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Roberto el ultraviolento buen burgués

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¿Recuerdan la película “La naranja mecánica”?... si, esa película donde Roberto era un chiquillo “algo violento” y que desataba su odio contra el mundo y su sistema escuchando la música de un gran compositor de música clásica y su obra máxima? (Evitare nombrarlo para no dañar el prestigio del compositor).

Yo conocí a ese Roberto. Vive en Viña del Mar, en Reñaca sector cercano a la Clinica.

Si, Roberto por esas cosas de la vida había sido un estudioso de la música y la vida generosa y magnífica frente a su pedido, le había concedido la posibilidad de estudiarla a través del aprendizaje del violín. El violín sería el instrumento por el cual Roberto entraría en comunión con ese mundo exquisito que tanto odio le hacia surgir, para en razón o motivado por deseo inmensurable de restablecer “ese orden adecuado”, realizando las acciones mas violentas difíciles de imaginar. Chile necesitaba de el para restablecer ese orden.

Por ejemplo, el grupo de cuerdas, el quinteto de cuerda que oficialmente realizaba concierto privados en casas de grandes personajes del gobierno (Presidente de la República, ministros y a veces algunos jueces de la corte suprema eran sus público), era una fachada para poder tener acceso a información privilegiada que le permitiera realizar asaltos a entidades bancarias (donde siempre los miembros de la seguridad del recinto eran brutalmente asesinados) y obtener millonarios botines, destinado a un fin que no tenía fin.

Su esposa estaba embarazada. Ella dulce, tierna, bella cual diosa adolecente virginal, fue violada y quedo embarazada el mismo día de su boda, por toda su pandilla del quinteto musical, donde el fue el único espectador de tan lindo espectáculo de violencia, sobre todo por los desgarradores gritos de dolor que emitía la tierna niña (tenia 18 años), cuando era violada por el Mastín de ese quinteto (brazo derecho de Roberto), que era famoso y también el hacia alarde de sus 22 centímetros de virilidad exacerbado por sus 21 años de juventud explosiva. Pobre niña, quedo catatónica después de esa bella oportunidad, pensaba Roberto sin entender porque no pudo disfrutar como el, de la ocasión de la luna de miel. La quería. Sería la madre de su hijo. La cuidaría.

Roberto era un excelente comerciante, prestigioso comerciante, exitoso comerciante de la música y de los instrumentos musicales. Todo el país y parte importante del continente ya sabe de su incipiente negocio y de lo bien que lo hace y le va con la venta de instrumentos de cuerdas, principalmente violines y pianos. La globalización de los negocios por internet, le ayudo mucho en el crecimiento de su negocio.

Fue hace dos años, Su padre era el dueño de la empresa.

Fue hace dos años, que su padre entró a su habitación de improviso y lo descubrió en su dulce, tierno, adolecente, privado e impúdico placer… Si, debió haber golpeado la puerta. Por eso fue imposible impedir el acto reflejo, impulsivo lleno de rabia y odio de enviarle ese cuchillo mariposa, que reposaba volando en su mano izquierda al mismo son de los aleteos de la otra mano en su grueso pistilo, para rozar con la profundidad justa y necesaria y cercenar la carótida y ver brotar la sangre como un manantial violento desde el cuello, de ese mal educado padre.

Su padre fue encontrado muerto, asaltado y asesinado en la calle relatan todos los diarios en sus titulares ese día al amanecer en Viña del Mar, la Ciudad Jardin y el tuvo que verse en la obligación, a sus juveniles 22 años, de hacerse cargo de ese negocio que hoy se auguraba lleno de éxitos.

Si, yo conozco a Roberto. Es un excelente músico, amante esposo, protector padre y exitoso empresario. Es un hombre feliz.

(7,50)