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Una verga gruesa para mi mujer

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El video.

Son las 10:30 de la noche cuando entró a la habitación, voy recién bañado, limpio y fresco para poder descansar mejor.

Mañana tengo un día muy pesado en el trabajo y quiero descansar bien, últimamente así ha sido mi agenda y tengo días que no toco a mi mujer, ni nos damos el tiempo que se requiere en la pareja, digo si hemos tenido intimidad, pero no de calidad, solo nos entregamos uno sobre el otro, satisfacemos rápidamente el instinto y luego cada uno duerme en su lado de la cama.

Ana está sentada en la cama recargada sobre los cojines qué pegan a la cabecera, sus piernas están estiradas cubiertas por una manta y un vaso de té en la repisa de su derecha. Está concentrada en su lectura "la estudiante".

La observó unos momentos y noto que aun se ve joven y linda sin maquillaje, siempre me ha gustado el tono de su piel, morena clara, ojos negros, labios gruesos, unas piernas poderosas qué sostienen unas caderas anchas y un culo qué siempre me ha gustado, sus tetas son pequeñas, pero aún son firmes a sus 40 años. Sé que aún puede levantar a quien ella quiera.

Le doy un beso en la mejilla y me acuesto a mi lado de la cama, me tapó con la sábana señal que hoy no quiero nada, cierro los ojos. No tengo ni dos minutos con los ojos cerrados cuando escucho el tono de un mensaje en mi celular que dice: deberías verlo te vas a divertir mucho. No conozco el número y no tiene foto de perfil así que me dispongo a ignorarlo.

-¿Quién es? Pregunta Ana

-No sé, no tengo registrado el número

-¿No vas a ver de qué se trata?

-No, mejor mañana

-¿Y si es importante?

No lo creo, pero su sutil insistencia me dice que debo ver el mensaje.

Así que tomo el celular y abro el WhatsApp. Debajo del mensaje hay un video, le doy reproducir y abro mucho los ojos al descubrir que es un video íntimo, la toma es muy cercana, pero es una pareja teniendo relaciones.

Noto una gruesa verga se ensarta, no, no es la verga la qué se ensarta, es ella la que una y otra se deja caer en esa polla, es un trasero qué por extraño que parezca se me hace conocido, con unas nalgas redondas, grandes y muy antojables.

Una mano acaricia las nalgas, luego azota una, si fuera una piel clara esa nalgada hubiera dejado una marca roja, pero como es morena se necesitan más para eso. El dueño de la mano parece leer mis pensamientos y azota fuerte una nalga a la vez.

La imagen me atrapa y me doy cuenta que Ana está viendo lo mismo que yo, ha dejado su libro en la almohada y ahora está cerca de mí metiendo su mano debajo de la sábana. No hago el intento de cerrar el video y la dejó ver la película porno qué alguien me mandó.

Casi al momento que la imagen en el video se abre me doy cuenta del lunar en la nalga derecha, un lunar qué conozco muy bien.

Ana sonríe cuando deduce por mi cara que la he reconocido por fin y su cara es de ¿apenas te diste cuenta?

La toma se abre más y veo su espalda y el cabello negro caer sobre sus hombros.

Hasta ese momento el video no tiene sonido, pero en cuanto la toma se abre escucho los sonidos inconfundibles de mi esposa recibiendo placer, podría identificar sus gemidos incluso aunque la imagen se quedará en total oscuridad.

Escucharla me pone más duro de lo que ya estoy, Ana juega arañando mi abdomen, pierna y entrepierna, pero aún no me ha tocado la polla.

¡Sorpresa! me dice la Ana en vivo al mismo momento que por fin toma mi dureza entre sus manos y la Ana que está en el video gira su rostro y dice lo mismo.

Ana estaba esperando ese momento para decírmelo al unísono, la veo disfrutando viéndose en la pantalla y eso lejos de molestarme me pone al mil. Me besa la boca, un beso apasionado qué me roba el aliento, un beso que me indica que me desea.

Luego me deja seguir viendo el video, el ángulo cambia y puedo observar ahora a la pareja no desde atrás sino desde uno de los costados. Él no se deja ver el rostro, pero ella se ve completa, su silueta es fantástica, su cuerpo es hermoso, desde atrás solo se miraba su trasero, pero ahora se aprecia toda.

Reconozco la habitación y ella vuelve a sonreír, el tipo está acostado en el mismo lugar que ahora estoy yo, y la cámara está sobre la repisa apuntando a la ventana, noto las cortinas abiertas y me doy cuenta que desde la calle fácilmente cualquier vecino pudo verlos.

El show en mi teléfono sigue y los veo, escucho y me excito, de hecho es muy excitante ver a mi esposa convertida en una actriz porno.

Ella sigue con el control de la situación sube y baja, hace círculos con su cadera, se mece adelante y atrás, él solo se aferra a sus caderas y permanece impasible, por los movimientos más rápidos y los gemidos más profundos lo sé, un enorme orgasmo se acerca.

Ella arquea su espalda y clava sus manos en los muslos de su amante y luego todo se relaja por un segundo porque en ese momento él toma el pelo de mi mujer y jala de el obligándola a levantar su cabeza esto me gusta y suelto un gruñido de deseo, luego comienza con los movimientos ahora es él el que empuja mientras con una mano sostiene el cabello de mi Ana y con la otra le inmoviliza las manos, ahora ella es sumisa y obediente disfruta cada embestida con un nuevo gemido que la acerca cada vez más y más a otro orgasmo, él hace girar su rostro a la cámara y lo veo.

La lujuria está implícita en sus ojos, el placer no se puede ocultar y veo esa cara que pone cada vez que está por correrse, su boca se transforma, sus ojos suplican, sus manos se aferran, es increíble ver su cara de pecado.

-¿Te gusta así Ana?

-Sí

-¿Me detengo?

-Nooo

-¿Quieres más?

-Sí

-Pídelo

-Dame más por favor, fuerte más fuerte

-Zorra

-No te detengaaas

Su voz es entrecortada, jadeante.

El orgasmo está cerca, Él lo presiente o la conoce muy bien porque en el momento justo se incorpora, trato de ver quién es pero evita mirar la cámara y esconde la cabeza en el pelo de mi mujer, besa su cuello, sus manos la sueltan y acarician sus pechos para acercarla más al orgasmo, besa sus hombros, muerde y besa su nuca. El placer se desata en forma de un grito repentino y brutal junto a un cuerpo tenso, unas manos aferradas a la sabana y unas piernas qué tiemblan sin control.

Él susurra algo que no alcanzo a escuchar pero ella sonríe y luego contesta mirando a la cámara: sí, me ha gustado y manda un beso a la cámara.

Él le dice algo y ella se aparta, se reacomodan ella ha bajado de la cama, ahora él está de pie sobre el colchón, de nuevo evita que la cámara tome su rostro lo único que se ve es su enorme verga dura y sus piernas. Cuando él está listo Ana sube al colchón y se hinca frente a él, le retira el preservativo, eleva la mirada y espera, él toma su polla y la deja caer sobre su cara, su verga le llega desde el mentón hasta la frente, es enorme y gruesa, comienza a dar golpes con ella en la cara a Ana que se ve feliz recibiendo su castigo, le golpea la frente, las mejillas, la nariz, el mentón. Ana se desespera por probarla por eso abre la boca y saca la lengua pidiendo y suplicando con la mirada y la lengua de fuera, solo hasta ese momento él golpea la boca se ensaña con su lengua. Ana lo deja, espera pacientemente el momento.

-Chupalo

Una orden simple y Ana se pone como loca, lo lame en toda su extensión desde la punta hasta sus bolas, pero ahora me doy cuenta que es ella la que juega con la desesperación de él, besa, chupa, la me pero no lo mete a su boca, luego de unos minutos jugando casi siento la agonía qué él debe estar sintiendo, por fin lo mete a su boca y aprieto la mano de Ana descargando en ella mis ganas, escucho el gruñidos de placer que le provoca la boca de mi mujer y siento envidia. Ana lo mete lo más que puede en su boca pero es enorme y no llega a la mitad de la polla, sus manos entran en acción y lo masturban mientras su boca sigue chupando, mamando, besando, succionando. Una mano toma la cabeza de Ana y empuja, empuja fuerte, escucho las arcadas de ella y la risa de él.

-Tragatela entera puta.

Ella lo intenta, pero solo otros cinco centímetros entran en su boca y le quitan el aire, el rimel ya está corrido de sus ojos entre el sudor y las lágrimas qué le han salido ahora que tiene la boca llena, la escena es sublime.

Cuando creo que ella no puede más, él la suelta y la veo tomar grandes bocanadas de aire desesperada.

Unos segundos después tiene de nuevo la boca llena y el proceso se repite hasta que él está satisfecho.

-¿Dónde los quieres Ana?

Dónde quieres que me corra

Es una pregunta retórica pues no espera la respuesta, saca la polla de su boca y se vacía en su cara, Ana cierra los ojos antes que grandes chorros de leche caigan en su frente, ojos, pelo, mejillas y boca, un dedo de ella lo va juntando y luego lo lleva a su boca y lo traiga un poco por vez hasta que solo deja un poco en la comisura de sus labios.

Sonríe mientras con un dedo lo recoge, pero este no lo traga, ella sube la mano y él se agacha un poco, veo sus labios y ella mete el dedo lleno de semen en la boca de su amante.

-Te gusta tu sabor

-Todo lo que viene de ti me gusta preciosa.

Baja de la cama y desaparece lo último que tengo de él es una señal, la señal que todo corneador le hace al cornudo para decirle que su mujer la paso sensacional.

-Te gustó

Ana me mira fijamente y espera mi respuesta aunque la respuesta la tiene en su mano y mi verga dura.

No es la primera vez que la veo en un video con alguien más, no es la primera vez que coge con algún desconocido, pero sí es la primera vez que lo vemos juntos, por lo regular yo lo veo en vivo en mi teléfono y sé en dónde está ella y con quién, en algunos encuentros estoy presente y algunos otros yo he participado.

-Tú sabes que sí.

Pues ahora mi cielo, tú y yo nos vamos a divertir mucho, porque esa verga me dejó muy caliente y aunque es más grande que la tuya, yo solo quiero que tú me folles y me hagas gemir.

-Por cierto quien tu nuevo amigo

-Luego te lo presento.

No me dice su nombre pero yo presiento que es un compañero de trabajo, el mariachi porque últimamente Ana me ha estado contando que él la ha estado cortejando más abiertamente. Y está muy interesado en ella desde que la vio en una foto íntima qué me mandó.

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