Después de la intensa cogida que te dio nuestro ocasional amigo, nos quedamos abrazados y te acuestas a mi lado, lo que te permite estar tocando mi pene, acariciando mis testículos y yo puedo jugar con tus senos, recrearme en tus pezones ligeramente duros y el resto de tu cuerpo, mientras nos besamos y comentamos lo rico que fue la cogida con este ocasional amigo, lo mucho que te excitó y lo intenso de los orgasmos que te hizo sentir.
Me describes cómo llamó tu atención el verlo en esa barra del bar desnudo, junto a los otros dos amigos, su cuerpo trabajado en el gym, su pene semierecto te calentó al mirarlo, observar cómo su verga fue ganando tamaño con la mamada que le iba dando la amiga que llegó allí a chuparlos. Tu eventual deseo de sumarte a esas caricias orales, el que llegara con nosotros y lo llamaras para que se acercara, tocar su cuerpo mientras estabas ensartada en mi pene y me cogías delicioso, el sentir su verga en tu mano, masturbarte lentamente, verla ponerse dura de nuevo y luego llevártela a tu boca para lamerla, saborearla, besarla, succionarla, pasear tu boca por ese tronco hasta llegar a sus testículos, frotar su glande en tus mejillas y labios.
Luego llevarlo hasta tu sexo y lo fuerte que te llegó a coger, sabiendo que eso te excita de sobremanera, lo rico que sentiste ser poseída de esa forma por un completo extraño, pero que, al verlo en la otra estancia, despertó en ti el deseo de cogerte su interesante verga. Lo intensas de sus caricias mientras te tenía toda ensartada y de cómo se le fue ensanchando su pene cuando estuvo próximo a venirse en ti. Me dices que había sido tal tu excitación, que estuviste a punto de detenerte, sacarlo, retirarle el condón y volver a pedirle que te penetrara, para que se corriera dentro de ti y te dejara llenita de su semen. Lo único que te contuvo fue que no era alguien conocido, de otra forma lo hubieras hecho, como pasa con dos de nuestros habituales amigos.
Estamos conversando todo ello, mi pene lo has puesto duro por las caricias que le das y recordando el momento recién experimentado, cuando la pareja que está al lado nuestro en el sillón, se acerca más, nos saluda y ella se sienta entre su amigo y yo. Inmediatamente te da un beso rico, luego a mí, lleva su mano a mi pene, y comienza a acariciarme junto contigo. Ella nos dice sus nombres: Laura y René, a lo que le contestamos Eduardo y Pamela. Su compañero le besa a ella el cuello, le pasa sus brazos alrededor de su cuerpo y con una mano la acaricia y la otra se acerca a tocarte, alcanzando tu cadera y luego tu costado hasta llegar a tus senos. Tú te enfrascas con ella a besarse intensamente y acariciarse
Tiene un cuerpo bien formado, es algo alta y se le aprecia un par de senos coronados con ricos pezones, que se llegan a frotar entre ustedes y luego me los acerca a que se los chupe. Son deliciosos. No me suelta y te dice algo al oído. Entonces, me das un beso en la boca, te incorporas y te pasas al otro lado, para quedar entre René y Laura. Sólo puedo observar como te jala hacia él y te vas acomodando arriba, abriendo tus piernas para montar su tórax. Te abrazas a él y se dan un par de besos intensos en la boca antes de ofrecerle tus senos a chupar, que se los llevas con tus manos. Estás semisentada sobre su abdomen viendo hacia su cara y con una mano buscas detrás de ti su pene erecto. Lo recorres y decides masturbarle, ensalivando tus dedos para que lo frotes rico. Apenas empiezas y él arquea su cuerpo abriendo sus piernas, lo que aprovechas para tocarle sus testículos y llevar tu mano más atrás. Vuelves a mojar tus dedos con saliva y te inclinas hacia atrás perdiendo tu mano en su entrepierna, seguramente buscando su perineo hasta llegar a su ano, que frotas y presionas levemente. Así lo tienes, mamando tus senos -que es algo que te excita mucho que te hagan- y tocándolo rico.
Con tu mano aprietas su dura verga eventualmente, restregando tu clítoris contra su cuerpo, lo que te calienta mucho, besándolo y diciéndole cosas al oído y haciendo que nos viera a Laura y a mi. Eventualmente esparces las gotas que salen de su pene y le llevas tus dedos a su boca para que los chupe, aprovechas para simular con ellos que es un pene y los metes en su boca simulando que lo cogen, le dices algo al oído y él asiente y se deja hacer. Luego los sacas ya ensalivados y lo vuelves a acariciar y pierdes eventualmente tus falanges en su culito, haciendo que gima intensamente. Lo tienes a mil.
Mientras, Laura se acomoda entre mis piernas, hincada y decide darme una mamada deliciosa, cubriendo la totalidad de mi pene, lamiendo, succionado y frotando mis testículos mientras voltea ocasionalmente a ver a René y la forma que lo estás excitando. El pene de René ya se aprecia duro, largo y va engrosando cada vez más. Laura se incorpora un poco y con mucha práctica, se lleva la punta de mi pene hasta lo más profundo de su boca, dejando pasar a su garganta, succionando con intensidad en cada oportunidad y dejándolo en su garganta por momentos, que la hacen estremecerse al sacar de nuevo la totalidad de su boca. Se ve que disfruta el tener un pene en la boca y lo hace con pasión. Le recojo el castaño y lacio cabello para que la vean en pleno oral y tú no pierdes la oportunidad para decirle a René que la vea chupar mi verga, que lo hace rico y lo disfruta. Que se ve excitada haciéndolo.
Eso le enciende a René, que te pide que ya lo montes para cogerte y tú decides seguir torturándolo y haciéndolo ver las estrellas con tus caricias. Entonces Laura se levanta, voltea dándome la espalda busca un par de condones en una bolsa que está a la mano y me pone uno a mi y te da el otro. Voltea a ver a René y le dice que la vea ensartarse en mi verga. Acto seguido acomoda su cadera, toma mi pene en su mano y frota su clítoris con la punta, para luego guiarlo a la entrada de su vagina y empezar a recargarse para ir recibiendo mi enhiesta verga en su interior. Desde mi posición puedo ver cómo se va insertando en mi pene hasta que lo cubre todo con su cuerpo y sus redondas nalgas quedan pegadas a mi cuerpo. Ella se inclina hacia adelante para incrementar la penetración. Está deliciosamente excitada y húmeda, lo que hace que mi pene le entre completo y puedo sentir mi punta tocar sus paredes interiores. Se queda quieta un breve momento, sus ojos cerrados, muerde su labio inferior y sus manos apoyadas en mis piernas, lista para empezar a moverse.
Tú la observas con detenimiento, ves sus pezones totalmente erectos y retadores. Mojas tus dedos, extiendes una de tus manos hacia ella, acaricias sus deliciosas curvas y llegas a sus pezones. Tomas el más cercano con tus dedos, lo aprietas, lo jalas un poco y con tus dedos lo retuerces momentáneamente, lo que le hace gemir, echar atrás su cuerpo ligeramente, comenzar movimientos de su cadera en forma armoniosa cogiéndose mi verga y voltear a verte con la mirada cargada de erotismo y deseo. René no deja de observarla ensartada en otra verga que no es la suya, así como la forma en que empieza a moverse y escuchamos cómo la humedad de su sexo hace evidente la cogida que le da a mi pene.
No pierdes la oportunidad de decirle a René lo rica que se vé cogiendo a otro y lo excitada que está mientras lo sigues masturbando y tocando sus testículos y culito. Poco a poco Laura intensifica sus movimientos y se sostiene de tu hombro con una mano, dejándote más acceso a su cuerpo. Le vuelves a repetir la dosis de tocar su seno, apretar su pezón, jalarlo y retorcerlo, lo que hace que se moje más y mi pene recibe un baño nuevo de sus líquidos. Le giras la cara, viendo hacia ti y te acercas a besarla, sin soltarle su pezón y alternando con el otro seno.
Ella te besa desesperada, intensamente, con pasión, mientras se sigue cogiendo mi pene que cada vez está más duro y alargado. Mis manos las coloco en su cadera. Le tocas con cierta intensidad sus senos, en momentos bajas tu mano a su abdomen, hasta la entrepierna y tocas su sexo rodeando eventualmente con tus dedos mi verga entrando en ella. Tu mano sale mojada de sus corridas, entonces tomas su cara y le metes tus dedos a la boca para que te los chupe como si de otra verga se tratara. Eso la prende mucho. Le preguntas si quiere otra verga para chupar mientras la cogen y, sin soltar tus dedos con su boca, asiente excitada.
Se encuentra en total éxtasis y se corre en forma continua, mojando mis testículos y piernas. Entonces se incorpora, voltea hacia mí, se monta encima de mis piernas y cadera, acomoda el condón y se vuelve a ensartar mi verga en su ardiente y húmeda vagina, abrazándose de mi, metiéndola de golpe al fondo. No tarda en comenzar el subir y bajar su cadera intensamente con mi pene dentro de ella y mojarse más. Es toda pasión y me coge con desenfreno, sus senos bambolean cerca de mi cara, alcanzo a lamerlos y ocasionalmente capturo alguno entre mis labios y se lo succiono con fuerza, lo que la hace gemir y detener momentáneamente su cogida, reanudando sus movimientos en cuanto toma nuevamente aire. Laura me está acercando al orgasmo rápidamente.
Tú decides hacer lo mismo y, después de poner el condón al pene de René, lo montas y te encajas la totalidad de su largo tronco de un solo movimiento. Él gime aliviado y te ve con esa mirada de admiración de saber que está siendo cogido por una diosa del amor, lo que ciertamente eres. Gimes deliciosamente por esa penetración y sé que disfrutas de ello, te gusta sentirte ensartada.
Te incorporas para sentirlo todo dentro de ti y empiezas a desplazarte hacia adelante y atrás, lo que te hace frotar tu pubis con su abdomen y sentir su verga dentro cogiéndotela, eso te excita demasiado, y vas mojando el cuerpo de René con tus movimientos. Llevas tu mano a acariciar la espalda de Laura y bajas hasta su cadera, frotando y apretando sus ricas y ejercitadas nalgas. Pierdes tu mano entre ellas y le rozas su culito que está expuesto para ti por la forma que me coge. Al sentirte, Laura detiene un poco su movimiento y haces presión en la entrada con un par de dedos, que logran acceder, lo que le arranca otro gemido intenso. Reanuda sus movimientos y puedo sentir tus dedos rozar por dentro mi pene, lo que me hace venir intensamente en ella, y a Laura le provocas otro orgasmo con tus caricias anales.
Retiras tu mano, y sin sacarse mi pene, se recuesta en mí, nos besamos brevemente y vemos como te dedicas de lleno a cogerte la verga de René. Tus movimientos se intensifican, él estira sus brazos y aprieta tus senos y pezones, vas acercándote al orgasmo, mientras el empuja vigorosamente su verga de abajo hacia arriba en ti. Empiezas a experimentar tu corrida, sudas copiosamente, te mueves de forma rápida, comienzas a sentir los espasmos de tu orgasmo y le pides que se venga en ti. Eso le hace perder el poco control que ya tenía y con unos gemidos intensos empieza a bombear semen en tu vagina.
Te sientas en su pene para sentir más su corrida intensa, lo mojas todo, te derrumbas sobre su cuerpo y sin dejar salirse de ti, disfrutas de los últimos estertores de su pene en tu ser, volteando a vernos. Laura acerca su cara a ti y se besan delicadamente.
Aún es joven la madrugada… sabemos que puede haber algo más.