quieto, sinvergüenza."

-"No le hice caso, era obvio que se metiera en mi cama para follar... La cabeza de mi polla subiendo y bajando se fue empapando de jugos. Froté y froté entre sus labios... Luego hice círculos en su ojete y le metí la puntita. Empujó con el culo y le dejé meter la cabeza, después la saqué y volví a frotarla en su coño, un coño que cada vez se mojaba más."

-"Por tu culpa me puse cachonda y ahora necesito correrme. Métemela un poquito más en el culo."

-"Le metí la cabeza."

-"Mas... Más... Más... Hasta el fondo."

-"Se la clavé hasta el fondo y después le di caña, hasta que sin poder evitarlo le llené el culo de leche. Después de correrme la quité y se la puse en la entrada de la vagina, empujó con el culo y comenzó a follarme... La quitaba, empujaba con el culo y la volvía a meter, y así estuvo hasta que me cogió una mano y me la llevó a sus tetas."

-"Toca un poquito."

-"Al rato se dio la vuelta."

-"Quítame la enagua."

-"Se la quité."

-•"¡Magrea y come mis tetas!"

-"Tenía unas tetas grandes y esponjosas y los pezones tan de punta que si me cornea me quita un ojo. Se las magreé y se las comí hasta que me harté de lamer y chupar pezones, de mamar sus areolas, de lamer y chupar por todos los lados."

-"¡Come mi coño!"

-"Me cansé de recibir órdenes. La puse boca abajo y le follé el coño a trancazo limpió diez o quince minutos... Jadeaba cómo una perra y cómo una perra se corrió, y no una vez, se corría y segundos después se volvía a correr. Conté cinco corridas antes de correrme yo dentro de ella, y te estoy hablando de dos o tres minutos, en ese tiempo casi la seco, o eso creí, pero estaba equivocado. Volvió con las órdenes."

-"¡Cómeme el coño!"

Lolita no se lo podía creer.

-¡¿Aún quería más?!

-Sí, y más le dio. Según me dijo un coño cuanto más corrido más rico está.

-Lo sé.

-¡¿Le comiste el coño a alguna mujer?!

Eludió responder sobre si le comiera el coño a alguna mujer, pero me dijo:

-Sé a que sabe el mío cuando está encharcado.

-Eso no me lo debiste decir.

-¿Por?

-Por nada, olvídalo.

-Olvidado. ¿Se corrió otra vez al comerle el coño?

-Dos veces. Acabó medio muerta.

-Lo raro es que no quedara muerta del todo

-Te toca.

No se hizo de rogar.

-Ahí va lo que me dijo Fita.

-"Mi padre estaba meando contra el muro del patio y le dije: ¡¿No sabe mear dónde no lo vean?! El cabrón se dio la vuelta y meneó la polla para limpiarla."

-"Yo meo donde me sale de los cojones."

-"Tenía una polla hermosa, con una cabeza colorada. Al verla se me humedeció el coño. Ese día mi madre iba en la marea y comíamos él y yo solos en casa. Al acabar de comer se fue a tomar la siesta a su habitación y yo fui a la mía. Destapada y echada boca arriba sobre la cama me acordé de la polla de mi padre, cerré los ojos y me toqué las tetas... Cuando me di cuenta estaba sin bragas, con las rodillas flexionadas, las piernas abiertas y con dos dedos dentro de mi coño. Sentí un carraspeó, abrí los ojos y vi a mi padre con la polla empalmada en su mano derecha y una sonrisa de falso en los labios. Cerré las piernas. Vino hasta la cama."

-"¿Quito el cinto o te doy de otro modo, pajillera?"

-"No me quedaba otra, le dije que me hiciera la otra cosa."

-"Ponte a cuatro patas."

-"La verdad es que me apetecía follar con mi padre, así que me coloqué cómo una perrita encima de la cama. Se arrodilló detrás de mí, me levantó la falda, abrió mis nalgas con las dos manos y se dio un festín con mi culo. Lamió el periné y el ojete, me lo folló con la punta de su lengua, me calentó las nalgas con las palmas de sus manos, me calentó las nalgas e hizo que me ardiera el coño. Deseaba que me magreara las tetas, pero tenía las manos ocupadas en otras cosas. El coño no me lo lamió ni una sola vez, por eso cuando pasó la descapullada polla por él mis gemidos se volvieron de loca... Y entonces. ¡Zaaas! Me la clavó en culo. Me dolió tanto que pensé que me lo rompiera... Después escupiendo en la polla la fue metiendo poco a poco... Pasado el calvario del principio me empezó a gustar. Metí dos dedos en mi coño mojado y quise buscar mi orgasmo, pero mi padre me llenó el culo de leche sin darme tiempo a correrme. Al quitarla, le dije: Métela ahora en mi coño. Me miró como se mira a una inmundicia, sacó el cinto y me dio en las dos nalgas. ¡Zas, zas!

-"Puta, que eres una puta!"

-"Estaba tan caliente que en vez de chillar, gemí de placer. A mi padre le gustó oír mis gemidos, y me siguió dando, pero con menos fuerza: Zas, zas, zas..."

-¡Eres más puta que las gallinas!"

-"Se volvió a empalmar, y cuando creí que me la iba meter en el coño, me puso boca arriba, metió su cabeza entre mis piernas y me comió toda la almeja."

-"Qué rica está, qué rica está, ratita mía"

-"Yo estaba en la gloria. Quise aguantar pero no pude."

"¡Dámela, ratita, dámela!"

-"Sintiendo su lengua entrar y salir de mi vagina le dije: Toma, papá, toma, y me corrí en su boca."

Lolita, exclamó:

-¡Joder con Fita!

-Ya te digo. Al acabar de contarme lo de su padre, me pasó un dedo por una pierna y me preguntó:

-"¿Estás tan mojada cómo yo?"

-¿Qué le dijiste?

-Qué tenía las bragas empapadas.

-¿Y?

-Y a lo mejor algún día te cuento cómo nos masturbamos y..., sí, a lo mejor algún día te lo cuento con pelos y señales.

-Mi fantasía preferida.

-¿Qué fantasía es esa?

-Ver cómo se masturba una mujer.

-¿Quieres verlo?

No me creía lo que me acababa de decir.

-Me encantaría verlo.

Lolita se bajó la falda, se abrió la blusa y quedó en bragas negras, calcetines marrones con rayas blancas y sandalias. Sus tetas eran firmes y acabadas en punta. Sus pezones eran pequeños y estaban erectos. Cerró los ojos, metió una mano dentro de las bragas y frotó el coño con ella, con la otra mano rozaba las tetas dulcemente... Al ratito su cara comenzó a reflejar el placer. Yo la miraba empalmado. Le quité las bragas. Su coño tenía una bella mata de vello rubio. Le puse un dedo encima del clítoris, eché el capuchón hacia atrás, salió el glande y se lo lamí. Un sensual gemido salió de su garganta y su pelvis se elevó. En su coño medio abierto se veía la humedad que no se había llevado con ella las bragas, se la lamí, lamí de nuevos su clítoris de abajo a arriba... Cuando sus gemidos y su respiración me dijeron que se iba a correr, lamí el glande a mil por hora y se corrió retorciéndose, temblando y llorando.

Al acabar se incorporó, me echó una mano a la nuca y me besó apasionadamente, y besándome apasionadamente me echó hacia atrás. Su cabello cubría mi cara y su lengua hacía estragos en mi boca. Luego se sentó sobre mí, se quitó la blusa volvió a besarme para acto seguido poner el pezón de su teta derecha en mis labios. Le cogí las tetas con las dos manos y se las magreé y mamé mientras ella me miraba y acariciaba el cabello hasta que me las puso lejos del alcance de mi boca. Me sacó la polla y me la meneó mientras me volvía a besar, luego fue besando y lamiendo mi pecho y mi vientre y llegó abajo. Me abrió el cinto, bajó la cremallera, sacó la polla, la metió en la boca y la mamó mientras la masturbaba. Un par de minutos tardé en correrme en su boca. La leche bajaba por la comisura de sus labios cuando me cogió la cabeza. Le di un beso con lengua. Al no haber tragado la leche mi lengua se pringó con ella y Lolita al chuparla se la fue tragando, la tragó Lolita y la tragué yo al chupar su lengua.

Al acabar de besarnos se puso en pie. Tenía un polvazo. Saqué los pantalones junto a los zapatos y después la camiseta.

Volvió a subir encima de mí, cogió la polla y la puso en la entrada de su estrecho coño, se sentó sobre ella al tiempo que soltaba un delicioso gemido, después me folló volviéndome a besar y a darme sus duras tetas para que se las magreara y se las mamara. Mi polla entraba y salía de su coño encharcada de jugos al ritmo que ella marcaba... Lento, aprisa, lento de nuevo... Al final follándome a toda mecha, se detuvo, vi sus ojos cerrándose, su boca se abrió, su ceño se frunció, y antes de comerme la boca, exclamó:

-¡Me corro, Quique!

-¡Y yo, Lolita!

Quique.

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