Nuevos relatos publicados: 18

Resaca (moral)

  • 16
  • 32.389
  • 8,00 (2 Val.)
  • 2

Por seguridad, los nombres han sido cambiados, pero está basado en la familia de mi amiga y en sus auténticas ganas de disfrutar de su hijo de esta manera. Por favor si te sientes ofendido con estos temas, No lo Leas. Y si por el contrario te gusta o te sientes identificado, espero que puedas disfrutarlo, tanto como ella y yo.

Gracias.

Es un domingo por la mañana, uno de esos amaneceres tardíos en casa donde tanto Rafa como tu hija tenían planes y ambos están fuera. David por su parte, volvió de fiesta con sus amigos en la madrugada y apenas se pone en pie sobre las 13:30 con un dolor de cabeza tremendo.

La noche anterior tú también te tomaste un par de vinos que te mandaron a la cama de inmediato y al despertar las ganas de quedarte en la cama eran mas de lo normal. Esa mañana Rafa se comporta espléndido y les deja desayuno a ambos en la cocina y lleva a tu hija a una actividad que tiene hasta la tarde.

Decides quedarte en la cama tumbada y ponerte a ver una película, leer relatos en la cama o escribir con alguien sobre tus incontables aventuras. Lo cierto es que por comodidad o por pura pereza, la ropa que llevas es bastante escaza, poco mas que un short corto, muy corto, y una blusa de tirantes sin sujetador que te permite estar exageradamente cómoda.

Aun así, el hambre y la sed nos ataca a todos por igual y decides salir a tomarte algo refrescante así que un albornoz para ir a la cocina es la mejor opción para ti esa mañana.

David estuvo toda la noche detrás de una chica paso toda la noche a punto de fallársela, como le gusta esa chica. Pero las circunstancias ese día no permitieron que tu hijo drenara sus ganas con esa linda muchacha. En su lugar se puso a conversar con sus amigos y tomo mas de la cuenta y ahora no puede recordar cuando y cómo llego a casa.

La verdad es que le envió mensajes a esa chica borracho y se pusieron las cosas muy calientes por el chat, pero solo ve lo que se escribieron sin recordar como sucedió todo aquello así que es como una victoria poco ganada.

El dolor de cabeza. Eso si es monumental. David apenas lleva un short de dormir y los calcetines aun puestos. Va despeinado y con el cansancio en los hombros y en las piernas de lo que estuvo haciendo anoche. Además se siente un poco caliente por lo que paso con esa chica por el chat y se siente invencible ya que casi, logra su cometido.

Él se va casi arrastrando los pies hasta la cocina para tomarse algo y recuperarse pronto y se encuentra contigo inclinada en la mesa de la cocina. David al darse cuenta que no te has percatado de su presencia aprovecha para mirar lo que nunca puede ver. Los pensamientos se le cruzan en la cabeza cuando detalla la forma de la silueta de tus nalgas sobre el albornoz que deja ver claramente el límite de cada nalga y de inmediato mapea tu desnudez sin pensarlo demasiado y valora la idea de que tus nalgas se verían muy bien en esa posición.

Pero la torpeza de su cuerpo lo delata y sin darse cuenta que notas su presencia, es sorprendido por la imagen de tus pechos al voltearse, que solo afianza sus sospechas de las acaloradas vistas que puedes ofrecer a tus amantes.

Nota como se marca la aureola de tus pechos en la pequeña prenda de tirantes y sin que pueda reaccionar a tiempo, tras estar viéndote las nalgas, queda en evidencia por sus miradas curiosas ante tu saludo de la mañana.

-hola cielo, como estas? Tienes resaca?

-hola ma, estoy muriendo ahora mismo, responde tratando de esconder sus miradas de los pechos que lo acurrucaron de pequeño. Esos que alguna vez vio desnudos y que ahora parecen tan lejanos.

Notas sus miradas y como en otras oportunidades, has disfrutado el sabor de la curiosidad de David por tus partes erógenas. Ha alcanzado a detallar la dirección de sus ojos que no son mas que la punta de tus pezones que flotan libres en esas ropas.

No lo haces sentir incomodo, por el contrario disimulas como si nada ha pasado, al fin y al cabo, esos pechos fueron de él algún tiempo atrás. Pero tu estas un poco tocada, has estado chateando con un tipo que te pone muy cachonda en internet y el apetito sexual es considerable cuando, además, tu hijo te encuentra deseable y se recrean admirando como se te ven los pechos hoy.

David casi balbucea para contarte que estuvo muy buena su noche pero que al final la chica se le escapó mientras trata de buscar el zumo de naranja en el refri. Dándote la espalda.

No puedes creer como esta de grande tu chico, hablándote de esas cosas medio desnudo y tu con esa calentura que traes de charlar con ese tipo de internet.

Su espalda es la de un hombre ya y sus piernas están muy bien torneadas, además la belleza de la juventud no hace mas que mostrarte la perfección de hombre que ha salido de ti. Uno que esa chica debería haber aprovechado y que ahora sospechas que esta cachondo como alguna vez estuviste tu a su edad.

Es un día caluroso de verano y le contestas a David como buena madre sobre como sentirse mejor de la resaca y que en el fondo deseas en lo mas profundo que el este bien y se sienta estupendamente.

Que subidón del ego sentir que David te descubriera de nuevo atractiva o deseable y con las cosas que has estado escribiendo, se forman nudos de ganas entre tus piernas, pero después de una breve charla con tu hijo, vuelves domesticada a tu cama para poder seguir charlando con este hombre que te pone a mil.

Una vez ahí en tu cama, con el móvil en la mano y metida de cabeza en las cosas que te dice el charlatán, con las piernas entreabiertas para dejar colar la mano cuando escribe cosas soeces

Cubriéndote con una manta del frio del aire acondicionado y con las gafas a media nariz tu expresión de goce es espectacular a puerta cerrada.

Sin aviso alguno David irrumpe en tu habitación sin ser invitado, cosa que no te molesta pero te altera por la interrupción inoportuna de algo que no debería estar pasando. Excitarte como solo deberías de hacer scon su padre.

Las dudas corren sobre tu vientre y las piernas se cierran de inmediato, pero con soltura y naturalidad transformas tu torso en una expresión de sorpresa feliz de ver a David ahí entrando en la habitación, digna de una mentirosa consagrada.

El chico se tumba dejándose caer en la cama a un lado de ti como desplomándose rendido por el cansancio

Su cara totalmente aplastada sobre la colcha de plumas en terrenos de su padre en esa cama mientras tú tomas aliento por el susto sin que pueda verte y también para admirar la forma en que se ve su espalda desnuda y la forma como se marcan las nalgas de hombre bien formadas justo delante de ti que te hacen recordar los comentarios del hombre que hasta hace unos segundos estaba logrando que se humedeciera tu intimidad.

-que haces? Repone David y se empieza a acomodar a tu lado buscando meterse debajo de la sabana para intentar alcanzar la comodidad plena en tu cama.

-quería ver una película, mientes pero usas como recurso al haber sido tu primer plan. -pero no sé que podemos ver.

El chico logra meter debajo de la colcha y siendo un hombre que está descubriendo los terrenos nuevos en el sexo, sin duda reconoce el olor de una mujer excitada debajo de la colcha.

No está seguro, pero le parece que si es eso. Pero como puede ser, es el olor a sexo de su madre el que está entrando por cerebro? Y lejos de incomodarse lo encuentra suave y apetitoso por lo que se mantiene debajo de la colcha hasta la cabeza.

Por tu parte, hueles que esto pueda estar pasando y entre la vergüenza y las ganas de que no te descubra le animas a que se acueste a tu lado para que te ayude a escoger una peli entre los dos con el mando en la mano.

El chico, astuto y vividor, olfatea sin hacer ruido una última vez debajo de la colcha para prepararse a salir y enfrentar tu cara, pero para su sorpresa, tus piernas blancas están con el short muy subido y tiene completa vista de tu muslo casi hasta llegar a la cadera, cosa que a cualquier hombre le parece un manjar delicioso mas si está bien proporcionado como los tuyos.

David no esperaba ver tus piernas así y cuando sale su expresión es mas de asombro que de malestar por la resaca, aun así, se choca con tu mirada que busca en el algún indicio revelador sobre lo que pudo haber encontrado debajo de la colcha.

Ambos se miran a los ojos por in instante justo cuando tu aroma de muer sale de la colcha y te pone en evidencia delante de él pero ninguno se atreve a decir nada y todo queda en que David se acomoda a tu lado.

Sin saber porque, sientes el corazón latir en tu pecho y como los pechos se te ponen duros como preparada para recibir placer, pero es solo David que se acurruca a tu lado pasando una mano por tu vientre mientras intenta mirar la pantalla de la habitación.

Tartas de cubrir el olor cerrando el escape de aire a la vez que recibes a tu hijo en la cama con una resaca del domingo

Él está ahí, en el lugar que suele ocupar tu esposo, solo que mucho mas joven y te apetece ahora mismo mucho mas. Con las frases del otro en la cabeza y los conflictos de placer entre tus piernas que hacen que la humedad de tu vagina no desaparezca, por el contrario, ese juego de los cuerpos entre David y tu para encontrar la comodidad mutua te hace parecer una danza erótica de coqueteo entre hombre y mujer.

Pero si es un hombre, se ve y se siente como cualquiera que llevaras hasta tu cama en el pasado.

Con la edad que tiene y se acurruca a tu lado como un crio pequeño, poniendo su brazo sobre tu vientre como amague de abrazo mientras sostienen una tertulia típica de escoger una buena película tonteando y complaciéndose mutuamente.

Lo que sorprende a David no es que no reacciones ante su intromisión así en tu cama y tomarte entre sus brazos sin razón aparente. Claro está que se aman mutuamente, pero un tipo de amor que no da lugar para el contacto tan intimo como el de esa cama. Lo que llama su atención pero que mantiene en silencio mientras responde a tus preguntas para seleccionar la película es el calor al tacto de tu vientre. Tanto el antebrazo como su bíceps se sienten aturdidos por la calentura que les das poco mas arriba de tu ombligo. Lo que le hace prestar atención al resto de tu cuerpo debajo de la colcha y con el pecho descubierto cercano a las costillas, se da cuenta del tremendo calor que expides por toda la piel.

Quiere asegurarse y rodea una de tus piernas con la de él y atornilla a tu costado como solía hacer de niño. Pero ahora es mas grande y fuerte que tu, y sus brazos los sientes poderosos rodeándote como un protector, como si le perteneces.

Esta bastante claro para el, estas totalmente excitada y no quieres que él lo sepa y te des cuenta de ello. Pero es demasiado tarde. Ahora puede notar como expides hormonas para seducir a los machos.

Está seguro de eso y solo puede seguir tu juego de mentiras para escoger una película.

Aun si, el también esta atraído por tener a una mujer caliente entre sus brazos, no solo por las ganas frustradas de aquella noche, sino por el infinito placer que le da sentirse dueño de tu cuerpo. Él te nota pequeña, indefensa y frágil pero a la vez erótica, caliente y poderosa, despertando un nuevo placer dentro de él.

Ya no son las simples miradas a tu cuerpo de mujer ni la imaginación fugaz de su madre teniendo sexo alguna vez que les escuchara hacerlo, ahora estas ahí entre sus fauces y su pierna te retiene debajo de él y a corta distancia.

Sin poder evitarlo la espalda de David se caliente intensamente y su pene se engorda por como te siente a ti, pero lo que le hace perder el control de sus ganas es tu actitud.

No pones límites con él, no le reprochas nada de lo que hace o como se mueve en esos minutos de conversación hipócrita cuando su mano entra y sale de la colcha, te toma y te suelta sin importar el trayecto y te trata como a una chica de su edad cuando ven una película.

La resaca está presente, pero la olvida al notar tus muslos que le queman entre las piernas y disimuladamente deja rozar su pene intrépido en tu muslo alto.

-apagamos la luz? Repone cuando deciden por una te tipo comedia romántica.

-yo la apago. Responde y se levanta para abrir el interruptor de la corriente y cerrar un poco mas las cortinas.

A este punto tu solo lo puedes ver como el semental que deseas entre las piernas, sin perder detalle de sus muslos cuando se tensan al caminar y la forma de su torso joven y familiar, agradable y sexy que tiene tu chico.

Él sabe que lo miras y con toda intención no se oculta para ti, está convencido de que disfrutas la vista tanto como él te ha disfrutado en casa algunas veces y que de igual manera le has dejado verte.

El bulto de su pene no escapa a la vista, te das cuenta sin dudarlo que no está en su estado natural. Vamos a ver es tu hijo y miles de veces viste su pene en todas sus formas, pero esa mañana te das cuenta que no tienes idea de cómo es la corpulencia de su miembro, porque ahora si está listo para poder ofrecer placer a una mujer.

Esta vez cuando vuelve la comodidad es aún mejor. Te has quedado semi sentada sobre el respaldar de la cama mientras él te abraza por la cintura y pone la cabeza en tu pecho y te rodea con una pierna. Como si lo hubieran planeado, ambos se acomodaron así sin necesidad de palabras o gestos de algún tipo. Solo se compenetraron en esa cama los dos para ver una película de a quién le importa.

Las escenas son borrosas para ambos como si no pasara nada pero ninguno quita la mirada de la pantalla. Ambos embelesados con lo caliente que se les ponen los cuerpos y los puntos que se estrujan el uno al otro. Lo suave de tus pechos en su cara y lo fuerte de sus brazos en tu vientre, el peso de su cuerpo que te hace sentir a su merced.

Ambos se mueven milimétricamente para acariciar al otro pero sin que quede en evidencia porque ninguno quiere dar el primer paso. Ninguno quiere cargar con la culpa de haber intentado seducir al otro.

Pero llevas las de perder por tu posición, tu pecho está expuesto a él y nota tus latidos en su cara. Es tan detallista que alcanza a notar como tus pechos se te esponjaron cunado sentiste su rostro en ti. Nota tus pezones y las alzas cuando respiras así. Además, tienes un brazo libre y el no así que en todo caso, la primera caricia debería salir de tu propia iniciativa.

Pero no, es él quien toma la decisión de consentir tu costado poniendo su mano cálida en las costillas debajo de la ropa y acariciarte suave bajo la colcha. Es un poco atrevida su jugada, pero se inmuta gallardamente al abrir su mano en tu costado, a pocos dedos de la base de tus senos. David no quita la mirada de la mejor película de la historia mientras tu finges cosquillas en vez de aceptar el subidón que te dio su mano tomándote como suya. Pero al igual que el no pierdes detalle en la pantalla.

El sentimiento de culpa te invade por no responder a sus caricias y lo que alcanzas a responder es acariciar su cabello entre tus dedos. Para tu sorpresa, el tacto de sus pelos en la mano te resulta placentero. Todo tu cuerpo está en super alerta de cualquier contacto con David y no distingue si tú lo tocas o él te toca a ti.

Por varios minutos están así jugando a quererse mucho como madre e hijo, pero ambos desean saber hasta donde se puede llegar con esas intensiones insanas.

Nuevamente las pautas las dicta David que con sutileza magistral pode debajo de tus piernas una de las suya dejándote casi sentada sobre el solo que permaneciendo acostados. Hábilmente aprieta tu muslo con sus dos piernas del lado en que esta y sin remedio confirma lo que lo atormentaba y que no sabía como revelar.

Tu respiración se profundiza como un suspiro ahogado entre poses no tan populares como placenteras. Estira las piernas aun apretando la tuya como si se estirara y alcanza a acariciarte con sus pies, pero lo que verdaderamente planea es estimularse con tu muslo.

No tiene idea de lo alerta que esta tu piel a cualquier caricia y su pene apastado al costado hace que levante la cadera involuntariamente. Como si fuera una reacción de tus instintos de reproductivos.

Tus caricias no se detienen pero cambian, tu mano le acaricia el rostro amorosamente notando cada rasgo memorizado en tu cabeza. Cada pliegue de su rostro lo conoces a la perfección pero ahora no estas comprobándolo, solo estas devolviéndole el amor que el manifiesta.

Esta oscuro y la realidad se ve menos, aun debajo de la colcha que parece un sauna por los cuerpos de ambos. Y algo pasa.

Las caricias de David no son solo ir y venir en tu piel, ahora el ejecuta tactos profundos en tu costado, marcando sus dedos en tu piel de menos a mas. La posición de sus manos también varia y se acerca mas a tu vientre justo debajo de los senos, donde es mas cómodo para el acariciar.

Pero esa mano inapropiada va cargada de ganas que cualquier mujer detectaría aunque fuera en el abdomen de una madre. David se luce con esas caricias, hacen que en realidad la humedad que le había provocado el otro hombre parezca una sequía absoluta. Puedes notar como lubricas a caudales como si esperaras una follada de bestia. Hace mucho que no te sentías así de húmeda y estas convencida que no solo es por el hombre que te hace sentir eso sino por lo prohibido que resulta que ese chico te tome a su gusto y placer.

Tu pierna libre se abre descaradamente bajo la colcha sin pronunciar ni una palabra. Ello sabe y tú también. Pero ninguno deja la pantalla como si eso escondiera lo que pasa bajo la colcha.

Tus caricias se centran en masajearle la cabeza como si fuera un niño pequeño en tu regazo y los de él como si tu fueras más pequeña y no fueras su madre.

La resaca se ha olvidado y la sangre fluye por todo el con energía y emoción, represada de sopetón en su miembro al sentir que abres la pierna descaradamente pero como si alguien los estuviera observando y ambos disimularan para que nadie se entere de que esas caricias incestuosas los tiene cachondo a los dos.

Poco pasa para que notes como su mano baja despacio y temeroso por tu vientre como si pidiera permiso o esperara una reprimenda, pero en su lugar tu pecho sube tomando aire muy profundamente dejándole en claro que lo estas esperando.

Aun así, no puede sacar de su cabeza quién eres y lucha entre la razón y el deseo distraído por el tacto que se encuentra.

Sus dedos siguen en dirección para arriba con la intención de poner la excusa de que se cae con el peso y no es hasta que siente la pretina del short en su muñeca y aparca en tu vientre y te aplasta suavemente con la mano.

Ahora su pene está bastante más duro que entonces y sabes perfectamente que te desea y quiere tocarte, pero no termina de dar el salto. También estas aterrada por lo que está a punto de pasar, como sería posible que permitieras eso, pero a la vez, como es que ningún hombre te puso así jamás y precisamente tu hijo sea quien te enloquezca de esa forma.

Por unos segundos permanecieron así ante la duda, hasta que una leve mueca de tu cadera, aparentemente para acomodarte, le obligue al joven sentir el short en la palma de su mano y sin querer el pubis de su madre oficialmente está a su alcance.

Quiero que te toques constantemente sobre la ropa y te corras tan rápido como puedas en la tanga que lleves puesta y sin acariciarte directamente, una vez hecho, sigue leyendo mi historia con David mientras aún te recuperas.

Enmudecida por la película, y de fondo los diálogos en inglés y la música, ambos escondes el pecado bajo una colcha mientras sus mentes proyectan infinidad de placeres y sus cuerpos apenas retienen los actos lujuriosos.

David esta asustado, y su corazón palpita con fuerza, como si se le fuera a salir por la boca. Tú puedes sentirlo en tu costado y en el muslo cuando le late el pene constantemente, en su cara que te calienta los pechos sin remedio y es la respiración que apenas oyes de su miedo.

Deja de ser tu niño en el mismo momento que empieza a girar su mano para poner los dedos para abajo y lo hace de una forma lenta y disimulada que no hace más que derretirte las entrañas al sentirle cuidadoso con tu sexo. Ahí está David, palpando apenas el sexo que le dio la vida, el origen de su ser, con intenciones de volver parcialmente a él.

Sientes su enorme mano abarcar todo tu sexo aun con una pierna abierta y deseando que sus dedos se cierren y que te apriete el coño de una vez por todas y te haga su mujer.

Pero no, el insensato de tu hijo no hace mas que acariciarte sobre la ropa que nota arder entre humedades mientras escucha tus gemidos ahogados en disimulo. Para tu suerte, el chico descubre tu monte de venus palpitarle en la mano y no olvida presionar progresivamente en las telas que esconde el punto preciso.

Como si recordara donde encontrar el clítoris y poder estimularlo sin problema, siendo que alguna vez estuvo detrás.

La valentía queda debajo de la colcha porque ninguno se atreve a aceptar lo que pasa bajo la luz de la pantalla. Así que ambos disimulan la excitación con el otro como si fuera algo que no estuviera pasando, entumecidos para guardar la incómoda posición pero que ninguno quiere perder.

Finalmente David cierra la mano y los dedos alcanzan la entrada al cielo y mientras empuña a su madre por el coño. Pero no para ahí.

Aprieta tanto que las pieles de tu sexo se escurren entre sus dedos a pesar de cubrirte la ropa. Estas tan excitada que nada puede lastimarte ahora mismo y David se compra el primer gemido que su madre emite por el de puro placer.

Tomas conciencia de lo generoso que ha sido yendo un paso al frente por los dos y consideras que es tiempo de tomar parte. Lo que consagras como un acto de guerra para lo que pasara después al tomar el mando del TV y pulsando el diferente botón rojo deshaces los miedos de sus pechos y liberas la oscuridad que permite salir a tus demonios para invitar a los de él.

No hay palabras, no hay excusas ni señales, solo tu mano sobre la de él justo después de soltar el mando con desespero para guiar sus dedos a meterse donde debe.

Simplemente gira el rostro para encontrarse entre tus senos y respira ese olor tan familiar y con sabor a seguridad que tuvo en sus primeros años y que ahora percibe con matices de pasión.

Tu mano lo guía con pasión agarrándolo con firmeza y llevándolo debajo de la ropa como un segundo bautismo que propinas en sus dedos, que te encuentran dispuesta a continuar el duelo.

El hombre que te huele el pecho y respira tu hedor a hembra que lo excita, pone dos de sus dedos dentro de ti con una facilidad tremenda y cierra tu mano palpando lo rugoso dentro de ti como si fuera un experto de tu sexo. Que de hecho es el único hombre que ha salido de ahí por lo que realmente es el verdadero regente de tu vagina.

Sueltas su mano y apartas la colcha de a poco solo para gestionar que se baje la ropa de tu vientre y se quede en tus tobillos con la ayuda de tus pies

Mientras David te toca con poderío y destreza que no esperabas de tu propio hijo pero que te está robando de a poco el placer que te queda antes de explotar

Él se limita a jadear en tus pechos sin atreverse a besarte, es como una línea que le da miedo cruzar pero que solo la tiene controlada mojándote cada vez mas

Tus manos buscan su cadera con desespero aprovechando la poca luz que hay y sin problemas encuentras bajar lo suficiente para que su miembro se encuentre libre.

Como dos animales en celo se acomodan y descaradamente para copular como amantes en cubierto, como si la calma de la mañana no significara nada y se cambiara por el apuro de sentirte follada por David.

Jadean mutuamente, pero no hablan, solo sonidos de esfuerzos aunque ambos no tardan en sincronizar sus carencias cuando el chico, que ahora es tu hombre, atina a poner el glande de su pene en la entrada chorreante de tu sexo que junto a sus fluidos preseminales que se ocupa de frotar como si se tratara de una brocha para encajar sin miedo el glande adentro de ti, que no hace mas que un estruendoso sonido por la fuerza de tu coño succionando la polla de tu hijo.

No hay vergüenza ni mentiras, ambos coinciden en gemidos de alivio al alcanzar la pelvis de ambos. Pero cuando David descubre su primer resintió con la punta de su pene que te hace suspirar por el derroche del acto mismo y entre quejidos y manos, lo empotras contra ti.

**********************

Paréntesis de descarga:

si pudiera, te haría follar

con tantos hombres como acepte tu moral,

solo para disfrutar,

el salpicar de tus complejos

mezclado con el semen viejo

que otros te hagan supurar

********************

David abrumado por el goce, no puede más que retrasar la inevitable eyaculación que le sobrelleva mientras tú lo acomodas con derecho entre tus piernas abiertas, para que ese hombre te folle como diosa de pasión sin permitirle abandonar el panteón de tu cuerpo donde David entierra su pene llegando a tu útero hambriento que fue donde creaste a semejante semental que te supo calentar solo con sus manos y ahora no es capaz de negar que desea hacértelo duro como imagino alguna vez en su cuarto.

Sin sacar el pene, Davis se apoya de tu vagina y te aplasta el clítoris con todo su peso cuerpo y te folla conteniendo su placer.

Podre David, no pudo contener mas cuando escucho de la voz de su madre susurrarle al oído muy suave.

-me estoy corriendo David

Y el chico perdió la razón por sentir complacida a la única mujer que sería capaz de amarlo igual que él. Y sus estruendosos gemidos dan paso a la brutal eyaculada que propina a su madre justo donde el mismo cobro vida y ahora es el quien deposita de nuevo en ti.

La genial y macabra escena no se registró en la vista de ninguno pero no hizo falta porque la atracción de ambos, logros que compartieran el placer en igual medida cada uno con sus demonios, pero a la vez demostrando que carnalmente es como se alimentan y se vuelven más fuertes.

(8,00)