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Una chica normal: Presentación

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Mi nombre es Megan y antes de publicar mi primer relato quise subir este texto a modo de presentación. De esta manera evito que mi relato sea más largo de lo necesario.

Confieso que soy adicta a los relatos de esta página. Y es que realmente se ha vuelto mi vicio el estar por las noches en la privacidad de mi recámara iluminada solo por la luz de mi celular buscando un buen relato mientras con mi otra mano hago travesuras bajo las sábanas.

Tengo mis categorías predilectas y son las que primero busco para ver si hay novedades. Sexo con maduros, amor filial, confesiones, hetero infidelidad, etc. No imaginan la emoción que me da también el encontrar un nuevo relato de alguno de mis autores favoritos.

Sobre todo en estos tiempos de confinamiento por el Covid, es cuando más me he dedicado a disfrutar de esta agradable y sexy adicción que por ahora no pienso dejar de hacer.

Y creo que todos tenemos cosas que contar. Experiencias que deseamos compartir cobijados en el anonimato que nos da el estar detrás de una laptop o un teléfono celular. Desgraciadamente no todos tenemos el talento o la capacidad de convertir en relato eso que buscamos imprimir. Ya sea como una confesión que nos libere de alguna culpa, o simplemente para tratar de compartir con los lectores ese placer sexual que vivimos en su momento y que obviamente no podemos ir por la vida contándolo a los 4 vientos.

Y es por eso que decidí escribir mi primer intento de relato, para contarles una experiencia que viví hace un poco de tiempo. Seguramente como todos los autores primerizos voy a tener un sinfín de fallas y errores, solo espero que no sean lo suficiente garrafales como para que les arruine el placer de la lectura.

Como dije antes, mi nombre es Megan y cuento actualmente con 25 años de edad. Me describo físicamente para que puedan darse una idea de mi apariencia. Me considero una chica muy normal, como la que puedes encontrar de vecina de al lado o compañera de asiento en el transporte público. Soy de baja estatura, o chaparrita como decimos en México. Soy morena clara y me considero linda. Pero no linda y sexy, sino más bien del tipo linda y tierna. Con cara de niña buena pues. Mi cabello es negro quebrado, pero sin llegar a ser rizado. Ojos cafés oscuros, nariz un poco chata y ancha. Labios delgados y un poco trompuda. Además las comisuras de mis labios me hacen parecer que siempre estoy sonriendo o contenta, aun así esté súper enojada.

De cuerpo como dije soy bajita de estatura, y no soy ni delgada ni gorda, sino más bien un promedio normal. Bueno, para que me engaño, soy más pasadita de peso que flaca. No estoy tetona, pero si tengo lo suficiente como para presumir un buen escote y claro que me encanta presumir. Soy de cintura ancha y por lo mismo mis caderas son poco notorias. Estoy nalgoncita, eso sí. Y remato con mis piernas anchas y que con un jean de mezclilla o una minifalda ajustada me ayudan a lucir mas culona y piernuda de lo que estoy. En general soy de ese tipo de chicas que desnudas o en traje de baño pues saltan a la vista las imperfecciones del cuerpo, ya sea la pancita, la lonja o incluso celulitis o estrías. Pero también ya bien vestidas lucimos sexys y hacemos voltear a más de uno.

En ocasiones he intentado verme sexy, pero mis facciones juveniles o casi de niña no me ayudan mucho. Me veo más joven de lo que es mi edad y si bien esa es una ventaja que agradecemos todas las mujeres, cuando trato de ser sexy o vampiresa pues mi carita no me ayuda.

Pero bueno, hasta aquí dejo este texto. Más que nada quería que me conocieran un poco y de esa forma ya quienes lean mi relato se ahorren el alargamiento innecesario que a veces suele ser tedioso para algunos lectores. Sin más, me despido y espero les haya gustado este pequeño texto de presentación.

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